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Alvarez era un hombre de indiscutible temple; pero ¿habremos de alabar por eso una terquedad ya inútil que consentía que los niños murieran desesperados tirando del seno escuálido de sus desfallecidas madres?

¿Y para qué? Para tener al fin que ceder.

El heroísmo, un heroísmo insensato podría pedir eso. La razón y la humanidad reclamaban conducta más cuerda.

¡Pobres pueblos, sujetos por su propia ignorancia à la terquedad de un solo hombre, tan héroe como se quiera, pero á todas luces inhumano y bárbaro!

Consigne en hora buena la historia su admiración al héroe y llene su tumba de flores y encrespe el orgullo de sus descendientes; nosotros admiramos las pruebas de entereza y de valor, no las vanas locuras.

No nos parece que valga la pena de que se sacrifiquen pueblos enteros el que la historia conserve un nombre, un nombre solo, cuando el de tantos miles de víctimas del orgullo ajeno, ignorado y sin premio quedará por los siglos de los siglos.

Cara hizo pagar Alvarez su soberbia al pueblo gerundense.

Sólo el prurito de no aparecer menos valiente que el terco gobernador, pudo hacer prevalecer entre los más ilustrados, su bárbaro dictamen.

Opinaban muchos, buscando una solución que pudiera satisfacer á todos, abrirse paso por entre el enemigo é incorporarse al ejército.

No era posible que triunfase tal opinión. Pocos estaban en condiciones de acometer tal empresa.

Ante el temor, sin duda, de que la razón se impusiese y se malograse su fama de tenaz, dictó Alvarez el siguiente bando:

«

Sepan las tropas que guarnecen los primeros puestos, que las que ocupan los segundos, tienen orden de hacer fuego en caso de ataque, contra cualquiera que sobre ellas venga sea español ó francés, pues todo el que huye hace con su ejemplo más daño que el enemigo.»

NOTAS

1. Los precios de las carnes no fueron alterados por disposición del Gobierno mientras du

raron.

2. Los demás articulos seguian el precio que ocasionaba la escasez, y muchos de ellos variaban según las introducciones, y aquí sólo se han figurado los precios regulares al principio del sitio y los más subidos y corrientes en su largo discurso; habiéndose visto el Gobierno precisado à permitir el precio que querian fijar á los viveres, los que los introducían á lomo y en cortas cantidades, pasando las líneas del enemigo, atendidos los riesgos que probaban en la entrada y salida de la plaza, y la pena de muerte que sufrían en caso de ser habidos.

3. No obstante de haberse figurado el precio de todos los articulos arriba expresados, muchos de ellos sólo podían conseguirse casualmente en los dias que habia alguna introducción.— Mataró, 22 de Diciembre de 1809.-EPIFANIO IGNACIO DE RUIZ.-DON EPIFANIO IGNACIO DE Ruiz, capitán de de la 3.a Compañía de la Cruzada Gerundense, comisario de guerra de los reales ejércitos.-Certifico: que desde 1.o de Agosto de 1809 hasta el 10 de Diciembre de el mismo, en que capituló la plaza de Gerona, en virtud de orden del intendente de provincia don Carlos Baramendi, ministro principal de Hacienda y Guerra de ella, tuve confiada la inspección del ramo de viveres, y que los precios que están continuados en la antecedente relación son los corrientes en la plaza citada durante su último sitio.-Mataró, 22 de Diciembre de 1809.-EPIFANIO IGNACIO DE Ruiz.

Movió la prolongada resistencia de Gerona á la Central, y á su instigación reunióse en Manresa una especie de Congreso de notables de Cataluña, para proveer al socorro de la ciudad sitiada. Tarde venía el nuevo intento. Probablemente hubiera fracasado. ¿Sobre todo había tiempo que perder?

Augereau activó desde el 2 de Diciembre el ataque á la plaza. Alvarez cayó enfermo el 4, pero aún siguió en el mando hasta el 9, en que lo entregó al teniente de rey don Julián Bolívar.

Bolívar reunió la Junta corregimental y una militar.

El enemigo se había apoderado el día 2 del arrabal del Carmen, y el 7 del reducto de la ciudad y de las casas de Gironella. Por toda defensa quedaban á Gerona 1,100 hombres que más parecían otros tantos espectros.

Decidióse capitular.

Pasó con este objeto al campo enemigo (10 de Diciembre) don Blas de Fournas.

