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núan hasta el suelo á modo de pilastras, su torneado ábside cuyo semicírculo adornan dentelladas ojivas formando herradura, presentan un carácter mixto de arábigo-bizantino que no desdice del siglo XII; pero las cuatro filas de dobles arcos de relieve que realzan el exterior del ábside, redondos, dentellados ó recurvos, ornato de hermoso efecto y que hallaremos prodigado en iglesias toledanas de fecha más reciente, ofrecen indicios de una restauración posterior hacia el xv ó xvi. Por lo demás, la desnudez y el blanqueo de las paredes dejan poco que notar allí dentro, desde que desapareció el primitivo Cristo de la Vega, cuyo desclavado y pendiente brazo daba margen á poéticas explicaciones (1). Su moderna portada del 1770 campea en el fondo de un atrio rodeado de pórticos, que el cabildo de la catedral, por una idea tan piadosa como favorable á la conservación de la basílica, ha erigido en cementerio propio: un jardín contiguo templa los horrores de la muerte, y muestra los vestigios de otras edades que arroja de su seno aquel suelo monumental al acoger en sí los restos de los finados (2).

(1) Unos suponen que para deponer de la verdad de un cristiano contra un judío que le negaba la deuda, otros que para aprobar la noble conducta de un caballero que perdonó al provocador vencido en desafío, otros en fin que para dar testimonio de la palabra de casamiento dada sin más testigos á una pobre doncella por su infiel amante, bajó el crucifijo el brazo: sólo en esto concuerdan las tradiciones.

(2) Entre los objetos descubiertos en las excavaciones distínguese una columna istriada en espiral con capitel de gruesos y rudos follajes casi aplastados, que según su carácter debió pertenecer á la basílica goda. Consérvanse allí dos inscripciones arábigas halladas tiempo há en las cercanías, una de las cuales hoy casi destruída inserta el conde de Mora traducida por Diego Urrea catedrático de árabe en Alcalá. Su contexto es: «En el nombre de Dios misericordioso y piadoso. Por él son los hombres, y ciertamente las promesas de Dios son verdaderas. No hay duracion despues de la promision de Dios el poderoso. Este sepulcro es de Mohamad ben Ramin rey primero de Toledo, ben Hamed ben Mohamad Ramin ben Malek; testificaba que no habia sino un solo Dios. Acabóse la vida, perdónele Dios, á este rey la noche domingo quedando ocho dias del mes de Rabié postrero mes del año de la egira 126.» Si la inscripción no es apócrifa está por lo menos muy adulterada su versión, pues en el año á que se refiere, 743 de C., ni había en Toledo rey, ni hubo otro del nombre de Muhamad sino el califa de Córdoba en el siglo ix y otro á principios del x1, ninguno de los cuales murió en Toledo ni en el

Derramando á su paso fertilidad y contento, aléjase el río por la verde llanura; mas antes de ocultarse de la vista de la ciudad tras de las colinas occidentales, su pacífico murmullo se confunde con el martilleo de las fraguas que forjan instrumentos

de guerra, y sus aguas dan al acero aquel fino temple por el cual son célebres entre todas las hojas toledanas. El solo epíteto formaba ya su elogio entre los poetas del siglo de Augusto (1); y la perfección á que Abderramán II en el siglo Ix llevó la fábrica de armas de Toledo, demuestra que la habilidad y nombradía de sus moradores en este ramo se hizo hereditaria de uno en otro pueblo. Ejerció y desarrolló tan importante industria en la Edad-media un poderoso gremio de armeros que gozaban de singulares exenciones, honrándose los más diestros artífices con el título de espaderos reales; pero llegó al colmo su pujanza en el siglo xvi, cuando de sus talleres salían los aceros que daban la ley á toda Europa y ganaron el Nuevo mundo. Con la fortuna de las armas españolas pareció decaer también el consumo y la fabricación de ellas; y sólo la eficaz protección de Carlos III pudo crear de nuevo lo que en tiempos pasados habían sostenido con tanto lustre el esfuerzo de los particulares y su libre competencia. Sobre el arco almohadillado de su portada trae la fecha de 1780 aquel vasto edificio rectangular de dos cuerpos, construído por el arquitecto Sabatini, en cuya cómoda y simétrica distribución todo se halla perfectamente calculado, formando el principal adorno de sus estancias las mismas armas que en él se fabrican, dispuestas en vistosos trofeos. Reina allí la actividad de una colmena y el estrépito de un campamento, contrastando de tal suerte con la amena soledad del sitio, como la tranquila exis

día que se señala. La inscripción, caso de ser auténtica, debe entenderse de algún valí ó gobernador de Toledo bajo el imperio de los Omíadas, tomando con alguna latitud el título de rey y desechando por equivocada la fecha.

(1) Gracio Falisco en el poema de venatione que menciona Ovidio con elogio, dice :

Ima toletano præcingant ilia cultro.

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tencia de Toledo con la tarea belicosa que aún asocia su nombre á los combates, donde brilló por el valor de sus hijos mejor que ahora por el temple de sus espadas.

El único lado de la ciudad que deja sin cercar el río, vuelto á la llanura septentrional de la cual han desaparecido por su turno antiguos monumentos romanos y modernos conventos (1), es que ha fortalecido el arte con mayor esmero como el más in

el

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defenso por naturaleza. Su conquistador Alfonso VI en 1102 mandó cerrar con fuerte muro el ancho espacio comprendido entre los dos puentes (2); pero tal obra debió ser reparación más bien que ensanche de la cerca, que desde la altura donde se mantuvo antiguamente enriscada, había descendido ya bajo el dominio sarraceno á lo último de la cuesta, abarcando dentro de

(1) Alúdese al convento de mínimos de San Bartolomé de la Vega, junto al cual estaban los restos del circo.

(2) "Mandó facer el muro de Toledo desde la tajada que va al rio deyuso de la puent de la piedra hasta la otra tajada que va al rio en derecho de Sant Estevan (más tarde San Agustín.)» Anales Toledanos primeros..

sí los arrabales. Tres eran á la sazón las puertas que se abrían hacia el campo: al Norte la famosa de Visagra, cuya etimología se disputan el idioma arábigo y el latino (1); más al Este la de

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Almofalla ó Almohada; al Oeste la llamada ahora de Cambrón, á la cual precedió tal vez algo más abajo la de Almaguera (2).

(1) Via sacra interpretan muchos con bastante especiosidad, suponiendo que antiguamente la había en Toledo lo mismo que en Roma; otros con más fundamento creen derivado el nombre del arábigo Bab-Shara, puerta del campo ó de Bab-Chacra, puerta bermeja. Conde opina que es arábigo-latino, unido el nombre común de Bab al apelativo de Sacra, puerta sagrada.

(2) Sugiérenos esta conjetura la inmediación de la puerta de Almaguera, que estuvo en el solar de la casa de los Vargas, á la puerta del Cambrón, no parecienTOMO III

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