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Fuí á Nápoles de Romanía y de allí á Malvasia, y de allí me embarqué á Candía donde hallé un galeon de Martin de la Renteria cargado de malvasias para Inglaterra, en el cual pasé hasta Gibraltar donde estoy, que me detuvo el señor D. Alvaro de Bazan once dias informándose de muchas cosas.

CARTA

de uno cuyo nombre no se declara, escrita desde las islas Hieres á 7 de mayo de 1538, dando cuenta del combate que una escuadra española en que iba el Emperador Carlos V, tuvo con otra francesa en las inmediaciones de Marsella.

Hállase de letra del tiempo en la página 123 del códice de misceláneas de la Biblioteca del Escorial, señalado ij-v-4, de donde la copió D. Martin Fernandez Navarrete.

Desde las Pomas (1) de Marsella os escribí lo que hasta allí se habia ofrescido, y esta será para os avisar de lo que despues acá ha sucedido, y es que el domingo próximo pasado que fué primero de los de mayo, antes que amaneciese partió S. M. de las dichas Pomas donde habiamos surgido aquella noche, y venimos á amanescer á Marsella la Vieja á donde S. M. mandó que se quedase la meitad de las galeras que con S. M. vienen, que son veinte y ocho, y entre las catorce que allí quedaron quedó la nuestra, y todas ellas tomaron agua para si y para las otras catorce que con S. M. habian ido. Y antes que acabásemos de hacer el aguada vino á nosotros un bergantin del Príncipe Andrea Doria á decir

(1) Tal vez venga la palabra Pomas de la francesa Pomegue que es una isla inmediata á Marsella.

como las galeras que habian ido con S. M. habian topado allí cerca diez galeras de turcos y franceses y quedaban combatiendo con ellos: que fuesen luego las otras. E ansí sin acabar de hacer el aguada recogieron toda la gente que andaba en tierra, y nos partimos al remo y con los trinquetes puestos: é habiendo andado cerca de tres millas hallamos la galera capitana donde S. M. viene, con otra francesa que habia desbaratado, é algunos soldados y gente de los de la capitana despojando á los de la francesa, en la cual venian algunos escriptorios é cajas buenas, aunque vacías; y S. M. mandó que las catorce galeras que venian se repartiesen en dos partes, y que las siete fuesen tras de dos ó tres galeras que se habian metido en alta mar, y las otras siete rodeasen una isla en que habia una gran roca donde se habian retraido los franceses que de la galera que S M. habia combatido saltaron, é así se hizo. E las siete galeras que fueron á alta mar llevaron por capitana á la capitana de España, la cual y la Vitoria de España habiendo alcanzado dos galeras de la de Francia, habiéndose tirado las unas á las otras buenos tiros y escopetazos, embistieron las dos de España con las dos de Francia, y saltó la gente en ellas y hirieron algunos hombres y prendieron otros, y tomando entre todas siete las dos de Francia las trajeron con sus cabos echados de unas galeras á otras; y las otras siete que quedaron á cercar la isla echaron mucha gente en tierra, los cuales con escopetas, y picas, y espadas, y alabardas, y rodelas, é partesanas é otras armas subieron por las rocas y sacaron dellas mas de cincuenta hombres franceses, y ginoveses, y catalanes y de otras naciones, y todos desnudos y malparados los trajeron á las galeras. La galera del Aguila en que viene

Mosiur de Granvela, é la galera Condesa en que viene el Señor Conde de Benavente, fueron tras la capitana de Francia, y el Aguila como es galera mas bien armada y ligera, alcanzó á la capitana de Francia, la cual se le volvió al rostro y quiso embestir con ella, y no le dando el viento lugar ni los del Aguila poniéndose á tan mal recaudo, pasósele á una banda, y la del Aguila habiendo rescibido algunos tiros de la de Francia, aunque segun dicen los que vienen en ella nunca pelota ninguna dió en ella, revolvieron contra la de Francia, y le tiraron muchos tiros y le hicieron muchas señales para que se les rindiesen y nunca quisieron, y el Aguila la siguió de tal manera que la alcanzó y la embistieron por la popa, y saltaron dentro en ella algunos soldados de los que estaban en el Aguila, y los hombres de la guarda de S. M. y otros criados de algunos Señores que alli estaban con sus armas, é prendieron al capitan general de las dichas galeras que era un hermano del Baron de San Pancracio que es un Señor de los de Francia, y que mataron allí al patron de la dicha galera, é otros se ahogaron en la mar: é poniendo á recaudo la dicha galera é gente della y llegando la galera Condesa, echados sus cabos las uñas á las otras, trajeron la galera francesa: así que fueron presas cuatro galeras y la gente dellas.

