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der y consentimiento por lo respectivo á la hacienda, dando por bien hecho cualquier partido que Hojeda hiciese á la gente en lo de las cabalgadas .

26. El mismo Ocampo y Guevara parece se habian ido á Puerto flechado por no entrar en el concierto de saltear á los indios; y allí pasó Hojeda desde Curiana á reunirse. Siguieron juntos poco despues á la isla de los Gigantes (Curazao), se internaron como media legua hasta llegar á la poblacion de los indios, en quienes notaron que traian ciertos pedazos de oro colgados de las narices y orejas; pero nada les tomaron, ni aún brasil que parece vieron en abundancia 3. Pasaron luego á Coquibacoa, y á su vista parecieron muchos indios en la costa, la cual siguieron hasta encontrar el puerto que buscaban. Hicieron aguada, y se llevaron á bordo una india y un conejo semejante á los de Castilla *. Parecióles el pais pobre y miserable. Por esta razon siguieron la costa hasta el puerto de Sta. Cruz, que creemos ser el de Bahia-honda, donde se presentó Juan de Buenaventura, á quien Bastidas dejó en la provincia de Citarma, que es tierra nevada (Provincia de Sta. Marta), y habia permanecido trece meses tratando con los indios y aprendiendo su len gua. Hállase este puerto veinte y cinco millas antes de llegar al cabo de la Vela.

I

Hállanse estos documentos al fol. 85 y 86. No consta de autos el dia en que salió Vergara para Jamaica, pero fué despues que Hojeda salteó á los indios de Curiana. V. el Apénd. á la Coleccion diplom. tom. 1, pág. 426 y 427.

2 Declaracion de Entramas-aguas, fol. 16 vto., y las de Ocampo y Vergara, fol. 69 y 72.

3 Asi lo aseguran algunos testigos: otros presentados por Vergara y Ocampo dicen que no vieron oro, y sí muy poco brasil en la isla de los Gigantes. V. los fol. 19 vto., 17 y otros.

4 Declarac. de Entramas-aguas, fol. 17. Coquivacoa parece ser lo que hoy llaman cabo de Chichivacoa, que es la punta mas occidental del golfo de Maracaibo.

5 Los sucesos ocurridos en el puerto de Sta. Cruz los refiere Entramas-aguas al fol. 17, Oco al fol. 19, Gutierre de Liébana, fol. 20, Francisco Gomez, fol. 21, y otros. Nos parece que llamó este puerto de Sta. Cruz por haberle descubierto ó entrado en él el dia 3 de Mayo, pues conviene asi con la serie del tiempo y de los sucesos. En todo el gol

27. Viendo Hojeda que los naturales eran mansos y pacíficos, trató de hacer allí asiento y poblacion, comenzando para ello á talar el monte. Opusiéronsele los indios arrojando sus flechas, y no consintiéndoles hacer aguada. Ármó Hojeda toda su gente, bajó con ella á tierra, y amedrentados los naturales se presentaron de paz con una espuerta de guanines y de oro que recibió Hojeda; á quien dijeron que fuese á otro cacique muy cercano que les daria mayor cantidad. Así lo ejecutó, y au mentando su riqueza con la generosidad de este caudillo, se restituyó á sus navíos.

28. Conformes todos en hacer allí su asiento, comen zarón á desmontar el sitio y á fabricar la fortaleza. Apenas supo esta resolucion el segundo cacique, fué á dar contra ellos; pero quedó vencido de manera que abandonó el lugar dejándolo despoblado. Así pudo Hojeda fabricar con menos embarazo los fuertes, colocando en ellos sus lombardas, una al cargo de D. Hernando Guevara, otra al de un tal Cueva su criado, y otra al de García de Ocampo. Su objeto era principalmente custodiar la casa ó almacen de bastimentos, los que se repartian dos veces al dia por medio de un despensero, intervenido J observado por un celador de su confianza. Tambien se guardaba allí el arca de los rescates, de la cual tenia una llave el receptor de SS. AA, y otra Ocampo; y ambos depósitos fueron varias veces atacados por los indios ve cinos, que hacian, aunque en vano, cuanto podian para libertarse de tan molestos huéspedes.

