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LA VIRGEN Y EL NIÑO

TALLA DEL SIGLO XIII

Museo Arqueológico Nacional.

Está, desgraciadamente, por escribir, la historia de la escultura española de los siglos medios. Se conoce bastante bien la Arquitectura, la ornamentación y otras manifestaciones del arte decorativo de aquel tiempo; en líneas generales se clasifican con acierto los monumentos y los miembros ó restos arquitectónicos, por sus estilos y fechas. Pero á la escultura apenas se le ha concedido un valor aparte. Puede decirse que la crítica moderna no la ha arrancado de los conjuntos arquitectónicos medio-evales en que hasta ahora la consideró como cosa secundaria. Tal opinión es uno de tanto errores, afianzados por la rutina, que conviene y hasta es urgente combatir; porque en todo tiempo ha habido una escultura monumental, complemento de la Arquitectura y ha habido también la escultura como arte independiente, cuyas obras casi siempre pequeñas se destinaron al culto. Y una y otra escultura son una misma en cuanto al carácter, tendencia, estilo, aciertos ó extravíos; es algo que ha tenido siempre vida propia y que en los siglos medios tiene tanta importancia y valor como cualquiera otra de las manifestaciones artísticas de entonces. Tan independiente es en la historia la Escultura, de la Arquitectura medio-eval, que ésta desaparece en absoluto al llegar el Renacimiento, y aquella representa el arcaismo que por virtud de un perfeccionamiento paulatino, patente en las obras de los escultores italianos de los siglos XIII, XIV y xv, llega nuevamente á la perfección clásica. Para construir la iglesia de San Pedro de Roma ó la del Monasterio del Escorial, fué menester cambiar en absoluto el sistema que para tales edificios se había seguido hasta entonces. Fué menester olvidarse y hasta abominar de la ogiva y de sus obligados botareles y contrafuertes. Contrarios, son por cierto, el sistema, las formas y las proporciones que el nuevo clasicismo imponía. El cambio fué tan brusco como radical. En las artes figurativas, por el contrario, no hubo cambio sino transformación; porque el espíritu medio-eval, se manifiesta en las artes figurativas por medio de la expresión mística ó dolorosa, las austeras demacraciones, la proporción larga que da á las figuras aspecto de penitentes ó enfermos en trance de conocer la temida y eterna verdad; y todo esto, por sugestiones del realismo, que fué descubriendo á escultores y pintores los risueños encantos de la Naturaleza, y por concomitancia el triunfo que los antiguos habían alcanzado por tal camino, riñó larga y empeñada lucha con la arrogancia heroica, la soberana belleza de las formas y las proporciones más conformes con el canon de Lisipo que con el de Policleto que introduce el Renacimiento. Era lucha en que los embites iban dirijidos á la esencia misma del arte, á la idea, más determinada siempre en el arte figurativo que en el arquitectónico, sólo se manifestó dentro de éste en la ornamentación florentina, que en España llamamos plateresca. La historia de la escultura puede seguirse, por consiguiente, sin solución de continuidad, desde los comienzos de la Edad Media hasta nuestros días, y conviene conocer ese proceso de arte semejante al del arte antiguo, pues también tiene su período arcáico, que es el medio eval, y su período clásico, que es el Renacimiento. Mientras ese estudio de conjunto se hace á la luz de

la nueva crítica, permítasenos aportar algún dato y señalar algunas ideas.

