Imágenes de páginas
PDF
EPUB

la Paz, ó estaba muy desmemoriado cuando lo escribió. Nosotros, que con él como con todos procuramos siempre ser sóbrios en hacer cargos cuando nos faltan datos auténticos con qué comprobarlos, somos en cambio tan severos como la justicia y la verdad histórica exigen, cuando podemos apoyarnos en comprobantes seguros. Y decimos que estaba sin duda muy desmemoriado, puesto que no recordaba que en carta de 11 de diciembre de 1806 habia dicho á su confidente y negociador en París, don Eugenio Izquierdo: «Pienso, y está tratado con SS. MM. y el principe el » enlace de mi cuñada con su Alteza.» A lo cual le contestaba Izquierdo con fecha 24: «Ha años que este >>enlace me ha parecido útil á España y el mas ade>>cuado. Me atreví á insinuarlo una vez, creo en Aran»juez. Conviene, señor, por todas razones. Me atrevo »á augurar que si V. E. me lo permite, yo obtendré >>el consentimiento del emperador, y que lo cele»brará (1).»

La verdad es que Fernando, si bien al principio aceptó este matrimonio, después, ó por reflexion y voluntad propia, ó por instigacion de Escoiquiz y de

que se hallaron, tantos consejos y advertencias que se daban á su hijo para que resistiese aquel enlace. Bastaba sin embargo para Escoiquiz que pudiera suscitarse nuevamente aquella idea, y desgraciarse su proyecto, tanto más cuando era cosa fácil presumir que el rey no querria nunca someter la libertad ni la suerte

de su hijo y de la España á la influencia poderosa que adquiriria la Francia por un enlace de familia, cual meditaba aquel canónigo.»-Memorias, tom. V., cap. 30,

Nota.

(4) Correspondencia entre Izquierdo y el príncipe de la Paz. -Archivo del Ministerio de Estado.

sus amigos, repugnó y resistió este enlace, y que en su virtud y por efecto de las circunstancias que iban sobreviniendo, desistió el príncipe de la Paz de aquel propósito, y buscando cómo reconciliarse con Bonaparte á quien tenia enojado, procedió á proponerle el casamiento de Fernando con una sobrina de Murat, ó con una hija de Luciano. Por consecuencia, no es tampoco cierto lo que afirma Godoy de que estuviese tan ageno Cárlos IV. de imaginar siquiera el pensamiento de emparentar con Napoleon. Hé aquí cómo escribia el príncipe de la Paz á su agente de París: «Dije á us>>ted en mi anterior del 11 lo que podria tal vez verifi>carse dando estado al príncipe; pero segun las últi>>mas ocurrencias en Prusia y otras noticias que yo » tengo, creo antipolítico todo paso á este respecto: di»cen que el príncipe Murat tiene una sobrina: Luciano >> me ha hecho entrever alguna otra idea... A lo cual contestaba Izquierdo: «Señor, yo puedo equivocarme, » pero vea V. E. mis ideas. Creo político el paso de >> informar al emperador de los deseos del príncipe de »casarse con su prima, y de que esto agradaria á »SS. MM. y seria satisfactorio para V. E. La res»puesta nos daria luces para una multitud de otras »ulteriores combinaciones políticas. Creo que no debe >pensarse en la sobrina del príncipe Murat. El empe>>rador nada quiere por faldas: se parece á quien yo »sé; se avergonzaria de influir en España por medio » de una muger semi-parienta.-Ignoro lo de Luciano;

D

:

[ocr errors]

»pero jamás se fie V. E. de este señor. Nunca aco» modará al emperador cosa que cuadre á éste; y aña->> do que esto sucederá aun cuando se reunan, y ceda » Luciano, le hagan príncipe, y le casen, y le den algun »reino: en cosas domésticas jamás pensarán del mis>>mo modo. Y como Godoy le hubiese dicho: «No » debemos hacer proposicion que aparente desvío en >> nuestras relaciones con el emperador»; le respondia: «La máxima es cierta; pero casar al príncipe antes de » que el emperador haya tenido y manifestado ideas » acerca de este enlace, no puede ser imputado á des»vío. El emperador es muy casamentero; pero en los >> casamientos no vé cosas políticas, sino domésticas. Y »estoy seguro que si se le pregunta si la futura reina » de España conviene ó nó que éntre en el despacho, » aunque fuese su hermana, dirá que nó. Vuelvo á re>>petir que tal vez soy un alucinado en esta ocasion; » pero me parece que si al emperador se dice que con>>> viene el casamiento del príncipe con la cuñada de » V. E. para que una muger estrangera no vaya á re»volver la España, ha de decir que se tiene razon ("),»

