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te los privilegios y mercedes que sus serenísimos progenitores les hicieron, en la defensa de los cuales se defendía una de las piedras de mayor valor de su corona real, que es este Principado, llave maestra para abrir todas las demás provincias y reinos de España, ó para cerrarlos. ¿Y qué han merecido por tantos servicios? ¿Qué privilegios nuevos se les han concedido en agradecimiento de haber gastado tantos millares de ducados y tantos millares de vidas? Todo ha sido disfavores, contravenciones, extorsiones, agravios, amenazas y obras de acabarlos, quemarlos y asolarlos. Han clamado por diferentes medios perseverando siempre en su lealtad (en medio de tantas ocasiones de lo contrario) á los oí- · dos de S. M. católica; pero como este gran monarca está siempre tras de la puerta que se halla perpetuamente interpuesta entre el rey y los súbditos para total ruina de unos y otros, no han merecido ser oídos de su real y paternal clemencia; antes bien, desdeñando siempre sus ministros las finezas catalanas, los han dejado como á cosa de poca importancia, y como á gente de sobra en la monarquía. Estaban con el llamador en la mano clamando para entrar, y representando para esto servicios hechos con liberalidad extraordinaria y voluntad de mayores empleos en servicio y defensa de la real corona, de la cual deseaban ser oídos. Pero en medio de esta constante lealtad y fidelidad perseverante, se les responde con rigor, con esquivez, con amenazas, determinando y decretando, á la voz de nuestros clamores y á la vista de nuestras lágrimas, la total destrucción de Cataluña y de los catalanes, declarando ser esta provincia rebelde y contraria al rey; y todo esto con tanta ficción y solapadas miras para cogerla más descuidada, que publicaban con la boca y de palabra ser provincia fiel y leal, y venía marchando un poderoso ejército con toda resolución de asolarla como rebelde; de manera que, ha

TOMÓ XVI

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blando por boca y voz de Jacob, mostraban siempre las manos ásperas y peludas de Esaú: ni palabra mala ni obra buena. Y viéndose Cataluña en tan triste estado, ¿qué había de hacer? ¿Qué podía esperar en la puerta de una casa, desde la cual se le tiraba tan directamente como se podía para acabarla? ¿Qué más podían esperar los padres de esta libre república y afligida provincia, viendo la espada contraria, no sólo desenvainada, sino alta y que descargaba ya con todo rigor los golpes? 1.»

Y hay que añadir á estas palabras, pronunciadas desde el púlpito por un sabio sacerdote, otras mucho más enérgicas y valientes que se leen en una obra impresa en aquellas circunstancias por mandato y orden de los diputados.

«Cataluña ha sufrido veinte años, ha callado veinte años, ha suplicado veinte años, sin hallar remedio ni satisfacción á sus opresiones y rompimientos de privilegios y constituciones. No quedaba otro medio para el alivio sino el de las armas: ha echado mano de ellas. Sin un arrimo grande era dificultoso conservarlas poderosas, y así poco á poco se puso bajo la sombra segura del rey cristianísimo, hasta elegirlo conde de Barcelona, como lo hicieron en otra opresión los catalanes, de las cesáreas majestades de Carlomagno, Ludovico Pío y Carlo Calvo. Entonces estaban opresos los catalanes de los moros, agora de los castellanos, y aunque éstos son de religión buena, por ser católicos, son de costumbres peores por haber hecho en Cataluña más crueldades que los mismos moros. Muchos catalanes vacilaron en la expulsión de los moros, temiendo no fuesen vencidos, y después tratados peor; pero como era causa de Dios, fueron poderosos los catalanes para expeler los moros, quedando los que pelearon gloriosos y ricos para sus generaciones;

1 Sermón predicado en la capilla de San Jorge.

y los que no quisieron pelear por tener propicio al moro, quedaron corridos y llenos de dolor de haber perdido una ocasión tan grande. Agora, oh catalanes, comienza el nuevo estado y la nueva restauración de Cataluña: causa justísima es, declarada por los magistrados, calificada por tantas juntas de teólogos sapientísimos y cristianísimos, aprobada por tal de las naciones que votan sin pasión. Agora se han de ganar ó perder las libertades de los privilegios de Cataluña, que estaban casi perdidos, y con nuestro valor se comienzan á ganar. No hay que dar oídos á cosa en contrario, sino manu ad arma. Agora es la ocasión en que de los catalanes, unos han de aumentar con las armas las glorias de sus antepasados, y otros empezarlas para sus hijos, y unos y otros hacerse gloriosos para los que vendrán; los cuales tendrán por más famosos los que más habrán padecido por su patria; por más nobles los que más habrán servido á la restauración de sus hermanos; por varones de más gloriosa memoria los que, á costa de sus comodidades y hacienda, habrán más campeado en la campaña. La hacienda que se adquiera ó se posee, se acaba; pero el patrimonio de la honra adquirida por la defensa de la patria, nunca tiene fin ni se acaba. El labrador que es prudente no le duelen los granos que echa en la tierra, porque sabe los cobrará multiplicados. El mercader que quiere hacer su casa, arrisca parte de su hacienda, encomendándola á la instabilidad del mar, porque si sucede mal un viaje, en muchos otros se hace rico; y uno y otro tienen atendencia, no á lo presente que tiene, sino á lo que ha de suceder. De la misma suerte, en este caso no se ha de tener en cuenta á los gastos que se hacen, sino al fruto que han de dar á Cataluña, á la libertad y al buen estado que ha de quedar para los hijos, nietos y demás generaciones, los cuales se podrían quejar amargamente de que habiendo los presentes hereda