29. Crecia la escasez de víveres, y despues de trein ta y nueve dias no parecia la nao de Vergara. En tal estado mandó Hojeda fuese á buscarle con mucha diligencia el piloto Juan Lopez con la carabela Magdalena, dán dole la instruccion conveniente en Sta. Cruz á 20 de Mayo. Preveniale en ella que en caso de no encontrar fo de Venezuela no hay ningun puerto sino el de Maracaibo, y pasado el cabo de Chichivacoa el primero que se halla es el de Bahía honda, veinte y cinco millas antes de llegar al cabo de la Vela. Véase el Derrotero de las Antillas, pág. 335 y siguientes.

Esta instruccion se halla al fol. 86. V. el núm. 19 del Apéndice.

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á Vergara en la Jamaica volviese al lago de S. Bartolomé, y desde allí navegase costa á costa hasta el cabo de la Vela, donde permanecereis, dice, siete ú ocho dias por amor de Isabel, y trabajad por saber lo de las perlas. Por esta instruccion se colige que Hojeda no reconoció las costas de Citurma ó la tierra nevada, donde dejó Bastidas á Juan Buenaventura, que es la tierra de Santa Marta, ni el rio que está mas acá, que es el de la Hacha, ni las veinte leguas de costa que desde este rio hay al cabo de la Vela: tierra estéril y sin mas agua que la que cae del cielo, pero rica de ostiales de perlas, de las que se sacó gran suma al principio de la conquista 2 Resulta tambien de autos que Hojeda no llegó al cabo de la Vela, y que el establecimiento de Sta. Cruz estaba mas allá del cabo de Coquibacoa, límite de su gobierno, por lo que sus adversarios le acusaron de que lo habia formado en tierra descubierta por Bastidas 3.

30. No fueron menores las quejas que dieron de resultas de algunas incursiones que hizo Hojeda á los lugares de indios, tomándoles víveres que depositaba en la casa de bastimentos, ropas de algodon que repartia entre la gente, y oro y guanines que metia en la arca de los rescates, de cuyas llaves se habia apoderado quitándoselas á Guevara y á Ocampo. Por otra parte la gente estaba cansada y fatigada, la racion era escasa, el trabajo grande para fabricar la fortaleza y hacer la poblacion, la estacion cruel, el pais enfermo, y recelaban que los navíos, comidos de la broma, se fuesen á pique antes de poder salir de allí para la Española.

La expedicion se malogró, pues el piloto Lopez no volvió á parecer: por lo menos en Marzo de 1503 se ignoraba su paradero segun declararon los testigos.

I La india Isabel la trajo Hojeda á Castilla en su primer viage segun puede inferirse; y la llevó en el segundo para facilitar por su medio la comunicacion con los indios.

2 Simon, Conquistas de tierra-firme, tom. 1, fols. 166, 168 y 169. 3 Asegúralo contestando á la pregunta 12 el testigo Cristóbal Camacho que habia ido con Bastidas, y entonces se halló en toda aquella tierra, fol. 36 vto...

31. A estas quejas, mas o menos exageradas segun los partidos ó pasiones de cada uno, se unian los resentimientos particulares de Ocampo y de Vergara contra Hojeda; y esto produjo las conferencias privadas que tuvieron aquellos capitanes luego que el segundo volvió de Jamáica; pues á los dos dias llevando á Hojeda engañado á ver el pan que traia, so pretexto de los deservicios que habia hecho, y que todas las ganancias las guardaba para sí, sin anotar cosa alguna por mano del receptor de SS. AA., acordaron de detenerlo en el navío para conducirlo á disposicion del gobernador de la Española. Intentó Hojeda huirse para presentarse en Sto. Domingo; y entonces le pusieron grillones para asegurarse de él. Esto pudo suceder á fines de Mayo ó principios de Junio de 1502.

