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>>bino natural de Lorca llamado Jehosuah, sabio doctor »>y talmudista, que con la conviccion más profunda y el >>entusiasmo más ardiente rogó á Benedicto XIII, del »>cual era médico, que le permitiese convocar á los ju– >>díos más sabios de toda España para argüir con ellos »>á su presencia y demostrarles con el exámen de su >>mismo Talmud que ya era venido el verdadero Mesías. >>Accedió á ello Benedicto, seguro de la sabiduría de >>Jerónimo de Santa Fe, que éste era el nombre del con>>verso rabino, y señaló la ciudad de Tortosa para cele>>brar aquella especie de certámen. Catorce doctores asis>>tieron á él, y abiertas las sesiones en 7 de Febrero de >>1413 con un discurso en latin pronunciado por Jeró– >>nimo de Santa Fe, fundado en aquellas palabras de >>Isaías: venite nunc et disputabimus, inauguróse aquella >>teológica palestra en presencia de toda la corte ponti>>ficia. Hasta el mes de Noviembre del próximo año 1414 >>duraron las sesiones que fueron en número de sesenta »>y nueve, y de ellas resultó la conversion de cuantos >>rabinos asistieron al congreso, excepto dos que persis>>tieron contumaces en sus antiguos errores. El triunfo >>del Cristianismo no pudo ser sin embargo más com>>pleto, y en la sesion 67. presentó Rabbí Astruc una >>cédula por la cual por sí y á nombre de todos los Judíos >>se confesaba enteramente convencido de los errores del >>Judaísmo, y declaraba abrazar la Religion que el Sal>>vador del Mundo había sellado con su sangre en el >>Golgota.» (1)

El hierro y el fuego producen víctimas; la discusion, la ilustracion y la caridad producen confesores y creyentes.

Se dice que en 1435 ocurrió la general conversion

(1) Victor Gebhardt.-Hist. de España; tomo IV, capit. 61.

de los judíos mallorquines. En accion de gracias por tan extraordinario suceso, se cantó un solemne Te Deum en la Catedral. Las armonías de la Salve, cantada en la Santa Basílica por los nuevos y los antiguos hijos de la Fe, llevaron al corazon de todos la comun alegría por la feliz obtencion de la augusta unidad religiosa. ¡Un solo Dios, una sola Fe, un solo Bautismo, una sola Ley y un solo pueblo! Magnífico pensamiento y agradable porvenir. La unidad religiosa es el bello ideal de los grandes espíritus. ¿Quién no se postra ante idea tan levantada? Todos los ciudadanos haciendo oracion en un mismo templo; un mismo pastor conduciendo á los pastos de la Verdad y del Bien el rebaño de los fieles; unos mismos recuerdos en la Fe; unos mismos deseos en la Esperanza; unos mismos dogmas en la Creencia; unos mismos preceptos en la Caridad; unos mismos principios vivificando la familia; unos mismos lazos sagrados uniendo la nacion; unos mismos fines en la aurora de la Eternidad; la muerte y la vida, los problemas de lo pasado y de lo porvenir, la cuna y el sepulcro, explicados é iluminados por la ciencia divina; y el hombre marchando al lado del hombre con el báculo de una misma Fe en la mano, á la consecucion de sus destinos inmortales. La unidad religiosa es lo mejor, lo más sabio, lo más santo, lo más bello, para el hombre, la familia y la sociedad.

Establecida la unidad religiosa, la divisa de los mallorquines había de ser: UN SOLO DIOS; UN SOLO PUEBLO. Pero el fanatismo á veces no lo quiso así. Hay memoria de que cierto cuerpo científico no quería admitir en su seno á los descendientes de los conversos de 1435; y el rey D. Juan II de Aragon en 1473, como consta en Real órden registrada en el Archivo general de Barcelona, derogó el Estatuto exclusivista, mandando que los con

versos y sus descendientes pudiesen ejercer cualquier noble facultad en todos los dominios de la corona aragonesa. Opinan algunos que la preocupacion nació entónces, en 1435, y dicen que el pueblo no quiso admitir en sus gremios y sociedades á los descendientes de los conversos. De modo que, á ser esto cierto, el abrazo que en la Catedral se dieron todos, no fué un signo de paz y de igualdad, ni se observaron puntualmente las disposiciones de los romanos pontífices. Con los que tal vez fueron nuestros antepasados, con los conversos de 1435, los mallorquines no se portaron como deben portarse los verdaderos católicos. Si ya no se portaron bien en la Edad media, ¿cómo no he de decir que se portan mal en el siglo XIX?

$ 3.-Descendencia de relapsos.

