Imágenes de páginas
PDF
EPUB

DON NARCISO DE HEREDIA Y BEGINES DE LOS RIOS,

MARQUÉS DE HEREDIA, CONDE DE OFALIA (1)

[graphic]

UANDO las naciones son grandes y poderosas, dibújase su sombra y se derrama su grandeza más allá de las fronteras y las costas que le sirven de aledaños; cuando las arrastra el infortunio por un periodo de decadencia y de miserias, mengua su prestigio, sus

fuerzas desmayan, asómanle al rostro sintomas de mal estar y de postración como al doliente, todo en fin, pregona su debilidad, y en las relaciones internacionales sucede de muy antiguo que los pueblos europeos ni honran ni respetan al que es débil. Así se explica llanamente la preponderancia en unas épocas y el abatimiento en otras de la diplomacia española; así se explica cómo los Reyes Católicos, Carlos V y Felipe II, encadenaban al pie de su glorioso trono los destinos po

(1) El título privativo es el de Marqués de Heredia; pero el último Rey (Fernando VII) mandó que continuase usando el de Conde de Ofalia (perteneciente á su segunda esposa) por haber sido el que llevó durante sus embajadas en Londres y París, y bajo el cual era conocido como diplomático en las naciones extranjeras.

líticos del Orbe, mientras la indolencia y el apocamiento de otros Reyes redujo el poder de España á ruines proporciones dentro de la Monarquía y fuera de sus ámbitos; así se explica cómo renació pasajeramente y dió muestras de vida en el reinado de Carlos III para tornar después con mayor desaliento á la postración antigua: tan cierto es que las situaciones complicadas, las grandes crisis, las eras de prosperidad jamás carecen de hombres de corazón que las representen y personifiquen dignamente, porque, á nuestro juicio, las épocas de gloria crean y dan vida á los grandes hombres, más bien que los grandes hombres á las brillantes situaciones.

Abatida y triste ha sido la de España en lo que va corriendo de este siglo; no es pues de admirar que en el Congreso de los pueblos y en la decisión de las grandes cuestiones europeas le haya cabido un lugar secundario y rezagado. Por eso también en el catálogo de nuestros diplomáticos resaltan muy de tarde en tarde, entre muchos nombres oscuros, algunos pocos, muy pocos, de reputación y brillo. El del Conde de Ofalia, apreciado en España y conocido en Europa ventajosamente, merece una consideración privilegiada entre los últimos, consideración bastante para darle cabida en esta obra destinada á referir con imparcialidad la vida de los varones ilustres que han salido del estrecho marco de los hombres vulgares y ordinarios en todas las clases y carreras. (1) Personaje influyente en varias épocas, estadista de nota, hombre de recto juicio y de talento claro, su recuerdo habrá de ir enlazado con la memoria de los

(1) Galería de Españoles célebres contemporáneos ó biografías y retratos de todos los personajes distinguidos...... publicapor D. Nicomedes Pastor Díaz y D. Francisco de Cárdenas, tomo 3, Madrid.-Boix editor, 1843.

das

hechos ocurridos en la primera mitad de nuestro siglo; reclamábale, pues, la narración biográfica bajo tal aspecto reservando á la historia y aun facilitándosele un juicio más severo y detenido.

Don Narciso de Heredia y Begines de los Rios, nació el día 11 de Setiembre de 1775 en la Hacienda de Santa Rosalía, (sita en Ginés, corta población á una legua de Sevilla) propia entonces de su familia. Pertenecía ésta á la clase noble consagrada á la honrosa profesión de las armas, y alcanzó merecidas distinciones en las últimas campañas de Italia y en la América del Sur, donde su bisabuelo y abuelo, ambos del mismo nombre, hicieron buenos y señalados servicios, viniendo á fallecer el último en 1777 de Gobernador y Comandante General de la Provincia de Arequipa. La muerte de este Jefe en el Perú, y otras desgracias que no son del caso en estos apuntes, redujeron á los padres de Heredia á una situación no muy holgada. Es más de alabar por lo mismo el esmerado celo con que atendieron á su carrera literaria, que fué de las más rápidas y brillantes en aquella época.

Niño todavía Heredia, hizo en Almeria los primeros estudios de humanidades y de lenguas vivas, y al cumplir la edad de 13 años consiguió plaza en el colegio de Santiago de Granada. En este colegio y en las aulas de la Universidad á que asistía simultáneamente concluyó los estudios de filosofía y siguió las carreras de leyes civiles y sagrados cánones hasta completarlas recibiendo los grados de bachiller, licenciado y doctor en las tres facultades por todos votos y en la de Leyes con la especial y honorífica nota de por aclamación y sin ejemplar.

Grande y muy superior á lo que debía esperarse de su edad temprana fué la reputación de talento y de saber que adquirió el joven Heredia entre los hombres dedi

cados á las letras. No contaba más de dieciocho años y frecuentaba todavía las aulas como discípulo, cuando obtuvo por oposición una cátedra de Filosofia y Elementos de Matemáticas en la Universidad referida, reuniendo y enlazando de esta manera en su persona las obligaciones del aprendizaje con los cuidados y deberes del profesorado, que desempeñó atinadamente, mejorando la enseñanza de aquellos ramos con aplauso general.

Tomando motivo de ciertas conclusiones públicas para los exámenes de sus discipulos, pronunció un discurso que existe impreso sobre las ventajas é inconvenientes, el uso y los abusos del talento filosófico, notable no tanto por su lenguaje florido y elocuente sin dejar de ser correcto, cuanto por las ideas prudentes y templadas que no eran muy comunes en verdad entre los hombres dados al estudio á fines del siglo XVIII. Esta disertación y la brillantez con que salió de los exámenes merecieron del claustro que recomendase eficazmente al gobierno en nombre de la Universidad las singulares dotes del joven profesor. Recompensóle, por su parte, eligiéndole para los cargos claustrales y académicos más honrosos, y confiriéndole la interinidad de una cátedra de Derecho á la sazón vacante.

Obtuvo también por entonces (1794), previa oposición, beca de colegial jurista en el colegio de Santa Cruz de la Fe y Santa Catalina Martir de Granada, del cual fué nombrado rector posteriormente. Este colegio tenía gran crédito y fama en aquella época por ser de los llamados Reales que gozaban de varios privilegios y exenciones como destinados á la clase noble. Le fundaron y dotaron el Emperador Carlos V y su madre la Reina Doña Juana.

No hace muchos años, leíase aun sobre la puerta

« AnteriorContinuar »