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Bien recibido por Augereau se firmó la capitulación, que comprendió las estipulaciones siguientes:

«1.o La guarnición saldrá con los honores de la guerra, y entrará en Francia como prisionera de guerra. - 2.° Todos los habitantes serán respetados. - 3.o La religión católica continuará en ser observada por los habitantes y será protegida. - 4.o Mañana á las ocho y media de ella la puerta del Socorro y la del Areny, serán entregadas á las tropas francesas, así como las de los fuertes. - 5.o Mañana 11 de Diciembre, á las ocho y media de ella, la guarnición saldrá de la plaza y desfilará por la puerta del Areny. - Los soldados pondrán sus armas sobre el glacis. 6. Un oficial de artillería, otro de ingenieros y un comisario de guerra entrarán al momento en que se tomará posesión de las puertas de la ciudad para recibir la entrega de los almacenes, mapas, planos, etc.>>

Como Notas adicionales figuraron en la capitulación las que siguen:

«

Que la guarnición francesa que esté en la plaza, esté acuartelada y no alojada por las casas, é igualmente que los oficiales deben presentarse procurándose su posada, pagándoseles el tanto que se pagaba de utensilio á la guarnición española. Que todos los papeles del Gobierno queden depositados en el archivo del Ayuntamiento, sin poder ser extraviados, ni extraídos ni quemados. - Que á los que habrán sido vocales ó empleados en las Juntas en tiempo de esta guerra de opinión, no les sirva de nota ni perjuicio alguno en sus ascensos y carreras, quedando igualmente salvas y respetadas las personas, propiedades y haberes. - Que á los forasteros que se hallan dentro de la plaza por expatriación ú otra causa, tanto si han sido vocales ó empleados de las Juntas como no, se les permitirá restituirse á sus casas con su equipaje y haberes. - Que cualquiera vecino que quiera salirse de la ciudad y trasladarse á otra se le permita, llevándose su equipaje y haberes, quedándoles salvas las propiedades, caudales y efectos en aquella ciudad.

» Un teniente ó subteniente, elegido entre los oficiales del ejército español, estará autorizado con pasaportes para pasar al ejército de observación español, y llevar á su general comandante en jefe la capitulación de la plaza y de los fuertes de Gerona, solicitando se sirva disponer el pronto canje de los oficiales y soldados de la guarnición de Gerona y sus fuertes contra igual número de oficiales y soldados franceses detenidos en las islas de Mallorca y otros destinos. S. E. el señor Duque de Castiglione, comandante en jefe del ejército, promete que dicho canje se verificará luego que el general en jefe del ejército español le habrá dado á conocer el día en que aquellos prisioneros habrán llegado á uno de los puertos de Francia para el referido canje.

> En los tres días que seguirán á la rendición de la plaza de Gerona, el ilustrisimo señor obispo de dicha ciudad quedará autorizado para dar á los sacerdotes que estén bajo sus órdenes los pasaportes que pidan para pasar á las villas en las que tenían su domicilio anterior, para quedar y vivir en él, según lo deben unos ministros de paz, bajo la protección de las leyes que rigen en Esрайа.

» Los empleados en el ramo político de guerra son declarados libres, como no combatientes, y pueden pedir un pasaporte con sus equipajes para donde gusten. Estos son el intendente, comisarios de guerra, empleados en hospitales y provisiones, y médicos y cirujanos del ejército.>>

Costó el sitio de Gerona, de nuestra parte, de nueve á 10,000 vidas. Durante los siete meses que duró cayeron sobre la ciudad 60,000 balas y 20,000 bombas y granadas.

Decretó la Central para Alvarez de Castro, si vivía y sino para sus descendientes, la promesa de un premio. Ignoraba la Junta la suerte de Alvarez. Aunque hubo momentos en que se le tuvo por muerto, salvóse al fin, y fué el 23 de Diciembre conducido á Francia. Volviéronle á poco á España y, según todas las

señales, se le asesinó en el calabozo del castillo de Figueras, en que le recluyeron, separándole antes (1) de su ayudante don Francisco Satué y de sus criados.

**

No decayó durante todo ese tiempo el belicoso ardor de nuestros patriotas en las otras provincias.

Había la Junta central, según sabemos, fomentado desde fines de 1808 la for

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mación de partidas. Llegó á invitar á los contrabandistas á formarlas prometiéndoles á cambio un amplio indulto, tan amplio que á todo contrabandista de mar y tierra que en término fijo se presentase para servir en alguna cuadrilla

(1) Entre los documentos originales y de oficio que acerca de la muerte del gobernador Alvarez existen, es uno de los más curiosos el siguiente:

Excmo. señor.-Por el oficio de V. E. de 26 de Febrero próximo pasado, que acabo de recibir, veo ha hecho V. E. presente al supremo Consejo de regencia de España é Indias, el contenido de mi papel de 4 del mismo, relativo al fallecimiento del Excmo. señor don Mariano Alvarez, digno gobernador de la plaza de Gerona, y que en su vista se ha servido S. M. resolver procure apurar cuanto me sea posible la certeza de la muerte de dicho general, avisando à V. E. lo que adelante, á cuya real orden daré cumplimiento debido, tomando las más eficaces disposiciones para descu

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