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é suplico á Vuestra Merced que à los testigos que presentare les mande preguntar y examinar por las preguntas de yuso contenidas, é lo que dixeren é depusieren me lo mande dar escripto é limpio, firmado é signado en pública forma é manera que haga fee para el dicho efeto, sobre que pido justicia: las cuales preguntas son las siguientes.

1-Primeramente sean preguntados si conocen al dicho Pero García, é si conocieron á Diego de Nicuesa, é al gobernador Pedrárias Dávila, é al capitan Francisco Hernández, descubridores é conquistadores que fueron de la Tierra Firme, llamada Castilla del Oro, é desta provincia de Nicaragua.

2-Item si saben quel dicho Diego de Nicuesa, el año de quinientos é diez, pasó de la isla Española, por mandado de los Reyes Católicos, á esta Tierra Firme y costa de Veragua por gobernador, é si saben quel dicho Pero García vino con él, é anduvo en la conquista é guerra que hizo en la dicha Tierra Firme, hasta tanto que murió el dicho Diego de Nicuesa: é así lo saben los testigos.

3-Item si saben que despues que vino Pedrárias Dávila por gobernador de la dicha Tierra Firme, que fué año de quinientos é trece, el dicho Pero García sirvió en la dicha Tierra Firme é trabajó lo all posible en la conquista, pacificacion é poblacion de la dicha Tierra Firme, con su persona é armas, en ayudar á hacer los primeros navíos que se hicieron en esta mar del Sur, y al descubrimiento della todo lo all posible.

4-Item si saben que despues de la dicha conquista é pacificacion de Tierra Firme, el dicho Pero García vino á esta provincia de Nicaragua á la conquista é pacificacion della con el capitan Francisco Hernández, é trabajó en la conquista della con su persona é armas todo el tiempo que fué necesario andar en la tierra é conquista, hasta que fué poblada é asentada, é así lo saben los testigos.

5-Item si saben que en todo lo susodicho el dicho Pero García sirvió á su propia costa é minsion é trabajó de su persona, padeciendo muchos trabajos, é hambres, é necesidades, pasando rios á nado, é con balsas pasando, é con mucho peligro de su persona, é sin por ello llevar sueldo, ni acostamiento, ni otra cosa alguna: é así lo saben los testigos.

6-Item si saben quel dicho Pero García contino ha

residido en la dicha Tierra Firme en esta provincia de Nicaragua, é cierto que fué al Perú con un navío que hizo, adonde perdió todo lo que tenia: é así lo saben los testigos.

7-Item si saben quel dicho Pero García contino ha tenido su casa poblada en esta provincia de Nicaragua, adonde es casado más ha de veinte é cuatro años, é que tie.. ne su mujer en esta dicha provincia: é que al tiempo que se fué con el dicho su navío, dejó su casa poblada é hecha compañía con Pedro Riquelme, vecino de la dicha cibdad, que se obligó de residir é servir por él: é así lo saben los testigos.

8-Item si saben que en todo el dicho tiempo ha vivido con necesidad, é que no tiene indios de repartimiento, ni se los dieron tales que se pudiese sustentar con ellos, ni tales como los merecía segun los servicios que hizo é trabajos que padeció.

9-Item si saben quel dicho Pero García está pobre é necesitado, é vive con muncha necesidad, é que, si Su Majestad no le da con que se sustente, no se podrá sostener en la tierra: é si saben ques persona honrada é que, por sus servicios é méritos, merece que le den de comer.

10-Item si saben que lo suso dicho es pública voz é fama [f.] Pero García.

É presentado el dicho escrito é preguntas suso dichas, é por el dicho Señor Alcalde visto, mandó quel dicho Pero García traiga é presente los testigos de que en el caso se entiende aprovechar, questá presto de hacer en el caso justicia. Testigos Miguel Dávila, é Juan Gutierrez, é Francisco Carrillo, vecinos y estantes en ella Pasó ante mí=[f.] Juan Duran, escribano público é del consejo.

É luego el dicho Señor Alcalde, en este dia, dixo que, porque él está ocupado en cosas tocantes al servicio de Su Majestad y ejecucion de su justicia, cometía é cometió á mí el dicho escribano la recebcion de los dichos testigos para que les tome sus dichos, é para ello me dió poder é comision en forma, cual de derecho se requiere. Testigos los dichos, é firmólo de su nombre=[f.] Benito Diaz-Pasó ante mí= [f] Juan Duran, escribano público é del consejo.

É despues de lo susodicho, este dicho dia, el dicho Pero García traxo é presentó, ante el dicho Señor Alcalde, por testigo á Diego de Pastrana, vecino desta dicha cibdad, del

cual el dicho Señor Alcalde tomó é recibió juramento en forma por Dios Nuestro Señor, é por Santa María, é por las palabras de los santos evangelios, é por una señal de cruz en que corporalmente puso su mano derecha, so cargo del cual prometió de decir verdad de lo que supiere cerca de loque le fuere preguntado: siendo testigos los dichos Miguel Dávila, é Francisco Gutierrez, é Francisco Carrillo-Pasó ante mí=[f.] Juan Duran, escribano público é del consejo.

