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declaren los contraventores, y castíguenlos con las penas establecidas por el derecho. Y queriendo tambien, como es justo, poner freno en esta parte á los impresores, que ya sin moderacion alguna, y persuadidos á que les es permitido cuanto se les antoja, imprimen sin licencia de los superiores eclesiásticos la sagrada Escritura, notas sobre ella, y exposiciones indiferentemente de cualquiera autor, omitiendo muchas veces el lugar de la impresion, muchas fingiéndolo, y lo que es de mayor consecuencia, sin nombre de autor; y además de esto, tienen de venta sin discernimiento y temerariamente semejantes libros impresos en otras partes; decreta y establece, que en adelante se imprima con la mayor enmienda que sea posible la sagrada Escritura, principalmente esta misma antigua edicion Vulgata; y que á nadie sea lícito imprimir ni procurar se imprima libro alguno de cosas sagradas, ó pertenecientes á la religion, sin nombre de autor; ni venderlos en adelante, ni aun retenerlos en su casa, si primero no los examina y aprueba el Ordinario; so pena de excomunion, y de la multa establecida en el cánon del último concilio de Letran. Si los autores fueren Regulares, deberán además del exámen y aprobacion

(1) Later, sub Leone X.

tationes nullo unquam tempore in lucem edendæ forent. Qui contravenerint, per Ordinarios declarentur,et pœnis à jure statutis puniantur. Sed et impressoribus modum in hac parte,ut par est,imponere volens, qui jam sine modo, hoc est, putantes sibi licere quidquid libet, sine licentia superiorum ecclesiasticorum ipsos sacræ Scripturæ libros, et super illis annotationes, et expositiones quorumlibet indifferenter, sæpè tacito, sæpè etiam ementito prælo, et, quod gravius est, sine nomine auctoris imprimunt; alibi etiam impressos libros hujusmodi temerè venales habent; decernit, et statuit, ut posthac sacra Scriptura, potissimùm verò hæc ipsa vetus, et Vulgata editio, quàm emendatissimè imprimatur; nullique liceat imprimere, vel imprimi facere quosvis libros de rebus sacris sine nomine auctoris; neque illos in futurum vendere, aut etiam apud se retinere, nisi primùm examinati, probatique fuerint ab Ordinario; sub pœna anathematis, et pecuniæ in canone concilii novissimi Lateranensis apposita (1). Et si regulares fuerint,ultra examinationem, et probationem hujusmodi,

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licentiam quoque à suis Superiobus impetrare teneantur recognitis per eos libris, juxta formam suarum ordinationum. Qui autem scripto eos communicant, vel evulgant, nisi anteà examinati, probatique fuerint, eisdem pœnis subjaceant, quibus impressores. Et qui eos habuerint, vel legerint, nisi prodiderint auctores, pro auctoribus habeantur. Ipsa verò hujusmodi librorum probatio in scriptis detur; atque ideò in fronte libri, vel scripti, vel impressi, authenticè appareat: idque totum, hoc est', et probatio, et examen, gratis fiat: ut probanda probentur, et reprobentur improbanda. Post hæc, temeritatem illam reprimere volens, qua ad profana quæque convertuntur, et torquentur verba, et sententiæ sacræ Scripturæ, ad scurrilia scilicet, fabulosa, vana, adulationes,detractiones,supers- es á saber, á bufonadas, fábulas,

mencionada, obtener licencia de sus superiores, despues que estos hayan revisto sus libros segun los estatutos prescritos en sus constituciones. Los que los comunican, ó los publican manuscritos, sin que antes sean examinados У aprobados, queden sujetos á las mismas penas que los impresores. Y los que los tuvieren ó leyeren, sean tenidos por autores, si no declaran los que lo hayan sido. Dése tambien por escrito la aprobacion de semejantes libros, y parezca esta autorizada al principio de ellos, sean manuscritos ó sean impresos; y todo esto, es á saber, el exámen y aprobacion se ha de hacer de gracia, para que así se apruebe lo que sea digno de aprobacion, y se repruebe lo que no la mereza. Además de esto, queriendo el sagrado Concilio reprimir la temeridad con que se aplican y tuercen á cualquier asunto profano las palabras y sentencias de la sagrada Escritura;

