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pecados, con los trabajos que el mismo nos envia, y sufrimos con resignacion, ó con los que impone el sacerdote, ni aun con los que voluntariamente emprendemos, como son ayunos, oraciones, limosnas, ú otras obras de piedad; y por tanto que la mejor penitencia es solo la vida nueva; sea excomulgado.

CAN. XIV. Si alguno dijere, que las satisfacciones con que, mediante la gracia de Jesucristo, redimen los penitentes sus pecados, no son culto de Dios, sino tradiciones humanas, que obscurecen la doctrina de la gracia, el verdadero culto de Dios, y aun el beneficio de la muerte de Cristo; sea excomulgado.

CAN. XV. Si alguno dijere, que las llaves se dieron á la Iglesia solo para desatar, y no para ligar; y por consiguiente que los sacerdotes que imponem penitencias á los que se confiesan, obran contra el fin de las llaves, y contra la institucion de Jesucristo y que es ficcion que las mas veces quede pena temporal que perdonar en virtud de las llaves, cuando ya queda perdonada la pena eterna; sea excomulgado.

Del sacramento de la Extremauncion.

CAN. I. Si alguno dijere, que la Extrema-uncion no es verdadera y propiamente Sacramento

tienter toleratis, vel à sacerdote injunctis, sed neque spontè susceptis, ut jejuniis, orationibus, eleemosynis, vel aliis etiam pietatis operibus; atque ideò optimam pœnitentiam esse tantùm novam vitam; anathema sit.

CAN. XIV. Si quis dixerit, satisfactiones, quibus pœnitentes per Christum Jesum peccata redimunt, non esse cultus Dei, sed traditiones hominum, doctrinam de gratia, et verum Dei cultum, atque ipsum beneficium mortis Christi obscurantes; anathema sit.

CAN. XV. Si quis dixerit, claves Ecclesiæ esse datas tantùm ad solvendum, non etiam ad ligandum; et proptereà sacerdotes, dum imponunt poenas confitentibus. agere contra finem clavium, et contra institutionem Christi; et fictionem esse, quòd virtute clavium sublata pœna æterna, pœna temporalis plerumque exsolvenda remaneat; anathema sit.

De sacramento Extremæunctionis.

CAN. I. Si quis dixerit, Extremam - unctionem non esse verè, et propriè Sacra

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mentum, à Christo Domino nostro institutum (1), et à beato Jacobo Apostolo promulgatum; sed ritum tantùm acceptum à Patribus, aut figmentum humanum; anathema sit.

CAN. II. Si quis dixerit, sacram infirmorum Unctionem non conferre gratiam, nec remittere peccata, nec alleviare infirmos; sed jam cessasse, quasi olim tantùm fuerit gratia curationum; anathema sit.

CAN. III. Si quis dixerit, Extremæ-unctionis ritum, et usum, quem observat sancta Romana Ecclesia, repugnare sententiæ beati Jacobi Apostoli, ideòque eum mutandum; posseque à Christianis absque peccato contemni; anathema sit.

CAN. IV. Si quis dixerit, presbyteros Ecclesiæ, quos beatus Jacobus adducendos esse ad infirmum inungendum hortatur, non esse sacerdotes ab Episcopo ordinatos, sed ætate seniores in quavis communitate; ob idque proprium Extremæunctionis ministrum non esse solum sacerdotem; anathema sit.

(4) Mare. 6. Jacob. 5.

instituido por Cristo nuestro Señor, y promulgado por el bienaventurado Apóstol Santiago; sino que solo es una ceremonia tomada de los Padres, ó una ficcion de los hombres; sea excomulgado.

CAN. II. Si alguno dijere, que la sagrada Uncion de los enfermos no confiere gracia, ni perdona los pecados, ni alivia á los enfermos ; sino que ya ha cesado, como si solo hubiera sido en los tiempos antiguos la gracia de curar enfermedades; sea excomulgado.

CAN. III. Si alguno dijere, que el rito y uso de la Extrema-uncion observados por la santa Iglesia Romana, se oponen á la sentencia del bienaventurado Apóstol Santiago, y que por esta razon se deben mudar, y pueden despreciarlos los cristianos, sin incurrir en pecado; sea excomulgado.

CAN. IV. Si alguno dijere, que los presbíteros de la Iglesia, que el bienaventurado Santiago exhorta que se conduzcan para ungir al enfermo, no son los sacerdotes ordenados por el Obispo, sino los mas provectos en edad de cualquiera comunidad; y que por esta causa no es solo el sacerdote el ministro propio de la Extremauncion; sea excomulgado.

Decreto sobre la reformd.

PROEMIO.

Es obligacion de los Obispos amonestar sus súbditos, en especial los que tienen cura de almas,' ά que cumplan con su ministerio.

Siendo propia obligacion de los Obispos corregir los vicios de todos los súbditos; deben precaver principalmente que los clérigos, en especial los destinados à la cura de almas, no sean criminales, ni vivan por su condescendencia deshonestamente: paes si les permiten vivir con malas, y corrompidas costumbres, ¿cómo los Obispos reprenderán á los legos sus vicios, pudiendo estos convencerlos con sola una palabra; es á saber, porqué permiten que sean los clérigos peores? ¿Y con qué libertad podrán tampoco reprender los sacerdotes á los legos, cuando interiormente les está diciendo su conciencia que han cometido lo mismo que reprenden? Por tanto amonestarán los Obispos á sus clérigos, de cualquier órden que sean, que den buen ejemplo en su trato, en sus palabras y doctrina, al pueblo de Dios que les está encomendado, acordándose de lo que dice la Escritura: Sed santos, pues yo lo soy. Y segun las palabras del Apóstol: A nadie den escándalo,

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Decretum de reformatione.

