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del Almirante, hubiera quedado reconocida su nacionalidad española y esto, no nos lo habrían de admitir nuestros impugnadores, aceptaremos que aquellos sujetos eran paisanos de La Cosa, que en número de treinta y nueve desertores o descontentos de la Santa María, se establecieron en el fuerte Natividad.

Claro está que el Sr. Ispizua, no ha quedado satisfecho al saber que sólo uno de aquellos individuos era vizcaíno y empezó a darle vueltas al asunto, para averiguar la sinrazón de aquella razón y después de inútiles rodeos, sacó en consecuencia, que el único documento donde consta la relación de aquellos marineros insubordinados, es un pregón que la Casa de Contratación de Sevilla publicó en el año 1511 con el objeto al parecer, de atender las reclamaciones que por indemnización correspondía a los descendientes, pues es por demás sabido que en el segundo viaje, Colón encontró el fuerte de Natividad destruído y muertos todos sus ocupantes. Y como del año 1493 al 1511 hay una distancia de nueve años y en esos nueve años se pueden hacer muchas atrocidades, el Sr. Ispizua, para dar un corte racional al asunto, declara APOCRIFO el pregón de marras.

Curiosos como buenos polemistas, quisimos ver la lista de fallecidos y efectivamente, vimos allí apellidos, como Tordoya, Torpa, Ferrández, Henao, Patiño, Logrosan, Villar, Foronda, Porcuna, Baraona, Lages ecta, que a la legua acreditan su procedencia y hemos comprendido la contrariedad que tal revelación produjo en el entusiasmo del Sr. Ispizua.

Y ahora, veamos como nuestro vasco historiador, destruye la procedencia supuesta de La Cosa en cuanto se relaciona con la cuna divulgada de Santoña.

Dice que se alega que La Cosa pudo ser de Santoña, pero que no existe ningún documento, absolutamente ninguno, en que se pueda apoyar este aserto. Y agrega, que los escritores montañeses que sostienen esta afirmación, aducen dos argumentos: el primero, que Juan de la Cosa fué vecino de Santoña; y el segundo, que el apellido La Cosa no es vasco o euzkérico. Y añade: como se ve, los escritores montañeses no presentan ninguna razón o probanza positiva en favor de su tesis, como las tenemos nosotros de que fué vasco-vizcaíno.

Cierto es que la probanza de los montañeses no es muy contundente que digamos; pero la de los vascos o vizcaínos no es mucho más convincente, aunque entre la una y la otra, nos quedemos con la vasca. Convencidísimos por otra parte, que Juan de la Cosa no pudo haber nacido en Vizcaya ni en Santander, sigamos copiando la disertación del Sr. Ispizua, que indirectamente, servirá para reforzar nuestras finales presunciones.

Continúa este escritor diciendo que, es cierto que Juan de la Cosa fué vecino de Santoña. porque en la Colección de Viajes, de Navarrete, hay una carta de la reina Católica al entonces obispo de Badajoz, encargado de los negocios de Indias que se expidió a instancias de Juan de la Cosa y Juana del Corral para el pago de ciertos alcances a los que murieron en servicio de los reves. que aparece fechada en Laredo, el 25 de Agosto. que dice así: "JUAN DE LA COSA, VECINO del puerto de SANTOÑA, y Juana del Corral, vecina asimismo del mismo lugar, dieron dos peticiones que con vos mandé enviar para que las examinen ecta. Dícese aquí que ese año era La Cosa

vecino de Santoña; pero nada se asegura respecto al lugar de origen". De modo agrega el Sr. Ispizua que, en los primeros años del descubrimiento era Juan de la Cosa vecino del puerto de Santa María, VECINDAD QUE POSEIA ANTES DE SU CASUAL ENCUENTRO CON COLON, cuando con su navío Santa María (léase GALLEGA) se dedicaba al tráfico entre las costas de Guipúzcoa, Vizcaya, las de Andalucía y Guinea. Observamos que el Sr. Ispizua nada dice de los puertos gallegos intermedios, sin duda por omisión. Hecha esta salvedad, continuemos la narración del autor de "Los Vascos en América".

dice

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De valer el argumento de la vecindad, más razones tendrían los andaluces para considerar como suyo el nombrado piloto, que los de Santoña. ¿Qué prueba todo esto? Que la vecindad es mudable y puede ser transitoria; no así el lugar de nacimiento.

Vamos a replicar al Sr. Ispizua en cuanto se refiere a la ventaja de ser vecino del puerto de Santa María que, efectivamente es citado con preferencia al de Santoña.

