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entendida é ladina, é instruida por la mayor parte en las cosas de la fée.

La provincia de Cenconatl (*)(f) se acaba en el lugar dicho, y comienza la de San Salvador en el de Atiquizaya, que es un lugarejo de vuestra Real Corona, que tiene la caza é fertilidad de los pueblos ya dichos. Hacen una masa y betun, que llaman axin (42), de un género de gusanos hediondos [*] Creemos que este nombre debe estar equivocado en vez de Izanconalt, ó sea provincia de los izalcos.

(42) Este animalito que da un tinte amarillo-limon, se parece en su figura á la cochinilla, pero es como tres ó cuatro veces más grande. En Costa-Rica, tienen varias veces la oportunidad de ver estos animalitos, que los naturales llaman hoy dia agin ó axin. Estan cubiertos en la superficie de un polvo blanco como la cochinilla; y al prensarlos salta un color amarillo de la intensidad del amarillo al óleo. De esta sustancia se sirven para teñir de amarillo. Que los animalitos despues de muertos tengan mal olor, cuando no se secan conforme á las reglas del arte, y se corrompan, no es ciertamente de extrañar. Tambien el agin, como la cochinilla, posee en comun la propiedad de curar varias enfermedades.

No es tan desconocido el agin como habíamos creido. Morelet lo encontró en Yucatan cerca de Cahabon y dice lo siguiente: "Para fijar los colores, se sirven (los de Yucatan) de una sustancia grasienta que obtienen de la ebullicion de un insecto que llaman age. Esta operacion les da una masa que produce el efecto del almidon ó engrudo.

Hemos encontrado además [en el Diccionario de la Conversacion, escrito por el profesor J. Schem, Nueva York, 1872, en la palabra Mexico, pag. 266], la observacion siguiente: "entre los insectos útiles se encuentran la cochinilla y el nin ó agin, pulgon que produce cierta especie de barniz, etc.". Segun el Dr. Berendt se llama este pulgon, en México, agin, en Yucatan nin, y en Guatemala nih.

El Dr. Hoppe publicó en el octogésimo volúmen del "Diario de Química práctica" [1860. pág. 102-117], un análisis químico muy detallado

(f) "Los rios más nombrados de esta provincia son el de Paza, que la divide de la de Escuintla; otro que llaman el Rio Grande, que se forma de innumerables ojos de agua, lo que dió ocasion á que apellidasen á la villa que está fundada á su orilla, Zezontlatl, que quiere decir en lengua mexicana 400 ojos de agua, y corrompido este vocablo, la nombran Sonsonate." (Juárros, tom. I, trat. I. Cap. 40). No hay equivocacion alguna en el nombre, como dice el autor de la nota de la edicion española; lo que hay es nada más que falta de ortografía, pues debiera escribirse Cençonati, como está en la edicion alemana del Dr. v. Frantzius. Véase la nota (28) en donde se ha dicho que cenzontli significa 400: si à la anterior palabra se le agrega al fin atle (agua), tendremos centzontlatl, ó sea, 400 ojos de agua, como dice muy bien Juárros.-A propósito de tzontli (cabeza ó cabellera), entre nosotros hay una especie de zopilote conocido con el nombre de zonchiche, palabra que me parece compuesta de las mexicanas tzontli (cabeza) y chichiltic [rojo], porque en efecto el zonchiche tiene roja la parte superior de la cabeza.-Respetando, como se debe, la opinion del ilustrado Dr. v. Frantzius, me atrevería á creer que no se escribe centzontli, sino cetzontli, palabra compuesta del numeral uno [ce] y de cabeza [tzontli]: es decir que los Mexicanos, para expresar 400, decían una cabeza ó cabellera.

y ponzoñosos, que es maravilloso medicamento para todo género de frialdades y otras indisposiciones. Nace dos leguas de este lugar el rio que llaman de Aguachapa, y á siete de su nacimiento vá muy grande, y á trece, que es donde entra en el mar del Sur, es tan grandísimo, que creo que en todas las Indias no hay rio tan grande con tan poca corriente.

