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İlamado por unos el Cruel, y por otros el Justiciero: ninguna carta ni privilegio de este monarca posee la ciudad, y solo hay un pergamino fecho en Zamora á diez y ocho de Abril de la era de 1395 (año 1357) cuyo contenido ilegible por el mal estado de conservacion en que se halla, parece ser confirmacion Real de las decisiones tomadas anteriormente en el pleito de la Coruña y Betanzos.

Sabida es por cualquiera persona medianamente versada en nuestras cosas la lacha trabada entre el Rey y su hermano Don Enrique de Trastamára hijo bastardo de Don Alonso y de la desgraciada Doña Leonor de Guzman; en 1366 pudo este ayudado de sus parciales, y mas todavía del descontento general que causaron las muertes, violencias y desafueros de su contrario, lanzarle fuera del reino y despojarle de la corona. Refugióse entonces Don Pedro en Portugal (a) desde donde entró por Monterrey en Galicia y pasó á Santiago; alli se detuvo pocos dias, aunque su estancia es memorable, porque en ella hizo asesinar al arzobispo D. Suero Gomez y al dean D. Pedro Alvarez, que fueron muertos, segun dicen á vista suya en una calle inmediata á la catedral. Este acontecimiento notable, que despues dió lugar á persecuciones judiciales y eclesiásticas, y al castigo severo de los ejecutores del hecho se ha procurado esplicar de varios modos, aunque á nuestro entender nadie lo ha hecho con mas naturalidad que el cronista D. Pedro Lopez de Ayala. Este escritor atribuye la determinacion violenta del Rey al resentimiento que abrigaba contra los de Toledo, de donde era natural el arzobispo, y donde tenia una parentela

(a) Ayala. Crón. del Rey D. Pedro. Cap. XII y siguientes.

poderosa é influyente, por el buen acogimiento que aquella ciudad habia hecho á Don Enrique el Bastardo.

Fuese cualquiera la causa, lo cierto es que ejecutada esta venganza, el Rey por consejo de Mateos Fernandez y Juan Diente sus ballesteros de maza, pasó á la Coruña, donde tambien se detuvo poco, pues luego se embarcó para Bayona con sus tres hijas Doña Beatriz, Doña Constanza, y Doña Isabel; acompañaban la galea en que iba él con su familia, veinte y dos naos, una carraca, y un panfil que tomó á unos genoveses; tocó primero en S. Sebastian, y despues pasó á Bayona, perteneciente entonces á los Reyes de Inglaterra, como poseedores de la Guiena y tierra de Labort, á demandar ausilio para recobrar su reino á Eduardo III de Inglaterra.

No conduce á nuestro propósito seguir los sucesos posteriores, que fueron la venida del socorro ingles mandado por el famoso príncipe Eduardo llamado el negro, y uno de los primeros generales de su tiempo; la batalla de Nájera, el vencimiento de Don Enrique, y su nueva tentativa coronada con una victoria y un fratricidio en los campos de Montiel.

Aprovechándose entre tanto de estas discordias el Rey de Portugal, invadia el territorio español y hasta entablaba pretensiones á la corona. Siguieron estos sucesos, entrado ya á reinar Don Enrique II, quien hallándose en Zamora en 1369, tuvo noticia de que Don Fernando de Portugal habia entrado en Galicia, y ocupado la Coruña, prestándose á obedecerle toda la tierra. Inmediatamente se puso en marcha acompañado del condestable Du Guesclin y los bretones que con él habian venido á darle la victoria y el cetro: mas el portugues no se determinó á esperarle, y marchó por tierra desde Santiago á la Coruña, donde se embarcó para Lisboa, mandando al mismo tiempo á sus

huestes se retirasen con presteza á Portugal. Pero no por esto evacuó esta ciudad, que dejó en guarda de Nuño de Freire, maestre de la orden de Cristo con buena guarnicion. (b)