É despues de lo susodicho, en esta dicha cibdad de Granada, á diez é ocho dias del dicho mes é año susodicho, el dicho Pero García traxo é presentó por testigo, ante el dicho Señor Alcalde, á Francisco Hernández, é á Juan Izquierdo, vecinos della, los cuales juraron en forma ante el dicho Señor Alcalde, segun es de suso, é prometieron de decir verdad. Testigo Bernaldo Guerrero, vecino della Pasó ante mí=(f.) Juan Duran, escribano público é del consejo.

É lo que los dichos testigos, é cada uno dellos, dixeron é depusieron por sus dichos é depusiciones, por sí é sobre sí, secreta é apartadamente, es lo siguiente.

El dicho Diego de Pastrana, vecino desta cibdad, testigo presentado en esta razon por el dicho Pero García, el cual, habiendo jurado en forma, é seyendo preguntado y examinado por las preguntas del dicho interrogatorio, dixo é depuso lo siguiente.

1—Á la primera pregunta dixo que conoció al dicho gobernador Pedrárias Dávila, é conoció al capitan Francisco Hernández, ya difuntos, é que no conoció á Diego de Nicuesa [b].

(b) Creo cumplir con un acto de justicia y reparar en parte el injustificable olvido de los historiadores Centro-Americanos, respecto de Nicuesa, acompañando una traduccion de Washington Irving (The life and coyages of Christopher Columbus, and those of his companions. Philadelphia, 1872), que es, á mi juicio, el historiador que más se ha ocupado de la expedicion de Nicuesa. Dice así:

Diego de Nicuesa era un cumplido cortesano, de noble cuna, que habia sido gentil-hombre de cámara de D. Enrique Enriquez, tio del rey. Disposicion natural, educacion y hábitos, todo concurria para hacer de Nicuesa un digno rival de Ojeda. Como éste, tambien aquel era de pequeña estatura, pero notable por la simetría y desarrollo de sus formas, y por su actividad y fuerza corporal. Tambien, como Ojeda, era diestro en el uso de todas armas, y hábil no solamente en ejercicios de agilidad, sino tambien en los caballerescos y llenos de gracia, que los caballeros españoles de aquel tiempo habian heredado de los Moros; siendo notable por su vigor y destreza en las justas, al uso morisco. Ojeda mismo no podia aventajarle como ginete, y se hace particular mencion de su yegua favorita, á

2-Á la segunda pregunta dixo queste testigo no cono

la cual hacia cabriolar y caracolear al estricto compas de una viola. Además de todo esto, era versado en las baladas legendarias 6 romances de su país, y renombrado como guitarrista de primera fuerza. Tales eran las cualidades de este candidato á un empleo en las selvas, segun el rev. obispo Las Casas. Es probable, sin embargo, que hubiera dado pruebas de cualidades más á propósito para el deseado puesto, habiendo estado ya en el servicio militar bajo el finado gobernador Obando.

Estando los méritos de Ojeda y Nicuesa tan singularmente balanceados, difícil habria sido la eleccion; el rey Fernando eludió el dilema favoreciendo á los dos; no por cierto suministrándoles buques y dinero, sino concediéndoles patentes y títulos que nada le costaban y podian reportarle en cambio ricas ganancias. Dividió aquella parte del continente, que está situada á lo largo del istmo del Darien, en dos provincias, corriendo la línea divisoria por medio del golfo de Uraba. La parte oriental que se extiende hasta el cabo de la Vela, fué llamada Nueva Andalucía, y su gobierno dado á Ojeda. La otra, al Occidente, incluyendo Veragua, y alcanzando hasta el cabo Gracias a Dios, fué asignada á Nicuesa. La isla de Jamaica fué dada á los dos gobernadores en comun, como un lugar de donde podrian sacar socorros y provisiones. Cada uno de los gobernadores debia erigir dos fortalezas en su distrito y gozar por diez años de las utilidades de todas las minas que descubriesen, pagando á la corona la décima parte el primer año, la novena el segundo, la octava el tercero, la sétima el cuarto y la quinta cada uno de los años sucesivos....

Nicuesa, teniendo mayores medios, armó cuatro grandes navíos y dos bergantines, equipados con abundantes municiones y víveres, tanto para el viaje como para la colonia en proyecto, enganchó mucha mayor fuerza y se hizo á la vela, alegre y jactancioso, para las doradas costas de Veragua, el Aurea Chersonesus de su imaginacion.