De allí fuí al lugar de Santa Ana; no tiene cosa de notar más que dos géneros de madera; de las astillas de la una hacen y tiñen la color leonada, y el otro palo, si lo echan en el agua, se torna azul estremadamente (43). Cerca

sobre este barniz animal. No habiendo recibido el Dr. Hoppe, del Dr. Berendt en persona, el agin que éste había colectado, sino por medio del Dr. Friedel, por causa de este rodeo en los informes, se han deslizado algunos errores. El agin no se puede cultivar como la cochinilla, y se encuentra en estado silvestre sobre diferentes árboles resinosos, como el jobo [Spondias Mirobalanus Jacq.], el jocote [Sp. Lutea L.], el marañon [Anacard. occident. } y el palo mulato [Schinus Sp.J. El nombre cientifico bajo el cual lo designa la "Farmacopea Mexicana" del año de 1846, es el de coccus axin. No fué el misionero español La Slave, quien lo dió á conocer, sino el canónigo y profesor de Botánica de la Universidad de México, llamado La Llave, autor del Registro Trimestre [1832 y 1833].

Segun informes del Dr. Berendt lo había ya conocido Francisco Hernández, autor de la célebre obra que apareció en Roma el año 1650, bajo el título de: Nova plantarum, animalium et mineralium mexicanorum historia [Cap. IX, 5]. Como el agin se endurece pronto al aire, produce un excelente barniz que tiene la doble cualidad de no despedazarse ni descascararse. Berendt lo empleaba con muy buen éxito para preservar de la oxidacion sus instrumentos de cirugía; y usando el aceite de trementina caliente, disolvìa la capa de barniz cuando necesitaba hacer uso de éstos. En Costa-Rica barnizan los sombreros de paja con el agi para hacerlos impermeables.

Bajo el punto de vista de la medicina, en la cirugía se emplea éste tambien en lugar de vendas en casos de fractura; tambien usan los Mexicanos el agi contra los sabañones, y se frotan con él los piés cuando tienen que atravesar por lugares cubiertos de nieve.

(43) Los dos palos de tinte mencionados son el fustete que da un color anaranjado, y el campeche que lo da azulado. El primero lo produce un árbol de la familia de las moráceas (Maclura 6 Broussonetia tinctoria L.), que en Costa-Rica llaman Palo de Mora para distinguirlo de la madera roja que llaman Brazil de clavo, porque en muchos lugares donde nacen los retoños advențicios se forman ramitas de color negro, muy fuertes, que parecen clavos introducidos en el árbol.

El campeche [Haematoxylon Campechianum L.], se encuentra en la costa occidental de México. En la obra de Scherzer [ Wanderungen durch die mittelamerikanischen Freistaaten, etc. p. 403], al hablar del índigo, cita un pasaje tomado de la obra de Herrera, que es el siguiente: "En el lugar llamado Santa Rosa hay dos géneros de madera, con la una tiñen la color leonada: y echando la otra en el agua, se vuelve azul." Deduce Scherzer de este pasaje, la infundada conclusion de que en el año de 1530 la curiosa planta del índigo fuese mencionada ya por Herrera. Hasta el año 1549 nació Herrera; además, un arbusto no produce madera, y el índigo no es originario del lugar, sino que fué traido del Asia por los Españoles.

del dicho está un lugarejo que se llama Coatan, y en sus términos una laguna en la falda del volcan dicho, hondísima y de mala agua y muy llena de caimanes (44); en el medio de la misma hay dos islas. Los indios pipiles tenian esta laguna por un oráculo de suma autoridad, sin que ningun humano pudiera ver lo que en ella habia, y el que lo probase, se habia de tullir y morir de mala muerte; y derivaban esta devocion de patrañas antiguas. Entendiendo yo que los indios de la comarca estaban generalmente en este error, mandé que me hiciesen unas balsas para entrar en la dicha isla y desengañarles de tal torpeza; y estando hechas y para partirme, parece que ciertos negros y mulatos, de una estancia allí vecina, entraron en la isla é hallaron un ídolo grande de piedra, de figura de mujer, y algunos sacrificios cerca. Tambien hallaron allí los llamados calchivites, piedras que se usan para curar los males de costado, de orina y otros [45]. Con lo cual los indios viejos y antiguos se desen

