recibiré de vuestra mano, dice el Señor? 14 Maldito el doloso, que tiene en su rebaño un macho sano, y haciendo un voto inmola al Señor uno defectuo so: porque rey grande soy yo, dice el Señor de los ejércitos, y mi nombre tremendo entre las gentes. CAPITULO II. Señor amada por él; y se casó con una hija de un dios extraño. 12 Exterminará el Señor de las tiendas de Jacob al hombre, que esto hiciere, al maestro y al discípulo, y al que ofrece don al Señor de los ejercitos. 13 Y aun esto habeis hecho, cubriais de lágrimas el altar del Señor, de lloro y de gemido, por manera que no El Profeta intima á los sacerdotes la maldicion | miraré mas al sacrificio, ni recibiré de del Señor, si no se arrepienten de sus malas vuestra mano cosa que pueda aplacostumbres, que les hacian degenerar de la carme. piedad de sus mayores. Reprende la profani- 14 Y dijisteis: ¿Por qué motivo? dad é infidelidad del pueblo en los matrimo- porque el Señor dió testimonio entre nios, y en sus malignos pensamientos contratí, y la muger de tu primera edad, que la providencia de Dios. tú desdeñaste: siendo esta tu compaAHORA á vosotros este manda-ñera, y la muger con quien te despomiento, ó Sacerdotes. Y saste. 2 Si no lo quisiereis oir, ni lo quisie15 Pues qué, no la hizo el que es reis poner sobre el corazon, para dar uno, y no es ella una partícula de su gloria á mi nombre, dice el Señor de espíritu? ¿Y qué busca aquel uno, sino los ejércitos: enviaré pobreza entre vo- un linage de Dios? Guardad pues vuessotros, y maldeciré vuestras bendicio- tro espiritu, y no desdeñes á la muger nes, y las maldeciré; porque no pusis-de tu juventud. teis esto sobre el corazon. 16 Cuando la aborrecieres, déjala, 3 Mirad, que yo os echaré el brazue- dice el Señor Dios de Israél: mas el lo de la víctima, y esparciré sobre vues- agravio cubrirá el vestido de aquel, ditra cara el estiércol de vuestras fiestas, ce el Señor de los ejércitos: guardad y os arrastrará consigo. vuestro espíritu, y no la querais despreciar. 4 Y sabreis, que yo os he enviado á vosotros este mandato, para que se perpetuase mi alianza con Leví, dice el Señor de los ejércitos. 5 Mi alianza con él fué de vida y de paz y le di temor, y me temió, y ante la faz de mi nombre temblaba. 6 Ley de verdad hubo en su boca, y no fue hallada maldad en sus labios: en paz y en justicia anduvo conmigo, y á muchos apartó de la maldad. 7 Porque los labios del Sacerdote guardarán la sabiduría, y la ley buscarán de su boca; porque él es Angel del Señor de los ejércitos. 8 Mas vosotros os habeis apartado del camino, y habeis escandalizado á muchos para violar la ley: habeis anu 17 Molestos habeis sido al Señor con vuestros discursos, y dijisteis? ¿En qué le hemos causado molestia? En eso que decís: Todo el que hace mal, bueno es delante del Señor, y de tales se paga: ó si no es así, ¿en dónde está el Dios de justicia? CAPITULO III. El Profeta anuncia la venida del Precursor de Jesu-Cristo, y la del mismo Señor, para juicio y destruccion de los impios, y para purificacion de los fieles. Hace presente al pueblo la larga paciencia de Dios, y le exorta à convertirse de sus pecados, y particularmente de sus sacrilegas blasfemias contra su dirina previdencia. lado la alianza de Leví, dice el Señor HE aquí yo envio mi ángel, y pre de los ejércitos. 9 Por lo qual os he hecho yo tambien despreciables y viles á todos los pueblos, porque no guardasteis mis caminos, y tratasteis la ley con acepcion de personas. 