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con poca comodidad, ajeno de descanso y temeroso. Veamos: este que lo tiene, ¿há de pasarlo de esta vida? No. ¿Puede gozarlo en ésta? Tampoco, si no lo dá á los que lo hán menester, pues para eso lo tiene en depósito y administración.

¿Puede gastarlo en su sustento y abrigo? No, que es mucho menos lo que há menester. ¿Qué será, pues, de esto que forzosamente há de dejar? Gran locura es, siendo esto así, gastar la vida toda en juntar cosas, para dejarlas con ella. ¿Crees que aprovecha al difunto algo lo que dejó al otro que lo gasta, ó desperdicia? No serás tan necio que lo creas. Pues si esto es así, ¿por qué no tasas tus deseos, y los vas à la mano y tomas, pues es lícito, lo que hás menester, que es con lo que te está rogaudo la naturaleza francamente, que lo que te esconde y dificulta es lo superfluo? Injusto eres, pues quieres que á tí te sobre lo que á otros falta; y quieres más tener ociosos los dineros en tu cofre, que alimentar al necesitado.

¿Dejáronte tus padres hacienda? No te dejaron rico por eso: dejáronte con que lo puedas gastar, gastándola bien. Si la tienes y no la gastas, es como si no la tuvieres, pues no tienes provecho de ella. Si la gastas, no la tienes; lue. go forzosamente se colige que es bueno tenerla para no tenerla. Dirás que tienes hijos, y que los quieres aventajar. Doy que te afanas por dejarlos más ricos, éstos á tus nietos, y tus nietos á los suyos: ¿dónde ha de parar esto? Que todos dejan unos á otros, y todos lo dejan acá. Los bienes y posesiones no son firmes, y particularmente de nadie: son de la sucesión y la suerte. Aunque tienes tú hoy tal hacienda y tales posesiones, ellas no te conocen por dueño, ni te tratan como á tal: saben que has de pasar por ellas, y siempre aguardan la mano del tiempo, nuevo señor. Bajo y vi eres, pues amas tanto á quien tanto te desprecia, y tienes fe con quien ninguna ley te guarda.

¿Hállaste pobre? No te aflijas, que todos lo son, por más que tengan; y solo se diferencian de tí, en que no lo quieren parecer; y así les llevas de ventaja el no tener el trabajo de fingir lo que es imposible disimular. ¿Con qué agradecerás á la pobreza el hacerte exento de aduladores, que, alzándose con tus oídos, te trajeran ignorante de la verdad, y te los escondieran á la reprehensión y advertencia? Las artes que la pobreza enseña, más las debe al miedo con que vive y al cuidado con que habla, cierta de que no la guardarán respeto, que al estudio continuo. Y lo que en los poderosos parece privilegio que no se les atreva nadie, ni los contradiga, es desdicha, pues eso les causa ig. norancia; y quien los hace libres de reprehensión, los niega póder saber. Y la verdadera doctrina, en el temor de Dios (dice el Espirítu Santo) empieza y la sabiduría del alma: y en el temor de las gentes la de las cosas de esta inferior república. Así que en tenor empieza toda la sabiduría; y quien no teme no puede saber. ¿Sabes los privilegios de la pobreza? Pues yo te los diré: nadie sino ella los ha merecido. Todas las cosas están sujetas á las leyes; sólo la necesidad libre carece de ley: así lo dice el Proverbio.

Estás pobre, pero seguro de que la honra que se te hiciere, se hace á tu persona; y tienes consuelo en la que no te hacen, pues es cierto te la quita la falta de oro, de quien se dejan comprar, y á quien cautelosamente se venden los falsos amigos. Tan seguro estarás de ladrones, que antes te temerán por testigo, y huirán de tí por estorbo, que te acecharán por el provecho.

Esto tiene malo la pobreza, (dijo el Sabio) que hace ridículos á los hombres. Engañóse, que la pobreza no los hace ridículos, sino la opinión que de ella (ciegamente) tienen los que los desprecian.