Las dos armadas rivales llegaron á Santo Domingo casi al mismo tiempo (1509). Nicuesa habia experimentado de camino lo que sin duda consideró como un pequeño augurio de buena fortuna. Tocando en Santa Cruz, una de las islas Caribes, logró capturar cien naturales que trajo á bordo de sus naves para venderlos como esclavos en la Española. Esto se creia justificable en aquellos tiempos, aun por los más escrupulosos teólogos, partiendo del principio de que los Caribes eran todos antropófagos; dichosamente la opinion de la humanidad, en este siglo más ilustrado, hace poca diferencia entre el crímen atroz del caníbal y el del plagiario. Alonso de Ojeda recibió con placer à su amigo, el marino y futuro teniente de gobernador, el digno Juan de la Cosa; sin embargo, no podia ménos que sentir la inferioridad de su armada, comparándola con la de su rival Nicuesa, cuyas arrogantes naves veía ancladas en el puerto de Santo Domingo. Sentía además que los medios de que disponía eran inadecuados para el establecimiento de su proyectada colonia. Ojeda, no obstante, no sufrió largo tiempo por falta de recursos pecuniarios: éste, como la mayor parte de los hombres generosos y liberales que descuidan y malgastan su propio peculio, tenía el don de mandar y disponer de los bolsillos de sus vecinos. Entre la mezclada poblacion de Santo Domingo, habia un abogado de alguna habilidad, el bachiller Martin Fernandez de Enciso, que habia ganado dos mil castellanos (†) abogando; porque parece que el espíritu de litigio fué uno de los primeros frutos de la vida civilizada trasplantados al Nuevo Mundo, y que floreció de una manera sorprendente entre los colonos españoles....

(†) Equivalentes á $ 10050 de hoy.

ció al dicho Diego de Nicuesa, más de queste testigo ha oi

Dos gobernadores rivales, tan bien igualados, como Ojeda y Nicuesa, ambos de espíritu levantado, aunque encerrado en cuerpos pequeños, no podían permanecer sin chocar en un lugar tan reducido como Santo Domingo. La isla de Jamaica que les había sido asignada en comun, fué la primera causa de querella; la provincia del Darien fué causa de la segunda, pretendiendo cada uno incluirla dentro de los límites de su jurisdiccion. Sus disputas sobre estos puntos exaltáronse de tal manera, que todo el lugar se hizo el eco de ellas. En la discusion, sin embargo, Nicuesa llevaba la ventaja, pues aunque ambos eran igualmente esforzados, era éste más hombre de mundo; habiendo sido educado en la corte, era más urbano y ceremonioso, sabía reprimirse mejor, y es probable que con sus argumentos confundiera al gobernador rival. No era Ojeda gran casuista, pero sí excelente esgrimista, y estaba siempre listo á decidir con la espada las cuestiones de derecho, ó de honor, que su lengua no alcanzára á poner en claro; por esta razon propuso arreglar la disputa en singular combate. Nicuesa, aunque era igualmente valeroso, era hombre de más experiencia, y vió la locura de semejante arbitramento. Sonriéndose en secreto del acaloramiento de su antagonista, propuso como condicion previa al desafío y para que hubiese algo que valiera la pena por que pelear, que cada uno depositára cinco mil castellanos, que serian el premio del vencedor. Esta circunstancia, como había previsto, sirvió de freno temporal al fogoso valor de su rival, que no poseía un doblon en su tesoro; pero que tenía probablemente demasiado orgullo para confesarlo..... La escuadra de Nicuesa permaneció algun tiempo despues de haberse hecho á la vela su rival. Sus maneras corteses y atractivas, juntamente con el rumor de grandes riquezas en la provincia de Veragua, donde intentaba fundar su colonia, habían atraido numerosos voluntarios á su bandera, de tal modo que se vió obligado á comprar otra nave para trasportarlos.

Nicuesa tenía más de cortesano y de caballero, que de hombre de negocios, y faltabale capacidad para el manejo de sus asuntos pecuniarios. Había gastado sus fondos con mano pródiga y llenádose de deudas que no podía pagar por el momento. Muchos de sus acreedores sabían que su expedicion era vista con malos ojos por el almirante Don Diego de Colon; para ganarse el favor del último, pusieron toda clase de dificultades á Nicuesa. Jamás hubo un caballero en desgracia más acosado y atormentado por acreedores y demandas, hostigándolo los unos tan luego como satisfacía á los otros. Consiguió, á pesar de esto, embarcar todas su fuerzas. Tenía setecientos hombres, bien escogidos y armados, además de seis caballos. Eligió por su capitan general á Lope de Olano, nombramiento al parecer impolitico, puesto que Olano había estado comprometido con el muy conocido Roldan en su rebelion contra Colon.

La escuadra salió del puerto y se hizo á la vela, con excepcion de una nave que, con ancla levada y velas desplegadas, aguardaba para recibir á Nicuesa, el cual estuvo detenido en tierra hasta el último momento por los muchos embrollos que artificiosamente le habían puesto.

Justamente al momento de poner el pié dentro de su bote, fué arrestado por las arpías de la ley, y conducido ante el alcalde mayor á contestar demanda por quinientos ducados, que fué sentenciado á pagar allí mismo, ó á prepararse para ir á la cárcel.

Este fué un rayo caido sobre el infortunado caballero. En vano alegaba su completa imposibilidad para entregar tal suma en aquel acto; en vano les hizo ver la ruina que le sobrevendria y el gran perjuicio para el servicio público, si se le impedía juntarse à su expedicion. El alcalde mayor estuvo inflexible y Nicuesa entregado á la desesperacion. En tan

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