A ello nos convida una escultura española perteneneciente al dicho período arcáico. Es una imagen de la Virgen María, sentada, con el Niño Jesús sobre las rodilas y al que sugeta con la mano izquierda, mientras mantiene la diestra en la actitud propia de ostentar el lirio (que falta) símbolo de su pureza. El Niño bendice á la griega con la diestra y tiene cerrado el libro de los Evangelios en la izquierda. El grupo está tallado en madera pintado y dorado, Los rostros están pintados de su color natural, los cabellos conservan el color oscuro del

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oro tomado La túnica de la Virgen esroja, tirando á rosa, el manto que le cubre la cabeza á la imagen, es azul, la túnica del niño es púrpura; todas estas telas rameadas de oro, imitando al brocado. Pero no cabe duda de que estos colores y adornos están aplicados modernamente, pensamos que en el siglo XVII, por algún restaurador que por desgracia cubrió con ellos la antigua policromia, de la que un desconchado de la capa de estuco sobre la cual está aplicada la nueva descubre un trozo de manto verde sobre la rodilla derecha de la Virgen, El calzado de la Virgen no es todavía puntiagudo. La actitud de ambas figuras es rígida, hierática, como la expresión de indefinida dulzura de los rostros; en el sencillísimo plegado de paños acusa la falta de movimiento. Ninguno de los caracteres de la escultura revela proximidad del Renacimiento. Ofrece sin embargo particularidades

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muy dignas de tenerse en cuenta, sobre todo cuando se compara esta obra con otras medioevales, ejecutadas en la misma corriente arcáica.

a

La Virgen Madre es un tipo artístico predilecto y por lo mismo repetidísimo en el arte cristiano. En España ese tipo debe traer origen bizantino y por eso es de suma importancia, dado su marcadísimo carácter bizantino, la estatuilla de N. S.a del Claustro existente en la Catedral de Solsona: (Boletín de la Sociedad &spañola de Excursiones, lám. y art. del Sr. D. Ramón Riu y Cabanas.) Es una obra excelente en su estilo; es además una imagen gemmata y revela por todos sus caracteres la mano oriental ó educada en el gusto oriental, que la esculpió Por copia bárbara de este tipo bizantino, debe considerarse á nuestro juicio la Virgen de Sahagún, curioso relieve del siglo XI, que se conserva en nuestro Museo Arqueológico Nacional (Museo &spañ ́l de Antigüedades, monografía de D. J. de D. de la Rada, t. VII, lám., y pág- 279) y que revela hasta quépunto la rudeza de los tiempos redujo los rasgos hieráticos de aquel á fórmulas geométricas que representan los contornos, los rasgos fisonómicos y los pliegues de los vestiduras. Por repeticiones tradicionales del mis-mo tipo tenemos dos Vírgenes esmaltadas, una del Sr. Marqués del Castrillo y otra de la iglesia de Husillos (Palencia) (Joyas de la Exposici 'n Hist`rico-Euro-pea, láminas cxvi y cv.) La primera responde al gusto bárbaro del siglo XI, pero es algo posterior; la otra en que el hieratismo aparece dulcificado, pertenece al siglo XIII. En ambas imágenes, como en la de Sahagún y otras muchas, hay reminiscencias bizantinas; pero nada más que reminiscencias, pues en España suele confundirse el gusto bizantino, que es bastante perfecto, con aquel barbarismo que era producto de la rudeza de la sociedad española de los reinos cristianos de entonces. Todas esas Vírgenes, como otras muchas coetáneas y posteriores, reproducen, igual que la que motiva estas líneas, un tipo bien característico y antíguo: María triunfante, Reina y Señora, sentada, cual ya aparece en las primitivas tablas del Museo de Vich, en que la influencia bizantina es mayor, y en la Virgen de Solsona. María, sentada, con el Niño en el regazo. En la diestra suele llevar la Santa Madre el lirio virginal, otras veces un cetro que remata en lirio, como en la dicha imagen de Solsona. El niño casi siempre bendice á la griega y suele llevar en la mano izquierda el libro de los Evangelios: exactamente los mismos caracteres conque aparece hombre en esmaltes bizantinos. Al mismo género de imágenes de la Virgen que vamos señalando como más típicas corresponde la llamada de Atocha, que se venera en Madrid, pero desfigurada con ropas de tela, según costumbre introducida por el mal gusto del siglo XVII que mostró predilección por la amplitud desmesurada en las ropas de mujer. La Virgen de Atocha es una talla anterior al siglo XIII; la Santa Madre aparece sentada con el Niño sentado sobre las rodillas; es en suma una obra escultórica que merecía como la de la Almudena, sabia restauración y despojarla para siempre de aquellas ampulosas vestiduras.

