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RELACION BREVE FECHA POR PEDRO DE MONGUIA, CAPITAN QUE FUE DE LOPE DE AGUIRRE, DE LO MAS SUSTANCIAL QUE HA ACONTECIDO, SEGUN LO QUE SE ME ACUERDA, DE LA JORNada del GOBERNADOR PEDRO DE ORSUA, QUE SALIÓ DE LOS REINOS DEL PERÚ PROVEIDO POR EL AUDIENCIA REAL QUE RESIDE EN LA CIUDAD DE LOS REYES, É POR EL VISOREY MARQUÉS DE CAÑETE; É DEL ALZAMIENTO DE LOPE DE AGUIRRE, EL CUAL MATÓ AL DICHO GOBERnador Pedro de ORsua É SE HIZO CAPITAN EN ÉL, CON INTENCION DE VOLVER AL PERÚ POR EL NOMBRE DE DIOS PARA HACERSE REY É SEÑOR DÉL, SEGUN LO POBLICA. (1)

A nueve dias del mes de Julio de 1560 salió Pedro de Orsua de los Motilones, que es en la provincia del Perú,

noticias relativas á descubrimiento ni conquista, porque nos parece interesante y curiosa para dar idea de la forma en que se acometian tamañas empresas, con tal escasez de recursos y por hombres en lo general de condicion inquieta y turbulenta. Así que no en balde se ha dicho que eran mayores las dificultades que los primeros conquistadores llevaban consigo mismos, que las que solia ofrecerles la tierra desconocida á que se dirigian y los salvajes que la habitaban. Honra, pues, mayor merecen tambien los que con semejantes elementos llevaron á cabo hazañas que, sin exajeracion, pueden calificarse de épicas.

(1) Coleccion de Muñoz, tomo LXXXVIII.-Pedro de Orsua fue nombrado teniente de su tio, el licenciado Miguel Diaz de Armendariz, juez de residencia y gobernador del Nuevo Reino de Granada; y despues de fundar allí la ciudad de Tudela, no pudiéndose mantener fué á descubrir el Dorado.

el rio abaxo, con toda su armada, que serian trecientos hombres, antes más que menos, veinte y tantos negros, é seiscientas piezas de servicio, de indios é indias, é ciento veinte arcabuceros, é mucha pólvora, é treinta caballos bien aderezados, porque demás de ciento cincuenta caballos que habia para embarcar, se quedaron los demás en los Motilones, donde se embarcaron la gente, porque las chatas, en que se habian de embarcar los caballos, se hicieron pedazos al echar al agua, é de once piezas que eran, quedaron solas cuatro. Y estas chatas son navíos, casi como barcas de Córdoba, y en estas cuatro, que quedaron, y en muchas balazas (1) é canoas se embarcó el Gobernador. Andadas docientas leguas, se le fue al fondo el mejor de los navíos, á las juntas del un rio, que se llama de Veamia, que tambien viene de las provincias de Perú. É de ahí á ciento cincuenta leguas llegó á una provincia, que se llama Manicuri; estas trecientas cincuenta leguas, que quedan atrás, son todas despobladas, é creo que pereciéramos todos, sino fuera por la gran cantidad de huevos de tortugas que se hallaron, é alguna pesquería de anzuelos, por haber salido el armada desproveido é haber tardado dos años en se hacer los navíos. Esta provincia de Manicuri dura ciento cincuenta leguas; andado tres ó cuatro dias por esta provincia, se nos fue otro navío al fondo: remedióse la gente en muchas canoas que tomamos. É luego dimos en otro despoblado de ciento cincuenta leguas, del cual no escapáramos, sino fuera la mucha pesquería é muchos huevos de tortugas que se hallaron. Fue Dios servido de nos sacar deste despoblado, é dimos en un pueblo, principio de las

(2) Asi: sin duda por balsas.

provincias que dicen de Machifaro, en el cual pueblo hallamos mucho maiz y mucha cantidad de tortugas, en corrales de agua, hechos á mano. En este pueblo estuvo el Gobernador veinte y ocho dias, reformando la gente, que venia muy fatigada. A cabo de estos veinte y ocho dias salió deste pueblo, y este dia llegó á otro pueblo que habia quince leguas del uno al otro, en el cual pueblo halló caminos, la tierra adentro, é noticia de mucha gen

luego visto esto, el Gobernador despachó á Sancho Pizarro con cuarenta hombres á que siguiese la noticia é tomase lengua é guias.

