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así como los varios sucesos ocurridos en el presente año, mantenian estacionarias las que cultivábamos con las principales potencias de Europa. Al principio causó alarma y temores de que se turbára sériamente la tranquilidad de la República, por haberse disuelto la convencion de Ocaña. Mas, cuando los gobiernos europeos vieron la brillante prueba que diera el pueblo colombiano de la confianza ilimitada que tenia en los talentos, en las virtudes cívicas y en el desprendimiento de su Libertador, resonaron por todas partes las alabanzas de este, considerándole como un fuerte vínculo y la garantía mas segura de la estabilidad, del órden y de las glorias de Colombia. Pero estas esperanzas se disiparon bien pronto con la nefanda conspiracion del 25 de setiembre. Suceso tan lamentable, y la guerra con el Perú, que ya se juzgaba no podria evitarse, perjudicaron sobre manera á nuestras relaciones exteriores. Parecia á los gobiernos europeos que la vida del Libertador estaba siempre amenazada por el puñal de un asesino, y que empeñada Colombia en una guerra extranjera, podria volcarse su gobierno de un momento á otro; inferian por tanto que no ofrecia garantías para que se entrára con ella en ajuste de tratados ni en alguna otra clase de relaciones políticas.

Estas consideraciones alentaban al gabinete de Madrid para denegarse á escuchar los consejos de la Gran Bretaña, de la Francia, de los Estados Unidos, y aun de la Rusia, que empleaban sus buenos oficios con la España para que terminase de una vez la desastrosa guerra de América, que tantos daños causaba al comercio y á la civilizacion. Siempre contestaban los ministros de Fernando VII, que nada habia estable en sus colonias, que esperaban reducir muy pronto á su obediencia. En comprobacion recapitularon la eterna lista de revoluciones y de crímenes que á nombre de la libertad y para deshonra de esta se perpetraban en los nuevos Estados descendientes de la España. Mas el gabinete de Madrid no meditaba que la opinion por la independencia era firme y uniforme en todas las repúblicas establecidas en sus antiguas colonias.

A fin de vencer la terquedad del ministerio español, aun se dieron pasos indirectos y reservados para sondear su ánimo acerca de si reconoceria la Independencia de Colombia recibiendo el rey una compensacion en dinero. Mas todo fué en vano; pues los ministros de Fernando cerraban los oidos y no

querian escuchar proposicion alguna en que se pronunciára la palabra independencia.

Iguales motivos de falta de estabilidad, de órden y consistencia en los gobiernos de las nuevas repúblicas, así como la frecuencia de sus revoluciones y trastornos, inspiraban á las potencias que nos habian reconocido algun resfriamiento en sus relaciones de amistad con nosotros, y una gran desconfianza en los otros gobiernos para celebrar tratados. En Lóndres estaba el centro de nuestras relaciones políticas, que dirigia el señor José Fernández Madrid con grande talento y consagracion. Estas calidades le habian granjeado las consideraciones de aprecio del cuerpo diplomático residente en la capital del imperio británico. A pesar de ellas no habia conseguido resultado alguno positivo, sino la celebracion de un tratado de amistad, comercio y navegacion con el ministro de los Países-Bajos baron Falk este diferia el firmarlo hasta que recibiera su gobierno mejores informes sobre la paz y tranquilidad de Colombia, y supiera el resultado de la guerra que amenazaba contra el Perú. Con los ministros de Prusia, Suecia (1), Dinamarca y ciudades anseáticas se hallaban pendientes negociaciones para ajustar tratados de comercio y navegacion. Jamas se realizaron, porque tenian pretensiones exageradas, y por otras causas que sobrevinieron para impedirlo.

En el mismo estado de observacion y de duda se mantenia la Francia para entablar relaciones diplomáticas con las nuevas repúblicas. Hasta el presente año habia detenido á su gobierno, segun dijeron los ministros de S. M. Cma á nuestros agentes, la consideracion de que sus tropas aun no habian desocupado enteramente la España. Verificáronlo al fin, y anuncióse entónces la mision del señor Cárlos de Bresson, quien debia recorrer las nuevas repúblicas de América, para informar al go

(1) El ministro de Suecia en Londres, conde de Bjrvanstjerna, decia al señor Madrid en una conferencia «que S. M. el rey de Suecia (Bernadotte) no solo se hallaba muy bien dispuesto en favor de Colombia, sino que sentia muy particular estimacion y admiracion por el Libertador. Anadió, que S. M. juzgaba haber mucha analogía entre él y Bolívar; pues ambos debian su elevacion á su espada y á sus servicios, que ambos eran amados de los pueblos y fieles á la causa de la libertad, bien diferentes en esto de Napoleon.

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bierno frances acerca del estado en que las halláran á fin de iniciar ó no algunas negociaciones. El señor Bresson se dirigió primero á Méjico; pero la sangrienta revolucion de Guerrero y de Lobato hicieron que variase de rumbo y que viniera á Colombia.