Si ahora examinamos las imágenes posteriores, como por ejemplo, por citar una de las más antiguas, la de Nuestra Señora de la Peña en Brihuega (Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, I, lámina, y artículo de D. Juan Catalina García, página 69) que consideramos de fines del siglo XIII, advertiremos, al lado de reminisce.acias del pronunciado hieratismo de los siglos

anteriores, una cierta gallardía en la figura de la Virgen y en los paños unas ondulaciones de buen gusto que revelan adelanto artístico y el cambio operado en el estilo, que manifiestamente es el mismo de otras muchas obras escultóricas y de miniaturas como las del conocido códice de las Cantigas. Esa gallardía, esas ondulaciones de los paños son típicas del gusto francés de la época. Bien pronto, en el siglo XIV, empezó á representarse con más frecuencia á la Virgen en pié, cual la vemos en una de las portadas de la Catedral de León y en otra del claustro de la Catedral de Pamplona, que salvo el cambio de actitud ofrecen esos mismos caracteres, más acentuados.

La imagen que aquí reproducimos, responde, bien observada á un tipo intermedio, que conserva del primitivo la rigidez y la proporción larga, mientras se aproxima á los segundos con ligeras ondulaciones del manto, revelándose por tales caracteres la transición operada en el arte al calor de las sugestiones provocadas por mejores modelos. Creemos por lo tanto que esta imagen, cuya procedencia se ignora, data del siglo XIII, pues fáltanle hieratismo para ser del XII y realismo para ser de del XIV ó siquiera coeta.ia de la de Brihuega. Queda sin embargo una particularidad, un rasgo especial que no aparece ó resalta tanto en las imágenes primeramente citadas, cuyas desproporciones son patentes por cierto. Dicho rasgo es la desproporción que con el cuerpo guarda la cabeza de la Virgen, demasiado grande. No se trata de un caso raro: lo mismo acontece en algunas otras imágenes sagradas, como una de San Vicente Ferrer, labrada en plata y perteneciente al siglo XV, que posee la señora duqnesa de Bailén y lo presentó en la Exposición Histórico-Europea (Joyąs, lám. cxcvi, y Boletín de la S. E. de Excursiones IV, lám., y noticia página 112.) De modo que no se trata de una desproporción inconsciente sino intencional, nacida de análogo sis tema al que emplearon los escultores egipcios y asirios en conocidos relieves, para representar á las figuras de Jos reyes, mayores que las de sus enemigos ó súbditos. El escultor medioeval hizo desmesuradamente grande la cabeza de la Virgen, ya que no sabía hacerla expresiva, para determinar ó subrayar, si se quiere, la parte más augusta de la persona divina en su representación hu

mana.

JOSÉ RAMÓN MÉLIDA

VARIEDADES

A consecuencia de haber publicado en el último número de la REVISTA el documento acerca de la llegada del Conde Duque de Olivares á Toro, que por cierto se nos olvidó decir que no era inédíto por entero, el Sr. D. Antonio Cuadrado, vecino de aquella ciudad y académico correspondiente de la Historia buscó y halló la partida de defunción de dicho personaje, que publica á continuación para conocimiento de los estudiosos.

El Sr. Cuadrado podria hacer un interesante estudio sobre la permanencia en Toro del Conde Duque, sus últimos momentos, muerte y funerales, pues hay multitud de datos aun no impresos en la

Biblioteca Nacional y escogiendo entre los publicados, que por cierto ofrecen un aspecto muy drainático, nos daría un cuadro curioso del fin de un hombre célebre.

