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sele los veinte mill pesos del año rezagado, como V. M. lo mandó.-N. S. la S. C. C. R. persona de V. M. guarde, con abmento de más reinos y señorios, como los verdaderos criados y vasallos de V. M. deseamos.-De los Reyes, 15 de Setiembre de 1556.-De V. S. C. C. M. criado y vasallo, que sus muy Reales piés y manos besa.-El Marqués de Cañete.

CARTA DEL MISMO VIREY, MARQUÉS DE CAÑETE, AL EMPERADOR, SOBRE EL PROPIO ASUNTO QUE LA ANTERIOR (1).

S. C. C. M.

A 15 de Setiembre di cuenta á V. M. del estado en que habia hallado esta tierra, y de lo que habia hecho y proveido en ella, largamente; y por esto no la volveré á dar aquí, sino remitirme á las que digo. A 20 del dicho rescebí una carta de V. M., hecha en Bruselas á 24 de Diciembre del año pasado de 55, en que en ella me manda V. M. que no reparta los repartimientos que hallé vacos y vacaren, porque se trata en despachar á D. Antonio de Ribera, que traerá la resolucion desto. Y cierto yo me holgué con la carta, porque me parescia que venia á propósito para detener el repartimiento y dar esperanza á los vecinos, con quien yo he tenido siempre fin de contemplar, de que D. Antonio de Ribera traeria el despacho quellos deseaban. Y con esto parescióme que no iba

(1) Coleccion de Muñoz, tomo LXXXVIII.

mucho en el secreto; junté los Oidores y amostréles la carta, y otro dia casi lo sabian todos. Fue tan grande alteracion en los capitanes que pretendian repartimientos, y en soldados que llaman Guzmanes, que luego se me empezaron á alterar, y ir á los frailes y á otras personas, á decir que si no les daban de comer, que se perderia la tierra, y otras cosas, que mandará V. M. ver por la informacion que invio. Los vecinos todos pretendian acrecentamiento; los Oidores decian que pues no se habian de dar indios, que sobre ello se les podia dar á ellos renta; y júntanse sin mí y acuerdan de hacerme el razonamiento que invio. Visto como esto se me ponia, y que no habia criado ni hombre que no sintiese alteracion de ver que la tierra no se repartia, ques por donde suele haber las guerras pasadas y la venida dellos á este reino, y questo me habia de crecer cada dia, y que la aucturidad de V. M., en que yo me habia puesto de representalla, se me habia de enflaquecer, y que un soldado que se llama Palomares vino á mí una mañana, y delante de mucha gente y con palabras récias me dixo: «Señor, oidme cuatro palabras.» Yo le respondí: «Y ocho.» Y fueron quél habia servido tan bien, que los Oidores le habian dado de renta dos mill pesos cada año en un repartimiento, y quél no los quiso. Yo le dixe que habia hecho mal, que mejor fuera tomallos y despues pleitear por los demás. Llamé en mi cámara á Diego Lopez de Zúñiga, que era uno de los capitanes más validos y de más amigos, porque era de mejor casta que los otros, y le dixe la voluntad que tenia de hacelle merced en nombre de V. M.; y que por tener tan poco paño como via y tantos con quien cumplir, que lo queria casar con doña Beatriz de Santillan, ques de buena casta, sobrina del licenciado Santillan,

que aunque viuda, moza y de buen parecer y sin hijos; que tenia un repartimiento que vale siete mill pesos, y más de veinte é cinco mill en esclavos y otras haciendas. Y respondióme que no era su honra que por su mujer paresciese que se le daba de comer, sino por sus servicios; que despues que yo le diese de comer, trataria de aquello. El capitan Rodrigo Niño habia dicho muchas veces que los Oidores le daban un repartimiento que le rentaba más de seis mill pesos, que se llama Achacachi, que era de Joan de Illanes, y que no lo habia querido. Visto esto, y que les daba el aire de Tomás Vazquez y Piedra-hita, questaban en el Cuzco con gente, y las cosas pasadas, acordé de bebella ó vertella (1); y puestos en órden cuatrocientos arcabuces que ya tenia y mi guarda y criados, de inviar á llamallos uno á uno, con que habia entendido el repartir el dia antes, porque habia dado á Joan Velazquez Vela Nuñez un repartimiento, porque era muy pariente del visorey Blasco Nuñez, y le habian cortado una mano en servicio de V. M., y nunca habia deservido, y tambien se casó con una hija del factor Romani. Con esto, ellos habian asegurado y tenian por cierto que salia el repartimiento; y como entraban uno á uno, los metian en una pieza questá junto á mi aposento cabe una huerta, y allí los desarmaban. Y vinieron Diego Lopez de Zúñiga, capitan, y Rodrigo Niño, y Joan Maldonado, ansimismo capitanes, y Lope de Zuazo, alférez general que fue en lo de Francisco Hernandez, y los dos Palomeques, y Palomares, y Gonzalo Silvestre, y Blas de Merlo, y el capitan Joan Porcel, y Villafuerte; y recogidos, la guarda de pié y de caballo estaban apercibidas, y dentro de una

