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tes y artesanos, nombraba un consejo en quien residía la autoridad administrativa local. Este régimen municipal dejó tan honda huella, que aún duran sus efectos á pesar de los radicales trastornos verificados en nuestra constitución política y civil. Últimamente llamábanse poblaciones estipendiarias (stipendiariæ) las que se hallaban gravadas con tributos

á otras.

que debían

pagar

Con la igualdad progresiva que inició César en las poblaciones latinas y las provincias, iba á desaparecer una de las principales causas del antagonismo entre Roma y las naciones europeas. En lo sucesivo no será ya Italia la reina de los blos vencidos, sino la metrópoli vivificadora del mundo ítalohelénico.

pue

CAPÍTULO VII

Memorias y monumentos artísticos de la época romana.-Astigi. Ilipa.

Itálica.

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ONTÁBANSE en la actual provincia de Sevilla multitud de ciudades (1) notables, algunas de ellas pertenecientes á los conventos jurídicos de Astigi y de Gades, y aunque no andan muy confor

mes los anticuarios acerca de la moderna reducción de todas ellas, siguiendo las opiniones que creemos más fundadas, nombraremos las principales en una ligera reseña, abandonando á los doctos en epigrafía, numismática y corografía antigua, las detenidas disquisiciones á que abre campo la geografía de la Bética romana auxiliada de aquellas

ciencias.

(1) Supone Estrabón que Polibio, por lisonjear á muchas poblaciones, les dió el nombre de ciudades siendo meras aldeas ó castillos; sin embargo, el mismo geógrafo griego reconoció, aunque con algún recelo, que había mil ciudades en la Celtiberia, añadiendo de los españoles que habitaban las riberas del Guadiana al mediodía, que eran innumerables sus poblaciones, y doscientas de ellas famosas. De Paulo Emilio dice Plutarco que sujetó doscientas cincuenta ciudades, y de Catón que cuatrocientas, solo en Andalucía.

ASTIGI (Écija). Pocas ciudades hubo en la Bética ni en todo el resto de la provincia de España, donde más hubiesen empeñado los romanos su ambición ó su vanidad.—¡Qué soberbia de edificios! exclama en el estilo enfático de su tiempo uno de sus más eruditos historiadores (1):! qué variedad de ornamentos! ¡Cuánta muchedumbre de aras y estatuas! ¡Cuántas columnas y mármoles! ¡Cuánta de inscripciones galanas! ¡Cuántos monstruosos colosos! Pudiera competir con su Roma si, á su imagen, lo más desta hermosura no estuviese envuelta en cenizas de sus ruinas. >

La fundación de esta ciudad debe atribuirse á los primeros pobladores de España: pudo ser que la acrecentasen los fenicios, los griegos, los cartagineses, y últimamente los romanos, que no sólo con el ilustre título de Colonia Julia Augusta Firma la ennoblecieron, sino con poner en ella uno de los cuatro conventos jurídicos de la Bética, y con los grandes y soberbios edificios que en opinión de Pomponio Mela la hacían acreedora al título de clarísima al par de Cádiz, Córdoba y Sevilla. En las guerras civiles entre César y los hijos de Pompeyo, permaneció Astigi fiel á la parcialidad del afortunado dictador: muchas familias notables florecieron en ella: la de los Optatos, conocida en toda la España romana, que debió ser una de las principales y más poderosas, dejó muchos monumentos en sus contornos, aún dura en un caserío distante una milla, junto á la Torre de la vencida, una lápida borrosa, que, con aquel característico estilo epigráfico antiguo que tan solemne voz presta á los sepulcros, consigna el sentido recuerdo de una muerte causada por un individuo de esta familia en servicio de César (2).

y

Hablan todavía de la importancia de Écija bajo la dominación romana los venerandos vestigios que en ella do quiera se descubren centenares de columnas, enteras muchas, muchísimas lastimosamente quebradas, algunas de colosal magnitud (3),

(1) El P. ROA: Écija y sus santos.

(2) Trae esta inscripción restaurada el P. Roa.

(3) Muchas hay que tienen 12 varas de altura y 3, de circunferencia; otras

que

debieron sustentar templos, basílicas, palacios; fragmentos de estatuas, aras y pedestales, erigidos por aquellas insignes y honradas familias de los Elios, Numerios, Marciales, Trofimos, Primos, Bebios, Vivios, Rústicos y Æmilios; soberbios pavimentos (1); reliquias de sus baños públicos (2); memorias de su circo (3).

De casi todas estas familias ilustres de Écija hay en la ciudad curiosas dedicaciones de sepulcros, estatuas, ídolos, etc. Basas de estatuas, algunas de ellas ecuestres, se encuentran todavía, y aunque pudiéramos citar varias, nos contentaremos con remitir al lector al interesante libro citado del P. Roa, investigador celoso (si bien no siempre de fiar) de esta clase de monumentos. Nos limitaremos á consignar que en Astigi, como en casi todas las ciudades principales de la Bética, tuvo culto é ídolos el Sol, el cual quedó, andando los tiempos, por armas y distintivo de la ciudad, y que en sentir del citado anticuario debió ser parte de uno de estos ídolos el pié de coloso, sin san

miden 10 varas por 3; las mayores, con las basas enterradas, sustentan los templós de Sta. Bárbara y Sta. María, que son de los más antiguos. El famoso rollo de Écija, que hoy está sobre la ribera oriental del Genil pasado el puente donde arranca el arrecife, camino de Córdoba, es también una hermosa columna romana llevada allí desde una plaza de la ciudad. Tiene sobre el capitel un león de mármol blanco con el escudo de armas de Écija en las garras. La calle que enfila con el puente y puerta de Sta. Ana lleva aún el nombre de calle de los Mármoles, por los muchísimos que en ella yacen soterrados y los grandiosos restos de edificios en aquel sitio descubiertos.

(1) Los hay enterrados en las calles de los Mármoles, del Sol y otras.

(2) En el año 1628, desbaratando el altar mayor de la parroquia de Santa María, se descubrió una gran losa de mármol de 31, varas de longitud con esta inscripción en una sola línea: PIVS. M. F. PAP. LONGINVS. II. VIR. BIS. PRÆF. TER. LACVS. X. CVM. ÆRAMENTIS. DEDIT. (Pío Longino, hijo de Marco de la tribu Papia, que fué dos veces duunviro y tres prefecto, dió diez lagos ó baños con sus correspondientes instrumentos ó utensilios.) Esta losa estaría regularmente colocada sobre la puerta de entrada de dichos baños.

(3) Que hubo circo en Astigi se colige de la siguiente inscripción que se descubría en los cimientos de una casa de la plaza, traducida por el P. Roa en estos términos: Idolo y Altar del Buen-Suceso, el cual edificó Aponia Montana, hija de Cayo Montano, Sacerdotisa de las Sacras emperatrices, en la Colonia Augusta Firma, con gasto de 150 libras de plata, habiendo hecho fiestas públicas de caballos en el circo una vez en honra de su sacerdocio cuando le dieron este oficio, y otra cuando dedicó esta ara.

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