He aquí ahora la partida:

En veinte y dos de Julio de seiscientos y quarenta y cinco años, murió on esta Parrochia el Excmo. señor Conde-Duque don Gaspar de guzman auiendo reciuido Los sacramentos dio poder á la excma. SS. doña Inés de Zúñiga su muger, para hacer testamento y en el se mandó enterrar en el su conuento de Loeches y dexo por testamentario al Cardenal Borxa, Condestable de Castilla, Duque de Medina de las Torres marqués de Leganés y á su muger y al Pe. In. Martínez de Ripalda y á Joseph gos, y lo firme

Thomas de mansilla.

(Archivo parroquial de la Trinidad. Libro que principia en 1595, f.o 39.)

+900000004 Bibliografía.

Ensayo de un diccionario de los artifices que florecieron en Sevilla desde el siglo XIII al XVIII inclusive por José Gestoso y Pérez.-Tomo II, año 1900. Sevilla, Oficina de la Andalucia moderna. 4.o mayor de 408 páginas.

Si no estuviera ya reconocido el Sr. Gestoso como uno de los más, tal vez el más diligente y entendido de los investigadores en materias artísticas de España, lo acreditaría la obra verdaderamente insigne á que hoy pone término con la publicación del segundo tomo y cuyo primer volumen apareció en 1899.

Libro importantísimo, pues que nos da reunida la historia de la industria mas o menos artística en Sevilla durante el largo espacio de tres siglos, con noticias bebidas en las fuentes originales, sin que el autor haya retrocedido delante de los antipáticos infolios atiborrados de nombres donde muchas veces no hay mas que la lijera indicación del oficio que en aquellas interminables listas de personas desempeñaba cada uno. Pero ahora que al recorrer las páginas del Sr. Gestoso los hallamos bien ordenados y con preciosas observaciones y fragmentos relativos á la industria ó al indivíduo, parece como que se ve desfilar ante los ojos un pueblo enorme de trabajadores y así se explica la fama que la gran Sevilla tuvo como metrópoli de las

artes.

Este segundo tomo no contiene tanta variedad de industrias como el primero, que se elevan á ochenta; pero en cambio van incluidas algunas de las más importantes como las de los pintores, plateros y tejedores. Entre los primeros hay nombres conocidos, algunos famosos, cuyas vidas reciben ahora nuevas ilustraciones, por ejemplo, Zurbarán, Sánchez de Castro, etc., etc. De los segundos el número es tan abundante que sus nombres ocupan 234 páginas ddl tomo y ascienden á unas 1200 ó más.

Entre los tejedores nos ha llamado la atención más que la cantidad la variedad de industrias relacionadas con este arte. Había en Sevilla tejederes de tisues, de brocados, de terciopelo, de oro y seda, de sirgo, de cendales, de tafetán, de damasco, de rasos, de paños, de tocas, de pasamanos, de telas de oro, de buratos, de randas, de mantos, de mantas y quizá de alguna otra clase, todas diferentes entre sí, formando los industriales gremio ó grupo cada

uno.

También encierran curiosidad algunas industrias como la de los pandereros, peineros (de que había muchos) relojeros en gran parte extranjeros y alguno sacerdote ó fraile, maestros de hacer sellos, talladores de moneda, etc. etcétera. Todo esto es muy importante para la historia, tal como hoy se comprende y ss estudia.

La crítica había ya juzgado del modo más lisonjero el el esfuerzo gallardo del Sr. Gestoso al publicar el primer tomo de su libro. Hoy no puede menos de añadir nuevos aplausos á quien de tal manera entiende como se trabaja por nuestra regeneración y progreso. ¡Ojalá imitaran prontamente el ejemplo del Sr. Gestoso, los aficionados é inte ligentes de Barcelona, Valencia, Salamanca y otras antiguas ciudades españolas y no tardaría en salir á la luz del día todo nuestro gran pasado artístico é industrial para que sirviese de acicate á las aspiraciones del presente! E. C.

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ION. Diálogo platónico traducido del griego por Afanto Ucalego. Madrid, 1901, 8.o, 76 pp.