Pero hagámosle esta lisonja: concedámosle que los hace ridículos, que es decir, que se ríen todos de ellos. ¿Qué culpa tiene la pobreza santa, agradecida y segura, de que el otro sea necio, y de que no tenga entendimiento para conocerla como es, persuadido del oro? De verdad, dice el pobre, ridículo me hace la pobreza, mas á tí te hace lamentable el dinero, que, desde que le tienes, andas inquieto con el pleito eterno sobre quién ha de ser dueño de quién; y al cabo por tener al oro le vienes á tener por Señor. Tu le sirves, tu le desentierras, tu le guardas, y él aun no te halla digno de ningún agradecimiento, pues se apodera de las noches con el cuidado, y del día con la solicitud. Y si mueres, él es el primero que le pesa de que te lloren, pues luego en juga las lágrimas á quien te hereda. ¡Y que viendo esto, haya heredero que se alegre con posesión que es tirana de la vida y de la muerte del que la tiene ó la sirve! Fuerza de hechizo tiene tu precio, oro, pues con malas obras y mal tratamiento grangeas sin ningún provecho voluntad tan enamorada. Considerado hé, que donde te crías haces inútiles los montes, intratables al ganado, ásperos, desnudos, sin yerba y estériles á todas las sazones del año: que en tí gastas todo el caudal de la naturaleza: de costumbre lo tienes: no olvidas esa condición aun fuera de las entrañas de los montes, pues lo mismo haces con el hombre que te busca y te posee. ¡Qué estéril es de buenas obras el rico avariento! No dá fruto: ménos provechoso es que el monte donde estabas; propiedad tuya es la esterilidad.

(La cuna y la sepultura, por D. FRANCISCO DE QUEVEDO VILLEGAS.)

VII. OBRAS HISTÓRICAS

I. CRÓNICAS.

Batalla de las Navas.

Quando se perdió Salvatierra envió el Rey D. Alfonso al Arzobispo D. Rodrigo á Francia é Alemaña, é al Apostóligo de Roma, é dió el Apostóligo á tal soltura por tod el mundo que fuesen todos soltos de sus pecados.-E este perdón fué porque el Rey de Marruecos dixo que lidiaríe con quantos adoraban Cruz en todo el mundo é moviéronse los d'Ultrapuertos, é vinieron á Toledo en día de Cinquesma, é volvieron todo Toledo, é mataron de los Judíos dellos muchos, é armáronse los Caballeros de Toledo, é defendieron á los Judíos. E después á VIII días entró el Rey D. Alfonso, é el Rey de Aragón en Toledo, á ayuntáronse grandes gientes de toda España, é de toda ultra puertos, é de Alcardet todo é ficieron mucho mal en Toledo, é duraron y mucho. Después moviéronse los Reyes con las huestes, é prisieron Alarcos, é Benuvet, é Piedrabuena, é Caracuel, é pasaron el puerto de Murada), é prisieron á Ferrat. E vino el Rey de Marruecos con toda su huest, é priso la Losa, é non los dejaba pasar, é derrompieron la Sierra, é pasaron, é fueron posar en las Navas de Tolosa, é paró el Rey Moro las azes aderredor de los Christianos IV días, é dioles grandes torneos; é Lunes amanecient parose

D. Diego López con todos sus Caballeros, é todos os Reyes de los cinco Regnos á las primeras feridas. E el Rey de Navarra era la costanera diestra, é el Rey de Aragón era la siniestra, é el Rey de Castiella tenía la Zaga con todas las otras gientes del mundo. E paró el Rey Moro sus azes, é ferió la haz de Diego, é de los Reyes, é movieron los Moros á la primera az é ferió el Rey de Navarra sobre ellos, é non los pudo sufrir é ferió el rey de Aragón sobre ellos é non los pudo sufrir, ni los pudo mover. Después ferió el Rey de Castiella con toda la zaga, é plogo á Dios, que fueron los Morog arrancados, é murieron y todos, si non los que escaparon por pie de caballo, é fugieron los de Baeza, é de otras Villas muchas para Ubeda. E fueron los Reyes Christianos prender á Ubeda é prisieron muchos cativos é cativas, más de LX mil. Después pobló el Rey á Bilch, & Baños, é Tolosa, é Ferrat. E en toda esta facienda non se acercaron y los omes de Ultrapuertos, que se tornaron de Calatrava, é cuidaron prender á Toledo por trayzón. Mas los omes de Toledo cerráron les las puertas, denostándolos é clamándolos desleales é traedores é descomulgados. E después que los Reyes pararon bien lo del Christianismo, tornáronse de esa huest. E esto fué en XVI días de Julio, Lunes. Era MCCL.....