No concertado todavía este negocio, y cuando más trabajaban los enemigos de Godoy para derribarle, mas ambicioso él de engrandecimiento y mas ciego Cárlos IV. con el favoaito, le condecoró con la dignidad de almirante de España y de las Indias (13 de enero

(4) Carta de Izquierdo al prín- diciembre de 4806. cipe de la Paz, de París á 24 de

de 1807), título que solo habian tenido en España, primero el gran descubridor del Nuevo Mundo, y después los hijos naturales de Cárlos V. y de Felipe IV., y el infante don Felipe, suegro y tio de Cárlos IV., dándole además el tratamiento de Alteza Serenísima; no conociendo el desvanecido privado que cuanto mas inconsideradamente se encumbraba, mas fuego añadia al horno del aborrecimiento que contra él se habia ido encendiendo"). Cuéntase que la noche que se celebró con una serenata su nueva elevacion, oyéndola el príncipe Fernando esclamó con amargura: «¡Así me usurpa un >> vasallo mio el amor y el entusiasmo de los pueblos! » Yo nada soy en el Estado, y él es omnipotente; esto >>es insufrible. >> Y que escuchándolo su hermano Cárlos, le consoló diciendo: «No te incomodes; cuanto » más le den, más tendrás muy pronto que quitarle.>> Palabras á que después se quiso dar cierto valor de profecía. El haber dado á Godoy la casa-palacio del almirantazgo fué una ocasion y motivo más para poder persuadir fácilmente al pueblo de que en tanto que él gemia en la pobreza, toda la riqueza del país se acu

(1) El cargo no obstante no era absoluto, puesto que se nombró un consejo de almirantazgo, compuesto de las personas de capacidad y reputacion de la armada: tales eran los tenientes generales, don Ignacio María de Alava, don Antonio Escaño, y don José Salado; don Luis María de SaJazar, intendente general; el gefe de escuadra don José de Espinosa Tello, secretario, el capitan de

navío don Martin Fernandez Navarrete, contador; y don Manuel Sixto de Espinosa, tesorero.En realidad no era grande el poder que al príncipe de la Paz le añadia el título y cargo de almirante, siendo como era ya generalísimo: la dignidad y el tratamiento fué lo que irrito más, y el haberle sido conferido en aquelas circunstancias.

mulaba en el favorito, cuya casa se suponia atestada de oro y plata.

En esta lastimosa escision de la córte y del palacio de nuestros reyes, cada uno de los partidos buscaba el apoyo de Napoleon para vencer y derribar á su adversario; y en este punto, siquiera sea doloroso decirlo, los documentos nos convencen de que no tenian que acriminarse uno á otro, y de que ambos se conducian con miserable bajeza. El príncipe de la Paz, cuyos verdaderos propósitos y ambiciosos fines descubriremos después, se esforzaba por desenojar y congraciar á Napoleon, no solo con las propuestas de enlace para el príncipe de Astúrias que más le pudieran lisonjear, sino enviándole embajadores estraordinarios que le felicitáran por sus triunfos en Prusia y Rusia y por la paz de Tilsit. Godoy contaba con la amistad de Murat, ya príncipe y gran duque de Berg, que como cuñado del emperador y como uno de los generales mas acreditados del imperio, era tambien uno de los personages mas importantes y mas influyentes de la Francia. Murat habia tenido siempre ó aparentado tener una grande idea de Godoy: desde 1805 habian seguido una correspondencia frecuente, amistosa, y hasta íntima; se habian hecho muchos regalos y finezas, y seguian correspondiéndose con confianza, y al parecer con cariño (").-Por otro lado el partido Fernandista,

(1) Hemos visto cuándo y có- y pudiéramos, si no temiésemos mo empezaron estas relaciones, hacernos fatigosos, informar á

« AnteriorContinuar »