Este traductor que se oculta, según el seudonombre que toma, del bellísimo Diálogo en que el Académico griego intenta probar que el estro ó inspiración poética no es patrimonio del vate, sino el espíritu de un Dios que habla por su boca, no es ningún desconocido en el campo literario. Se esconde por modestia, que tan bien está á los hombres de mérito sólido, pero á nosotros incumbe el desarrebozarle, como diría D. Aureliano, para que los que aplauden que son los inteligentes, este su ensayo filológico sepan á quien se debe y puedan animarle en este terreno que sus propios amigos no sabían pisase tan en firme.

Cuando veían á D. Adolfo Bonilla y San Martín, Doctor en Derecho y Letras, Secretario primero de la Directi va del Ateneo, entregado en cuerpo y alma á los estudios jurídicos, de que ha dado ya muestras brillantes habladas y escritas; trabajar un extenso ensayo histórico y crítico acerca de Luis Vives ó traducir del inglés el Manuel de Literatura española de J. Fitz-Maurice Kelly, no suponían que quien tenía ante sus ojos á diario textos, escritos en tres ó cuatro idiomas no vulgares, tomase además por esparcimiento volver del griego á nuestro idioma la joya ática de que se menciona arriba.

El Sr. Bonilla no sólo es un traductor elegante, sino un anotador concienzudo y crítico discreto y lo prueban el prólogo de su nueva obra, en que estudia las diversas traduciones castellanas que se hicieron del Diálogo platónico y las notas aclaratorias de algunos puntos históricos ó filológicos.

E. C.

Cervantes estudió en Sevilla (1564-1565). Discurso leido por D. FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN, Presidente det Ateneo y Sociedad de Excursiones en la solemne inauguración del curso de 1900 á 1901.-Sevilla, Impr. de F. de P. Díaz. Gavidia 6.—1901.-4.0, 32 pp. y una de facsímiles.

No es precisamente la primera afirmación lo que de un modo incuestionable demuestra nuestro ilustre amigo el Sr. Rodríguez Marín; pero sí que es uno de los hombres de más talento, más ingenio y más cultura que existen hoy en España.

Cualquiera producto de su robusto entendimiento ó de su brillante imaginación, es un alarde ó un derroche de aquellas facultades. Podrá sostener una cosa discutible ó tal vez una paradoja, pero se da tal maña que parece que siempre tiene razón: tal es el poder de su dialéctica á la que presta apoyo el bellísimo ropaje con que viste sus pensamientos. Si así lo hace como abogado, no seríamos nosotros los que de buen grado se viesen frente a él en un litigio de impor ancia.

Dos nuevos hallazgos de re litteraria y dos fechas le bastaron para componer el elocuente discurso que leyó en la apertura del presente curso del Ateneo sevillano. Con ellos se propuso y casi lo logró probar: 1.o, que Cervantes estudió en Sevilla; y 2.o, que aquí fué donde por primera vez vió aquel grande hombre representar sus farsas á Lope de Rueda á tenor de lo que dice en el prólogo de sus comedias.

Respecto del primer punto, casi no hay reparo en admi tir que puesto que en 1564 residían en Sevilla el padre de Cervantes, su madre y su hermana Andrea, estuviese él también, pues no contaba á la sazón más que diecisiete años, y que estudiase alguna cosa allí en los conventos que cita. Pero también pudiera haber sucedido que Miguel se hubiera quedado en Alcalá, donde tantos años residió la familia, con alguno de sus miembros y más cuando consta por los documentos que publicará el Sr. Pérez Pastor que en 1566 estaban ya todos en Madrid. Esto dejando á un lado que el poder que en 30 de Octubre de 1564 otorga Rodrigo de Cervantes á favor de su mujer doña Leonor de Cortinas, parece ser motivado por ausencia del poderdante; y, por tanto, haberse salido el padre de Miguel en dicho año de la ciudad, aunque dejando en ella á su mujer y á su hija, que regresarían en el siguiente. El hallazgo de la partida de nacimiento de la hija única y malograda del famoso Lope de Rueda, correspondiente al mismo año de 1564, hace sospechar al Sr. Rodríguez Marín que Rueda trabajaría en dicho año ó poco antes ó después en su patria y, como según los documentos anteriores, es muy probable que Cervantes estuviese también allí, allí pudo oirlo siendo muchacho» como él mismo dice. Es muy verosímil, pero también pudo ser que ni Cer vantes ni Lope estuviesen entonces en Sevilla. Las dos circunstancias, parece como que se apoyan mutuamente, y no seré yo quien niegue en redondo la conclusión que obtiene el Sr. Rodríguez Marín. Pero constando de una manera indudable que Rueda estuvo en Madrid, por lo menos desde 24 de Septiembre á 1.° de Noviembre de