(44) El lugar situado cerca de Santa Ana, llamado por Palacio Coatan, se llama hoy Coatepeque (Juarros p. 112, Squier p. 109, nota 14, y v. Seebach p. 14). Un lugar que aun hoy dia lleva el nombre de Coatan, existe todavía en Guatemala; sin embargo, está éste muy distante del camino de Palacio, al Noroeste de San Pedro Solomá en el distrito de losLacandones; no sería extraño que Palacio hiciera una confusion de nombres, y que el lugar que visitó entónces, como hoy, llevara el nombre de Coatepeque. Squier opina que el lago situado cerca del pueblecito de Coatepeque es un cráter, idea á que rehusó adherirse v. Seebach.

En México y Centro-América se hacían ídolos de estas piedras, que tenían en su tiempo mucho más valor que el oro, y se consideraban éstos como las relíquias hace pocos siglos, y aun hoy dia en algunas naciones.

Una comparacion lo más extensa posible entre las diferentes piedras de esta clase, y de todas partes del Mundo, nos daría una clave muy interesante de la civilizacion del género humano de todos los tiempos primitivos más remotos. Véase la "Historia de las Religiones de los Americanos" por S. J. G. Müller. 1855. p. 486, 584 y 485.

(45) Es cosa muy notable, que desde los más remotos tiempos de la cultura humana en los diferentes pueblos de todas las partes del Mundo, han sido muy estimadas y trabajadas con esmero las piedras de color verde claro. Entre los màs antiguos pueblos civilizados del Mundo se trabajaba el saussurit (jade); los de Nueva Zelandia trabajaban el nephrit, llamado por ellos punamú; y entre los Americanos, el feldspato verde (ó piedra hijada), el diorito verde, el diabas y algunas veces el cuarzo. Esta preferencia se puede atribuir, sin duda alguna, á razones psicológicas que des

conocemos.

Todavía al tiempo de la conquista eran muy estimadas estas piedras en México y Centro-América y las llamaban los indígenas chalchihuites.

Debido á su gran dureza, estas piedras se han mantenido por muchos siglos en perfecto estado de conservacion y sin alterarse. Difícil sería encontrarnos con objetos de más remotas épocas en tan buen estado de conservacion como estos útiles de piedra. Si se considera, además, que sus

gañaron de su yerro, y los mozos más cristianos entendieron la burla de aquel santuario, que era como los demás de su gentilidad.

En el término y montes del lugar de Guaymoco, de vuestra Real Corona, hay grandes árboles de bálsamo (46), y en toda la costa de Tonalá, que es de su partido; en la iglesia del dicho lugar ví doce pilares del bálsamo de á más de cincuenta y cinco piés de altos; es madera muy récia y pesada. El licor que en comun se coge dél, es por el verano, que acá llaman desde Noviembre hasta Mayo. Vale una botija perulera (*) de él doscientos y cuarenta reales entre los indios; sácanlo con alguna violencia, porque para que el árbol dé y destile más, lo chamuscan con leña alrededor del tronco. Yo he hecho sacallo y cojello, como el árbol lo dá y despide, sin otra fuerza de fuego ni instrumento; dicen es licor maravilloso y que será de mejor efecto; echa su semilla como almendras, y en ellas cria un licor como oro; hice sa

[*] Designase comunmente con este nombre la vasija de barro angosta de suelo, ancha de barriga y estrecha de boca.

labores demuestran considerable talento y habilidad en las artes, resulta, que tienen para el investigador de la historia de los tiempos primitivos, un valor tan grande como el que tenían para sus anteriores dueños.

(46) El bálsamo del Perú, que no se produce en el Perú, sólo obtuvo este nombre por la circunstancia de que los buques españoles del Pacífico, pasaban de la costa de México al Callao, y desde allá, por los galeones reales via de Panamá, á Europa. Se recoje este bálsamo solamente entre Acajutla y el rio Comalapa, y por esta razon se usa con más frecuencia el nombre de Costa del Bálsamo, en lugar del verdadero nombre que es el de Costa de Tonalá. Respecto al modo de colectarlo, recibimos el año de 1863 de los Sres. Hanburg y Dorat más minuciosos detalles, por lo que se ve que éste es con poca diferencia el mismo que se empleaba en tiempo de la dominacion española y como cuando Palacio visitó aquellos lugares.

