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el dicho Francisco de Palazol di sellada con el sello de la dicha cibdad y firmada de mi nombre al dicho Miguel Moreno que trujo la dicha carta de Toledo.

Los dichos Señores Concejo Justicia acordaron de enviar á sus Altezas á Valladolid las dichas cartas originales de Toledo é Burgos y un treslado desta su respuesta y una suplicacion con ellas del tenor siguiente.

Muy Poderosos Señores-La cibdad de Murcia dice: que la cibdad de Toledo luego que las Córtes que su Majestad tuvo en Santiago fueron acabadas, le escribió una carta diciendo que para platicar algunas cosas que tocaban al servicio de su Majestad é bien destos reinos sobre lo que en las Córtes era subcedido, seria bien que se juntasen en alguna parte procuradores de todas las cibdades de estos reinos con poderes bastantes para en absencia de su Majestad proveer lo que á su servicio complia; por ende que nos rogaban que ansí lo hiciésemos á lo cual por esta cibdad fué respondido que uno de nuestros procuradores de Córtes que habia estado en la conclusion dellas no era aun venido á esta cibdad, como era verdad, é que hasta que aquel fuese venido é dél supiesen lo que su Majestad mandaba y se habia proveido en las Córtes, no debiamos ni podiamos respondelles cosa alguna. E agora hoy martes veinte é cuatro dias deste presente mes de julio rescebimos con un correo de la dicha cibdad de Toledo una carta y un treslado de otra carta que la cibdad de Burgos le escribió, las cuales vistas por esta cibdad rescibió de lo que en ellas se contiene mucha alteracion y escándalo por ser las palabras é obras que por ellas se ofrecen en tanto deservicio de vuestra Alteza, las cuales originalmente á vuestra Alteza enviamos. E porquesta cibdad

siempre en los tiempos pasados usó de la fidelidad y lealtad que á sus Reyes y Señores debió muy complidamente, é por ellos é por los servicios

que en defensa de la Corona Real hizo, le fueron fechas muchas mercedes, é no menos antes mas, como á su Majestad se debe, lo ha de usar y guardar agora, les respondimos lo que por un treslado de la carta que enviamos que con esta va, vuestra Alteza verá, lo cual muy mas largamente pornémos en obra. Acordamos de lo facer saber á vuestra Alteza, porque sabido provea lo que satisface á su servicio, cuya vida y estado nuestro Señor prosperamente conserve y guarde largos tiempos. De Murcia á veinte é cinco de julio de quinientos é veinte años= Yo Francisco de Palazol escribano mayor del Ayuntamiento de la dicha cibdad de Murcia fuí presente á todo lo susodicho, é de mandamiento é pedimiento de los Señores del Ayuntamiento de la dicha cibdad de Murcia lo fice escrebir é saqué en esta pública forma, por ende en testimonio de verdad fice aquí este mi acostumbrado signo Francisco Palazol-con rúbrica.

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FRAGMENTO

de la SILVA PALENTINA sobre las Comunidades de Castilla.

Con este nombre de Silva Palentina es conocido un libro hasta ahora inédito, que sobre los obispos de Palencia escribió D. Alonso Fernandez de Madrid, arcediano de Alcor y canónigo de dicha iglesia; pero su verdadero título es el siguiente: Catálogo ó copilacion de los obispos que por escripturas antiguas y modernas hallamos haber presidido en la iglesia de Palencia, con algunas concurrencias notables que en tiempo de cada uno acaescieron: la cual podemos llamar Silva de cosas memorables. Copilóla D. Alonso Fernandez de Madrid, arcediano de Alcor y canónigo de la mesma iglesia, y dirigióla al Ilustrisimo y Reverendísimo Señor D. Pedro Gasca obispo de Palencia año de 1556. Se conserva una copia de letra del siglo XVII en la Biblioteca de la Academia Española, de donde hemos sacado lo que aquí se transcribe sobre las Comunidades de Castilla.