do de sus pasados una Cataluña libre, señora y privilegiada, les dejasen á ellos una Cataluña esclava, pechada y con estado infame. Ningún catalán que sea de honor ha de querer por la comodidad excluirse de esta ocasión, peleando, persiguiendo y ofendiendo á los enemigos, hasta haber recompensado dellos la debida recompensa; antes se ha de tener cualquier catalán por agraviado, si lo quisieran eximir de la ocasión honrosa que es común y general á Cataluña 1.»

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Secretos públicos, piedra de toque de las intenciones del enemigo y luz de la verdad, obra publicada por mandato y orden de los muy ilustres señores diputados y oidores. Muchos opúsculos y folletos en favor de la causa catalana se imprimieron en aquel año de 1641 y siguientes, mientras duró la guerra que se continuó llamando de los segadores. Entre los más notables que han pasado por mis manos, después de la Proclamación católica y de la Noticia universal de Cataluña, de que se ha dado cuenta, y los Secretos públicos ó piedra de toque que se acaba de citar, hay que hacer mención de un libro que ostenta en su portada el largo título siguiente: Politica del compte de Olivares. Contrapolitica de Catalunya y Barcelona. Contraveri al veri que perdia lo Principat catalá. Veritats breument assenyaladas. Frotecció manifestada del sants auxiliars. Proclamació y noticia ab altres papers y relacions resumidas. Violencias de las armadas tropas castellanas. Prosperitats de las armadas francesas y catalanas. Y tranquilitat que del crisol de tantas persecucions injustas li promet la protecció del rey Cristianissim. Suscribe esta obra como autor el Dr. José Surroca. Se publicó también la Justificació en conciencia de haber pres lo Principat de Catalunya las armas pera resistir als soldats que de present la invadexan y al altres que amenassan invadirla. El Dr. José Font, sacristán de San Pedro de Ripoll, dió á luz un folleto de 60 páginas títulado Catalana justicia contra las castellanas armas. El P. Fr. Francisco Fornés escribió La catalana verdad contra la emulación. Cataluña electora según derecho y justicia. Luis XIII verdaderamente electo en conde de Barcelona. Las leyes godas no derogadas del todo, sino suplidas y mejoradas. El conde de Barcelona con el jus patronatus de las iglesias del Principado y sus condados. Queda citada ya varias veces en anteriores notas la obra del Dr. Antonio Ramques, de la Seo de Urgel, Cataluña defendida de sus émulos, ilustrada con sus hechos, fidelidad y servicios á sus reyes. Publicáronse también durante aquel tiempo varias composiciones en verso, en catalán unas y otras en

CAPÍTULO XXV.

Gobierno y disposiciones militares tomadas en Barcelona.-Intimación á la ciudad. — Contesta Barcelona.-Consejo de capitanes.—Se acuer da el ataque de Barcelona.-Plan de ataque.-Alocución del general en jefe.-Alocución de Tamarit á los catalanes. -Preparativos de resistencia en Barcelona.-Muerte del conde de Tirón.-Retirada de los catalanes. -Muerte del duque de San Jorge.-Muerte de otros capitanes. —Ataque á la ciudad. —Batalla de Montjuich.-Socorre Barcelona el fuerte.-Derrota y estrago de las tropas reales.-Toma Garay el mando del ejército.—Banderas tomadas á los castellanos.

(26 DE ENERO DE 1641.)

Hecha la aclamación de Luis XIII como conde de Barcelona, dióse parte en el gobierno de las armas y en las direcciones de las mismas á los franceses, nombrándose una junta superior compuesta de tres personas: el diputado militar D. Francisco de Tamarit, el conceller en cap de Barcelona D. Juan Pedro Fontanella, y M. Plesis Besanzon, la cual junta tenía un consejo consultivo de guerra compuesto del gobernador de Barce

castellano, y también después del asalto de Montjuich, de que se va á hablar en el inmediato capítulo, una obra dramática titulada La famosa tragicomedia de la entrada del marqués de los Vélez en Cataluña y asalto de Monjuique. En contra de las ideas sostenidas por Cataluña y en defensa de la legitimidad y derechos de Felipe IV, se imprimieron también algunas obras, siendo entre ellas la más notable un tomo de 400 páginas, impreso en Zaragoza, con el título de Cristal de la verdad y espejo de Cataluña: su autor Fr. Agustín Rius; proponiéndose probar este autor en su obra la singular é inmoral tesis de que los reyes, jurando la observancia de los pactos hechos á su elevación, aunque tengan fuerza de ley, no se hallan rigurosamente obligados á cumplir su juramento, mientras que, por el contrario, al vasallo que ha jurado fidelidad y obediencia nadie en el mundo puede dispensarle del cumplimiento de este deber.

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