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Tras las otras seis habian ido las galeras en que viene el Señor Duque de Alba, y el de Alburquerque, y el de Nájera y el Conde de Módica, y creo que en la que viene el Nuncio, y así debe ser pues que viene en ella Juanequin Doria que es el capitan de la armada despues del Príncipe; pero las de Francia se dieron tan buena maña que defendiéndose con sus tiros á vela y remo se les me. tieron en un puerto que está cerca de las Jarras de Mar

sella, que allá se dice Cibdad, desde donde tiraban á su placer y allí se quedaron. S. M. mandó recoger todas las galeras y juntallas, y así juntas todas y las cuatro de Francia venimos aquel domingo en la noche abajo del puerto Cibdad en un amparo del viento levante que nunca en esta jornada nos ha dejado; é aquella noche estuvieron las dichas cuatro galeras bien á guarda y la gente dellas repartida entre todas las del armada; y á nuestra galera trajeron doce hombres de diversas naciones, entre los cuales trajeron un español natural de un lugar del reino de Valencia, del cual se informó de todo lo que habian hecho y pensaban hacer en este viaje, el cual respondió lo siguiente: Que por el mes de hebrero á los 20 dias del año próximo de 537 el Rey de Francia envió desde Marsella al Baron de San Pancracio con quince galeras y otros siete navíos pequeños al Turco á pedirle galeras y dineros para dar guerra al Emperador por mar y por tierra, y que así fueron y hallaron al Turco en la Pulla con toda su armada, y el Baron dió su embajada

y

fué muy bien rescebido del Turco, el cual mandó á Barbaroja que trajese consigo al dicho Baron y lo regalase, y ansi dicen que lo hacian; y porque le faltaban al Baron dineros y provision para su armada le dió el Turco por mano de Barbaroja catorce mil escudos y lo levó consigo al combate de Corfú, tierra de venecianos, y de allí se fueron á Constantinopla de donde el dicho Baron fué despachado con mas palabras que dineros ni galeras y Barbaroja diz que hizo cargar las galeras de Francia de artillería y pólvora, y dijo al Baron que la dejase en una cibdad ó fortaleza que se llama Monesterio que es en Africa, y con este buen despacho el dicho Baron por el mes de otubre se partió de Constantinopla

para Francia y en el golfo de.... (1) les vino tan gran tormenta que perdieron los navíos pequeños que llevaba, y murió alguna gente de las galeras, y las dos dellas echólas la fortuna á parte que vinieron á Francia en poco tiempo, habiendo en el camino descargado su artillería en el Monesterio que Barbaroja les dijo, y que las otras trece galeras volvieron atras y fueron al puerto de Xio de donde el Baron diz que habia avisado al Turco lo que le habia acontescido, y tornóle á repetir su embajada; y que el Turco le dió algunas esperanzas y con ellas se detuvo el Baron en el dicho puerto padesciendo alguna necesidad, aunque no de bastimentos, porque diz que el Turco le mandaba allí proveer; y ansí estuvieron otros tres meses: y que viéndose desesperado y sin dineros el Baron determinó de dejar en aquel puerto diez galeras con su hermano por capitan dellas, y él con tres las mejores, se fué á Constantinopla á pedir al Turco resolucion de lo habia de decir á su Señor; y fué tal su suerte que como en aquella sazon se juntasen en Salsas sus embajadores y los nuestros á concertar la paz, el Turco tuvo dello aviso y se enojó mucho de las mañas que el Rey de Francia traia con él, y mandó prender al dicho Baron de San Pancracio y á los gentiles hombres que con él iban, y los metieron todos en una torre de Constantinopla donde el Turco tiene toda su artillería, y pusɔ genizaros y otras gentes que pusiesen á recaudo las tres galeras, y mandó a Barbaroja que enviase veinte galeras á tomar las diez que en el Xio habian quedado de lo cual un mercader francés que estaba en Constantinopla, dió aviso al hermano del dicho

que

(1) Igual blanco en el original.

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