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biciones, hubiere algo que indugese, aun al ministro mas "continentificado," á que imprimiese en la frente de Inglaterra, "la enemiga de la libertad,-la enemiga de si misma," salgasen entonces del gabinete el sentido, la razon, y la justicia, y que lo que despues quede "se arrodille ante los pies de las circunstancias."-Pero no tememos que tal cosa suceda; el sendero del deber ministerial es tan claro y derecho en este caso, que ni siquiera los hombres mas imbeciles pueden errarle.

Pero el punto de vista baxo el que esta materia parece mas grato y digno de observacion es, la valentia con que las Republicas del Sud de America desafian respecto á su reconocimiento. El mendigo, digno y desgraciado, que obtiene la limosna necesaria para su manutencion, merece quiza el respeto; pero el que trabaja para obtener su subsistencia, es un hombre superior en todos los sentimientos de honor, y en todos los actos varoniles. La independencia no se logra pidiendo; para gozarla se necesita ganarla. Los Americanos Españoles la han ganado; y el rehusarles ahora los titulos y cortesias de las naciones independientes, es una injusticia positiva. Todas las consideraciones recomiendan fuertemente el reconocimiento de naciones, cuyos esfuerzos juveniles, valor sin ayuda, perseverancia y buena conducta, les han hecho independientes de facto.

El informe de la Diputacion á la Camara de los Representantes, despues de detallar "hechos que irresistiblemente prueban, que las naciones de Colombia, Mexico, Buenos Ayres, Peru, y Chili, son independientes en hecho," proceden "á exâminar el derecho y lo expediente del reconocimiento de una independencia tan eficazmente completada." Alli está muy bien tratado que el derecho de reconocer su independencia no depende de su justicia, pero de su establecimiento actual "Quien es el legitimo soberano de un pays, es una qüestion que no concierne á las naciones extrangeras." Lo expediente de adoptar una medida que está fundada en hechos, y que la justicia sanciona, por lo que toca á los sentimientos de otras naciones, si será ó no será un motivo de hostilidades contra los Estados Unidos, se halla tambien pesado. Sin embargo, consideran que la conducta de varias naciones de Europa, y aun la de la misma España, es una prueba de que no hay fundamento para tal aprehension. La diputa

cion "declaró entonces unanimemente, que es justo y expediente reconocer la independencia de las varias naciones del Sud de America."

¿Pero es en efecto posible que haya hombres, que por poco que sepan de la ley internacional, duden por un momento del derecho de Colombia á ser reconocida por lo que es en hecho? Si la ley es en efecto indisputable, ¿donde está el corazon Ingles que no desee el reconocimiento de un pueblo que ha obtenido tan gloriosamente su independencia, y que tan acreedor es á nuestro honor y respeto? ¿Acaso posee España el poder de atacar á esta Republica? El buen suceso que han tenido los Americanos del Sud ha sido completo; y la qüestion ahora no es, si España podra jamas recobrar su imperio perdido y abusado, pero si las naciones de Europa reconoceran pronto y sin dificultad á los estados independientes del Sud de America.

Sobre este punto, Sir James Mackintosh preguntó, en la Camara de los Comunes, al Marques de Londonderry, & si el Gobierno de su Magestad habia reconocido formalmente las Republicas Independientes del Sud de America; y caso que aun no lo hubiese hecho, si pensaba hacer así? El Marques respondio-No, á la primera qüestion; y dio un No qualificado á la segunda.¿Nuestro Gobierno ha reconocido formalmente la independencia de las Republicas del Sud de America? No: esto ya lo sabemos. El objeto de indagacion y de anxiedad es el sentimiento presente sobre esta materia, y la intencion formada respecto á medidas futuras.-"Sin embargo," dixo el ministro, "las hemos tratado como á gobiernos de facto." Pero esto es todo lo que una nacion extrangera necesita considerar. Un gobierno de facto es, quoad todas las naciones extrangeras, un gobierno de jure. La qüestion-¿ de quien es ó no es el gobierno de jure de un pays? pertenece entera y exclusivamente á la nacion que está sugeta á aquel gobierno. Pero no debemos analizar las frases del noble Marqués demasiado menudamente.-"Consideramos los dos partidos," dixo él. "como beligerantes, y respetamos sus direchos como tales." Esta es una conducta justa. El reconocimiento, y el respeto debido á un gobierno establecido, indisputable, é independiente, fue concedido á los del Sud de America; pero mientras que habia partidos beligerantes, dividian entre si el reco

nocimiento y el respeto. De aqui resulta, que quando uno de los dos partidos cesó de exîstir, ó que desaparecío ó entregó, ó lo que es lo mismo, abandonó la porcion del reconocimiento y respeto que él dividia, su porcion naturalmente se juntaba con la del otro partido, que no siendo ya mas un partido, se hizo un gobierno de facto, y heredó los derechos indivisibles de las partes beligerantes.

Este razonamiento nos parece perfectamente conclusivo. Del otro lado, ningun pretexto puede sugerirse en favor de la denegacion del reconocimiento de su independencia. Seguramente que nuestro gobierno hará ahora pronta y voluntariamente lo que es imposible negar ya por mas tiempo.

Habiendo mostrado, de un modo general, la locura é inconsistencia de rehusar reconocer á Colombia, exâminemos mas por menudo esta politica en relacion á la Corte, al pueblo, y á los manufactureros y comerciantes de Inglaterra.

1. Por lo que toca á la Corte, ¿rehusara la Casa de Hanover, y el gobierno de la Revolucion, que no tiene otro titulo al reconocimiento extrangero, sino la eleccion del pueblo, y la posesion actual del poder, una solicitacion tan justa?

