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A 14 de Mayo de 1643 murió Luis XIII, sucediendo á su reinado el muy largo de Luis XIV. En Barcelona se hicieron solemnes funerales por este monarca y se consagró á su muerte una corona poética, tomando parte en ella varios autores cuyas obras, escritas en catalán, castellano, latín y francés, fueron mandadas imprimir y publicar por el consejo. Participan todas ellas del gusto metafórico, hinchado y pomposo que había invadido á los mejores ingenios de la época.

La muerte de Luis XIII no influyó en lo más míni. mo. Los catalanes, á pesar del descontento justísimo que iban sintiendo por los franceses, prosiguieron fieles á sus convenios y firmes en sostenerse contra Felipe IV. Las operaciones de la guerra continuaron como antes. El gobernador de Cataluña, D. José Margarit, se había apoderado á mediados de Abril de Castell-Lleó, en el valle de Arán, que se entregara poco antes á los castellanos; en Junio penetró Lamotte por Aragón, rindió Maella y saqueó algunos pueblos de Ribagorza; en Julio el mismo mariscal ganó á Benabarre y otros lugares. La fortuna continuaba propicia á la causa catalana.

El día 9 de Agosto tuvo lugar un combate naval á la vista de Barcelona. Había llegado el 7 á este puerto la armada francesa, gobernada por el marqués de Brezé, y al señalar Montjuich la flota enemiga, salió á encontrarla. El combate duró dos horas, y concluyó la victoria por inclinarse á los franceses, quienes regresaron á Barcelona habiendo apresado cuatro bajeles, una polacra y una barca que llevaban socorro de gente y de víveres á la plaza de Rosas, en donde se mantenía firme el presidio castellano 1.

lar ses retirat ab la gent que li ha restat en Alcañis. Jo seré sens falta disapte á Barcelona, entretant jo restro vostre tres humble serviteur. De Flix 4 Mars de 1643.-Lo mariscal de La Motte.,

1 De una relación que se mandó imprimir y publicar en aquellos días.

Otro combate naval hubo también el 3 de Setiembre. Hizo señal Montjuich de descubrirse la armada de España, fuerte de 25 buques, y salió el de Brezé á encontrarles con los suyos, peleando todos con valor y destreza, y quedando por aquella vez indecisa la victoria. El mal tiempo separó á las dos escuadras, retirándose la española á Salou y la francesa á reparar sus daños á las islas de Iviza y Formentera 1.

El ejército del rey católico volvió .por este mismo mes de Setiembre á sitiar la villa de Flix con 4.000 infantes y 1.000 caballos, al mando de D. Juan de Garay. Defendió la plaza con valor D. Jaime de Erill, y acudió á socorrerla el mariscal Lamotte, si bien cuando llegó ya Garay había levantado el sitio, marchándose apresuradamente 2.

1 Feliu de la Peña, lib. V, cap. VIII.

2 Los partes que recibió D. José de Margarit, gobernador de Cataluña, del mariscal de Lamotte y D. Jaime de Erill, son los siguientes, copiados del archivo:

"SENYOR: Jous fas saber lo que ha passat de dezá que essent arribat á Bellpuig, yo tingui avis que los enemichs estaban devant Flix per atacarla, y que habian fet baixar quantitat de barcas ab designe de guanyar lo pont, y vent esta empresa, fiu avansar á la Granadella los regiments de infantería del Roselló, y de Roquelaura, ab orde de llansarse sobre la plasa al primer avis que tindrian de que los enemichs estaban prop, lo que feren ab tanta diligencia, y tant gloriosament, que entraren sens impediment algú á vista dels enemichs; y lo mateix dia me avancí fins á Castelldassent, ahont yo habia donat retiro á las tropas, y lo endemá ne partí á punta de dia ab forsas suficients per socorrer la plassa ab designe de cargar los enemichs sens llogarlos; pero essent prop de la Granadella tingui avis de que los enemichs se habian retirat, y que habian cremat totas las barcas: lo desplaher que yo ne tingut, es de haber perdut la ocasio de batrels, perque si ells me aguessen aguardat jols auria segurament desfets. D. Jaume de Eril, y tots los officials de son tercio, y del tercio de D. Lluis de Rajadell hi han mostrat gran resolucio y generositat, de qui estich molt satisfet: jo no he volgut mes tardar de donarvos aquest avis á fi (si es vostron servey) que vos ne fassau part als molt Illustres senyors Deputats y Consellers 8

TOMO XVI

No tardó la suerte en comenzarse á mostrar fatigada de proteger constantemente á las armas unidas de franceses y catalanes. A un nuevo general del rey católico, D. Felipe de Silva, cúpole la dicha de hacer que la victoria se decidiese por fin á abandonar las banderas á

de Barcelona, y á tots los pobles, particularment als molt Illustres senyors Consellers com ells hi tingan mes interes. Apres haber donat los ordes mes necessaris; yo men vinguí en aquesta vila de Arbeca per proveir á totes les coses necessaries, tant á la conservasió de Flix com de Lleyda. Apres haber donat orde á tot lo que jo veuré zo que los enemich voldran fer, jo men tornaré á Barcelona ahont fas compte de ser ans de vuyt ó 10 dias, y aixi avisareu al Consell que no es menester se pose en cami. Sí per assi hi ha alguna cosa de consideracio jous ne donaré tambe tot avis, totavia jous prech de creurem sempre Vostre molt humilt, y aficionat servido.-Lo Duch de Cardona.,

Copia de una carta de D. Jaume de Erill, escrita de la matexa vila de Flix.

