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Maura! ¿Es eso calentar? ¿és eso fecundizar? ¿Quién determina todo eso? Si no es el clero, ¿quién es? ¿Quién es la mano oculta?-Sepa el público que en aquella ocasion yo voté al Sr. Taronjí, y empleé toda mi influencia para que me siguieran los demas compañeros. Sepa que todos los eclesiásticos unieron su voto al mío, y que solos los seglares, mayores en número, se opusieron resueltamente á la pretension del postulante. Ni puede el Sr. Taronjí alegar ignorancia de lo acontecido en aquel Consejo, puesto que estos días se lo ha recordado el respetable sacerdote que era entónces Director del Oratorio Parvo, y yo mismo se lo he repetido personalmente. Ahora bien, en vista de la libertad con que sabe el Sr. Taronjí narrar los hechos, nadie extrañe que me retire de la contienda.

Palma 25 Enero de 1877.

M. MAURA, PRO.

COMUNICADO.

Sres. Directores de El Isleño, Anunciador Balear y Diario de Palma:

He de merecer de su bondad se sirvan insertar en los periódicos que tan dignamente dirigen el siguiente Comunicado; por cuya insercion les anticipa las gracias gu seguro servidor

J. TARONJÍ, PRO.

Palma 26 Enero.

Ayer noche, á última hora, me enteré con sorpresa de un Remitido, firmado por D. Miguel Maura, Pro., refe

rente al folleto « Una mala causa á todo trance defendida», que acabo de publicar. El tono de ese Remitido es despreciativo y desdeñoso. No lo esperaba, á fe mia, de un hombre como mi digno adversario, al cual he tratado con las formas que exige la educacion, y la discusion leal aconseja. En las cuatro primeras líneas del Remitido, se me llama con cierto retintin Licenciado en Teología. Si el tono con que se me llama así es por burlarse de mi persona, se lo perdono al Sr. Maura; si es por burlarse del grado, tendrá que perdonárselo la Teología. Bien que en cuanto á grados de Facultad, ciertos misticos que aquí quieren entrometerse en todo, podrían presentarlos muy escasos.... En la sexta línea dice el Remitido, que yo he publicado treinta y seis páginas de papel impreso. Maura, ¿desprecia V. con eso mi forma literaria?-Quien tiene el tejado de vidrio no tire piedras al del vecino.

¡Yo que creía haberle convencido y hasta convertido! Nada. V. sigue en sus trece-Impenitens cor.-Pasa usted en silencio todas las razones y datos, y se aferra, como náufrago al ancla, á lo que pasó en San Felipe. Todos los sacerdotes, dice V., votaron á favor mío; solos los seglares se opusieron RESUELTAMENTE á mi admision. Eso hace cosa de cinco años. Nadie me comunicó entonces si me habían votado, ni quiénes me habían votado, ni si había votaciones en esa cofradía. Todos los eclesiásticos votaron á mi favor; los seglares votaron en contra, por causa de mi apellido. Estos respetables seglares eran y son una ó dos docenas de chiquillos, al mayor de los cuales apénas si le apunta el bozo; no hay ninguno de ellos que peine barbas. Hombre de Dios, ¿y una docena de muchachos pudieron ganarles á Vds. unas elecciones? Malos ministros de la Gobernacion se mostraron Vds. Esos chicos eran y son penitentes de Vds.; y Vds., en conciencia, les permitieron que votasen en contra, si es que vo

