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PINTURA

DEL

VERDADERO CARACTER RELIGIOSO DE LOS ESPAÑOLES

IN EL SIGLO XVI.

SUR

UELEN los hombres dejarse vencer de los engaños que la conveniencia y el odio les presenta artificiosamente pintados con diversos colores. De aquí nacen las falsas opiniones sobre el modo de discurrir los antepasados en tales ó cuales materias: de aquí el creerse por el vulgo que este ó el otro siglo fué supersticioso, enemigo de piedad con los delincuentes, bárbaro, feroz, ignorante en todo, humilde con los que se habian erigido en sus señores por medio de la violencia: intolerante con los que se separaban del camino de la verdad católica, é idólatra ciego de los que estaban en dignidad constituidos. Así han presentado siempre al mundo la malicia de unos y la ignorancia de otros al siglo XVI. Pero yo que trato de escribir la historia de aquellos que siguieron en España entonces las doctrinas de Lutero, he creido conveniente antes de dar comienzo á mi historia, describir las opiniones que tenian albergue en las almas de los buenos católicos, con respecto a las cuestiones religiosas que habian levantado y mantenian á la sazon en Europa,

los parciales de aquel famoso heresiarca, ya en los campos por medio de las armas, ya en las plazas públicas con las predicaciones, ya en los ánimos de las mas apartadas gentes con los libros impresos. Bien se puede afirmar que el modo de discurrir, no de los protestantes españoles, sino de los buenos católicos que florecian en el siglo XVI, es enteramente desconocido entre nosotros.

Desde tiempos muy antiguos era cosa frecuente en España lamentarse de los desórdenes escandalosos del cle

ro.

Entonces no habia género de vicios y maldades en que no cayesen por su desventura los eclesiásticos: á lo cual no poco contribuia el poder que lograban en los ánimos de la plebe y aun de la nobleza, ya por sus grandes conocimientos en el estudio de las letras, ya por el lustre de las dignidades en que estaban constituidos.

Contra los vicios que para mal de los católicos afligian al clero, levantó su voz en el siglo XIV, el Petronio de la poesía castellana. Hablo del discretisimo ingenio Pero Juan Ruiz, Arcipreste de Fita (Hita), quien en una de sus elegantes obras se burlaba diestramente de la codicia que en su siglo habia cercado los corazones de aquellos que tenian á su cargo el gobierno de la iglesia.

Véase una muestra de sus escritos.

«Si tovieres dineros habrás consolacion,
Placer é alegría, del Papa racion,
Comprarás parayso, ganarás salvacion.
Do son muchos dineros es mucha bendicion.
Yo ví en córte de Roma, dó es la Santidat,
Que todos al dinero fasen gran homilidat:
Gran honra le fascian con gran solenidat:
Todos á él se homillan como á la majestat.

Fasie muchos Priores, Obispos et Abades,
Arzobispos, Doctores, Patriarcas, Potestades:
A muchos clérigos nescios dábales dinidades,
Fasie de verdat mentiras et de mentiras verdades.
Fasia muchos clérigos é muchos ordenados,
Muchos monjes é monjas, religiosos sagrados.

El dinero los daba por bien examinados,

A los pobres decian que non eran letrados (1).»

No con menor vehemencia quejábase de iguales vicios que dañaban á casi todos los eclesiásticos del siglo XIV, Pero Lopez de Ayala, llamado el viejo. Este poeta en un libro que compuso con el título de Rimado de Palacio, prorumpe en estas lamentaciones:

«La nave de Sant Pedro está en grand perdicion, Por los nuestros pecados et la nuestra ocasion.

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Mas los nuestros perlados no lo tienen en cura:
Asaz han que fazer por la nuestra ventura:
Cohechan los sus súbditos sid ninguna mesura,
É olvidan la consciencia é la sancta escriptura.

Desque la dignidad una vez han cobrado,
De ordenar la eglesia toman poco cuydado,
El cómo serán ricos mas curan (¡mal pecado!)
Et non curan como esto les será demandado.

Cuando van å ordenarse tanto que tienen plata,
Luego pasa l'exámen sin ninguna barata;

Cá nunca el Obispo por tales cosas cata:
Luego les da sus letras con su scello et data.

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Luego los feligreses le catan casamiento,
D'alguna su vecina: (¡mal pecado!) non miento;
Et nunca por tal fecho resciben escarmiento,
Cá el su señor Obispo ferido es de tal viento.