Aun por razon de etiqueta, no vemos porque Inglaterra, que tubo el buen sentido de borrar de los titulos de su rey, el absurdo y ridiculo de Rey de Francia, vacilara un instante en aconsejar á Fernando de desembarazarse del de Rey de Indias, tan vacío y ridiculo como el otro. Es justo que el muy omnipotente Fum Fo se siente con las piernas cruzadas sobre su alfombra en Pekin, y mientras que las cabezas de sus cenicientos mandarines sacuden el polvo del suelo en adoracion la mas degradante, y se digne recibir el tituto de Emperador de todos los Emperadores de la Tierra. Estos titulos no encierran mas sentido que los titulos que tienen en las tablas los histriones, y como tales debemos despreciar todo titulo vacio de que los reyes Cristianos se revisten. ¡ Dichosos y largo tiempo reynen los que reynan en los corazones de sus pueblos! ¡Que dentro de su territorio su dominio sea perfecto! pero que ni siquiera en palabras traten de arrogarse derecho alguno sobre los habitantes de los otros; pues, quando hombres mas ambiciosos y activos que los Fernandos ó

Luises de la era presente se levanten, esas palabras pueden muy bien producir deseos, y estos guerras, en las que se perdera la substancia real y verdadera por una pura sombra.

Detestada sea aquella prudencia que sacrifica los bienes mas preciosos de la humanidad sobre el altar de la antiguedad, por muy rodeado que esté de trincheras enmohecidas, y por muy con sagrado que esté por las tinieblas de la supersticion, y la obstinacion de las preocupaciones. Sin embargo, no por eso las Republicas del Sud de America seran ahora sacrificadas. No se trata ya de si se las abandonará, y se las dejará que sangren baxo la mano del despotismo. Han roto todas las trabas de la opresion; han derrotado a sus opresores; corren con vigor y animados por una libertad pura en la carrera de la ciencia, con todas las bendiciones de una libertad consolidada; una prosperidad interminable se presenta a su vista. Fria y rechazante es la politica que volviese su vista a un lado, ó cerrase sus ojos, ó ahogase los regocijos y congratulaciones de hazañas tan gloriosas y tan buenas. Nada natural es una etiqueta tan antiquada al gobierno libre de Inglaterra. En fin, no debemos temer que la corte de este pays obre ya por mucho tiempo, como si dormiese en las cadenas de la Sagrada Alianza.

En efecto, parece que el mensage del Presidente Monroe al Congreso, recomendando la admision de Colombia en el catalogo de los estados independientes, ha producido una viva sensacion entre los embaxadores extrangeros. Sera una cosa digna de admirar, al ver, aun en el gobierno Jesuistico de Luis en el dia de besamanos, los representantes libres de las razas Americanas y los caciques de la vasta extension de los Andes; y sera un bello triunfo para los corazones liberales de este pays, ver Zea, Irisarri, Garcia, y otros tres ó quatro embaxadores, proclamando el dia de besamanos en Carlton House, que Inglaterra dio la mano de amistad á los amigos de la libertad, de qualesquiera lado que viniesen.

2. Respecto al pueblo Ingles, no necesitamos decir nada pa ra aumentar su cariño por la America libre. Es locura en las naciones continentales el no querer extender su mano amistosa á los Americanos del Sud; pero en Inglaterra seria aun peor,seria un crimen absoluto. Qualesquiera que sean los pensamien

tos ó los dichos de los que por disposicion ó conexîon tengan ideas continentales sobre esta materia, la Inglaterra es en realidad el padre de todos los estados libres del occidente. Los principales de su pueblo eran suyos, y su espiritu enteramente suyo. Si no acaricia, si no anima, tira un tajo á su propia independencia; pues no está en la naturaleza de las cosas que su constitución sea querida por los que estan ocupados en minar la de España, y que se levantaron en armas contra la de Napoles. Los deseos del pueblo Ingles para acceder á la proposicion del venerable Zea deben ser, de consiguiente, doblemente fuertes; tienden á la vez hácia la consolidacion de nuestro poder, y hacia la extension de nuestro comercio.

La conducta de los Colombianos es todo lo que sus mejores amigos Ingleses podian desear. Todo hombre, qualesquiera que sea su color, que ha nacido en aquel pays, es libre, según las leyes; una parte del dinero publico se aplicara para redimir los esclavos que se hallan en el pays; las reliquias de la Inquisicion estan destruidas; la educacion se fomenta universalmente; es permitido a los ciudadanos publicar sus pensamientos, no estando sugetos mas que a las leyes del pays; el juicio por jurados ha sido introducido; y el comercio del Mundo Viejo y Nuevo halla la proteccion mas liberal. Es muy grato volver la vista á un estado de cosas semejante, especialmente quando está obscurecido por la nebulosa atmosfera del oriente.

Por una casualidad muy afortunada, el mismo dia que recibimos la constitucion libre y representativa de Colombia, recibimos la de Grecia, tambien libre, independiente, y representativa. En la extremidad oriental de la Europa, y en el centro de la America del Sud, la misma obra propicia de regeneracion nacional va progresando, y difundiendo esperanza por el mundo civilizado. El estandarte de la libertad que tremola en la mano del "Andes gigante de la estrella occidental," se halla correspondido por el clasico pendon de la Grecia, que el aire agita "sobre el aspero Delfo." No será, pues, un solo reyno que se junta con otro para objetos puramente egoisticos. Sera el oriente uniendose en lazos de amistad con el occidente,-las nupcias morales de dos poderosos continentes; y la progenie será la extension del comercio, la difusion de las artes y de las ciencias, y la segura

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