PROOEMIUM.

Episcoporum munus est subditos, præsertim ad animarum curam constitutos, admonere officii sui.

Cùm propriè Episcoporum munus sit, subditorum omnium vitia redarguere; hoc illis præcipuè cavendum erit (1), ne clerici, præsertim ad animarum curam constituti. criminosi sint, neve inhonestam vitam, ipsis conniventibus, ducant. Nam si eos pravis, et corruptis moribus esse permittant, quo pacto laicos de ipsorum vitiis redarguent, qui uno ab eis sermone convinci possent, quòd clericos ipsis patiantur esse deteriores? Qua etiam libertate laicos corripere poterunt sacerdotes; cùm tacitè sibi ipsi respondeant, eadem se admisisse quæ corripiunt? Monebunt proptereà Episcopi suos clericos, in quocumque ordine fuerint, ut conversatione, sermone, et scientia, commisso sibi Dei populo præeant, memores ejus, quod sciptum est (2): Sancti estote, quia et ego sanctus sum. Et juxta Apostoli

vocem (1): Nemini dent ullam offensionem, ut non vituperetur ministerium eorum: sed in omnibus exhibeant se sicut ministros Dei: ne illud Prophetæ dictum impleatur in eis (2): Sacerdotes Dei contaminant sancta, et reprobant legem. Ut autem ipsi Episcopi id liberiùs exequi, ac quoquam prætextu desuper impediri nequeant; eadem sacrosancta, œcumenica, et generalis Tridentina Synodus, præsidentibus in ea iisdem Apostolicæ Sedis Legato, et Nuntiis, hos, qui sequuntur, canones statuendos, et decernendos duxit.

CAP. I. Si prohibiti ascendere ad ordines, ascendant, si interdicti, si suspensi, puniantur.

para que no se vitupere su ministerio; sino pórtense en todo como ministros de Dios, de suerte que no se verifique en ellos el dicho del Profeta: Los sacerdotes de Dios contaminan el santuario, y manifiestan que reprueban la ley. Y para que los mismos Obispos puedan lograr esto con mayor libertad, y no se les pueda en adelante impedir, ni estorbar con pretexto ninguno; el mismo sacrosanto, ecuménico y general Concilio de Trento, presidido de los mismos Legado y Nuncios de la Sede Apostólica, ha tenido por conveniente establecer y decretar los siguientes cánones.

CAP. I. Si los que tienen prohibicion de ascender á las órdenes, si los que están entredichos, si los suspensos, ascienden á ellas, sean castigados.

Cùm honestius, ac tutius Siendo mas decoroso y seguro sit subjecto, debitam Præpo- al súbdito servir en inferior misitis obedientiam impenden- nisterio, prestando la obediencia do, in inferiori ministerio debida á sus superiores, que asdeservire, quàm cum Præ- pirar á dignidad de mas alta gepositorum scandalo graduum rarquía con escándalo de estos altiorum appetere dignita- mismos; no valga licencia alguna tem; ei, cui ascensus ad sa- para ser promovido contra la vocros ordines à suo Prælato, luntad de su Prelado, á ninguno, ex quacumque causa etiam á quien esté entredicho por este ob occultum crimen, quo- el ascenso á las órdenes sagradas modolibet, etiam extrajudi- por cualquier causa que sea, aur cialiter, fuerit interdictus; por delito oculto, de cualquier

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modo, aunque sea extrajudicialmente como ni tampoco sirva la restitucion, ó restablecimiento en sus primeras órdenes, grados, dignidades, ú honores al que estuviere suspenso de sus órdenes, ó grados, ó dignidades eclesiásticas.

GAP. II. Si confiriese el Obispo cualesquiera órdenes á quien no sea súbdito suyo, aunque sea su familiar, sin expreso consentimiento del propio Prelado, quede sujeto uno y otro á la pena establecida.

Y por cuanto algunos Obispos asignados á iglesias que se hallan en poder de infieles, careciendo de clero y pueblo cristiano, viviendo casi vagabundos, y sin tener mansion permanente, buscan no lo que es de Jesucristo, sino ovejas ajenas, sin que tenga conocimiento de estó el propio pastor; viendo que les prohibe este sagrado Concilio ejercer el ministerio pontifical en diócesis ajena, á no tener licencia expresa del Ordinario del lugar, restringida á solo las personas sujetas al mismo Ordinario; eligen temerariamente en fraude y desprecio de la ley, sede como episcopal en lugares exentos de toda diócesis, y se atreven á distinguir con el carácter clerical, y promover á las sagradas órdenes, hasta la del sa

aut qui à suis ordinibus, seu gradibus, vel dignitatibus ecclesiasticis fuerit suspensus; nulla contra ipsius Prælati voluntatem concessa licentia de se promoveri faciendo; aut ad priores ordines, gradus, et dignitates, sive honores, restitutio suffragetur.

CAP. II. Si Episcopus quos

cumque ordines contulerit sibi non subdito, etiam familiari, sine expresso proprii Prælati consensu, uterque decretæ pœnæ subjaceat.

Et quoniam nonnulli Episcopi ecclesiarum, quæ in partibus infidelium consistunt, clero carentes, et populo christiano, cùm ferè vagabundi sint, et permanentem sedem non habeant, non quæ Jesu Christi, sed alienas oves, inscio proprio pastore, quærentes, dum per hanc sanctam Synodum se pontificalia officia in alterius dicecesi, nisi de loci Ordinarii expressa licentia, et in personas eidem Ordinario subjectas tantùm, exercere prohibitos vident, in legis fraudem, et contemptum, quasi Episcopalem cathedram in loco nullius dioecesis sua temeritate eligunt, et quoscumque ad se venientes,

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