32. Si hubiera sinceridad y buena fe en los cargos que recíprocamente se hicieron unos á otros, pudiera conjeturarse con alguna probabilidad cuáles fueron las causas de haberse malogrado la expedicion. Campo y Vergara decian que los indios habian muerto á veinte cristianos que saltaron en tierra á hacer aguada para los navíos, porque sabian los de aquella costa los daños que antes les habia hecho Hojeda; y este declaraba que viniendo Vergara de Jamáica, y estando ya ocho leguas del establecimiento de Santa Cruz, mandó desembarcar á Valderábano con veinte y cinco hombres á robar un lugar, y los indios mataron diez y nueve de ellos, salvándose solo seis 3. Parece tambien que cuando prendieron á Hojeda, propuso este á Ocampo y á Vergara se viniesen á Castilla con la gente que los siguiese voluntariamente, quedándose él allí para saber los secretos de la tierra; y conve

I Véanse las declaraciones en los fol. 10, 38, 40 y 66 vtos., y cuanto dice Hojeda y se publicó en el Apéndice á la Coleccion diplomática, tom. 11, pág. 428.

2 Fol. 1. vto. de los autos en la demanda de Vergara y Ocampo. Ejecutoria de Hojeda, Apénd. á la Colec. diplom., tom. 11, pág. 422. 3. Hojeda en su interrogatorio, fol. 44, vto., Apénd. á la Colec. diplom., tom. II, pág. 426.

nidos en ello, ofrecieron darle el carabelon pequeño, hacerle un buque de remos, y dejarle la tercera parte de los bastimentos y de todas las cosas, y así lo comenzaron á

poner en obra; pero arrepentidos de este concierto diez dias despues ya no quisieron darle cosa alguna, porque, segun decian, no habia esperanza de ningun provecho en aquella tierra, y tambien por la falta de calafates, por estar enfermos los carpinteros, y porque visto el deservicio que Hojeda habia hecho á SS. AA., no podian vole ver ellos á Castilla sin llevarlo, especialmente habiendo quedado por sus fiadores *.

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33. Saliendo pues en esta forma del puerto de Santa Cruz, á principios de Setiembre llegaron á la provin cia de Haniguayaga, que es la mas occidental de la costa del sur de la isla de Santo Domingo, y bajando todos á tierra, Vergara entregó en fiado á Hojeda al comendador Gallego para que lo pusiese á disposicion del goberna→ dor de la isla. Entretanto, segun declaró Hojeda, descerrajaron Ocampo y Vergara el arca cerrada de dos llaves en que estaba el rescate para SS. AA., y sacaron de ella lo que les plugo sin saberlo los interventores ó claveros nombrados por SS. AA.; y segun uno de los testigos Vergara descerrajó el arca despues en Santo Domingo para sacar un marco de guanin y darlo de limosna á un convento de S. Francisco que se fabricaba en aquella isla: fácil caridad á costa agena. Lo cierto es que Vergara tuvo en su poder todos los guanines y oro de estos rescates, y que un testigo ocular declara que pesaron cuarenta y dos marcos, seis onzas y cinco tomines.

34. Cuatro meses por lo menos tuvieron preso á Hojeda, segun él dice, esto es hasta fines de Setiembre. Entónces pasaron en la nao la Granada á la ciudad de Santo Domingo, fondeando antes en la Beata. Hojeda

I Interrogat. de Hojeda, fol. 44 vto.- Declaraciones de Vergara y Ocampo, fol. 67.- Ejecut. de Hojeda, tom. 11, páginas 423, 426 y siguientes.

2 Interrog. de Hojeda, fol. 21.-Declaraciones de Entramas-aguas y del primer testigo, V. el fol. 70.

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