1561, no puede desconocerse que también aquí, siendo aun más muchacho» pudo Cervantes oir representar al insigne batihoja.

De todos modos los descubrimientos del Sr. Rodríguez Marín son de no escasa importancia para la biografía de aquellos dos grandes ingenios, tan semejantes bajo algu nos, aunque secundarios aspectos, y el inventor ha dado una prueba más entre infinitas de que nada de nuestra historia literaria es para él terreno ingrato ó no conocido. En el folleto que acabamos de examinar anuncia un nuevo estudio histórico-literario acerca de El protagonista de «El Celoso Extremeño» que, según nuestros informes ha de tener que ver, como por ahí dicen. Nada menos que un poeta conocido, quizás amigo en la juventud del mismo Cervantes, é inventor, á lo que se asegura, de los versos de cabo roto, el maleante y desgraciado Alonso Alvarez de Soria, muerto por justicia á causa de un grosero epigrama contra el Asistente de Sevilla, sería el tal protagonista. Con verdadera impaciencia esperamos este nuevo opúsculo del autor laureado de Luis Barahona de Soto.

E. C.

Primera edición del QUIJOTE en Jerez. Cervantes y su época, por D. Ramón León Máinez, Director de la Crónica de los cervantistas. Con un prólogo del Excelentísimo Sr. D. Eduardo Benot de ta Real Academia Española. Tomo I. Jerez de la Frontera, taller tipográfico de la «Litografia Jerezana» à cargo de Ignacio Velazco Aguilar. 1901. Folio. (En publicación.)

Hasta ahora no conocemos de esta que promete ser lujosa edición más que el discurso ó prólogo, escrito por la correctísima y elocuente pluma de nuestro ilustre compañero el Sr. Benot y un fragmento de la introducción general del autor de la nueva biografía de Cervantes; pero como la obra promete ser de importancia (y ya la tiene el prólogo) no debemos excusarnos de decir algo sobre todo ello.

Llama desde luego la atención el título, que más que un motivo de gloria parece serlo de censura, si no se tomase, como sin duda quieren los editores, haciendo notar que Jerez se puede hoy imprimir un libro excelentemente. Por lo demás el hecho de que hasta ahora no se haya impreso allí el Quijote, ni quita ni pone gloria al pueblo ni al libro. En igual caso están la casi totalidad de las ciudades de España, pues sabido es que sólo unas pocas tuvieron ó tienen imprenta hasta estos últimos años. Lo mismo sería primera en Calatayud, por ejemplo y eso que es antigua, noble y grande.

Lo esencial, pues, de esta edición, es que va á ser dirijida por el Sr. L. Máinez y que este mismo escribirá para ella una nueva vida de Cervantes, con más extensión y bajo plan más amplio que la que publicó en Cádiz en 1876. Corregirá, y hará bien el autor, algunas cosas de su anterior biografía y utilizará los modernos descubrimientos relativos á Cervantes. Quizás haría mejor el señor

Máinez esperando uno ó dos años en publicar su libro. Tal vez no ignore que el Sr. Pérez Pastor posée y dará luego á la estampa muchos y nuevos documentos que completarán la gran revolución que con los anteriores introdujo en la biografía del gran escritor. Sería por lo tanto, de lamentar que por alguna precipitación dejase de escribir una obra que no tenga que rehacer momentos despues de publicada.