É á tres dias despues que salió Sancho Pizarro, fue concierto entre algunos que se huyesen con los navíos que quedaban é las municiones que en los navíos habia; é luego fueron de otro acuerdo, segun paresció, por parescer de Lope de Aguirre é Lorenzo de Salduendo, que matasen á Pedro de Orsua é á D. Juan de Vargas, su teniente general, é que asi se alzasen con toda la gente é fuesen con mano armada al Perú por Tierra firme, con navios que podrian hacer allí, porque habria buen recaudo de oficiales é herramientas. É así acordado en esto, como á las ocho de la noche, entraron en casa del Gobernador los siguientes: D. Fernando de Guzman, su alférez general, é Lope de Aguirre é Juan Alonso de la Bandera é Lorenzo de Salduendo é Alonso de Montoya, Christóbal de Chaves, Alonso de Villena, Martin Perez de Correndo, Juan Calogiral, Diego de Torres, Miguel Serrano é un F. de Miranda, Sebastian Gomez, Pedro Hernandez y Pedro de Trujillo, que era de los que quedó en guarda de las canoas é navíos. É cada uno destos dexaron algunos amigos advertidos é armados, para que, andando al arma, acudiesen é hobiesen desarmado á TOMO IV.

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los que topasen é los truxiesen recoxidos hácia casa del Gobernador. É dexada aquesta órden, fueron en casa del Gobernador, á la hora ya dicha, el cual estaba con dos ó tres pajes suyos echado en una hamaca é descalzo para se ir acostar, é allí le dieron destocadas, aunque dicen que si no se halláran dos dellos á la puerta, se les fuera sin herida de muerte; mas allí le acabaron. É acudieron dando arma, acudió la gente más cercana uno á uno y dos á dos, cada cual lo más presto que podia, pensando ser indios; é como iban llegando, los iban desarmando é maltratando, é á otros amenazándolos con la muerte ansí ellos como algunos negros que traian consigo. É ya que les paresció que habia golpe de gente en el escuadron, echaron un bando, en que mandaban que, sopena de la vida, toviésemos á D. Fernando de Guzman por nuestro general, é á Lope de Aguirre por su maestre de campo, é á Joan Alonso de la Bandera por su teniente general, é á Lorenzo de Salduendo por su capitan de la guardia. É luego echaron otro bando, en que dicen que quien quiera que supiese de D. Joan de Vargas, que, sopena de la vida, dixese dél; y en esto asomó el D. Joan á la grita, con los que estaban aloxados junto á él, el cual era teniente de Pedro de Orsua; é luego se fueron para él con gran ira é le desarmaron é le dieron destocadas: aquí acabaron el Gobernador é su teniente, á loscuales N. S. perdone.

E luego se encerraron en un buhio (1) grande, en escuadron con toda la gente; posieron goardias de su mano en la armada de navios é canoas, é luego enviaron á un navio en que venia la despensa de Pedro Orsua, é

(1) Buhio, lo mismo que bokio, cabaña ó casa de los indios.

sacaron algunos tocinos é botijas de vino, é hicieron grande fiesta. E otro dia por la mañana hicieron sus capitanes á Cristóbal de Chaves, capitan de infantería, Alonso de Montoya, capitan de infantería y Alonso de Villena alférez general, al comendador Juan de Guevara é á Pedro Alonso Galeas, que eran amigos del Pedro de Orsua, hicieron los capitanes; los cuales lo aceptaron más de fuerza que de voluntad; á Miguel Serrano, que se halló en la muerte de Pedro de Orsua, capitan de infantería, á Sancho Pizarro, que estaba ausente, hicieron sargento mayor. E cada capitan destos hizo un alférez é un sargento, á los siguientes: hicieron alférez á Pedro de Truxillo, Juan de Vargas, Diego de Torres, Pedro Gutierrez, Diego Tirado é á Juan Gonzalez; sargentos, Juan Ortiz, Diego de Figueroa, é un Paniagua, é un F.° de Villadiego é á Cristóbal de Rivas, é á un fulano de Miranda alguacil mayor, é á Pedro Hernandez pagador mayor, é á Miguel Bobedo almirante, é á Juan Gomez piloto mayor, é á Sebastian Gomez capitan de la mar, é á Bartolomé de Valencia por aposentador. Venido que fue Sancho Pizarro, salieron á él mano armada é le dieron cuenta de lo que pasaba; é aceptó el cargo con muestra de contento.

E otro dia nos salimos deste asiento de nuestra perdicion, é llegamos á otro pueblo, que habria veinte leguas, é desembarcaron treinta caballos que habian quedado; é se fue el navio al fondo, é alli acordaron de hacer luego dos bergantines, é que se matarian los caballos para comer, porque no se hallaba género de comida, salvo yuca amargo, de la cual acertaron á comer ciertos indios de nuestro servicio, é luego murieron.

El primer hombre que se mató en este asiento fue á

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