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dos, segun las medidas que adopten respecto al reconocimiento en qüestion. Se ha establecido una compañia, baxo el patronato del Gobierno Prusiano, para introducir las producciones y manufacturas de Alemania en la América Española. Esta compañia se llamara la compañia del Rhin de las Indias Occidentales, y sus exportaciones se limitarán á este objeto. Probablemente otras naciones volveran su atencion á este punto importante, y no hay duda que entraran inmediatamente en negociaciones con aquellos gobiernos, para obtener una preferencia si es posible.

¿Porque rehusara Inglatera ser justa? ¿Es posible que sus ministros no vean el vasto campo de especulacion comercial, que se abriría así que se reconociesen aquellos payses? Los generos de este pays se extenderian sobre las inmensas regiones de America, y las manufacturas estarian constantemente ocupadas. Las ventajas que resultarian de esta nueva fuente de riqueza nacional son tan evidentes, que es inutil recalcar sobre ellas. Nada falta para asegurar el exito de este deseable objeto, sino el reconocimiento de su independencia, que inmediatamente inspiraria una confianza mutua entre los payses respectivos, y que daria á nuestro comercio una preferencia decidida en el mercado sobre el de los otros payses. La dilacion en materia de tanta importancia es deshonroso á nuestro caracter nacional, y ruinoso á los mejores intereses del Estado.

V. Concluyamos pues.-Los estados nacientes, en el ardor de la inexperiencia, y en el entusiasmo de la esperanza, desprecian naturalmente la prudencia y el egoismo, y abrazan con tierna cordialidad á los estados que tienen el derecho abstracto de independencia, ó á los que resultaria un beneficio manifiesto, al tomar el rango de independientes entre los estados libres. Pero los estados viejos miran estas revoluciones con mucha precaucion, y les son muy naturales las sospechas y las aprehensiones, hasta tanto que el joven pretendiente muestra merecer incontestablemente el titulo de independiente. Algo de este espiritu parece que distingue la conducta de Inglaterra y de los Estados Unidos respecto á Colombia. Los Estados Unidos, jovenes y llenos de confianza, miran á Colombia con ojos predilectos, y

á España con ojos indiferentes. La Gran Bretaña, al contrario, mira á Colombia con escrupuloso escrutinio, y á España con indulgencia y con una especie de simpatia. Este pays se vio privado de sus colonias hace 40 años. Combatimos desesperadamente para mantener nuestra autoridad en el occidente, y con mil angustias le abandonamos. El caso respecto á España es muy diferente; pero no dexa de haber bastante semejanza, para dar razon de la dilacion de nuestro gabinete.

Vaya pues,-imputemos á esta debilidad nuestra conducta pasada; pero que, á lo menos ahora, nuestro Gobierno considere, segun conviene a un Gobierno justo, firme, y reflexivo, el parentesco actual y sin disfraz de España y de Colombia, y no rehuse por mas tiempo reconocer á esta, ó la mire con un ceño austero y rechazante propio de la vejez ó del idiotismo. Acordemonos, en primer lugar, que asi que resonó la voz de independencia en el Sud de America, la debilidad y la locura han sido los rasgos distintivos del caracter de España con sus colonias. La riña que mantenia era tan mal dirigida como desesperada. Pero esta lucha se acabó ya. Si no, ¿quando envio España la ultima espedicion para reclamar ó reconquistar sus colonias? ¿Es acaso probable que envie jamas alguna? Es mas probable que sea la victima de conmociones internas y de una guerra extrangera; pero aun suponiendo que esto no sucediese asi, es fixo que sus afanes domesticos bastan para emplear toda su sabiduria, toda su energia, y toda su vigilancia, por medio siglo á lo menos. Que la separacion es completa y final, es un hecho que no admite duda, y que tampoco nuestro Gobierno ignora. De consiguiente, si la misma España no admite la independencia de estados que son actualmente libres, ó bien lo hace por obstinacion, ó por ignorancia. Sin embargo, en ella tal obstinacion é ignorancia no son muy dificiles de explicar; pero seguramente que en otras naciones seria una extrema locura ó debilidad, y sobre todo en Inglaterra, tratar de complacer á los sentimientos poco razonables de España.

Los Estados Unidos han reconocido formalmente la indepedencia de los Estados del Sud de America, y nombrado ministros para representarles en Colombia, Buenos Ayres, y Chili. Concederemos, por las razones ya expresadas, que era natural y

razonable que comenzase por allí. Pero en Europa, es de esperar, que nuestro Gobierno sera el primero que haga este acto de justicia nacional, y de buena politica. Nosotros somos, por consentimiento universal, la nacion mas libre y comerciante de Europa. Nosotros no debemos á España una adhesion caballeresca á sus preocupaciones, que son, aun para ella misma, notoriamente perjudiciales, ó á sus deseos, que en este caso son indisputablemente impotentes. Ningun principio de la ley de las naciones, ninguna sugestion politica, ninguna forma de etiqueta, puede alegarse en favor de tan solo un momento mas de dilacion para reconocer, con la formalidad de una declaracion franca, la independencia que en el hecho existe, y que hemos reconocido distintamente en nuestros reglamentos comerciales. Como nacion libre e independiente, estamos obligados á declarar formalmente lo que hemos tacitamente admitido. Como nacion comerciante, estamos obligados á reconocer unos estados cuyo comercio es de un precio incalculable para nuestras clases manufacturera y mercantil. Tampoco excluimos de nuestro modo de ver, la demanda sobre nuestro caracter liberal y generoso. El reconocimiento de estas Republicas, y nuestro trato sin interrupcion, contribuira esencialmente á extender sus planes, y á consolidar sus instituciones. Como nacion comerciante, libre, y generosa, debemos abrazar la amistad con que los Colombianos nos convidan.

