Crónica.

o que más imperiosamente demanda mi atención de cronista en estos momentos, es el intento patriótico, más o menos discreto, de que ya ha hablado algún periódico diario, y que acarician músicos españoles de fama y un empresario con fortuna; el de instaurar la ópera española... en España.

No es esta la primera vez que á tal objeto se tiende. Ahí están Bretón, Serrano, el mismo Chapi, Pedrell,

Llanos, recien

temente desapa

recido del mundo de los vivos, y algún otro maestro cuyo nombre ahora no es menester, que trabajaron,. quizá con más voluntad que provecho, en la implantación deseada. Fuercn aquellos, sin em

bargo, intentos aislados que surgieron como para dar fe de vida del propósito y testimonio de los medios que para tal obra teníamos á nuestra disposición. Ahora la idea entra por camimás

nos nuevos,

fáciles, y despertadores de esperanzas á tal

punto, que bien puede afirmarse que, si de la acometividad que se proyecta, no sale triunfante el casi general deseo, fuerza será renunciar en mucho tiempo al anhelo por todos sentido.

Por de pronto, local digno y apropiado al objeto, existe inmejorable y en circunstancias las más propicias al ensayo. El nuevo teatro que se está terminando frente á las antiguas Salesas Reales, será albergue en que no falte nada en punto á capacidad, suntuosidad, comodidad de los espectadores, y demás condi

ciones para la implantación de la ópera nacio

nal.

Al principio pensóse denominar Nuevo Teatro al edificio en construcción. Después díjose que se llamaría Teatro Lírico,

ahora se cree

que llevará el nombre de Teatro de la Gran Opera, y ni an

tes ni después he oído que piensen llamarle Teatro de la Opera española,

como conven

dría, si en efecto, se construye para los fines y con los propósitos que se diee.

Para este Teatro llegará á Madrid un órgano adquirido en

París, en la cantidad de 60.000 francos. Dirigirá la orquesta del flamante templo del arte lírico, el joven maestro Sr. Villa, que actualmente acaudilla una compañía de ópera que trabaja en Portugal, y respecto de los preparativos que ya se realizan para la magna empresa, sábese que Bretón y Cavestany preparan una ópera que recordará en Farinelli, costumbres de la época de Felipe V y Fernando VI; el maestro Serrano pone música á una ópera de carácter popular, aun sin título, que escribe Fernández Shaw; Saco del Valle se dispone á la partitura de Gloria, de Galdós, que Sinesio Delgado de acuerdo con nuestro novelista, convierte en drama musical. El Rey Lear de Shakespeare, será puesto en música por el maestro Vives, en cuanto Fernández Shaw la transforme en ópera; Joaquín Dicenta ha escrito Raimundo Lulio para el maestro Villar; otro maestro pondrá música á Tierra Baja, de Guimerá; Rodrigo de Vivar mostrarásenos con letra y música del Sr. Manrique de Lara; los hermanos Quintero darán un libreto al compositor D. José Serrano, y Ramos Carrión y Chapí presentarán al público, Circe ó el mayor encanto amor, comedia del viejo maestro Calderón...

El programa no puede ser mas sugestivo. Nueve óperas españolas, cuyos estrenos empezarán el invierno próximo, Dios mediante, y que irán apareciendo en el cartel al juicio del público cada tres días.

Ahora falta solo saber si realmente puede existir Ópera española; es decir, un drama musical, todo cantado, á semejanza del de otros pueblos. O lo que es igual si nosotros no tenemos ya un teatro lírico, tan digno, tan excelente, tan legítimo como otro cualquiera, en nuestra vieja zarzuela.

Es indudable que en cada país las artes toman un carácter peculiar que les imprimen, el clima, la raza, las costumbres, la educación,

etcétera.

En este concepto, podía suceder que España estuviese ya en posesión de su música dramática propia desde hace tres siglos, y que tuviese razón el autor de La vida es sueño, cuando, al ver que en su tiempo se introducía la ópera italiana, exclamaba, por boca de uno de sus personajes:

¿No miras cuánto se arriesga

en que cólera española
sufra toda una comedia

cantada?

ó bien el insigne fabulista, Iriarte, al hablar también de nuestro drama

que zarzuela se llama.

explica la mezcla de lo hablado con el canto, diciendo que

disculpa debe hallar en la española
natural prontitud, acostumbrada
á una rápida acción de lances llena,
en que la reiterada cantilena

es rémora tal vez que no le agrada.

Y en su consecuencia, quizá fuese mejor fomentar la castiza 'zarzuela, con más o menos cantidad de música, indígena, adecuada á los asuntos, que siempre deberán de ser nacionales. A estas noticias de grato sabor, tengo que añadir algunas notas tristes y de índole bien diversa. La muerte sigue trabajando por cuenta propia entre nosotros. Dos escritores viejos muy favorecidos, hace bastantes años, y que aun daban señales de vida tal cual vez, han muerto en la última quincena. D. Luis Mariano de Larra, hijo de Figaro, y D. Manuel Ortiz de Pinedo.

Del primero se hace mención especial más adelante; el segundo, escritor estimable también, periodista antiguo y poeta, había compuesto para el teatro Los pobres de Madrid, Frutos amargos, Los amigos, La victoria por castigo, etc.

Pinedo intervino en la política de España activamente, obteniendo puestos de importancia y gozando de gran predicamento cerca de Castelar, Ruiz Zorrilla, Martos, y otros hombres públicos, de alguno de los cuales, como Ayala, fué amigo íntimo, conservando en su poder como recuerdo de tal amistad el manuscrito original de El hombre de Estado. Todavía el Sr. Ortiz de Pinedo colaboraba el día 20 de Febrero en Gente Vieja.

El día último de mes concluirá el plazo para admitir obras en la exposición y venta que la Asociación de la Prensa prepara con objeto de allegar recursos para atender á los fines benéficos que practica. Como la generosidad de los artistas ha sido grande, el concurso ofrecerá interés bastante para que de él me ocupe en una de nuestras crónicas futuras.

A última hora llega á nuestra noticia el fallecimiento del ilustre literato D. Juan Facundo Riaño, ocurrido en la mañana de hoy 27. Ya no tenemos espacio ni tiempo para consagrar á tan preclaro español el recuerdo que merece: en el número próximo lo haremos. M.

Madrid, 27 de Febrero.