El gobierno frances daba estos pasos en el ministerio del conde de la Ferronays, que se mostró animado de buenos sentimientos respecto de los nuevos Estados americanos, y especialmente de Colombia, por las garantías que daba el gobierno del Libertador. En una nota que el ministro de relaciones exteriores de Francia dirigió al señor Madrid decia : « El gobierno del rey ve con placer que la posicion de la República se mejora; él quiere creer que estos progresos hácia el bien no se detendrán, y que la administracion que hoy rige á Colombia conseguirá en cuanto á la consolidacion de la paz y de la tranquilidad de este país los felices resultados que hay razon para esperar de la sabiduría y de la habilidad del ilustre jefe que preside á sus destinos.» Los mismos sentimientos manifestaron los cólegas del conde de la Ferronays en una discusion pública que hubo en la cámara de diputados sobre la importancia de reconocer los gobiernos de las nuevas repúblicas, para extender el comercio frances, que debia aprovecharse del vasto mercado que le ofrecian estos países. Mas sin embargo de las fundadas esperanzas que daban dichas discusiones apoyadas por la opinion pública y por gran número de hombres influyentes en Francia, el resultado no fué el que se esperaba. Por enfermedad del conde de la Ferronays, el conde Portalis se hizo cargo del ministerio de relaciones exteriores; pero su duracion fué muy corta. Reemplazóle el príncipe de Polignac, exaltado legitimista, que profesaba una aversion decidida á que el gobierno de Cárlos X entrára en relaciones políticas con las repúblicas formadas de las colonias españolas. Preocupado contra ellas, y servil adorador de los derechos de Fernando VII, no dió un paso mas que sus predecesores en negocio de tamaña trascendencia, á pesar de los constantes esfuerzos que hizo el representante de Colombia.

Era este el señor Leandro Palacios, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario que habia sido en la corte del Brasil .Terminada su mision le destinó el Libertador á Francia con el mismo carácter diplomático. El gobierno de Cárlos X jamas

le reconoció; pero ofrecia que si le nombraban cónsul general pondria inmediatamente el exequatur, lo mismo que á los cónsules y vicecónsules que destinára el gobierno colombiano para cualesquiera puntos del territorio frances. Con el carácter de cónsul general de Francia residia en Bogotá el señor Buchet de Martigny.

CAPÍTULO XIV.

Rompimiento de la guerra con el Perú.

-

El gobierno peruano no admite la mision de O'Leary: niega al Libertador sus títulos legales. - Declara bloqueados nuestros puertos del Pacífico. · Lamar se traslada á Piura :

insultos que escribe contra Bolívar. — Fuerzas del Perú y Colombia. Sucre es nombrado general en jefe. — Pérdida de la corbeta colombiana Pichincha.- Bloqueo y ataque de los Peruanos contra Guayaquil. → Son rechazados y muere el vicealmirante Guise.— Sublevacion en Popayan de Obando y López de acuerdo con Lamar. - Marcha de Bogotá una division al mando de Córdoba. Obando triunfa en la Ladera de las tropas del Apodérase de Popayan, donde encuentra apoyo; mas no en los valles del Cáuca y Neiva. — Obando se apodera de Pasto. Córdoba ocupa á Popayan. Providencias de Páez en Venezuela para mantener la tranquilidad pública. El Libertador convoca un congreso constituyente de Colombia: expide otros varios decretos importantes. Pasos que da

gobierno.

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Sus protes

en favor del comercio con la España; motivos políticos que los dictan. Extingue el corso. Sigue á Popayan. - Fuerzas militares que marchan hácia el sur. Ocupaciones que deja al consejo de ministros; empeño de este en reunir el congreso constituyente.- Manifiesto de Páez defendiendo la conducta política del Libertador y contra la Monarquía. tas de amistad no fueron cumplidas. Noticias que Bolívar recibe en Popayan sobre el estado del ejército del sur. Hostilidades de Obando y López como auxiliares de los Peruanos.- Operaciones del general Hérez en los Pastos. Proyectos incendiarios de Lamar contra los Colombianos. El Libertador está decidido á trabajar por la paz. El ejército peruano se mueve sobre las fronteras de Colombia. El general Flórez junta en Cuenca al colombiano.— Estado crítico de Guayaquil; bloqueado estrechamente, capitula Illingrot con los Peruanos. - Conserva una parte del departamento. Marcha por Loja del ejército de Lamar; sus proclamas contra el Libertador. Encuentra simpatías y apoyo en los habitantes de Loja. Sucre se pone en Cuenca á la cabeza del ejército colombiano; su proclama, número, estado y situacion del ejército del Sur.-Negociaciones de paz que se rompen.- Invasion y toma de Cuenca. - Ataque nocturno contra Saraguro. Graves daños que causa á los Marcha de estos hácia Jiron; y la de Sucre hasta la llanura

Peruanos.

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