La Pluma, Volumen4

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1922

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Pasajes populares

Página 16 - ... el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves, Señor; muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido; muéveme ver tu cuerpo tan herido; muévenme tus afrentas y tu muerte.
Página 237 - Pero el generoso león, más comedido que arrogante, no haciendo caso de niñerías ni de bravatas, después de haber mirado a una y otra parte, como se ha dicho, volvió las espaldas y enseñó sus traseras partes a don Quijote, y con gran flema y remanso239 se volvió a echar en la jaula.
Página 193 - EL MUNDO DE LA NECESIDAD Y EL MUNDO DE LA LIBERTAD Permitidme, señoras y señores, a guisa de exordio, unas palabras, que me ayuden a adaptarme al medio. Si no lo consiguiese — y temo mucho que no — , que mi sinceridad me granjee vuestra tolerancia. Dice el refrán que "cada uno habla de la feria según le va en ella".
Página 285 - AQUÍ DICE DE CÓMO FUE FABLAR CON DOÑA ENDRINA EL ARCIPRESTE. ¡Ay Dios e cuan fcrmosa viene doña Endrina por la plaza! ¡qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garza! ¡qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buen andanza! Con saetas de amor fiere cuando los sus ojos alza.
Página 151 - Mi corazón, como mi verso, es claro: hallé en mi sangre férvida el venero en que ha de constelarse el desamparo de la rubia mujer que ya no espero. Hada inefable que doró mis sueños con la dulzura de su cabellera y que guardó en sus párpados sedeños la visión ruda de mi primavera. Caen las lunas sobre mi tortura, con una igual indiferencia fría, en el silencio de la noche oscura.
Página 255 - ... don Ramón María del Valle-Inclán no teme pasar por singular y demodado, ni aun por sospechoso de complacerse en épater le bourgeois. Don Ramón del Valle-Inclán es, entre los poetas españoles, quizá el más rico en sentido musical y en forma. El encanto especial de su poesía se debe en buena parte al juego de acuerdo y oposición entre dos tendencias ya observadas en la poesía gallega antigua y que se dan en él — una vena popular, rica en emoción y ritmo, y una afición consciente...
Página 32 - Otra vez en torno del piano — no se podía perder tiempo — nos pusimos a trabajar vorazmente; machacábamos con furia en un estribillo jacarandoso y nos sonaban en el oído desgarradores acentos. Nuestra música se enzarzaba con la salmodia de los curas. Repetíamos al borde de la fosa abierta de súbito en el comedio de nuestras fútiles diversiones un cantar chocarrero, impregnado ya en desconsuelo para siempre, como ya para siempre el pobre muerto no iba a tener otra manera de representarse...
Página 169 - El estado de libertad es un estado continuo de vigilancia y frecuentemente de combate. Así, sus adversarios, considerando aisladamente la agitación de las pasiones y el conflicto de los partidos que acompañan a la libertad, dicen que no es otra cosa que una arena sangrienta de gladiadores encarnizados. Este espectáculo, a la verdad, no es agradable; pero hay otro mucho más repugnante todavía, y es el de Polifemo en su cueva devorando uno tras otro a los compañeros de Ulises.
Página 281 - Llamavan a la puerta, i sopieron el mandado; Dios, qué alegre fo el abbat don Sancho! Con lumbres e con candelas al corral dieron salto 245 con tan grant gozo reciben al que en buen ora nasco.
Página 63 - ... rendida la hermosura de sus hechizos el gentil tesoro, y llamándote ufana en la espesura, suelta Pomona sus cabellos de oro ... En la popa del barco empavesado que navega veloz rumbo a Citeres, de los amigos el clamor te nombra, mientras tendidas en la egipcia alfombra, sus crótalos agitan las mujeres. Deja, por fin, la solitaria playa, y coronado de fragantes flores descansa en la barquilla de las diosas!

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