10 Pues qué no es uno mismo el Padre de todos nosotros? ¿qué, no nos ha criado un mismo Dios? ¿pues por qué desdeña cada uno de nosotros á su hermano, quebrantando la alianza de nuestros padres? parará el camino ante mi faz. Y luego vendrá á su templo el Dominador á quien vosotros buscais, y el ángel del testamento que vosotros deseais. He aquí viene, dice el Señor de los ejércitos: : 2¿Y quién podrá pensar en el dia de su venida, y quién se parará para mirarlo? Porque él será como fuego derretidor, y como yerba de bataneros 3 Y se sentará para derretir, y para limpiar la plata, y purificará á los hijos 11 Prevaricó Judá, y abominacion de Leví, y los afinará como oro, y como fué hecha en Israel, y en Jerusalém: plata, y ofrecerán al Señor sacrificios porque Júdas profanó la santidad del con justicia. 4 Y será agradable al Señor el sacri- venturados á los soberbios; pues ellos ficio de Judá y de Jerusalém, como los son establecidos viviendo en impiedad, dias del siglo, y como los años anti-y tentáron á Dios, y fuéron salvos. 16 Entónces habláron los que temen guos. 5 Y me llegaré á vosotros para hacer á Dios, cada uno á su vecino: Y Dios juicio, y seré yo al punto testigo contra estuvo atento, y escuchó: y fué ante él los hechiceros, y adúlteros, y perjuros, escrito un libro de memoria para los y los que defraudan el salario del jor- que temen al Señor, y piensan en su nalero, á las viudas y pupilos, y opri- nombre. men al extrangero, y no me temiéron, dice el Señor de los ejércitos. 6 Porque yo soy el Señor, y no me mudo y vosotros, hijos de Jacob, no habeis sido consumidos. 7 Pues desde los dias de vuestros padres os apartasteis de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos á mí, y yo me volveré á vosotros, dice el Señor de los ejércitos. Y dijisteis: ¿Cómo volveremos? 8¿ Clavará un hombre á su Dios, porque vosotros me clavais? Y dijisteis: ¿En qué os clavamos? En los diezmos y primicias. 9 Y vosotros tuvisteis la maldicion de la carestía; y vosotros, toda la nacion, me ultrajais. 10 Traed todos los diezmos al granero, y no falte alimento en mi casa, y despues de esto haced prueba de mí, dice el Señor: si no os abriere las cataratas del cielo, y no os derramare bendiciones con abundancia, 11 E increparé por vosotros al devorador, y no dañará el fruto de vuestra tierra: ni será estéril la viña en el campo, dice el Señor de los ejércitos. 12 Y todas las gentes os llamarán bienaventurados: porque vosotros sereis una tierra preciosa, dice el Señor de los ejércitos. 17 Y ellos, dice el Señor de los ejércitos, el dia en que yo he de obrar, serán para mí una porcion mia: y los atenderé, como atiende un hombre á su hijo que le sirve. 18 Y mudaréis de parecer, y vereis la diferencia que hay entre el justo y el injusto: y entre el que sirve á Dios, y el que no le sirve. CAPITULO IV. El Profeta anuncia el dia del Señor, que será de venganza con los malos, y de salud para los buenos. Venida de Elías, y conversion de los Judios. POR ORQUE he aquí vendrá un dia encendido como horno: y todos los soberbios, y todos los que hacen impiedad serán como estopa: y los abrasará el dia que debe venir, dice el Señor de los ejércitos, sir dejar de ellos ni raiz ni renuevo. 2 Y nacerá para vosotros los que temeis mi nombre el sol de justicia, y la salud bajo sus alas: y saldreis, y saltareis de júbilo como becerros de la manada. 3 Y hollareis á los impíos, hechos ya ceniza bajo la planta de vuestros pies, el dia que yo obraré, dice el Señor de los ejércitos. 4 Acordaos de la ley de Moysés mi siervo, que le encomendé en Horéb pa13 Tomáron cuerpo vuestras pala-ra todo Israél, que son mis preceptos y bras contra mí, dice el Señor. mandamientos. 14 Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra tí? Dijisteis: Vano es el que á Dios sirve: ¿y qué provecho es para nosotros el haber guardado sus mandamientos, y el haber andado tristes delante del Señor de los ejércitos? 5 He aquí yo os enviaré el profeta Elías, ántes que venga el dia grande y tremendo del Señor. 6 Y convertirá el corazon de los padres á los hijos, y el corazon de los hijos á sus padres: no sea que yo venga, 15 Por eso ahora llamamos biena-y hiera la tierra con anatema. 783 FIN DEL ANTIGUO TESTAMENTO. |