El prólogo del Sr. Benot es como suyo: ingenioso, bellamente escrito, lleno de observaciones y juicios atinados, agudos y de transcendencia. Gran parte de su trabajo lo emplea en examinar el libro, que conoce, del Sr. Máinez. Suponemos que el fallo público será igual al del prologuista.

Respecto de la edición no puede negarse que es excelente, excepto el tamaño. Yo, como Nodier, aborrezco los libros en folio; al menos los que son para leer. Se manejan difícilmente, no pueden trasladarse cómodamente ni tenerse en la mano: sólo están bien en los estantes. Sentiríamos que este fuese un motivo de que no se leyese mucho la obra del Sr. Máinez.

LIBROS

E. C.

AVILÉS (Angel).-Madrigales y epigramas. Madrid, 1901, 16.", 69 pp.

CRÓNICA TROYANA, códice gallego del siglo XIV de la Biblioteca Nacional de Madrid, con apuntes gramaticales y vocabulario por don Manuel R. Rodríguez. Publícalo Andrés Martinez Salazar.-La Coruña. Imprenta de la casa de Misericordia, MDCCCC. 2. vol., f.o de XVI-366 y 368 pp.

La extraordinaria importancia de esta publicación que acabamos de recibir sólo permite por ahora anunciarla, dejando para el próximo número el debido examen de ella.

FERNÁNDEZ PRIDA (Joaquín).-Estudios de Derecho internacional público y privado. Madrid. Libreria de V. Suárez, 1901. 8.o, 311 páginas.

MARTÍNEZ RUIZ (J.)—La fuerza del amor. Tragicomedia. Prólogo de Pio Baroja. Madrid, La España editorial, s. a. 1901, 8.o, 159 páginas.

MEES (J.)-Henri le Navigateur et L'Academie Portugaise de Sagres por le Dr. Jules Mees. Bruxelles, 1901, 4.o, 64 pp.

REYES (Arturo).-La Goletera-Madrid, 1901, 243 pp., 8.0

SALES Y FERRÉ (M.)-El arte de la lectura por Ernesto Legouvé, traducido de la 47 edición por M. Sales y Ferrc.—Madrid, Librería general de Victoriano Suárez, Preciados, 48, Madrid. 8.o, 298 pp.

El Arte de la lectura es uno de los libros más populares en Francia. Estaba ya traducido entre nosotros desde 1878 por D. José Anchorena, de la novena impresión francesa; pero como en ediciones sucesivas recibió algunas adiciones, éstas forman las partes tercera y cuarta que ahora por primera vez se ven en castellauo.

Legouvé compuso además una segunda parte ó complemento de su libro que publicó con sl titulo de La lecture en actión (J. Hetzel et Cie; Paris; s. a. (1880?) más curioso aun que el Arte, pero quizá menos útil á los aficionados españoles, pues en gran parte está basado sobre textos de los principales escritores franceses para hacer notar las diferencias de estilo de cada uno. Sin embargo, contiene bastantes consejos y advertencias de carácter general.

SALILLAS (Rafael).-La teoria básica. (Bio-Sociología) 2 vol.Madrid, 1901, 8.o, 757 y 755 pp.

TODAS LAS LITERATURAS. Literatura sagrada. La Biblia. Madrid, La España editorial, s. a. (1901) 18.o, 137 pp.

UHAGÓN (D. F. de). El Santo Cristo de Maria Stuart que hoy pertenecen á S. M. la Reina Regente. Noticias y documentos, (De la Revista de Archivos). Madrid, 1901, 4.o, 38 pp. con fotograbados.

REVISTAS

LA ALHAMBRA.-15 Marzo 1901.-La alberca del tio Povedano, por Afán de Ribera.-Ensayo de un sistema de determinaciones, por Rafael Gago.-A Concha; por Francisco L. Hidalgo.-Estudios sobre el adorno, por Juan Facundo Riaño.- El viaje de Pérez Bayer, por Francisco Perez Bayer.-Recuerdos de Carnaval. Estudiantes y estudiantinas, por Francisco de P. Valladar.-O malicia ó ligereza, por Juan de Dios Vico y Bravo.-La copla triste, por José Sánchez Rodríguez. Notas bibliográficas por V.-Crónica granadina,

por V.