Cuando partió de España (el Emperador Carlos V) dejó por Gobernadores destos reinos al Reverendísimo Cardenal Adriano, obispo de Tortosa, maestro suyo, y á los señores D. Fadrique Enriquez Almirante y D. Iñigo de Velasco Condestable de Castilla (1); y antes que él embarcase en la Coruña se comenzó á alborotar el

(1) No fué á su partida de España cuando el Emperador nombró por Gobernadores del reino al Almirante y Condestable, sino algun tiempo despues. Carlos V se embarcó en la Coruña en 20 de mayo de 1520, y no expidió el nombramiento de Gobernadores á favor de los dos personajes referidos hasta el 9 de setiembre del mismo año hallándose en Bruselas.

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reino, así por su partida como por cierto tributo y servicio que los procuradores de Córtes allí habian consentido y en Segovia en llegando su procurador le mató el pueblo cruelmente, arrastrándole, y en otras ciudades les derribaron las casas, y se comenzaron á levantar las comunidades y pueblos contra el Rey. Vistas estas alteraciones por los Gobernadores y Consejo del Rey, juntaron gente de caballo y de pie y comenzaron á hacer guerra á Segovia por castigar aquel primero insulto. Por otra parte las ciudades de Toledo, Madrid, Segovia, Avila, Salamanca y otras enviaron gentes y capitanes en favor de Segovia y se aposentaron en Santa María de Nieva donde tambien tenian buena artillería; y viendo los capitanes del Rey que no los podian dañar y especialmente por no tener artillería, acordó un capitan llamado D. Antonio de Fonseca una cosa con treinta lanzas y cuatrocientos peones de ir á Medina del Campo donde á la sazon estaban muchas y muy buenas piezas de artillería, que los Reyes Católicos habian allí puesto para defensa del reino; y llegado allí requirió á los regidores y pueblo que le diesen la artillería del Rey, porque así cumplia al servicio de su Alteza. Los de Medina respondieron que no la darian, porque sospechaban que la querian para destruir á Segovia y otros lugares del reino, lo cual no era servicio del Rey. Entre estos requerimientos y respues tas el pueblo se armó y se fueron todos á la plaza, y se pusieron en guarda de la artillería, y el capitan susodicho con su gente comenzó á hacer la guerra á fuego y á sangre, y con gran diligencia pusieron fuego por tres ó cuatro partes de la villa, y comenzó toda á arder: fué tanta la constancia de aquel pueblo que pos

puestas sus haciendas, hijos y mugeres, y sin querer ir á matar el fuego estuvieron siempre firmes peleando y defendiendo que no les fuese sacada la artillería, y salieron con ello, porque el capitan Fonseca vista su determinacion salió con su gente dejando abrasada la mayor y mejor parte de aquella rica villa. Túvose por cierto que se quemaron aquel dia quinientas casas de mercaderes ricos y de otros ciudadanos, y muchas tiendas, joyas y paños, lo cual se estimaba en un millon de maravedís; y lo mas cruel fué que se quemó todo el monasterio de Sanct Francisco, que era uno de los mejores de su órden, con cuantos ornamentos y plata y fardeles de mercaderes que allí estaban recogidos, y los frailes escaparon solamente el Sancto Sacramento (1) que en una huerta pusieron en un tronco de un árbol, y allí estuvieron algunos dias y noches con él fasta que tuvieron donde se acoger. Este fuego fué causa de abrasarse todo el reino, porque luego se levantaron todos contra el Rey, y en las mas ciudades echaron fuera sus justicias y usurparon sus rentas, y tomaron los pueblos el gobierno, ó por mejor decir, la destruicion de todo el reino. Y porque algunos grandes y caballeros tomaron la voz del Rey, ó por no sé que otros respectos fueron perseguidos por los pueblos y aun por sus mismos vasallos hasta echarlos de sus mismas casas y tierras, diciendo que ellos eran los verdaderos y fieles servidores del Rey, y que su intencion era librar su Persona y estado y rentas del poder de quien se lo usurpaba, y quitarle los malos consejeros etc., y á este titulo los unos robaban á los otros y no habia en el reino cosa

(1) Quizá: con el Sancto Sacramento.

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