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termes que aquesta passió es, sens dubte, la mes antiga, la mes constant y la mes creixent que alimenta mon cor.

La casualitat y la sort, favorint aquest mateix amor, me portáren á treballar com empleat en lo gran depósit diplomátich de nostra Historia, á ser oficial del arxiu general de la Corona de Aragó, establert de alguns anys à aquesta part en l'edifici que ans s'anomenava quarto nou del antich palau major, y que, després de la guerra de successió, serví de monastir á las monjas de Santa Clara, que ans estiguéren en lo lloch ahont se fabricá la Ciutadela.

Cada volta que entrava jo per la porta principal de aquest edifici del renaixement, última gala ab que s'adorná un personatge vell, pus la obra moderna quedá y l'antich palau gótich desaparegué, alsant involuntariament los ulls, descubria, entre las finestras baixas de son frontispici, una gran pedra, ab unas inicials pintadas demunt y cert adorno en sos estrems, que sembla posada allí de intent pera que'l passatger, notant la falta de simetria, se fixe en lo significat que tal estranyesa pót tenir: sobre tal pedra, que, segons diu la Historia, habia servit de cabalgador en l'antich palau dels reys, hi havia predicat en son temps l'apóstol valenciá San Vicens Ferrer.

Mes, derrera de la mateixa paret que aguanta la pedra, á pochs pams de aquesta en la part superior é interior del edifici, que es ahont se guardan los documents pertanyents á nostres reys, mos ulls se fixavan també, cada volta de entrar en la sala del arxiu, en dos voluminosos processos que's troban de costat, y devant dels quals tot cor sensible no pót menos de exhalar un sospir de tristesa.

Estranya coincidencia que no sembla filla de la casualitat! La pedra recorda à un dels jutges influyents que, en lo compromís de Casp, declaráren incapás de ser rey de Aragó al que hi tenia mes dret: los processos recordan al desheretat, al reo, al rebelde, al Comte de Urgell.

ADVERTENCIA DEL EDITOR.

Por la grande analogía que tiene con los trabajos que comprende este volúmen la importante memoria del señor de Bofarull, titulada: La lengua catalana considerada históricamente, de la que se habia agotado la primera edicion publicada por su autor; y con la idea de reunir en un solo cuerpo todo cuanto este ha dado á luz relativamente á la lengua catalana; previo conocimiento del mismo, reproducimos á continuacion, y por via de apéndice, la indicada memoria, con la seguridad de que nos agradecerán este obsequio nuestros suscritores, satisfaciendo al mismo tiempo el pedido que de ella nos hacen varios literatos estranjeros.

LA

LENGUA CATALANA

CONSIDERADA HISTORICAMENTE.

DISCURSO

leido en la sesion pública inaugural de la real Academia de Buenas Letras de Barcelona, el dia 8 de noviembre de 1857, por el sócio de la misma

D. ANTONIO DE BOFARULL,

BAJO LA PRESIDENCIA

DEL ILTRE. SR. D. AGUSTIN DE TORRES VALDERRAMA,

GOBERNADOR CIVIL DE LA PROVINCIA;

y con asistencia de los representantes de la Universidad literaria,

de la Audiencia territorial, del Cabildo eclesiástico, de la Autoridad militar, de la Academia de Bellas Artes, de la Sociedad Económica y de otras varias corporaciones científicas y literarias.

Señores:

Ne des alienis honorem tuum....

ne forte impleantur extranei viribus tuis
et labores tui sint in domo aliena.
Salomon.-Proverbios

Raro es el pais cuya historia sea una verdadera sucesion cronológica, esclusiva del pueblo que, acaso, le da el nombre.

No tiene aplicacion este aserto en épocas remotísimas, cuando por pais se entienda una limitada comarca, ocupada por todas las ramas de una misma familia; pero sí tan luego como esta familia se reuna con otra, haciendo que el territorio de entrambas sea comun ó dependiente de un centro único; y mas todavía, cuando, constituidas las naciones, se ha querido conservar en la mayor parte el principio monárquico, y se ha desarrollado en todas el espíritu de engrandecimiento, con las luchas que, por instinto, por necesidad, han sostenido.

ό

Las conquistas, los matrimonios de los reyes y las agregaciones voluntarias son los tres principales caminos por los cuales han venido á reunirse dos ó mas pueblos para formar una nacion; y en este caso, ha sido uno de los resultados la influencia, mas ó menos directa, de una raza ó de un pueblo sobre los demás, aun cuando la organizacion federal haya puesto freno, algunas veces, á la supremacía del dominante.

A pesar del espíritu de nacionalidad que alienta á cada pueblo, de esa lumbrera inestinguible que van legando unas generaciones á otras, y que mantiene vivo eternamente el fuego del corazon, por mas que la desgracia arrebate la parte de vida que la memoria le pudiera comunicar; á pesar, decimos, de ese mismo freno, con que la dignidad de uno ha detenido la ambicion de otro, que ha soñado ser todo, no siendo mas que igual; ejemplos sobran, por desgracia, de pueblos que, al unirse con otros, han pasado de esposos á hijos, y de hijos á siervos. Absorbida su importancia por la raza que la casualidad ha hecho mas prepotente, en vano han apelado á la igualdad de derechos, á la igualdad, ó tal vez superioridad, de glorias; en vano se han lamentado, haciendo patente el objeto de su enlace: los lamentos, como lenguaje del corazon, se exhalan hablando la lengua que se ha aprendido en la infancia, y si esta lengua no era conocida de quien la debia escuchar, hé aqui un motivo mas porque su voz se perdiera en los aires! Pudiera compararse aquí la situacion del pueblo olvidado á la de aquel hijo, que, por haber hecho el padre una mala distribucion de sus bienes, tiene que contemplar, humilde, la mayor riqueza del hermano, no justificada tan siquiera por el derecho de primogenitura, y se consuela, recordando los timbres de su comun alcurnia, y afanándose en dar á conocer su apellido, única igualdad que suele quedar, á veces, entre los hermanos ricos y los pobres.

Sin salir de nuestra misma península, de este territorio, partido, en remotos tiempos, entre infinitas razas, sobre el que se han barajado conquistados y conquistadores de orígenes diversos, y sobre el cual vinieron luego á establecerse varias nacionalida

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