(Anales Toledanos primeros, 12..-13...)

Fué terremotus en Toledo en dos días de Decembré é otro dia á la noche fizo gran diluvio toda la noche, é cayeron muchas casas, é en el muro é en las torres muchos logares, é fizo relampagos é tonos. Era MCCLIX.

...Escureció el sol viernes, hora de VI é duró una pieza entre VI é IX, é perdió toda su fuerza, é fízose como noche, é parecieron estrellas muy á quantas é de sí clareció el sol luego, más á gran pieza no tornó en su fuerza. Después cobró su fuerza como solía aver. Era MCCLXXVII...

(Anales Toledanos segundos.)

(Texto del P. Flórez.)

** *

é este rey don Sancho Ordonnes fiso vistas con el conde Fernand Gonçales en un lugar que dicen Vennares, é yendo el conde seguro, prissol el rey en enganno é llevolo presso á Tudela de Navarra, é yasiendo el conde presso, sacólo donna Constança, hermana del rey don Sancho Ordonnes, é yasiendo el conde en los fierros, tomólo la infanta á sus cuestas é dió con él en un monte, é encontraron á un arcipreste de ay de Tudela de Navarra. E dixo que si la infanta non le fisiese amor de su cuerpo, que los descobrerya, é la infanta fué abraçarlo, é teniéndole la infanta abraçado llegó el conde con sus fierros é matólo con el su cochillo mismo del arcipreste, é tendiendo la infanta los ojos, vió vinir grandes poderes, é dixo al conde: muertos somos, mal pecado! ca haevos aquí los poderes del rey don Sancho mi hermano, é el conde tendió los ojos, é fué muy ledo é muy pagado; é dixo á la infanta, esta es Castilla que me suele bessar la mano, é la infanta paró las cuestas; é cavalgó muy privado en la mula del arcipreste, el conde, é de pie y va la infanta é salió del mon te privado; é quando lo vieron los castellanos, todos se maravillaron, más nol bessaron la mano nin sennor non llamaron; ca avían fecho omenage á una piedra que

traxieran en el carro, que trayan por sennor fasta que fallaron al conde é tornaron la piedra, á semblança del monte de Oca, al lugar donde la sacaron.

E todos al conde por sennor le bessaron la mano.

Este conde Fernand Gonçalez, después que en Castilla fué alçado,
Mató al rey don Sancho Ordonnes de Navarra,

E él fuera en degollarlo con su mano.

E non querya obedecer el conde á moro nin cristiano,

E enbiól desir al rey de León, fijo de don Suero de Casso;

Don Alfonso avía por nombre; el rey enbió al conde enplasarlo,
Quel veniesse á vistas; é fué el conde muy pagado.
Cavalgó el conde commo ombre tan losano,

E á los treynta días contados fué el conde al plaso.

El plaso fué en Saldannas é commençole él á preguntarlo:
«E yo maravillado me fago, conde, como sodes ossado
De non me venir á mis cortes, nin me bessar la mano,
Ca siempre fué Castilla de León tributario;

Ca León es reyno, é Castilla es condado».

Essas oras dixo el conde: «Mucho andades en vano;

Vos estades sobre buena mula gruessa é yo sobre cavallo.

Porque vos yo sufrí, me fago mucho maravillado,

En aver sennor Castilla é pedirle vos tributaryo».

(CRÓNICA RIMADA de las cosas de España... y particularmente de las aventuras del Cid, 13...)

(Texto de Durán.)

Cómo entraron los moros en España.