Probablemente ignore el Sr. Ispizua, que el puerto principal de Pontevedra se llame de Santa María y que con esta principal denominación más se conocía antiguamente, cuando Pontevedra era sólo caserío adscrito al dominio de Marín o dependencia del arzobispo de Santiago de Compostela. La SANTA MARIA de Pontevedra, era entonces una barriada de pescadores enclavada en el mismo puerto y por Santa María se conocía a este puerto.

De lo que resulta, que había DOS PUERTOS DE SANTA MARIA: el de Cádiz y el de Pontevedra.

Aclarado el particular, continuaremos copiando el párrafo del historiador vasco: "En 1496- agrega figuraba como vecino de Santoña, y en 1503, vuelve a aparecer de nuevo como vecino del puerto de Santa María.

Y continúa su alegato de esta manera: "Entre los escritores modernos, no ha habido interés en averiguar la verdadera patria de La Cosa. Los extranjeros en su mayoría, entre otros Humbold y Washington Irving, apoyado aquél en el categórico clarísimo y repetido testimonio de Las Casas, a quien cita, le tienen por vasco: los españoles se limitan a decir que era de la COSTA CANTABRICA. De esta opinión es Navarrete en su Biblioteca Náutica y al parecer Fernando Duro, quien agrega: "que el ser VECINO DE SANTA MARIA puso en duda si sería natural de allí, inclinándose sin embargo, la mayoría de los autores a creerle HIJO DE LA COSTA CANTABRICA, tanto por conservarse todavía el apellido en familias de Santoña y las Encartaciones, como por tenerle por vizcaíno sus coetáneos y aún aplicarle este adjetivo en algunos escritos y confirma esta opinión, más de una cédula de los Reyes Católicos que existe en el archivo de Simancas, autorizando a Juan de la Cosa, vecino de SANTA MARIA DEL PUERTO, para el tráfico y navegación de cabotaje entre las costas de Andalucía y las de las provincias de Guipúzcoa y Señorío de Vizcaya".

Alto ahí, Sr. Ispuzua.

Observen nuestros lectores que en las cédulas que menciona Fernández Duro se dice SANTA MARIA DEL PUERTO y no PUERTO DE SANTA MARIA. Obsérvese igualmente, que la autorización o

autorizaciones reales, es para el tráfico y navegación de cabotaje ENTRE las costas de Andalucía y de Vizcaya.

Este ENTRE equivale a una solicitud hecha en un punto céntrico de la costa cuyos términos eran Andalucía y Vizcaya, pues de otra manera se diría DESDE este puerto o puertos de Vizcaya HASTA los de Andalucía o vice versa.

La autorización es el documento más precioso para poder identificar a La Cosa y al mismo tiempo, para la validez de la identificación, ya que la prueba documental es la que se exige para la debida comprobación.

Ahora bien: una cosa es PUERTO DE SANTA MARIA y otra SANTA MARIA DEL PUERTO. Para el primer caso, debe admitirse que no había otro lugar en Cádiz que se denominara SANTA MARIA y que necesitase de la aclaración que significa la segunda y en el segundo otro caso, se emplea la denominación de SANTA MARIA DEL PUERTO para distinguir a esa SANTA MARIA de otra u otras, para que al citarla sin advertencia, no sirviera de confusión para la localidad.

Este caso y esta denominación, sólo puede aplicarse a Pontevedra, donde aún hoy existen, de acuerdo con los 28 arciprestazgos que cita en su Geografía de Galicia, el Sr. Luis Gorostola Prado, CIENTO CATORCE LUGARES QUE LLEVAN LA DENOMINACION DE SANTA MARIA, de las 668 parroquias que existen en toda la provincia de Pontevedra. Y estas parroquias exigían necesariamente un aditamento especial para no confundirlas y así se decía y se dice para determinar uno o diversos lugares de la provincia: "Santa María del Campo"; Santa María del Val (valle); Santa María de la Vid; Santa María del Robledal; Santa María de los Pazos (casas solariegas); Santa María Queimadelos (quemados) y así sucesivamente con otros muchos nombres de lugares que sirven para establecer la situación, y de ahí SANTA MARIA DEL PUERTO, que era como se denominaba entonces el puerto hoy conocido por PUERTO DE SANTA MARIA DE PONTEVEDRA.