titiones, impias et diabolicas incantationes, divinationes, sortes, libellos etiam famosos; mandat, et præcipit ad tollendam hujusmodi irreverentiam, et contemptum, ne de cætero quisquam quomodolibet verba Scripturæ sacræ ad hæc, et similia audeat usurpare, ut omnes hujus generis homines temeratores, et violatores verbi Dei, juris et

vanidades, adulaciones, murmuraciones, supersticiones, impíos y diabólicos encantos, adivinaciones, suertes y libelos infamatorios; ordena y manda para extirpar esta irreverencia y menosprecio, que ninguno en adelante se atreva á valerse de modo alguno de palabras de la sagrada Escritura, para estos, ni semejantes abusos; que todas las personas que profanen y violenten de este

modo la palabra divina, sean reprimidas por los Obispos con las penas de derecho, y á su arbitrio.

Asignacion de la Sesion siguiente.

Item establece y decreta este sacrosanto Concilio, que la próxima futura Sesion se ha de tener y celebrar en la feria quinta despues de la próxima sacratísima solemnidad de Pentecostés.

SESION V.

Celebrada el 17 de junio de 1546.

Decreto sobre el pecado original.

Para que nuestra santa fe católica, sin la cual es imposible agradar á Dios, purgada de todo error, se conserve entera y pura en su sinceridad, y para que no fluctúe el pueblo cristiano á todos vientos de nuevas doctrinas; constando que la antigua serpiente, enemigo perpetuo del humano linaje, entre muchísimos males que en nuestros dias perturban á la Iglesia de Dios, aun ha suscitado no solo nuevas herejías, sino tambien las antiguas sobre el pecado original, y su remedio; el sacrosanto, ecuménico y general Concilio de Trento, congregado legítimamente en el Espíritu Santo, y presidido

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arbitrii pœnis per Episcopos coërceantur.

Indictio futuræ Sessionis.

Item hæc sacrosancta Synodus statuit, et decernit, proximam futuram Sessionem tenendam, et celebrandam esse feria quinta post sacratissimum festum proximum Pentecostes.

SESSIO V.

Celebrata die XVII mensis Junii M. D. XLVI.

Decretum de peccato originali.

Ut fides nostra Catholica, sine qua impossibile est (1) placere Deo, purgatis erroribus, in sua sinceritate integra, et illibata permaneat; et ne populus christianus (2) omni vento doctrinæ circumferatur ; cùm serpens ille antiquus,humani generis perpetuus hostis, inter plurimamala,quibus Ecclesia Dei his nostris temporibus perturbatur, etiam de peccato originali, ejusque remedio non solùm nova, sed vetera etiam dissidia excitaverit; sacrosancta, cecumenica, et generalis Tridentina Synodus, in Spiritu Sancto le

gitimè congregata, præsiden- de los mismos tres Legados de la Sede Apostólica, resuelto ya á emprender la reduccion de los que van errados, y á confirmar los que titubean; siguiendo los testimonios de la sagrada Escritura, de los santos Padres y de los concilios mas bien recibidos, y el dictámen y consentimiento de la misma Iglesia, establece, confiesa y declara estos dogmas acerca del pecado original.

tibus in ea eisdem tribus Apostolicæ Sedis Legatis, jam ad revocandos errantes, et nutantes confirmandos accedere volens; sacrarum Scripturarum, et sanctorum Patrum, ac probatissimorum conciliorum testimonia, et ipsius Ecclesiæjudicium, et consensum secuta, hæc de ipso peccato originali statuit, fatetur, ac declarat.