(1) Es decir, de componer el asunto ó de romper por todo. TOMO IV.

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hora los llevaron á todos á la mar á metellos en una nao.

Quitadas las guias, todos los demás quedaron espantados y asombrados, y ni sabian si estaban en cielo ni en tierra. Esto se hizo á 10 de Otubre, y á 3, el licenciado Muñoz, que habia enviado por Corregidor y Justicia al Cuzco, como escrebí á V. M., se habia dado tan buena maña, que habia prendido una noche á Tomás Vazquez y á Piedra-Hita, y los habia traido al Cuzco, donde amanescieron sus cabezas puestas en el rollo. Con esta segunda nueva, yo tomé gran calor y ellos gran desmayo, y hice prender á Pavía, un caballerizo de Francisco Hernandez, un hidalgo de Ocaña que anduvo muy dañado, con él, especialmente en Pucara, porque una vez dió un caballo á Francisco Hernandez á tiempo que le dió la vida, y hizo muestras en tiempos que pudiera venirse á la gente de V. M. y no habia querido, y porque habia muerto dos hombres y habia prendido al capitan Rui Barba y llevádolo á Francisco Hernandez, por donde se habia señalado y era tenido en reputacion de valiente hombre: era mozo y bien dispuesto; ahorcáronle á medio dia, donde la gente tomó miedo.

Despaché luego á todo el reino el mandamiento que V. M., siendo servido, puede mandar ver, cuya copia invio, y mandé á los corregidores que de los Capitanes y alférez y otros oficiales de los de Francisco Hernandez hicieren justicia, y que á los demás condenasen para las galeras, que escrebí á V. M. que hacia en esta mar. Hecho esto en seis dias, parescióme que toda la gente, así la recienvenida con quien pude hacer esto, como la questaba acá, estaba muy escandalizada; acordé de repartir, y el repartimiento de Tomás Vazquez, questaba tasado en trece mill pesos y se retaso en diez, dí á Rodrigo Desqui

pe

vel, que tenia otro, que dexó en el Cuzco, de tres mill sos, porque habia servido siempre á V. M., y halládose con Blasco Nuñez, y porquestaba casado con una hermana de D. Pedro Luis de Cabrera, que tiene otra hermana suya con ella; y allí se recogian otros dos hermanos suyos, porque como D. Pedro se fué, quedaban todos ellos con gran nescesidad; y con esto se remediaron. Porque viesen que degollaban á unos y remuneraban á otros, dí otros tres ó cuatro repartimientos, como van en una Memoria que V. M. mandará ver, y veinte y tantos mill pesos de por vida en tributos vacos, á personas, mancos y tullidos y viudas, que habian muerto sus maridos en servicio de V. M., y los demás halládose con Blasco Nuñez, que todos ellos estaban tan pobres, que pedian por Dios. Situé en los mismos tributos vacos cient mill pesos para tres compañías: una de gentiles hombres de cincuenta á mill pesos, que todos fuesen hijos-dalgo y que hobiesen servido á V. M., y por capitan delloз á D. Pedro de Córdova, mi sobrino, hijo de D. Sancho de Córdova: los desta compañia todos pretendian repartimiento y son de los que estaban en la tierra, que la que yo habia hecho, que eran de los que vinieron nuevamente, de que Gomez Ceron era capitan, inviolo con estos capitanes por guarda dellos, y los desta compañia que tenia, van con D. Garcia á Chile; ordené cincuenta arcabuceros, questos sean tambien de los que han servido en esta tierra, questén prestos con sus mulas y arcabuces, con cinco cabos descuadras, para que vayan con las justicias á las partes donde les fuere mandado, y hagan alarde (1) cada mes; á estos se les dá á quinientos pe

(1) Es decir, pasen revista.

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