SECCION II

EMPRESTITO PARA COLOMBIA

El credito que Colombia ha adquirido, está fundado no solo en sus riquezas, naturales, y ventajas comerciales, pero tambien en los sentimientos honrosos y en la conducta del Gobierno.

En un parrafo de la celebre oracion del Presidente durante la instalacion del Congreso en Angostura, y en alusion á los acreedores extrangeros de la Republica, se observa, "Aquellos amigos de la humanidad son los angeles guardianes de America, y á ellos les debemos un reconocimiento eterno, lo mismo que un desempeño religioso de las varias obligaciones que hemos contraido con ellos. ¡Legisladores! la deuda nacional es el depo

sito de la buena fé, del honor y del reconocimiento de Venezuela: respetemosla como la gloriosa arca que encierra los derechos de nuestros bienhechores, y la gloria de nuestra fidelidad. Perezcamos, antes de faltar en lo mas minimo al desempeño de nuestras obligaciones, que han sido los medios de la salvacion de nuestra patria, y de las vidas de sus hijos."

En el primer acto publico por el que se unieron las varias provincias que ahora forman la Republica de Colombia, se halla lo siguiente, en el articulo tercero:-"Las deudas que separadamente han sido contratadas por las Republicas de Venezuela y de Nueva Granada, quedan reconocidas por esta ley in solidum, como la deuda nacional de Colombia. Toda la propiedad del Estado quedara hipotecada para su pago; y los ramos mas productivos de las rentas publicas se aplicaran tambien á él.” Esta fue una declaracion voluntaria de la parte del Gobierno, y hace de ella una faccion tan prominente en su primer acto solemne como Republica, que hace ver que no son nada indiferentes á su credito publico.

La conducta del Sor. Zea á su llegada á Inglaterra, como ministro plenipotenciario, fue en perfecta conformidad á estas solemnes promesas.

La tarea que el Sor. Zea tenia que desempeñar presentaba muchas dificultades. Las disposiciones de muchas personas, y el estado de las cosas, no eran aun favorables; la desconfianza se habia arraigado en muchos corazones; muchos animos estaban exâsperados; muchos intereses se hallaban en colision. ¿Debia el enviado de Colombia reducir á su exácto valor reclamaciones, la mayor parte de las quales eran dudosas, cuentas probablemente exâgeradas por contratantes, que quiza no habian nunca contado con ser pagados tan pronto, y tan exáctamente? ¿Debio acaso tratar obtener una reduccion de unos quantos miles de libras? Lleno de un noble orgullo por la prosperidad futura y ahora cierta de su Republica, ¿debia de haber disputado sobre el precio del socorro que habian dado á la Republica en el momento de peligro, en el momento de infortunio? El Sor. Zea era demasiado ilustrado para confundir los derechos del representante: de una nacion nueva y de consiguiente generosa, con el deber de oficial liquidante. Entre los muchos cuidados importantes que

tenía que desempeñar, el de crear y alzar el credito de su pays llamaba toda su atencion. No vacilo un momento en ocuparse de ello, de un modo conforme á su caracter privado, y á sus sentimientos personales.

Las principales personas que tenian reclamaciones sobre los Gobiernos de Venezuela y Nueva Granada, fueron convocadas. Todos los ciudadanos de Colombia recibieron la misma invitacion. El Sor. Zea les dirigió las siguientes palabras, que copiamos literalmente:

"El Gobierno de Colombia no olvidara jamas el socorro que recibio en la epoca de sus desgracias. Tambien sabe que muchos de Ustedes han sufrido infinito por haberseles prolongado el reembolso de lo que tan generosamente avanzaron. Esto le ha afligido sumamente; pero ocupado en una lucha mortal, su primer y solo deber era exïstir, para que pudiese combatir con el enemigo, libertar al pays de su presencia, y lograr la independencia. En el curso de tan solo un año glorioso, se ha obtenido este doble objeto. Desde este momento, el gobierno volvío su atencion hácia los que contribuyeron á nuestra libertad. Entre las muchas misiones que se ha dignado confiarme, ninguna ha sido tan agradable como la que me autoriza á calmar las inquietudes de Ustedes, la de reparar todas sus perdidas. Yo no vengo aqui á especular sobre sus temores. No traigo conmigo sino ideas que convienen á un pueblo magnanimo, y al heroe que preside sobre sus destinos. Colombia pagara todo quanto debe, qualesquiera que sea su origen ó su importe. Tiene el poder y la voluntad. Con nosotros, la justicia y las riquezas andan siempre juntas, Nuestras riquezas son inagotables; la fidelidad á nuestras obligaciones contractadas sera eterna. Muy pronto un monumento colosal se edificara en la capital de Colombia, para transmitir á la posteridad el nombre de aquellos heroes que han vertido su sangre en la guerra de la libertad, y de aquellos extrangeros que por sus esfuerzos valerosos, ó socorro pecuniario, han contribuido al feliz suceso de nuestra gloriosa causa. En el entretanto, señores, á Ustedes les toca hacer aquellas disposiciones que mas convengan con sus intereses. Les dexo á Ustedes entera libertad para reflexionar sobre esto. Esten Ustedes seguros que estoy autorizado por mi Gobierno, y dispuesto por

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