1. Si quis non confitetur, primum hominem Adam (1), cùm mandatum Dei in paradiso fuisset transgressus, statim sanctitatem, et justitiam, in qua constitutus fuerat, amisisse, incurrisseque per offensam prævaricationis hujusmodi iram et indignationem Dei, atque (2) ideò mortem, quam anteà illi comminatus fuerat Deus, et cum morte captivitatem sub ejus potestate, qui mortis deinde habuitimperium, hoc est,diaboli (3), totumque Adam per illam prævaricationis offensam, secundùm corpus, et animam in deterius commutatum fuisse; anathema sit.

II. Si quis (4) Adæ prævaricationem sibi soli, et non ejus propagini asserit nocuisse: et acceptam à Deo sanctitatem, et justitiam, quam perdidit,

I. Si alguno no confiesa que Adan, el primer hombre, cuando quebrantó el precepto de Dios en el paraiso, perdió inmediatamente la santidad y justicia en que fué constituido, é incurrió por la culpa de su prevaricacion en la ira é indignacion de Dios, y consiguientemente en la muerte con que Dios le habia antes amenazado, y con la muerte en el cautiverio bajo el poder del mismo que despues tuvo el imperio de la muerte, es á saber, del demonio; y no confiesa que todo Adan pasó por el pecado de su prevaricacion à peor estado en el cuerpo y en el alma; sea excomulgado.

II. Si alguno afirma que el pecado de Adan le dañó á él solo, y no á su descendencia; y que la santidad que recibió de Dios, y la justicia que perdió, la perdió (1) Cœlest. I, epist. 1, cap. 4. (2) Genes. 5. (5) Hebr. 2. Conc. Arausican. II, cap. 1. — (4) Roman. 5, I Corinth. 15. Conc. Arausican. II, c. 1.

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para sí solo, y no tambien para nosotros; ó que inficionado él mismo con la culpa de su inobediencia, solo traspasó la muerte y penas corporales á todo el género humano, pero no el pecado, que es la muerte del alma; sea excomulgado pues contradice al Apóstol que afirma: Por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte; y de este modo pasó la muerte á todos los hombres por aquel en quien todos pecaron.

III. Si alguno afirma que este pecado de Adan, que es uno en su origen, y transfundido en todos por la propagacion, no por imitacion, se hace propio de cada uno; se puede quitar por las fuerzas de la naturaleza humana, ó por otro remedio que no sea el mérito de Jesucristo, Señor nuestro, único mediador, que nos reconcilió con Dios por medio de su pasion, hecho para nosotros justicia, santificacion y redencion; ó niega que el mismo mérito de Jesucristo se aplica así á los adultos, como á los párvulos por medio del sacramento del bautismo, exactamente conferido segun la forma de la Iglesia; sea excomulgado porque no hay otro nombre dado á los hombres en la tierra, en que se pueda lograr la salvacion. De aquí es aquella voz :

sibi soli, et non nobis etiam eum perdidisse; aut inquinatum illum per inobedientiæ peccatum, mortem, et pœnas corporis tantùm in omne genus humanum transfudisse, non autem et peccatum, quod mors est animæ; anathema sit: cùm contradicat Apostolo dicenti (1): Per unum hominem peccatum intravit in mundum, et per peccatum mors: et ita in omnes homines mors pertransiit, in quo omnes peccaverunt.

III. Si quis hoc Adæ peccatum, quod origine unum est, et propagatione, non imitatione transfusum omnibus, inest unicuique proprium, vel per humanæ naturæ vires, per aliud remedium asserit tolli, quàm per meritum unius mediatoris Domini nostri Jesu Christi, qui nos Deo reconciliavit in sanguine suo (2), factus nobis justitia, sanctificatio, et redemptio; aut negat ipsum Christi Jesu meritum, per Baptismi sacramentum in forma Ecclesiæ ritè collatum, tam adultis, quàm parvulis applicari; anathema sit : (3) quia non est aliud nomen sub cœlo datum hominibus, in quo oporteat nos salvos fieri. Unde illa vox : (4) Ecce agnus Dei : ecce qui tollit peccata mundi.

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