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temente la nueva batería del enemigo, aumentada hasta 39 cañones, empezando á hacer brecha en el referido lienzo de muralla, en la parte donde antes habia una torre, que habrá dos años se quitó, y haciendo grandes estragos en las torres y baluarte de la Puerta Nueva, adelantando al mismo tiempo sus ataques, prosiguiendo siempre de dia y noche el bombardeo por tierra con granadas y muchas piedras, siendo igual el fuego que le echó la plaza, tambien con piedras, bombas y granadas, á mas de la artillería, causándole notable daño, acentando uniformes todos los rendidos, ser tal el horror que le ha concebido la infantería francesa, que sino se hubiese cautelosamente entendido en su ejército, hacerse en el nuestro mal trato á los rendidos, desertarán infinitos, y para desvanecer tan siniestra impostura, se introdujeron papeles impresos en francés asegurando á todos de la buena acogida que hallan, y se prosiguió en la plaza con incesante desvelo en las cortaduras y prevenciones que miran á frustrar los intentos del enemigo en cualquier avance, estando los soldados dispuestos á hacer una obstinada defensa, sin intimidarlos las desgracias y muertes de sus compañeros, ni el rigor de tanto fuego.

>>En estos dias, desde el 27 de Junio, siendo el ansia de los cabos que gobiernan nuestras tropas en la montaña, ir ganando terreno para avanzarse al llano, á fin de poder inquietar mas al enemigo, se puso una batería de 5 cañones de campaña en una casa inmediata á los Capuchinos de Sarriá, de la cual se desalojó al enemigo y la ocuparon los nuestros; dióla despues dos avances, de que fué rechazado con no poca pérdida, y prosiguiendo el enemigo en el desvelo de no permitirnos allí ningun puesto, la empezó á batir inmediatamente con 4 cañones de campaña y dos de 25 libras, con que llegando al estado de arruinarse enteramente, se hubo de abandonar, sin que unos ni otros la ocupen. Y en el mismo tiempo no se ha cesado en inquietarle, por la parte del Hospitalet el General de la caballería con el grueso de ella, y por las partes de la montaña los cabos que ocupan aquellos puestos, teniéndole por todas

en contínua arma, obligándole á tener reforzadas aquellas avenidas, y á estar sus tropas en contínuo movimiento, abrigándose los desertores que llegan frecuentemente por aquellas partes, y manteniendo abierto el paso por la del Llobregat, para introducir en la plaza todos los bastimentos necesarios de boca y guerra, siendo muchos los que el desvelo y solicitud del señor Capitan General ha hecho entrar con continuados convoyes de harinas, armas, pólvora, granadas y balas, que ha sido y es de la mayor importancia para que abunde la plaza de todo lo ne

cesario.

>>El dia 4 tuvo el enemigo sus ataques junto á la estacada de la Puerta Nueva á tiro de piedra, y habiendo de dia continuado el fuego. Abanzó á las doce de la noche la Estrada encubierta, por aquella parte, y al mismo tiempo, por hacer diversion, se acercaron á tierra todas sus galeras y navíos, poniendo las proas hácia el baluarte de Levante y Puerta Nueva, disparando furiosamente su artillería, fué rechazadc diferentes veces con todo el vigor de los nuestros, sin que se perdiese una estaca. Por las que quitó una bomba entraron en la Estrada encubierta algunos franceses, que todos quedaron muertos y prisioneros. Duró el combate tres horas contínuas; nuestra pérdida fué considerable, llegando entre muertos y heridos á cerca de quinientos hombres, y con ellos el coronel de los alemanes, el Sargento mayor de la Costa, el de los Colorados, Don Pedro Valcazar, muertos. Heridos, D. Pedro Antonio Ibañes, Maestre de campo de los Colorados, D. Juan Antonio Aranda, y los sargentos mayores reformados Don Juan Sanjust y D. Antonio Brú. La pérdida del enemigo no puede saberse de fijo, pero se ha de considerar mucho mayor, así por ser rechazados tantas veces cuantas avanzaron, como por hallarse por el parage atacado coronada toda la Estrada encubierta, con pedreros cargados de balas de mosquete, y la artillería en la misma forma, que jugó con admiracion, lloviendo así mismo sobre ellos granadas y bombas, y segun afirmaron muchos rendidos, pasan de dos mil hombres los que perdió.

TOMO XVI

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»El viernes 5, al amanecer, hizo la plaza una salida, embistiendo al enemigo en sus ataques, pasando cuatro ó cinco líneas ó remales de ellos, degollando cuantos encontraron en dichos remales. Cargáronles los franceses, y se hubieron de retirar con pérdida de algunos hombres, quedando heridos D. Manuel de Toledo, Maestre de campo del tercio de los Amarillos nuevos, y D. Diego Alarcon, Maestre de campo de los Azules, y adelantó el enemigo hasta la Esplanada del ángulo de la Estrada encubierta del ángulo de la Puerta Nueva, manteniéndose y trabajando allí desde la mañana. A las cuatro de la tarde boló una mina, que los nuestros habian hecho á los ataques del enemigo, y abrió algunos pasos de la Estrada encubierta, por cuya abertura embistieron luego los franceses, fueron rechazados con mucho valor, reparando al mismo tiempo su ruina. En este dia jugó muy poco su artillería; al anochecer se empezó á disparar granadas de una y otra parte; los enemigos, á la Estrada encubierta y foso, y los nuestros, á sus ataques, lo cual fué contínuo toda la noche hasta la mañana siguiente que fueron muchas de ambas partes.