Después que Tarife se pasó é el conde (Don Julián) fincó en Ceuta, pesóle muy mucho porque se fuera é envió su mandado al Miramomelín; envióle decir que era en tiempo que podría tomar toda España é que él que lo ayudaría con gran poder de haber é de amigos... É cuando el Miramomelín é Albelid, fijo de Abdelmenon, vió este mandado, plógoles muy mucho é dijeron que todas las cosas que habían é podían haber, todas las aventurarian. É cuando los moros vieron el robo que Tarife trajo, fueron muy ledos é pidieron al Miramomelín merced que los guisase como viniesen á España, é guisó estonce á Tarife é fuese para el conde don Juliano con doce mil caballeros bárbaros menos quince, à fuera los vasallos de Tarife é los alárabes, que eran muy grandes gentes sin cuento. É cuando los el conde vió, plógole muy mucho con ellos, é envío por todos aquellos que pensó que le ayudaríau, é éstos fueron muchos é de muchos cabos. Desi paró su facienda en tal manera que los pasó á todos en naves muy encubiertamente, en guisa de mercadores, é así los pasó aquenmar pocos á pocos, que ningún home non ayudase, sinon que eran mercadores. É después que todos pasaron á Tarife con su compaña, é cuando el conde vió que todos eran en España, é por tal que los moros non dudasen, é porque él había gran sabor de vengar su deshonra, pasóse con su compañía para Algecira Talhadra, é Tarife é toda su compaña posarcn en un monte que desde aquel tiempo fué llamado Gebaltarife; porque Tarife posó en él, é esto fué un día de viernes, seis días andados de marzo, cuando andaba la era de los moros en ciento é un años, É

después que todos los moros fueron juntados en aquel monte, llamaron al conde Juliano, é el conde, tanto que vió su mandado, dió á los mandaderos é á los que venían con ellos muchas donas é presentes de muchas tiendas, é fízolos á todos salir de la villa, é dióles lugares sabidos en que posasen, porque los de la villa non peleasen con ellos, nin los unos con los otros, é mandóles allí que lo atendiesen fasta que él viniese, é mandóles dar todas las cosas que habían menester, que nada non les fallesciese, é dijo á todos los de la villa que estuviesen guisados é apercibidos de guerra en tal guisa que moviesen cuando él mandase.

(CRÓNICA GENERAL. Texto de 1344, publicado por Menéndez Pidal.)

Guzmán el Bueno.

É luego el infante Don Juan movió é se metió en la mar é pasó aquende, é después fué aquende, cercó luego á Tarifa con aquel poder del rey Aben Jacob, é combatiéron le muy fuerte, é Don Alfonso Pérez de Guzmán, que la tenía, defendiógela muy bien. É el infante Don Juan tenía un mozo pequeño, fijo d'este Don Alfonso Pérez, é envió decir á este Don Alfonso Pérez que le diese la villa, é si non que le mataría el fijo que él tenía. É Don Alfonso Pérez le dijo que la villa que gela non darie; que cuanto por la muerte de su fijo, que él le daría el cuchillo con que le matase é alanzóles de encima del adarve un cuchillo, é dijo que matasen aquel fijo é otros cinco, si los tuviese que non darle la villa del Rey su señor, de que él ficiera homenaje, é el infante Don Juan, con saña, mandó matar su fijo ant'él, é con todo esto nunca pudo tomar la villa. É cuando los moros que estavan con el infante Don Juan vieran que él facía mucho por tomar la villa é non pudo, levantáronse cerca é pasaron allen la mar.

(CRÓNICA DEL REY DON SANCHO IV EL BRAVO, por FERNÁN SÁNCHEZ DE TOVAR, 14...)

La pelea de Montiel.

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Quando esto vió el Rey Don Pedro, dubdó é pensó que el fecho iba á mal, é quiso cavalgar en el su caballo ginete en que avía venido, é uno de los que estaban con Mosen Beltrán travó dél, é díxole: Esperad un poco». É tóvole, que non le dexó partir; é venían con el Rey Don Pedro esa noche Don Fernando de Castro é Diego González de Oviedo, fijo del Maestre de Alcántara, é Men Rodríguez de Senabria é otros. É luego que allí llegó el Rey Don Pedro é le detuvieron en la posada de Mosen Beltrán, como dicho avemos, sópolo el Rey Don Enrique, que estaba ya apercibido é armado de todas sus armas, é el bacinete en la cabeza, esperando este fecho. É vino allí armado é entró en la posada de Mosen Beltrán, é así como llegó el Rey Don Enrique, travó del Rey Don Pedro. Él non le conoscía ca avía grand tiempo que non le avía visto, é dicen que le dixo un caballero de los de Mosen Beltrán: «Catad que este es vuestro enemigo». É el Rey Don Enrique aún dubdaba si era él; é dicen que dixo el Rey Don Pedro dos veces. «Yo so, yo so», é entonces el Rey Don Enrique conoscióle é firióle con una daga por la cara, é dicen que amos á dos, el Rey Don Pedro é el Rey Don Enrique, cayeron en tierra, é el

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