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(1) Estos versos se leen en el tomo IV, pág. 76 de la Coleccion de poesías castellanas anteriores al siglo XV, recogidas por D. Tomás Antonio Sanchez.-Madrid, 1790.

Gran cabaña de fijos siempre les fallarás,
Derredor de su fuego que nunca y (1) cabrás.
En toda la aldea non ha tan apostada
Como la su manceba et tan bien afeytada:
Cuando él canta misa, ella le da el oblada
Et anda (¡mal pecado!) tal órden bellacada.

Perlados sus eglesias devian gobernar
Por cobdicia del mundo y quieren morar
E ayudan revolver el regno á mas andar,
Como revuelven tordos el pobre palomar (2).»

Así se escribia en el siglo XIV contra los desórdenes de la mayor parte del clero que entonces regía la Iglesia de Espana. ¡Tales y tantas eran sus maldades! Pero como el poder que habian conseguido fundar en los ánimos de

(1) La Y no está puesta en este lugar como partícula conjuntiva, sino como adverbio y en significacion de aLLi. No solo en estos versos, sino en antiguos documentos, en crónicas, en las Siete Partidas del rey D. Alfonso el Sabio y en el Conde Lucanor, ingeniosisimo libro del príncipe D. Juan Manuel, se usa de este modo. En los tiempos mas modernos, Fr. Luis de Leon la usó, como el ET latino pospuesto al verbo; es decir, en significacion de TAMBIEN:

«Que tienen y los montes sus oidos..

Fernando de Herrera (el divino) dijo en su oda á D. Juan de Austria, hablando de Apolo que

por

En oro y lauro coronó su frente.>

decir en LAURO DE ORO, siguiendo á Virgilio, cuando este en la Eneyda pone en boca de uno de sus personajes, las siguientes palabras;

Pateris libamus et auro,›

Hacemos libaciones en copas y oro, en vez de
Y

copas doradas.

(2) El Rimado de Palacio, impreso por la vez primera en la Revista de Madrid (dia 8 de Diciembre de 1832).

los nobles y plebeyos se aumentaba con la ignorancia ciega ó el descuido en que unos y otros vivian, deseando más pelear con los enemigos declarados del nombre de Cristo y con los competidores de sus reyes ó príncipes, que defenderse de las astucias de tiranos domésticos; las quejas de los que conocian claramente cuántos y cuán grandes vicios se encerraban en casi todos los eclesiásticos de aquellos calamitosos siglos, se perdian fácilmente entre el estruendo de las batallas y en manos de la conveniencia y sagacidad de hombres que pretendian, por medio de las dignidades, hacerse señores de todo lo criado.

Pero aunque estas violentas censuras no consiguieron el fin que deseaban sin duda sus autores, no por eso otros ingenios del siglo XV y principios del XVI dejaron de proseguir en la tarea comenzada por el Arcipreste de Fita y Lopez de Ayala el viejo: prueba de que los escándalos del clero arreciaban de dia en dia con lástima de los buenos católicos, que no tendrian ojos bastantes para llorar las calamidades sobrevenidas á la iglesia de Dios por las culpas de unos hombres llenos de ambicion y lujuria, que sin temor alguno corrian desenfrenadamente por el campo de los vicios, dando al olvido, no solo la dignidad eclesiástica, sino tambien su obligacion de llevar por buen camino, como fieles pastores, el rebaño de Cristo.

Fray Joan de Padilla (el cartujano), ingenio que floreció á fines del siglo XV y principios del XVI, declara en su poema Los doce triunfos de los doce Apóstoles (1), los pe

(1) Los doze triumphos de los doze Apostoles: fechos por el cartuxano; pfesso. en Sca. María d' las Cuevas, en Sevilla.» «Acabose la obra de componer domingo en xiiij de Febrero de mill y quinientos xviij años, dia de Sant Valentino martyr. Fué empremida en la muy noble y muy leal cibdat de Sevilla: por Juan Varela á v dias dl mes d' Otubre: año de nro. Salvador, de mill y quinientos rrj años.» (Letra gótica.) Este poema es una pura repeticion. Quien leyere el primer triunfo, entienda que ha leido todos. La vida del Apóstol, la cosmografía de los lugares, por donde predicó la doctrina

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