"Confiat lo enemich, que ab la poca gent ab quem trobava en esta plassa, y los molis malais, puig passan de dos cents sexanta, no podia sustentarla, vingué á atacarla ahir dijous á las set hores de matinada, y fent frenta sos batallons; apres de haber repartida ma gent en sos puestos, y donar orde que traballasen en las fortificacions tot lo que era menester per nostra defensa en tot a ló que la brevedad del temps doná floch, fiu axir los mosqueters en unes culines estant devánt lo Fortin, que donant las carregas al enemich ab ló major valor lo entretingueren, que obligaren á posarse cuberts de las culinas, y ajuda tambe alguns tirs de artillería, ques matá alguna gent, de manera que no pugueren avansar un pas. A las tres de la tarde me arribá lo tercio de Roselló, y á las cuatre lo de Rocalaurá, ab que se asegurá esta plasa, y desmayá lo enemich, de manera que tractá retirarse, y encara que fou á un cuart de cami desta plassa, ab tal temor, tement alguna surtida, que han passada la nit ab las armas á les mans, aso me asseguran alguns rendits dells; jo he sabut venia gobernant esta gent, don Joan de Garay, y que portave cuatre mil infants, y mil cavalls: air á les sinc hores de la tarde descubrirem los venian sinc barcás, creem carregades de viures y municions, ab intent de provar la desembarcacio á la isla y rehexintlos, envestir per las dos parts. Pero vehent no era possible lás han vuy cremadas, y se han retirat enves Ribaroja. Fins ara no se nova certa, ni

que hasta entonces, con pocos intervalos, había permanecido firmemente adherida. Con 10.000 infantes y 3.000 caballos se presentó Silva ante Monzón, y hubo de rendirse esta plaza sin que Lamotte se atreviese á socorrerla 1. Caída Monzón quedaba amenazada Lérida, y en efecto, bien pronto se vió que la intención de Silva era la de apoderarse de esta ciudad, vengando la rota que tuvo el marqués de Leganés al pie de sus

muros.

El mariscal Lamotte, pesaroso de haber perdido á Monzón, quiso intentar un amago sobre Tarragona; pero en lugar de sorprender al enemigo él fué el sorprendido, pues cayó en una celada del ejército que se hallaba en el campo de Tarragona. Dejó en poder de las huestes reales gran número de prisioneros, y entre ellos sobre 50 catalanes, á quienes los cabos contrarios dieron en seguida libertad, diciendo: «Que el rey no hacía la guerra á sus vasallos, sino á sus enemigos 2.» Este fué el primer hecho por el cual se demostró que Felipe IV se había dispuesto á seguir una marcha distinta de la iniciada por el conde-duque de Olivares. A la política de repulsión seguía la de atracción. Quien se la aconsejara al rey conocía mejor á los catalanes que el conde-duque.

El año terminó, pues, para Felipe IV más favorablemente de lo que había comenzado, cobrando ánimo con esto sus partidarios para proseguir la empresa.

que camí ha pres. Lo valor dels oficials que me han asistit es increible, assegures V. S. es la mayor que per no cansarlo no referesch en particular esperant tindrá V. S. sobrades ocasions ab ques podrá assegurar dels desitgs tots tenim de emplear nostras vidas en servey de sa Magestad (que Deu guart) y de V. S. la vida lo cel prospere ab los acrescentaments se sap merexen. De Flix, y setembre als 11 de 1643. -De V. S. molt aficionat servidor.-Don Jaume de Erill,,

1 Feliu de la Peña, lib. XX, cap. VIII.

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CAPÍTULO XXXI.

Acude Lamotte en socorro de Balaguer.-Los españoles ponen sitio á Lérida.-Intimación á la ciudad.-Batalla perdida por Lamotte.— Viaje de Felipe IV á Fraga.-Prosigue el sitio de Lérida.-Intenta Lamotte socorrer la ciudad.-Capitulación de Lérida.-Entrada de Felipe IV en Lérida y su juramento.-Perdón general concedido por el rey.-Pone Lamotte sitio á Tarragona.-Asalto general sin fruto. -Se pronuncia contra Lamotte la opinión pública.—Embajada á Francia-Lamotte es apeado del mando.-Defensa de Tremp.— Fontanella en las conferencias de Munster.

(1644.)

Preveníanse España y Francia para la campaña de 1644, y Barcelona se ocupaba en adelantar sus fortificaciones y defensa, á cuyo fin no reparaba en gastos ni esfuerzos 1. Llegó á la capital del Principado un cuerpo de refuerzo que enviaba el gobierno francés, y á 7 de Mayo partió de la misma el mariscal Lamotte con 8.000 infantes y 2.000 caballos para socorro de Balaguer, cuya plaza se veía amenazada por D. Felipe de Silva, que cerca de ella se hallaba con 14.000 infantes y 4.000 caballos.

La estrella de Lamotte principiaba á nublarse. Hallándose este mariscal entre Tárrega y Bellpuig, supo que el ejército real, abandonando á Balaguer, había pasado el Segre con dirección á Lérida; y si bien en los primeros momentos quiso también él retirarse para emprender el sitio de Tarragona, á cuyas aguas se acercaba la armada francesa, habido consejo se siguió otro

1 Dietario de la ciudad.

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