Imágenes de páginas
PDF
EPUB

róse con dos ó tres horas de noche en unas lomas.

En 21 del dicho salimos deste paraje; yendo caminando á medio dia, se halló una poca de agua en unas laxas, donde se proveyó todo el Real y bebieron algunos caballos, aunque pocos, porque la noche atrás habiamos quedado sin agua; y fuimos á dormir adelante en una cañada sin agua, aunque para la gente, obra de media legua, se halló agua y llevaron á beber á algunos caballos. Y esta noche, visto la falta de agua que habia, mandó el dicho Theniente á Cristóbal de Heredia, maese de campo, que enviase algunos compañeros á descubrir el rio Salado, y que no volviese sin darle vista, y si hallase alguna agua, volviese algun compañero á dar razon dello. El dicho Maese de campo mandó luego á Juan de Carbajal y Juan de Estrada y Martin de Salazar y Juan Rodriguez Nieto y Pedro Flores, Gonzalo de Lares, los cuales salieron luego aquella noche al cumplimiento de lo que se les mandaba : fueron á descansar aquella noche obra de dos leguas algun rato, y antes que amaneciese, tornaron á proseguir su viaje como les era mandado, que fue Dios servido que adelante, yendo á descubrir el dicho rio con propósito de no volver sin descubrirlo, como lo hicieron; y hallaron unos charcos muy grandes de agua, de que recibieron mucho contento por la gran necesidad que traian de agua. Y al cumplimiento volvió Pedro Flores por la posta á dar razon de la dicha agua; no debió de tardar una hora en venir al Real; y los demás compañeros pasaron adelante á descubrir el dicho rio. En este paraje se perdieron las cabras, y vino Pedro Pinto á gran priesa á decir que las llevaban indios; y el dicho Theniente de Gobernador, con otros dos ó tres soldados, salió á la discera donde el negro decia las llevaba, y les

dió alcance, obra de una legua; é no los llevaban indios, porque con la sed se iban ellas de suyo; tambien con la gran sed que la boyada tenia, se dividió un gran atajo dellos, y los truxo Diego dé Biruega á dos leguas del Real.

En 23 del dicho salimos deste paraje, y al punto que estaban unciendo, llegó Pedro Flores con la nueva del agua que habia descubierto, y así se fué á dormir allá con gran regocijo, por ser en cantidad. Y el otro dia llegaron los dichos que habian descubierto el rio, y que ya` se habia acabado las lomas y sierras, y estaria de allí cuatro leguas: fueron bien recibidos con la nueva que truxeron, respecto del demasiado trabajo que hasta allí se truxo por la malicia de la tierra y de las pocas aguas y trabajo de la caballada, que era lo que se sentia, porque todos en general se desesperaban por la mucha piedra que habia, andando en demanda del rio Salado, que era el que deseábamos. Gastóse en esta sierra veinte é cinco docenas de herraje, porque de otra suerte no se podia andar, porque muchos caballos en dos ó tres dias se les gastaban las herraduras, cosa no creida, y así se nos encoxió mucha caballada; fue cosa inmensa de ver, dino de no creer sino los que lo vieron, el mucho trabajo que toda esta compañía pasó hasta llegar á esta agua, cosa que si se hubiera de pagar á dineros en descubrir este camino no se pudieran remunerar si no fuera con muy gran cantidad. Y así el Theniente de Gobernador les vendió á todos sus compañeros las gracias, y que él esperaba en Dios N. S., que de él serian pagados y de S. M.; y lo que fuese en su mano, ninguno fuese corto en mandarle ni en pedirle cosa alguna que él pudiese hacerles merced en nombre de S. M., porque les daba su palabra de ha

cerlo así, pues con dineros el mucho trabajo y voluntad con que ellos acudian, él no era poderoso á gratificárselos de otra suerte, porque habiendo de ser con dineros, habian de ser muchos y en mucha cantidad. Y ellos, todos juntos á una voz, respondieron siempre estarian prestos á todos los trabajos que les sobreviniesen, porque ellos su principal intento no era otro sino de acudir á lo que el dicho Theniente les mandase en nombre de S. M. Lo cual el dicho Theniente les agradeció, y que esperaba en Dios, mediante su voluntad y con su favor, salir con lo que habian intentado, porque dello entendia que era negocio muy principal, y que S. M. se lo gratificaria, como lo hace á todos los que le sirven. Y con esto el dicho Theniente quedó muy contento con tan grande ánimo como sus compañeros le mostraron, y ellos no menos de lo que el dicho Theniente les dixo. Cosa que yo aquí no puedo encarecer ni significar los trabajos atrás referidos, porque todos, en haberse hallado el rio que se buscaba, entendiamos que estábamos ya fuera de todos ellos, y así se estuvo dos dias aquí con muy gran

contento.

