Valencia.

20 Escudo de armas.

Leyenda.

H. P. V.

ALGUNAS MONEDAS COLONIALES

inéditas ó poco conocidas.

( Lámina I. )

Sin ánimo de redactar un artículo extenso y de formas científicas, y al solo efecto de no olvidar en el primer cuaderno del Memorial la numismática antigua, mientras se concluyen los trabajos de mas importancia que nos destinan nuestros colaboradores, damos á continuacion las descripciones de algunas piezas interesantes, cuyo conocimiento no era aun completo por falta de diseños, y de otras variantes inéditas de las ya publicadas.

DIPO.

Puede decirse que el dibujo de las monedas de esta colonia no es conocido todavia. Sestini publicó en sus Medaglie Ispane, pág. 5 y lám. Fnúms. 8 y 9, dos monedas con tipos muy semejantes á los de la que luego describió D. A. Delgado en el catálogo de la coleccion de Lorichs, pág. 9, núm. 156. Aquellas piezas, por estar mal conservadas ó por llevar efectivamente la contramarca COERO, fueron atribuidas por el sábio anticuario á Coere sin sospechar un

momento que perteneciesen á otra poblacion muy distinta.

En los dos diseños de Sestini (extraordinariamente toscos) se ve en el anverso una cabeza desnuda, en el reverso una especie de carcax, sobre el cual está trazada la punta de una flecha en direccion horizontal, y debajo una targeta ó rectángulo con la palabra COERO en el núm. 8 y |COE en el 9.

Veamos ahora las dos piezas que han venido á resolver la cuestion definitivamente.

La de la coleccion de Lorichs, se halla descrita allí del modo siguiente.

«Tete très-barbare, nue, à la droite. R. 'Corne d'abondance ornée de feuilles, peut-être d'olive; au coté, au milieu d'un carré О¶¶. Gr. Br. Mod. 33. milim. C. O. Inédite. >>

La que hoy ofrecemos á nuestros lectores (véase su dibujo, lám. I, núm. 1) debe ser muy semejante á esta, pues se ve en el anverso una cabeza desnuda y se distingue en la otra área buena parte del cuerno, del que salen algunas hojas, leyéndose debajo de él, en letras toscas pero visibles, DIPO: no se descubre huella de targeta ó rectángulo.

Tenemos pues que ya no se puede dudar de la existencia de las monedas de esta colonia, y que, muy probablemente, fueron las de Sestini ejemplares mal leidos ó contramarcados, de la misma población. El carcax visto por Sestini se concibe bien que era cuerno de la abundancia y no aljaba, si se considera además que la forma mas comun de estas no es curva, sino recta, para introducir en ella los dardos ó las flechas.