>> El dia 6, teniendo el enemigo sus ataques sobre el referido ángulo de la Estrada encubierta, para evitar el daño que hacia á nuestra gente, se resolvió á abandonar aquella parte, manteniendo las cortaduras á los lados, y por la tarde, al tocar las oraciones, despues de haber tirado bombas todo el dia, dió segundo avance á la Estrada encubierta del baluarte de San Pedro, con ocho mil hombres, viniendo por la parte del Jesús, y fueron rechazados aun mas vigorosamente que el dia 4; dejaron entrar á la Estrada encubierta mas de 300 franceses, los cuales, sin escapar uno, fueron muertos y prisioneros, conociéndose, por los despojos, ser los mas gente. de cuenta. Perdió mucha en este avance, pues demas desto, se reconoció toda la esplanada llena de cadáveres, sin constarnos mas que 12 oficiales heridos y hasta 12 soldados muertos. Obraron todos prodigios en esta ocasion, y en particular los Valones, que fueron atacados, y fué pasmoso el fuego que hechó la plaza, de que quedan muy amedrentados los enemigos, como lo dan á

entender los muchos desertores de Francia, habiéndose conocido el fruto de aumentarles el socorro, y desvanecer con nuevos boletines que se han introducido en su ejército, las imposturas siniestras del mal trato. Despues de este suceso, continuó el enemigo toda la noche en tirar bombas y á trabajar en sus ataques.

»Desde el dia 7 hasta el 10 no ocurrió particularidad de consecuencia, siendo en este intermedio grande la lentitud que tuvieron los enemigos en disparar su artillería, y solo han arrojado algunas bombas, á nuestros trabajos de las cortaduras para embarazar que no se adelanten, aplicando los suyos en plantar nueva batería mas cerca de los dos baluartes de la Puerta Nueva, y San Pedro para batirlos á ambos, y á la cortina de la muralla, que media entre ellos, arrojándoles la plaza contínuamente de dia y de noche, morteradas de piedras, granadas y bombas. Hizo volver á ella el señor Virey las mangas de infantería que habian salido el dia 17 de Junio á la noche, y entró tambien el tercio de Valencia con una compañía de Napolitanos, y una del país del lugar de Ulldecona, para dar algun alivio á la guarnicion, en lugar de los que durante el sitio han faltado, de muertos, heridos, y enfermos, y incesantemente se han entrado víveres, y pertrechos.

>> Jueves á II por la mañana á la una antes del dia se tocó arma muy fuerte al enemigo en todos sus cuarteles de la montaña, y antes del amanecer, habiéndose resuelto atacar el que tiene en la marina, salió á ejecutarlo el príncipe de Darmstad, con quinientos caballos y trescientos fusileros escogidos á la grupa, y se logró con tal felicidad, que los rompieron; y derrotaron enteramente, haciendo algunos prisioneros, y quitándoles muchos caballos, pero habiendo puesto las galeras las proas á tierra, maltrataron algo nuestros batallones á la retirada con las piezas que tiraron, en que perdimos solo cinco hombres, y ocho ó diez caballos: al mismo tiempo, el capitan de caballos D. Francisco Medinilla, que fué á tocar arma al enemigo en sus cuarteles entre Sarriá y el convento de Gracia, derrotó con solo su batallon tres del enemigo, llevándolos á

cuchilladas hasta sus tiendas. Y por la noche de este dia, continuó sus trabajos, y tiró muchas bombas, y piedras á la Estrada encubierta, muralla, y cortadura; haciendo la plaza lo mismo hácia sus ataques.

»Viernes á 12 desde el amanecer, jugó la nueva batería con 12 cañones, tirando á continuar la brecha empezada en el parage referido, la cual se reparó con sacos de arena. Por la noche arrojó muchas bombas y piedras, así á la Estrada cubierta como á la muralla, y trabajo de las cortaduras, logrando atrasarlas, y deshacerlas algo. De la plaza se ejecutó todo lo posible por mantenerlas á costa de no poca gente, y continuó su fuego con la frecuencia y acierto que siempre.

>>El dia 13 desembocó el enemigo al foso por el ángulo de la Estrada encubierta que mira al baluarte del Portal Nuevo, que como se ha dicho, se abandonó por el gran daño que de allí recibia nuestra infantería. Por la noche inquietó muy poco á nuestra guarnicion haciéndole nuestras mamposterías mucho fuego y en especial la de los valones. En este dia volvió por la mañana el señor Virey D. Francisco, de Velasco á visitar la plaza, y despues de reconocidos los trabajos del enemigo y teniendo consejo de guerra con todos los generales en las Atarazanas, se fué al medio dia á San Feliu, donde el dia antes habia puesto su

corte.

>Prosiguiendo la division de la montaña y de nuestra caballería, que ha sido y es tan molesta á los enemigos, hicieron el dia 14 dos gruesos destacamentos. Uno hácia la parte de San Gerónimo de Vall de Ebron, cuartel del general D. Miguel de Otaza, de seis á siete mil hombres. entre infantería y caballería y otro de tres mil caballos y mil quinientos fusileros y migueletes á la plaza de armas de Cornellá que ocupaba nuestra caballería.

>>Con el primero atacaron el convento de San Gerónimo de Vall de Ebron al amanecer, y hallaron en los nuestros una vigorosa oposicion, pero disparándoles gruesa artillería, hubieron de ceder el puesto; no obstante, estimulados de su honra, volvieron sobre él, y le ocuparon hasta que

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