Llamábase relapso en tiempo de la Inquisicion, al reo que, habiendo abjurado una vez sus errores religiosos, volvía á caer en los mismos. Álguien ha habido que creyendo aducir una gran razon en favor de las preocupaciones mallorquinas, no se ha avergonzado de decir sotto voce que nosotros éramos descendientes de los relapsos de 1691, y que las leyes de la Inquisicion mandaban que los descendientes de los relapsos no pudiesen aspirar á ningun empleo de honor. ¡Cuánta mentira! ¡Qué pobreza de discurso y qué insigne mala fe!

Ya hemos visto que los reos de 1691 eran inocentes de las faltas de Religion que se les imputaban. ¿Cómo es posible que el Judaísmo que había desaparecido de Mallorca en el siglo XV reapareciese como por ensalmo en el siglo XVII? ¿Cómo es posible que pasasen tantos años de catolicismo, y que despues de tan largo período, cuando estaba borrado todo vestigio de ley mo

sáica, cuando no existía ninguna sinagoga, ni el recuerdo siquiera del Talmud, cuando las familias estaban todas sujetas á la direccion espiritual de las órdenes religiosas y no había venido á la Isla maestro alguno notable del Hebraísmo; cómo es posible que de buenas á primeras, por arte de encantamiento, digámoslo así, resucitasen la supersticion y culto extinguidos? No; eso no podía ser: no cabe en lo humano tal resurreccion y evocamiento. Luego fué una espantosa calumnia la que llevó al suplicio á nuestros padres de 1691. D. Antonio Fernández de Córdoba, fiscal de la Audiencia de Mallorca, y enemigo mortal de nuestras familias, escribió en 1786 unas Memorias, que han quedado inéditas y se conservan en la biblioteca de la Academia de la Historia, en Madrid. El autor de la Histoire de races maudites, Francisque-Michel, las vió y extractó en 1847; y de su extracto se deduce que, á lo ménos desde 1511 hasta 1675, en un período de siglo y medio, no hubo vestigios de Judaísmo en la Isla. ¿Cómo es posible, pues, que en 1675 hubiese judaizantes? ¿Cómo es posible que la suspicacia de la Inquisicion en 150 años no descubriese á los judaizantes mallorquines; ni los descubriese la policía secreta de Felipe II, ni el despotismo de Felipe III, que expulsó á los moriscos despoblando la mitad de España? ¿Cómo puede concebirse que existiese en Mallorca ni memoria siquiera de los Hebreos? No hubo, pues, tales judaizantes; y el acto de 1691 fué un acto de arbitrariedad, debido á la intolerancia fratricida y á la ambicion desenfrenada. ¡Pobre España, la España del siglo XVII! Se había hecho de moda el castigar con afrentosos suplicios; se habia hecho de moda el asistir á los espectáculos de la barbarie: y entretanto la nacion corría lastimosamente á su ruina, y enemigos los ciudadanos unos de otros aborrecían el trabajo, se delataban mutuamente á los tri

bunales secretos y daban orígen á las preocupaciones de raza. Cuando Cárlos II moría, dejabà en pos de sí la miseria de la patria, la mezquindad de las ideas. Esa moda de los espectáculos sangrientos fué una de las causas de los asesinatos legales de 1691 en Mallorca. El drama empezó en 1678. Unos Apuntes de autor desconocido, que poseo manuscritos, de principios del presente siglo, narran de una manera gráfica y leal los sucesos. Dicen así:

<<Más de doscientos años vivieron en calma los ma>>llorquines descendientes de hebreos en el seno de la >>Iglesia católica, sin que les alcanzaran los efectos del >>prurito que reinaba en todas partes desde el aciago >>gobierno de Felipe II hasta el del imbécil Cárlos el He>> chizado.

>>El humo de las hogueras del Santo Oficio, no anu>>bló el hermoso cielo que sirve de bóveda al Archipié>>lago de las Baleares, y sus habitantes oían con horror >>la narracion de los suplicios multiplicados que tuvieron »>lugar en aquel dilatado período en diferentes puntos de »>la monarquía española. La Inquisicion de Mallorca, á >>pesar de sus pesquisas, no pudo vibrar la espada contra >>los supuestos nietos de los israelitas convertidos, entre>>teniendo la autoridad de su oficio con varios autos en >>que figuraron herejes, protestantes de nacion extranjera, »varias brujas, algunos sortílegos, y tal cual blasfemo, >>entre los cuales no figuraba ningun individuo de las »familias en cuestion, no obstante que de las tres últi>>mas clases muchos fueron hijos del país.

>>La historia nos ha conservado un recuerdo de esos >>autos de Fe celebrados en la anchurosa plaza del Borla más céntrica y concurrida de la ciudad de Palma: >>el uno tuvo efecto el año 1581 y el otro en 1645. En »éste desplegó el Santo Oficio toda la magnificencia y

>>ne,

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