El sistema constante de los cuños primitivos atestigua la devocion gentilica, el poder marítimo y la riqueza comercial de la antigua Ciudad de Cádiz. Hércules su patrono, ó como otros quieren su fundador, se ve en unas medallas representado con sus insignias mitológicas: en otras la imágen del sol, que se veneraba en Cádiz, ocupa la haz de la medalla: en los reversos se distinguen los atunes, símbolo de la pesca: en las de menor módulo el delfin: en las mas luce la media luna, un astro, el caduceo de Mercurio ó el tridente de Neptuno, signos todos mas o menos representativos de la potente riqueza del pueblo. Tal es el asunto permanente de las tres primeras series.

Las demas corresponden todas á la era de Augusto, cuando este emperador se atrajo los rendimientos ó las adulaciones de la Ciudad con la dedicacion de aquellos curiosos Medallones tan raros como estimados. Los nombres y las efigies que estos representan son el emperador Augusto, sus nietos Cayo i Lucio césares, su yerno Marco Agripa, Tiberio, el pontífice Lucio Cornelio Balbo el menor, nuestro compatricio. En las de éste la mayor parte de los tipos se refieren al pontificado, pero las de Agripa, se refieren á la navegacion, en amparo de la cual, siendo aquel tan insigne Almirante, y á mas privado de Augusto, lo escogió la Ciudad por su Patrono.

La medalla bilingüe, que figura en la serie

de Augusto número 1.o, la fábrica de muchas de las Fenicias y Latinas, de gusto griego, y la edad de hácia fines de la República en adelante, á que las mejor conservadas sobre todo pueden referirse, recordando el valor de las artes en aquella era, prueban que la Ciudad nunca perdió su fuero primitivo, y que ni en tiempo de César, cuando este Dictador la declaró Municipio, ni despues en tiempo de los Emperadores que señorearon la España, reconoció la Ciudad otros usos que los suyos propios, de que hacia ostentoso alarde en sus medallas, conservando los tipos y los caracteres de sus cuños primitivos.

Las piezas inéditas y todas las demas raras y comunes que esta Coleccion comprende existen originales en los gabinetes de esta Ciudad, que se citan en la esplicacion de las láminas, donde la curiosidad de los aficionados puede satisfacer su gusto, y comprobar la autenticidad de los originales, de que sus mismos dueños responden.

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Del sitio i forma que dende su principio à tenido, i tiene al presente, la isla de Cadiz.

ONCE leguas del Estrecho de Gibraltar, saliendo del mar Mediterraneo para entrar en el ancho i espacioso Océano, en una punta de tierra que sale cerca de la villa de Chiclana, dexa la costa y ribera del Andalucia el viage directo que hasta allí à traido, encorvándose i haciendo un largo seno como de siete leguas.

En la concavidad de este seno está i se incluye el sitio de la pequeña, pero nobilísima e importante isla

de Cádiz, conocida i praticada en el mundo por los mas graves i antiguos cosmógrafos y escritores que en él à habido, útil i provechosa al comun trato i navegacion de estos mares, puesta a sus umbrales i quicios, en altura de treinta i seis grados i medio, casi en el medio del quarto clima, su mayor dia de catorce horas i media.

Rodéase su sitio con término de casi ocho leguas, i tiene tres de largo.

Su faccion es prolongada, i lo mas ancho por la parte que el rio la divide del Andalucia, i dende aquí, asi como va entrando en el mar, se disminuye i adelgaza poco a poco hasta fenecer en punta, estrechándose en algunas partes con ensenadas que hace la bahia.

Divídese del Andalucia, al oriente de la isla, con el rio que se hace de la misma bahia, siguiendo la playa de la propia isla sobre el mar al mediodia el parejo e igualdad que traza la demas costa de España, hasta fenecer en la última punta i fin de la isla que se dice de S. Sebastian, dende la qual punta a otra, que se llama Horca de los Franceses, es la parte occidental, ancha como un quarto de legua; i la parte del norte es todo aquello que de la isla entra bañando el agua de la bahia i su puerto hasta que della se forma el rio.

Dicen muchos, i escriben algunos autores, no sé con que fundamento, que en los tiempos mas antiguos desta isla tuvo diez leguas en largo, poco menos en ancho, i cinqüenta en contorno; disparate i engaño tan claro que el mesmo sitio de la isla burla dél, pues quien bien tantéare las playas de la isla i los baxos que se muestran en su contorno hallará que no pudo tener de ancho mas que una legua de lo que hoy tiene, i de largo no tanto, pues pasado aquello que del tal

grandor es baxo, de allí adelante tiene tanta hondura el mar como en su centro, i si la isla oviera de tener las diez leguas en largo, perdiérase la boca i entrada de la bahia, o quedára tan pequeña como arroyo o mediano rio, i si la bahia a mi entender jamas faltó de la forma i postura que hoy tiene, en poca mas o menos diferencia, porque con lo que la isla tiene de largo, i dos leguas que dende ella ay a la tierra firme, en que está situada la villa de Rota, que casi le está contrapuesta, aun apenas ay cinco leguas, casi no pudo tener las diez leguas de largo, ni aun las cinco que con mas møderacion dice el maestro Florian de Ocampo en sus Antigüedades de España, ni tampoco las cinqüenta en circuito, porque dende esta isla a lo que de Africa le está frontero no ay mas que de diez i siete a diez i ocho leguas, i si tuviera la isla las diez en ancho no oviera dende ella a la Africa mas distancia que de cinco a seis leguas, i oviera de ser i alcanzar el Estrecho de Gibraltar hasta todo aquello que fuera esta isla: cosa que repugna a quantos autores i cosmógrafos â avido, por graves i antiguos que sean, de los que an tratado de aqueste Estrecho, describiéndole y mostrándonosle siempre en la forma que agora se conoce, enmedio de quatro montes, en que son Ceuta, Tanger en Africa, Tarifa i Gibraltar en España, retirándose luego su costa hacia el norte, i la de Africa a la del mediodia.

Dicen mas: que en su primera edad desta isla fué tierra firme junta con el Andalucia, i que se dividió por algun furioso temporal o diluvio, qual dicen que â acontecido a Sicilia, separándose de Italia, a Negroponto, del Peloponeso, i a otras islas, de otras provincias, si