ra adhirióse á la fiesta en una carta en que comunicaba á Reyes haber observado en su libro, que, con inspiración dichosa y arte magistral, había salvado ó vencido las dificultades inherentes al género á que pertenecen los personajes de La Goletera, «por lo que-dice el maestro-abjuro de ciertas doctrinas literarias que, con fundamento ó no, he sostenido siempre aunque no observado en la práctica, y aplaudo su obra.>>

El nuevo ministro de Instrucción Pública lleva camino, siguiendo las cosas como van, de dejar atrás, con mucho, á su antecesor señor García Alix. Pasma la fecundidad del Sr. Conde de Romanones.

á

No censuro la actividad desplegada por el nuevo ministro de Instrucción Pública y mas, cuando parte de las disposiciones que va dando à la Gaceta aparecen mientras esta croniquilla se escribe, con lo que no hay para què decir que no las conozco. Lo que no encuentro plausible es, que, dada la índole del asunto y la importancia del problema, no se venga un acuerdo de todos nuestros políticos, los mi. nistros que fueron y los que en lo sucesivo lo puedan ser, para que la compleja tarea de reformar la enseñanza, obra verdaderamente nacional, sin matiz político alguno, ni liberal ni conservador, se haga con el necesario carácter de estabilidad. No puede seguir este contínuo tejer y destejer, arbitrariamente las más veces, de nuestros ministros de Instrucción Pública. Importa mucho, claro està, que la reforma de la enseñanza científicamente nada deje de desear, que compendie la mayor suma de materias útiles, que no desprecie por añejo lo que sea bueno, ni deje de implantar lo bueno por ser moderno. Todo esto es de verdadero interés; pero no lo es menos la necesided que se impone de legislar en la materia con cierto caràcter de estabilidad, que evite la incertidumbre constante en que se encuentran los estudiantes y las familias. Semejante resultado sólo puede conseguirse facilitando en el momento crítico á todo el que tenga autoridad para ello -la autoridad que nace de la competencia-la ocasión de aportar á la obra reformadora lo que estime de necesidad. Discutida convenientemente por una junta amplísima de todos los partidos, con sepresentación del profesorado, que puede dar los consejos de la práctica, cada una de las iniciativas de los reunidos, creo yo, que tras la prudente selección justificada de lo malo, se llegaría al cabo al fin apetecido.

Lo que hasta ahora se viene haciendo podrá producir tal cual idea aprovechable, podrá servir más o menos determinadas tendencias, pero nace fatalmente condenado á vida efímera, por el particularismo que lo produce, el desconocimiento que lo genera y los recelos y desconfianzas que crea. Eso no sirve más que para llenar estèrilmente columnas y más columnas de nuestro periódico oficial.

M.

D. EDUARDO DE SAAVEDRA

La mejor biografía de un soldado ilustre, es la enumeración de los hechos de armas gloriosos en que intervino; la de un artista insigne, la relación de las obras que de sus manos tomaron ser y vida; la de un varón apostólico y virtuoso la lista de sus actos de caridad heroica y de paciencia sublime. Así la biografia verdadera de un hombre de ciencia, de un escritor benemérito, es el catálogo y examen de sus trabajos literarios.

Imposible por el momento lo segundo, tratándose de escritor como el Sr. Saavedra, de aptitudes muy diversas, y, dado el poco espacio de que disponemos, no factible tampoco aún ciñéndonos al campo propio de esta REVISTA, por la abundancia de materia que el Sr. Saavedra nos suministra para ello. En cuanto al catálogo puro y simple de sus escritos, habría sido tarea facil, si como sucedía antes, Saavedra hubiese expuesto su saber en grandes ó pequeños volúmenes. Pero lo complejo de la vida intelectual moderna, y la heterogeneidad de las materias sobre que uno se ve precisado á escribir, aun el que tiene su vocación más deslindada y cultiva una especialidad cualquiera, hace que la actividad intelectual de muchos contemporáneos, tenga que distribuirse en multitud de asuntos á cada uno de los cuales puede solo prestarse una atención limitada que se tra. duce, no en libros, sino en artículos que yacen sepultados en grandes colecciones y donde el curioso, á fuerza de paciencia, logra extraerlos para presentar en su día el conjunto literario del escritor.

Esto hemos hecho (con ayuda agena) en cuanto à la enorme labor intelectual del señor Saavedra y por ella se verá la importancia de

este español ilustre, cuya fama con ser grande no está á la altura de su mérito. No es esto decir que la patria no haya estimado sus servicios: desempeñó y ocupa altos puestos; pero algo más merecía quien lleva cincuenta años trabajando por esta nación que no suele premiar á sus mejores hijos ni aun después de

muertos.