En 25 del dicho fuimos á dormir deste paraje dos leguas, y quedamos sin agua.

En 26 del dicho salimos deste paraje para ir al rio, cosa tan deseada, y no se pudo hallar abajadero para poder bajar al rio, sino fue por unas grandes cuestas, donde se pasó mucho trabajo en hacer camino para poderse bajar; y todo este trabajo les parecia á todos cosa muy liviana por el gran deseo que tenian de servir á Dios y al Rey. Y en la dicha baxada se quebraron algunas carretas, entre las cuales se quebró una en que venia la caxa Real con sus reales quintos; y así se bajaron todas, y el

dicho Theniente de Gobernador mandó que se fuesen todos al rio con las carretas y Real á holgarse, porque él se quedaria allí, como quedó, con algunos compañeros, con la dicha caxa Real, y el otro se aderezó la carreta y se fué al dicho rio.

Estando en el rio, al otro dia llegó Alonso Xaimez con los demás compañeros que llevó, consigo, diciendo que él habia seguido el rastro que el dicho Theniente les habia mandado y que dió á cabo de tres dias con muy gran cantidad de gente de nacion tepelguan. El cual fue dellos muy bien rescibido, que dándoles á entender por nagualato á lo que iban, se holgaron mucho é les dieron muchos cueros de Cibola (1), gamuzas, zapatos de su modo dellos muy buenos, mucha carne, y les dieron á entender que por allí podiamos ir, que ellos de allí nos llevarian á donde habia mucho maiz y poblaciones; y así el dicho Alonso Xaimez se volvió muy contento con la amistad que los indios le mostraron. Y llegado que fue al Real, le dixo el dicho Xaimez al Theniente de Gobernador que ¿cómo, pues su merced le habia enviado, cómo no le siguió? y el Theniente se rió dél por ver cuán apartada era aquella discera de su camino, mostrándole tanto agradecimiento como él quisiera, porque no habia traido indio ninguno; y quisieran algunos que se tomara aquella derrota. Y satisfaciéndose el dicho Theniente de lo que habia, entre otras muchas cosas que habia un rio que salia, donde aquella gente estaba, venia á entrar en el rio en que estaban, y habiamos de llevar, y así el dicho Theniente le dixo que fuese el rio arriba, y que llegado á la junta don

(1) Nombre de una provincia ó de su capital en el Perú, muy nombrada por la escelencia de sus cueros.

de estáse (1) este otro, iria á ver esa gente, y desto quedó el dicho Xaimez é los demás sus compañeros que habian ido con él muy satisfechos, porque deseaban en estremo de que se fuese por allí.

En 28 del dicho salimos de este paraje: yendo el rio arriba, se hallaban muchas rancherías (2) recien alzadas, é no paresció sino fue un indio que salió á las carretas; no hubo lengua ninguna de muchas que llevaba que le entendiesen; personas le preguntaban algunas cosas y se entendia, y el dicho Theniente le mandó dar un poco de maiz y que fuese á llamar la gente que por allí habia y que no tuviese miedo, y así se fue: fuímos á dormir á unos cerrillos á la orilla del rio.

En 29 del dicho salimos deste paraje, á dormir á la propia orilla del rio, donde se mató algun pescado.

En 30 del dicho salimos deste paraje, y fuímos á dormir á unas rancherias viejas, donde habia muchas moscas, y el otro dia faltaron muchos caballos, respecto de que se apartaron por el poco pasto que habia; y andando en busca de caballos Diego Diaz de Verlanga, Francisco de Mancha, hallaron una salina muy grande y con mucha sal, cosa no creida, y muy blanca. Fuímos á dormir á unas ciénegas (3), donde se derramaba mucha agua del rio que hacia las dichas ciénegas. Y los primeros que llegaron á este paraje fue Diego de Biruega, Francisco Lopez de Ricalde, Andrés Perez, secretario de gobernacion, y vieron ir caminando alguna gente é fueron á ellos y trujeron cuatro personas, porque las demás

(1) Así en el original.

(2) Rancheria, paraje ó casa en que se junta la gente ó soldados en un rancho.

(3) Ciénaga ó ciénega, lo mismo que pantano.

« AnteriorContinuar »