taron. ¿Quién tiene la culpa, pues, del mal resultado de la votacion? ¿Quién puso ese nuevo sello á las ridiculeces tradicionales? ¡Ah! (¡doloroso es decirlo!), los sacerdotes, y sólo los sacerdotes. Y V., Maura, que dice que empleó á la sazon toda su influencia, fué el más culpable de todos. ¿Sabe V. cómo se portan en esos casos las personas de corazon entero, los cristianos? Pues en esos casos, cuando ven que una sociedad á la cual pertenecen, adopta malos principios ó sigue una tendencia contraria á la Religion, (y no es V. capaz de citarme tendencia más irreligiosa que la llamada preocupacion mallorquina); en esos casos se manda disolver la sociedad, como lo ha hecho últimamente el Ilustrísimo Oliveira en el Brasil con una porcion de sociedades; por lo cual ha merecido la persecucion de aquel Gobierno, y un abrazo de Pío IX. Y si no es posible disolver la sociedad, se renuncia á ella, se presenta la dimision de todos los cargos y la renuncia de socio. Así se obra. Así obran los que sienten algo en su corazon: los que no tienen la pereza moral de los cofrades que V. defiende.

Con esa libertad narro yo los hechos; y con la libertad y modo de obrar de V. viene á darme hoy la razon de todo, y á confirmar con una prueba más cuanto he escrito sobre la materia.....

J. TARONJÍ, PRO.

LA VOZ DEL PUEBLO.

Con el Comunicado antecedente terminó la polémica. Mi adversario, vencido ó convencido, se ha retirado; y no ha salido aún otra pluma digna en defensa del actual estado de cosas, ni del modo de obrar de los que, abultando y exagerando el estado de la preocupacion, son sus principales sostenedores. En cambio el público sensato, el público entusiasta, el público verdaderamente cristiano, amante del bien y de la patria mallorquina, se pronunció decididamente en favor de la causa de la equidad. Tuve la honra y el grandísimo consuelo de ver que la mayor parte de las personas ilustradas venían á visitarme en mi pobre casa, y á felicitarme por mis escritos. Recibí inequívocas pruebas de las simpatías que por la causa de la igualdad católica sentía el pueblo, ese pacífico y cristiano pueblo balear, que algunos quieren pintarnos como fanático y prevenido. Una multitud de cartas de felicitacion que recibí, atestiguaron y atestiguarán siempre los sentimientos de que están poseídos los isleños; testimonio de patriotismo y de incondicional adhesion á la tésis de libertad cristiana y de igualdad, que todos deben defender en Mallorca. Piadosos sacerdotes, sabios catedráticos, hombres políticos y literatos de nombradía, artistas y trabajadores figuran en las firmas de las cartas de adhesion que poseo.-Doy á esos señores, del campo y de la siudad, públicamente, las más expresivas gracias.-Los

deseos del pueblo mallorquin son que desaparezcan las ridículas preocupaciones, esa especie de supersticion que nos legaron otros tiempos de infeliz memoria. Los deseos del pueblo son que se tomen medidas, para que se eviten las antiguas prevaricaciones. Y supuesto que los principales abusos son abusos eclesiásticos, dispuestos por eclesiásticos, á sabiendas ó por ignorancia, por timidez ú otros motivos; necesario es que las autoridades eclesiásticas dicten las oportunas disposiciones, para que no vuelva á faltarse á la Religion en un asunto de tan inmensa trascendencia: porque sóLO LA IGLESIA, afirma Don Miguel Maura, sSÓLO LA IGLESIA PUEDE EFICAZMENTE COMBATIR LA PREOCUPACION: y sólo en las cosas de la Iglesia, digo yo, no ha sido combatida eficazmente.

Ahora véanse, como otra de las muestras de adhesion del pueblo mallorquin á mi causa, la siguiente notable Protesta que apareció el día 30 de Enero en todos los periódicos de esta capital, y el suelto titulado Preguntas: ésta es la voz del pueblo:

PROTESTA

que hacen los suscritos, en nombre suyo y en nombre de muchos hijos del pueblo, de diferentes parroquias, contra el quizá de D. Miguel Maura.

Nos ha sorprendido sobremanera ver en la hoja suelta de D. Miguel Maura, titulada Una buena causa mal defendida, que dicho señor se aferre, como á ancla de salvacion para la defensa de las preocupaciones mallorqui– nas, á decir que quizá el público no está suficientemente preparado para oír la palabra de Dios de unos SS. Sacerdotes aprobados para predicarla.

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