Al ver el Rey de Castilla este movimiento, se dirigió al pais enemigo, penetro en él y llegó hasta Guimaraens, mas á pesar de su diligencia y buenos esfuerzos, la Coruña continuó bajo el dominio portugues hasta el año de 1371, en que sabedor el Rey de que el presidio portugues de esta plaza hostigaba y hacia gran daño á sus parciales, agregándose á este mal la sublevacion de Don Fernando de Castro, hermano de la segunda muger del Rey Don Pedro, que era dueño de Santiago, Lugo y Tuy, envió á Galicia á su adelantado en este reino Pero Ruiz Sarmiento y á Pero Manrique que lo era de Castilla. Llegaron estos caballeros, vencieron á Castro en un lugar que la crónica llama Puerto de Bueyes, y obligándole á refugiarse en Portugal, pacificaron el reino y desvanecieron todas las esperanzas del monarca Lusitano. (c) Por este tiempo debió recobrarse la ciudad, aunque nada dice la historia, pero lo corrobora una carta del Rey fecha en Toro á diez de Setiembre del citado año de 1371, por la cual confirma los fueros, usos, costumbres, privilegios, cartas, franquezas y libertades, gracias, mercedes y donaciones, que la habian hecho su padre el Rey Don Alonso y sus antecesores, mandando á todos que las guardasen y respetasen. (d)

Igual confirmacion hizo su hijo Don Juan I en las Cortes de Burgos por carta fecha en veinte y cuatro de Agosto de 1379. En su reinado se suscitó la grave cuestion sobre la herencia

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del reino de Portugal, que solicitaba el monarca castellano, alegando su matrimonio con Doña Beatriz hija del Rey difunto. En tal estremo, aquellos naturales constantes siempre en rehuir la sujecion á la España, alzaron y pusieron en el trono al Infante maestre de Avis, con el nombre de Don Juan I, el cual aseguró la corona en sus sienes con la victoria de Alsubarrota. A favor de esta contienda apareció un pretendiente al reino de Castilla que era el duque de Lancaster (ó Alencastre como le llaman nuestros cronistas) como casado con Doña Constanza, segunda hija del Rey Don Pedro: determinado el duque á sustentar con las armas el derecho que le asistia, salió de Inglaterra con una fuerte armada, dirigió su rumbo á la Coruña, y el dia veinte y cinco de Julio del año 1386 acometió á la ciudad: traia consigo á su hija Doña Catalina, y consistian sus fuerzas en mil y quinientas lanzas, y otros tantos arqueros «buena gente» segun dice la historia. (e) Logró apoderarse de seis galeones de Castilla que estaban surtos en el puerto, mas la resistencia heróica de la villa promovida y sustentada por su castellano Fernan Perez de Andrade burló los esfuerzos del ingles y la salvó de sus ataques. Frustrado este intento, el duque tomó tierra en punto que no le ofreció dificultades, y entró en Santiago, donde fue bien recibido; usaba el título y armas de Rey de Castilla, y se le unieron bastantes caballeros y escuderos de la tierra, hasta que la contienda terminó con una composicion conciliatoria que hermanaba el derecho de posesion con el de justicia, que fue el matrimonio del Infante Don Enrique despues III de Castilla con su sobrina Doña Catalina de Lancaster, nieta del Rey Don Pedro, he

(e) Ayala. Crón. de Don Juan I.

cho que restableció la sucesion legal y hereditaria de nuestros Reyes interrumpida por Don Enrique el Bastardo.

A ningun monarca ha debido la Coruña las mercedes y distinciones que á Don Enrique III, pues se ocupó de ella constantemente, y son muchas las cartas y privilegios que espidió en su favor. A quince de Diciembre de 1393, estando en las Cortes de Madrid, confirm que los Reyes sus antecesores habian despachado, que eran Don Juan I su padre, Don Enrique II su abuelo, Don Alonso XI su bisabuelo, y Don Fernando IV su tercer abuelo, para que en la villa y su coto no pudiese entrar merino ni adelantado alguno, ni ejercer jurisdiccion, ni ecsigir yantar, aunque para ello mostrasen permiso Real, que debia considerarse en estos casos como nulo é ineficaz. (f) Con la misma fecha confirmó tambien el privilegio de que á los moradores de la ciudad y su término, no se. les ecsigiese el pago de portazgo, ni portage, ni andeage ni pasage, ni montazgo alguno en su reino, salvo en los tres puntos de Toledo, Sevilla, y Murcia, donde deberian pagar lo mismo que todos los demas, condenando á los que fuesen en contra de lo que mandaba á mil maravedis de la «moneda nueva» para su cámara Real, y los daños doblados á los vecinos de la Coruña, que sufriesen el perjuicio. (g)

En el mismo dia y las referidas Cortes aprobó por carta-privilegio un acuerdo del Concejo de la ciudad celebrado el dia dos de Mayo de 1380, estando el dicho Concejo de la villa junto por pregon segun costumbre en el portal de la iglesia de Santiago con el alcalde mayor Fernan Perez de Andrade, y con

(f) Ind. de Priv. núm. 6.

(g) Ibid. núm. 13.

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