CAPÍTULO CUARTO

Envía D. Pedro de Valdivia á Juan B. Pastén á descubrir la costa de Chile, y á su vuelta le manda al Perú.

Hallándose D. Pedro de Valdivia con una nave á su disposición y un sugeto tan inteligente para andar en ella como Juan B. Pastén, resolvió reconocer toda la costa del reino de Chile hasta el Estrecho de Magallanes, y nombrándole de su teniente de capitán general, le despachó, cuando más tarde, á principios del año de1 1545, pues no pudo ser el año de 1546, como vierte el P. Miguel de Olivares, cuando sabemos que de vuelta de esta expedición bajó al Perú, y se hallaba con su nave en el puerto del Callao el 25 de octubre de 1545, como dice el Palentino. Le envió, pues, á descubrir las costas del Mar del Sur, hacia el polo, sus puertos, ensenadas, caletas y gente que habitaba sus costas y las tierras vecinas. Pastén cumplió con su comisión, corriendo y observando todos los parajes que convenia. Hizo diario de su jornada, y notó los puertos de más segura estación para las naves propias, y de más fácil defensa contra las agenas.3

Esperando D. Pedro de Valdivia la noticia de un buen puerto hacia el sur del reconocimiento en que andaba don Juan B. Pastén, para ir á fundar en él una ciudad, deseaba con ansia. la llegada con el socorro de Pedro Miranda, para con él ir á hacer esta fundación. Mucho extrañaba su tardanza, creyendo que aún gobernaba Vaca de Castro; pero no era así, y creemos

1. El P. Miguel de Olivares, lib. 2, cap. 7.

2. D. Diego Fernández, Historia del Perú, lib. 2, cap. 1.° 3. El P. Miguel de Olivares, lib. 2, cap. 7.

se perdió el oro que este enviado llevó, el cual no pudo volver por la revolución que habia en el Perú entre Núñez Vela, virrey, por entablar las cuarenta ordenanzas que Su Majestad firmó en Barcelona el 20 de noviembre de 1542, sin admitir suplicación, y los españoles levantándose y nombrando á Gonzalo Pizarro de gobernador.4

Juan B. Pastén volvió à fondear en Valparaiso, concluida felizmente su expedición, con su derrotero; resolvió D. Pedro de Valdivia mandar un apoderado á la corte à dar cuenta de todo á Su Majestad, y nombró para ello à Antonio de Ulloa, y que fuera con él al Perú su teniente de capitán general Alonso Monroy por socorros, creyendo de él desempeñaria bien, como la vez primera, su comisión y sabria por qué no había vuelto Pedro Miranda. Para facilitar estos dos comisionados sus pretensiones, les entregó por mitad cuanto oro tenia y le prestaron, y pidiéndole à Juan B. Pastén los transportara en su nave hasta el puerto del Callao en el Perú, los envió por septiembre de 1545, acompañándolos hasta Valparaiso.

Los mejores historiadores refieren este viaje de Chile al Perú de Juan B. Pastén, pero no aciertan en que él sólo fué el comisionado para traer los socorros, ni tampoco que su tardanza hizo que D. Pedro de Valdivia mandase por tierra á traerlos con Antonio Ulloa.5 Desengañaranos el Palentino con la carta que el maestre de campo de los tiranos Francisco de Carvajal le escribe en 25 de octubre de 1545 al gobernador de ellos Gonzalo Pizarro, desde Lima à Quito, en que vierte:6 «Alonso Monroy, capitán de Valdivia, vino aqui de Chile por socorro de gente, y trajo algunos dineros, aunque pocos, y habiéndole encaminado para vuestra señoria, estando de partida le dió una enfermedad de que murió. Con él vino un hidalgo de Cáceres llamado Antonio de Ulloa, con poderes de Valdivia para negociar en Castilla sus cosas. Entretanto que va à vuestra señoria, queda aquí el capitán Bautista, dueño de la nave, etc.» Asi vemos que no sólo perdió Chile el oro que llevaron estos apoderados, sinó à dos tan principales conquistadores de los primeros: Alonso Monroy, natural de Salamanca, valiente en las lides, diestro en las resoluciones, dichoso en las empresas,

4. Garcilaso Inca, p. 2, lib. 2, caps. 4 y 5.

5. D. Pedro de Figueroa, lib. I, cap. 22.

6. D. Diego Fernández, Historia del Perú, lib 2, cap. 1.°

politico en el gobierno y digno de ocupar uno de los mejores timbres de la fama para perpetua gloria de su apellido. Antonio de Ulloa, natural de Cáceres, aunque lo anticipemos, viendo que no le dejaban volver ȧ Chile, con su espiritu belicoso y fiel se alistó en los pendones reales, y coronando su milicia con laureles de valor con el honrroso empleo de capitán, dió la vida en la batalla7 de Guarina en el Perú, dada en 20 de octubre de 1547.

7. El P. Miguel de Olivares, lib. 2, cap. 7.