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ARQUEOLÓGICA LULIANA.-Palma, Febrero de 1901.-Ressenya de la Junta General celebrada el día 3 de Febrer de 1901, por P. A. Sauxo.-Relació dels objectes ingressats en el Museu Arqueologich Luliá durant l'auy 1900 por Bartomeu Ferrá. Catálech de les obres qu'han entrat á la Biblioteca d'aquesta Societat durant l'any 1900, por P. A. Sauxó.-Actes de la elección de Sindichs de la ciutat y de les parroquies foranes per fer sagrament y homenatge á n'Alfons III de Aragó com á Rey de Mallorca 1285, por Estanislau Aguiló -Informe sobre el oficio de acequiero y administración de lás aguas de la Fuente de la Villa, por Pedro Sampol y Ripoll.-Rúbrica dels Libres de Pregores de la antigua Curia de la Governació, por Estanislau Aguiló.

NUESTRO TIEMPO.-Marzo, 1901.-El presente número, por El Editor.-El mes pasado, por S. Canals,-Programas, textos y exámenes. por Adolfo Posada.-El mundo en 1801 y 1901, por R. Beltrán Rózpide.-Ramón de Campoamor por U. González Serrano.—— El problema de Gibraltar, folleto de sensación, por M. Gibson Bowlee. La vida intelectual en España, por Felix de Montemar.-Crónica de Barcelona, por A. Cortón - Revista de Revistas, etc.

REVISTA DE ARAGÓN.—Marzó de 1901.-El barbo de Utebo (continuación), por D. Mariano Baselga.-La filosofia en el siglo XIX (continuación), por el Dr. Grafilinks.-La Historia natural en Zaragoza, por Juan Pablo Soler,-Escenas populares, por José A. Sánchez Pérez.-Zaragoza á fiines del siglo XVIII (documento), por D. R.-¿Patriotismo ó vanidad? por el Dr. Brayer,-El filósofo autodidato (conclusión), por D. Miguel Asin. -Miscelánea agrícola, por Juan del Campo.-Bibliografia, por E. I. etc.-Nuestro certámen.

REVISTA DE ARCHIVOS y biblioteca nacional del Perú.-Epoca coloni al-Guerra de la Independencia. Año I, Lima, Septiembre, 1898.-Prohemio, por R. Palma.-Noticia biográfica.-Introducción. Libro de Provisiones Reales de los virreyes D. Francisco de Toledo y D. Martin Enriquez de Almansa: 4 °, LXXXII -200 pp.

2. entrega. Dic. 1898.-Continuación de las Provisiones Reales de los mismos virreyes, páginas 291 á 538.

Año II.-Las misiones de Apolobamba, por R. Rey y Boza.Breve noticia sobre la fundación del colegio de Misiones de Moquegno.-Libro de la cosrespondencia del P. Fr. Antonio Avellá, comisario de misiones.--Apéndice.-CXXI-462 pp.

Año II.--vol. III.--Autos y capitulaciones de D. Diego Vaca de Vega, 'Gonzalo de Monrroy y D. Martin de la Riva Herrera, para la conquista de Maynas, 627 pp.

REVISTA CONTEMPORÁNEA.-15 de Marzo de 1901.-La enseñanza de la Historia natural en las escuelas de instrucción primaria, por el Dr. Emilio Ribera.-El anillo del Nibelungo (continuación), por Eduardo de López-Chavarrj.—El teatro de Schiller (continuación), por Enrique Lickefett y English.-Toros en Mallorca, por J. L. Estelrich.-Literatura del porvenir, por Victor Oliva.-La organización del trabajo, por Manuel Gil Maestre.-La higuera, por Antonio María Peña.-Estudios militares: El arte de la guerra (continua

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