Imágenes de páginas
PDF
EPUB

la echaron encima.» Por mal presagio se hubo y se achacó á un obispo haberlo dicho y aun lo expresa de uno de ellos el Bachiller, que en murmurar de prelados no solía irse á

[graphic]

la mano.

*

Maestros españoles y alemanes, moros y cristianos, trajo el Condestable para la restauración, y vino á tener una alhambra en mi

niatura. Los restos

aunque

mutila

dos y

deslu

cidos

los indi

can bien

sobre todo en la llamada sala

rica, que ocupaba el costado del sud desde la torre del homenaje. Cam

pea en los frisos y dinteles el escudo con la media luna menguante, alternando con cruces, conchas y veneras de

[ocr errors]
[ocr errors]

Santiago. Algo destrozó los adornos D. Juan Fernández Pacheco, quinto duque de Escalona, que á fines del siglo XVI quiso

poner allí los escudos de los Pachecos, ya que no podía igualarse á los antiguos en méritos y glorias (a).

La fachada principal del Alcázar, flanqueada por cuadra. dos torreones, ostenta aún restos de bellos 'ajimeces, como también el muro que los une coronado de airosa galería en vez de almenas, y avanzada sobre fuertes matacanes, que le dan á la vez gallardía y fortaleza, como sabían hacer los arquitectos estratégicos de la Edad-media. En el centro de este lienzo álzase un cubo ó torreón, al parecer más moderno, y coetáneo de la galería del gran lienzo de la fachada, sobre la cual descuella airosa y arrogante, con más altos matacanes y almenas, que defienden otra torrecilla ó mirador. Á la torre del homenaje, que está á la izquierda, la une una galería de arcos de medio punto que recorre la fachada (6).

Escasas columnas todavía enhiestas, desafiando á la intemperie y sus injurias, al abandono y los desprecios, señalan el sitio que ocupaba el gran patio del bello alcázar, dominando altivos la maleza que á sus. piés crece. Otras han pasado á servir de postes en la Casa de Ayuntamiento.

Sobre una antigua puerta gótica rebajada, que aún conserva restos de los salientes modillones de que pendían las cadenas del puente levadizo, se alza con extraño contraste el moderno campanario de la parroquia contigua de San Miguel; y el antiguo rollo, que á la entrada de los pueblos, ó en la plaza de los lugares feudales, alzaban los señores de horca y cuchillo, se ve convertido en humilde y piadoso humilladero, sobre el que campea el signo de la redención sobre airoso aunque vetusto pedestal, frente á la casa del ayuntamiento, la cual, con sus portales y balcón corrido, formando cuatro arcos achatados sobre columnas que fueron del alcázar, sostiene el tipo de otras muchas casas concejiles de Castilla.

(a) El Señorio de Escalona pasó á los Pachecos en 1470. En 1472 se erigió en ducado por Enrique IV á favor de D. Juan Pacheco Maestre de Santiago.

(b) Dicese que en este torreón estuvo el archivo. Debía ser muy rico este aposento á juzgar por los lindos adornos platerescos que restan.

[graphic][ocr errors][merged small]

Talavera de la Reina.-Ebura bajo los romanos y godos.- Talbera bajo los sarracenos.-Señores y privilegios.-El arco de San Pedro.-Colegiata y Parroquias.-Conventos.-La Virgen del Pardo.-Alrededores de Talavera. -El Tajo.-Puente del Arzobispo.-La batalla de Talavera.

[graphic]

NA vez se ha dejado atrás el lugar del Carpio, no ciertamente el de los romances (1), ve ante sí el viajero por largo espacio sobre un cerro de la derecha las ruinas del fuerte castillo de Cebolla como si en su ruta le precedieran, y casi en frente cabe la opuesta margen el de Malpica mirándose en el cristalino espejo de la corriente. Más bien quinta que fortaleza, y dando título á un ilustre marquesado, á guisa de armadura no de guerra sino de gala, ostenta de almenas coronados el portal y la barbacana, la cuadrada plataforma y los torreones que lo flanquean y el del

(1) Llámase este «el Carpio de Tajo» para distinguirlo del de Tormes á la entrada de la provincia de Salamanca y no distante.

homenaje que á su espalda predomina; pero ni la figura de las ventanas ni el interior de las habitaciones corresponden á este ornato monumental (1). Vestido de cenicientos olivares dilátase en torno de Malpica el onduloso terreno cruzado por el apacible y ancho río, realzando su perspectiva en el horizonte la lejana cumbre de Puerto del Pico, que blanqueada aún de nieves bajo el sol de Junio, forma al nordoeste el mojón de las despejadas llanuras de Talavera. Atraviesa el Tajo este abundoso distrito, enriquecido con los caudales del Guadarrama y más adelante con los del Alberche, mas no por esto según su utilidad aprovechado; desiertos páramos sin verdura son las que nacieron para frondosas vegas, y harto descuidadas vegas las que pudieron trocarse en amenísimos jardines. Al norte se extienden hasta la sierra de Gredos campos no monótonos ni desnudos, más de población que de fertilidad escasos; al mediodía los intrincados laberintos de la Jara: Talavera, sentada sobre la derecha orilla y precedida de altas alamedas en espacioso llano, ensancha su jurisdicción al poniente á lo largo de ambas riberas hasta los confines de Extremadura.

Villa es en realidad, pero muchas ciudades envidiar pudieran el esplendor de su pasada historia y aun su importancia presente por más que decaída; única que ha permanecido al lado de Toledo, si no con destinos independientes, al menos sin que la metrópoli absorbiese su existencia. Su etimología ha fatigado á los anticuarios como el origen de nobles apellidos á los genealogistas: en las postreras sílabas del nombre no es difícil reconocer el de Ebura ó fecunda en trigo que tiene común con otras antiguas poblaciones, y más claramente el de Líbora que pone Tolomeo en situación poco diversa; á sus primeras letras se ha buscado una raíz céltica ó hebráica, si ya no se explican por una co

(1) Algunos arabescos de yeso adornan tan sólo una estancia baja que parece haber servido de capilla. Vense allí también varias antigüedades descubiertas á un cuarto de hora del castillo, columnas, capiteles, lindo mosaico y trozos de cañería, que formaban parte de una construcción medio hundida en el suelo.

« AnteriorContinuar »