La corteza del árbol (Myroxylon Sonsonatense Klotzsch) la golpean los indios con cuidado y longitudinalmente con martillejos, dejando algunas fajas para practicar la misma operacion al siguiente año. Se calientan despues las partes sobre que se ha golpeado por medio de antorchas encendidas; despues de algunos dias se practican con un cuchillo incisiones que se cubren con trapos de algodon para que absorban el jugo amarillento y algo verdoso que brotan los árboles. Estos trapos empapados se cuecen en agna, por cuyo medio queda depositado el bálsamo en vasijas de barro; y para extraer de los trapos el resíduo, se exprimen éstos de una manera imperfecta.-Tal es hoy dia el modo primitivo é incompleto de extraer este producto.

Ademas del bálsamo verdadero (bálsamo negro), se extrae de las semillas del mismo, un aceite llamado aceite de bálsamo, y de las flores, una solucion alcohólica llamada balsamito, productos que son de muy subordinada importancia para la medicina.

car un poco, tambien se cree que es maravillosa cosa; en habiendo ocasion se esperimentará tambien; hice sacar de las mismas pepitas agua, que dicen las mujeres ser muy buena para agua de rostro.

De allí se vá á la ciudad de San Salvador por una angostura y callejon estraño; pásase yendo por él un rio sesenta y siete veces; está á la falda de un volcan grande (47) y de mucha circunferencia; por sus faldas no echa fuego, porque la materia que le causaba se debió acabar. En el tiem

po que ardió, consumió é hizo tan gran boca, que baja más de media legua y está hondísima, y antes de llegar á lo bajo hace dos estancias ó plazas de la forma de los hornos de cal. De lo más hondo y último sale un humo estraordinario y de tan grande hedor, que ha acontecido que llegándose un español cerca, se desmayase y amorteciese. Desde lo último de abajo hasta lo más alto está lleno de grandes cedros, pinos y otros muchos géneros de árboles y animales y de quemazones del fuego que solia haber en él.

Tres leguas de su estremidad, está un lugar que se llama Nixapa (48), donde hay un pedazo de monte áspero, que llaman el mal pais, de piedra, de mucha tierra quemada y arrojada y muy tendida en grandes pedazos; y ansí pone ad

(47) Los informes que sobre el volcan del Salvador nos suministran los viajeros modernos, son casi tan escasos como los que nos da la corta relacion de Palacio. A pesar de que el Baron v. Bülow en su folleto (Emigracion y Colonizacion. Berlin, 1849, p. 253] nos describe el abismo terrible que forma dicho volcan, cuyo espectáculo imponente y único, dice será suficiente para recompensar el trabajo de un viaje á Centro-América, tenemos que confesar que la descripcion de Scherzer [Excursiones etc. p. 438], es demasiado lacónica sobre la formacion del cráter; y los geólogos Dollfuss y Montserat, desgraciadamente no hicieron la ascension cuando por allí pasaron. Segun Scherzer no existe en el fondo del cráter exhalacion de vapores, como en tiempo de Palacio; el fondo del cráter se ha llenado de agua.

Las mesetas interiores del cráter, que Palacio menciona, se encuentran tambien en muchos volcanes: son éstas los restos de anteriores derrames de lava que quedan pegados á los bordes, cuya parte media màs tarde cayó, y por medio de subsiguientes erupciones fueron destruidas las mesetas.

cruzan

(48) Segun Dollfuss y Montserat está situado al N. del volcan del Salvador sobre una línea que forma el centro donde se otros cuatro ó cinco volcanes extinguidos, de los cuales uno es el volcan de Quetzaltepeque. Un poco hacia la parte oriental de èste, se encuentra el lugar llamado Najapa (V. el mapa de Kiepert ]; probablemente es éste el mismo que Palacio llama Nixapa. Juarros (pág. 32) lo llama Nejapa, y Baily, en su mapa, Nojapa.

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