D. Eduardo de Saavedra y Moragas nació en Tarragona el 27 de Febrero de 1829. Siguió la carrera de ingeniero de caminos, canales y puertos que terminó en 1850, y luego la de arquitecto bastantes años después.

Como ingeniero lo fué de la provincia de Soria de 1851 á 53, y después de otras provincias. En 1862 se le nombró ingeniero jefe de los ferrocarriles del NO. Formó varios proyectos de caminos de hierro, faros, carreteras, etcétera, y fué en la Escuela profesor de Mecánica aplicada y de Proyectos.

Como arquitecto lo fué del Ministerio de Fomento de 1885 á 1890.

No tuvo gran afición á la política. Sin embargo, no desdeñó su concurso cuando en el Parlamento creyó útil intervenir en los asuntos de su competencia y llegó á ser Director General de Obras públicas. Fué además Vicepresidente y Presidente de la Sociedad Geográfica de Madrid y Presidente de la Comisión de la Academia de la Historia para formar la Bibliografia Colombina.

a

Actualmente es Inspector general de 1.a clase en el Cuerpo de Ingenieros de C. C. y P., Consejero de Instrucción pública, Senador por la Academia de la Historia, en la que es el más antiguo; individuo de la de Ciencias exactas, físicas y naturales; de otras academias extranjeras; de la Academia Española, motivo por el cual escribimos estos renglones, desde 1878, aunque elegido en 1874, y actualmente Tesorero de ella, en sustitución del difunto Marqués de Valmar.

Daremos ahora el catálogo de los escritos del Sr. Saavedra, ordenándolos de algún modo. Libros.

Teoría de los puentes colgados. 1.a edición, un tomo 4.o con láminas, 1854. En la colección de Memorias y documentos de la Rev. de Obras públicas. Idem íd., 2.a edición, un t. 4.o y un atlas, en 4.o Madrid, 1865. Rectificado un capítulo en la Revista de Obras públicas de 1867.

Lecciones sobre la resistencia de los materiales. Un t. 4.o, litog. con láminas. Madrid, 1856. Idem ed., 2. íd., 1859.

Instrucción sobre la estabilidad de las construcciones, escrita en francés por M. Michon (traducida con muchas notas originales). Un t. 4.o Madrid, 1860. ✨,

Aplicación del hierro fundido y forjado á las construcciones, obra escrita en inglés por W. Fairbairn. Traducida para la colección de Memorias de la Revista de Obras públicas. Un v. 4.o, 1.a parte, 1857; 2.a parte, 1859.

Conocimiento de materiales. Piedras, ladrillos y cales. Un cuaderno litografiado.

La Geografia de España del Edrisi. Bol. de la Soc. Geog., 1881-1885.

Descripción de la via romana de Úxama á Augustóbriga. Un v. 4.° Madrid, 1860. En las Memorias de la Real Academia de la Historia.

Reproducido por el «Noticiero de Soria» en 1891. Estudio sobre la invasión de los árabes en España. Un v. 8.o, 1892.

Discursos.

Discurso en elogio de D. Adolfo Rivadeneyra. Boletin de la Soc. Geogr. 188s.

Discurso pronunciado en la 4.a sesión ́ del Congreso español de geografia colonial y mercantil, el 8 de Noviembre de 1883. Actas, t. 1. p. 394.

Discurso pronunciado en el teatro de la Alhambra, el 20 de Mayo de 1884. Intereses de España en Marruecos, pág. 74.

Discurso pronunciado en la sesión del Senado, de 26 de Agosto de 1896, en contra del proyecto de ley del canal de Aragón y Cataluña.

Discurso pronunciado en la sesión del Senado de 28 de Julio de 1896, en defensa del proyecto de lev de ratificación de cartillas evaluatorias.

Discurso sobre la 2.a enseñanza, pronunciado en el Senado el 7 de Julio de 1899, y rectificación del 10 siguiente..

Discurso pronunciado en el Senado sobre el proyecto de ley del catastro, el 15 de Febrero de 1900.

Discurso de entrada en la Real Academia de la Historia, en 28 de Diciembre de 1862.

Discurso de entrada en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en 29 Junio de 1869. Discurso de entrada en la Real Academia Española, el 29 de Diciembre de 1878.

Contestación al discuso de entrada de D. Juan Facundo Riaño, en la Real Academia de la Historia, en 10 de Noviembre de 1899.

Contestación al discurso de recepción de D. Fidel Fita. en la Real Academia de la Historie, en 6 de Julio de 1879.

Contestación al discurso de entrada de D. Manuel Becerra en la Real Academia de Ciencias, 1886.

Contestación al discurso de entrada de D. Antonio Sánchez Moguel en la Real Academie de la Historia, 1886.

Contestación al discurso de ingreso en la Real Academia Españota, de D. Daniel Cortázar, el 21 de Abril de 1899.