Esto no quiere decir que una de tantas veces que a Juan de la Cosa se cita como vecino del PUERTO DE SANTA MARIA, se deba entender como vecino del puerto de Pontevedra; pero sí antes del descubrimiento de América y en la cédula de los Reyes Católicos en que se autoriza a Juan de la Cosa de SANTA MARIA DEL PUERTO para ejercer el cabotaje ENTRE las provincias andaluzas y las provincias vascas, cédula que lleva fecha bastante anterior a 1492 que es cuando por primera vez suena La Cosa como vecino quizás del PUERTO DE SANTA MARIA de Cádiz.

Si hay argumentos y pruebas para destruir nuestro alegato, puede presentárnoslas el Sr. Ispizua, en la seguridad que, inmediatamente a esa probanza, seguirían nuestras más cumplidas satisfacciones.

Y vamos a entrar ya, resueltamente, en materia.

Es evidente, por otra parte, que Juan de la Cosa fué gallego, puesto que consta como residente en Pontevedra en los documentos hallados por La Riega y que en Pontevedra se fletó la carabela GALLEGA y que entre los testigos y en el informe de ese fletamento, no tan sólo aparece como propietario del navío Juan de la Cosa, sino

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que también muchos mareantes cuyos nombres aparecen en el rol de marinería del primer viaje llevado a cabo por Colón, que son algunos de los que quedaron en el fuerte de la Navidad y que habían pertenecido a la dotación de la carabela SANTA MARIA 。 GALLEGA que naufragó en los bajos de la costa de Santo Domingo. (1)

El Sr. Ispizua, dice que la carabela SANTA MARIA fué seguramente construída en las playas vascas, con la madera de sus montañas y por obreros vascos y a esto dice el historiador vasco Labayru, que como vasco no puede ser sospechoso, que supone que la SANTA MARIA fué nave GALLEGA o CONSTRUIDA EN GALICIA.

A esto replica el Sr. Ispizua, que sólo Oviedo, cronista parcial y apasionado cita con el nombre de la GALLEGA a la carabela SANTA MARIA. Esto es incierto, porque no es solamente Oviedo el que lo dice repetidamente en su obra, toda vez que en un menuscrito existente en el archivo de Indias, según el Sr. Alcalá Galiano, existe un documento que dice: Colón salió de Palos con tres carabelas, la mayor llamada LA GALLEGA y no es cierto, porque en la Colección de documentos inéditos de Indias, tomo XIV, página 563, documento que se guarda en el citado archivo Est. 1.o, Caj. 1.o, no se cita para nada la SANTA MARIA y sí repetidamente y como capitana de la expedición a LA GALLEGA.

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Sería pues, absurdo, negar que la carabela capitana de la primera expedición que las crónicas registran como la SANTA MARIAfuese otro que el navío de cabotaje propiedad de Juan de la Cosa, conocido con el nombre popular de LA GALLEGA, en sus correrías comerciales por los mares Cantábrico y Atlántico.

Fernández Duro asienta que la SANTA MARIA fué construída en las costas norte de España y en cuanto a que esta embarcación era propiedad de La Cosa, ya el Sr. Ispizua, nos cuenta que en una cédula real se dice entre otras cosas: "Fuistes por maestre, de una náo vuestra a los mares de Occidente, donde en aquel viaje fueron descubiertas las tierras e islas de las Indias, e vos PERDISTEIS la dicha náo e por vos lo remunerar e satisfacer, ecta, ecta.

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Juan Palau Vera en VIDA DE GRANDES HOMBRES CRISTOBAL COLON, dice a propósito de la Santa María y de su tripulación: "Se fletó además una nave de Cantabria, fuerte y buena, adecuada para aquel arriesgado y largo viaje"... "Se tripuló la armada con andaluces y cántabros que habían navegado por Africa, Flandes e Irlanda, y tan bien escogidos fueron, que Colón los juzgó como buenos y cursados hombres de mar".

He aquí la palabra cántabros aplicada a todos los marinos de Galicia, Asturias, Santander, Vizcaya y Guipúzcoa, por los países del Mediterráneo en la edad media y aplicada indistintamente por escritores extranjeros y nacionales en sus noticias.

Para dejar atados todos los cabos, bueno será también que nos detengamos en la prueba de bien escaso peso que alegan los montañeses para suponerlo de Santoña, con la protesta consiguiente de Ispizua.

(1) "La Gallega"; libro impreso por La Riega en Pontevedra el año 1897. - En la página 66 dice: "Hemos logrado reunir diversos documentos del siglo xv: algunos son escrituras en pergamino y en papel, completamente formalizados; otros pertenecen a minutarios notariales con todas las condiciones apetecibles de autenticidad en esta clase de documentos.

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