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LORD BYRON (1818)

Las impresiones ganadas por Lord Byron (1788-1824) durante su breve excursión por la Península en 1809 se convirtieron en materia poética en el primer canto del Childe Harold.

No fué Byron gentil con los portugueses, pero parece haber sentido atracción hacia España,

Oh, lovely Spain! renown'd, romantic land 1!...

Deja asomar más que una pizca de simpatía por sus habitantes, cuando exclama:

For proud each peasant as the noblest duke:
Well doth the Spanish hind the difference know
Twixt him and Lusian slave, the lowest of the low 2.

No obstante, su fervor queda reservado para cantar las

Beauties that ev'n a cynic must avow 3;...

Mark'd her black eye that mocks her coal-black veil,
Heard her light, lively tones in Lady's bower,
Seen her long locks that foil the painter's power,

1. Ests. XXV y LIX.

2. Est. XXXIII. En otro lugar sus opiniones no son tan obsequiosas. Copio de una carta a Francis Hodgson, desde Gibraltar, en 6 de Agosto de 1809: « Seville is a fine town... Cadiz, sweet Cadiz! it is the first spot in the creation. The beauty of its streets and mansions is only excelled by the loveliness of its inhabitants. For, with all national prejudice, I must confess the women of Cadiz are as far superior to the English women in beauty as the Spaniards are inferior to the English in every quality that dignifies the name of man ». (The Works of Lord Byron, vol. VIII Letters and Journals, vol. I, edited by Rowland E. Prothero, London, 1902, pág. 234).

3. Est. LIX.

Her fairy form, with more than female grace,
Scarce would you deem that Saragoza's tower
Beheld her smile in Danger's Gorgon face,

Thin the closed ranks, and lead in Glory's fearful chase 1.

Sus mismos comentarios, tan ceñudamente leídos por muchos españoles, acerca de la licencia gaditana, no son condenación de austero ofendido, sino, más bien, producto de la sorprendida extrañeza de un hombre educado en el ambiente británico de principios del siglo XIX, quien, sin embargo, por despreciador del cant 2, estaba más cerca del carácter de sus antecesores del período isabelino o de la época de la Restauración, que de sus contemporáneos, más graves, más reservados y dominados por inhibiciones. Esto se reafirma al hojear las cartas en que aquel impetuoso apasionado, revela sus reacciones sobre la vida libre de nuestras ciudades andaluzas 3.

Su conocimiento de España es leve y el poeta que se firmó una vez Quevedo Redivivus 4, parece haberse sentido cautivado por ciertos adjetivos al referirse a nuestro país (renown'd, romantic 5) y a sus ciudades (proud 6). Sin embargo trató un

1. Est. LV.

2. << The cant which is the crying sin of this double-dealing and false-speaking time of selfish spoilers », Preface to cantos VI, VII and VIII de su Don Juan.

3. Letters and Journals, vol. citado, págs. 234 sigs.

4. En The Vision of Judgment.

5. Childe Harold, canto I, XXV; The Age of Bronze, VII. Ya en el artículo para el Homenaje al Sr. Bonilla he hecho mención de este lugar común de calificar a España como romántica. George Borrow al entrar en nuestro país dice: « I spurred down the hill of Elvas to the plain, eager to arrive in old chivalrous romantic Spain »>, (The Bible in Spain, cap. vIII, pág. 146, second edition, London, 1843). Como perduración de esta actitud puede anotarse lo que aun muy recientement se leía en The Spectator, del 2 de Mayo de 1925, dando cuenta de un artículo publicado en la Quarterly Review, el cual decía « will delight the romantic spirits who take pleasure in her very name ». 6. Sevilla es proud, Childe Harold, Canto I, XLV y LXV, Madrid

tema genuinamente español, Don Juan, y aunque en él yerra cuando habla de Cervantes, brotan, en las estrofas dedicadas a su « too true tale », palabras que impresionan como exteriorización de reales y hondos sentires y el mismo sello de sinceridad llevan los versos de The Age of Bronze que dedica a España.

También Byron ayudó, más con su prestigio que con prolijidad de labor, a la difusión del Romancero en Inglaterra. Muy conocido es A very mournful ballad on the siege and conquest of Alhama publicada por vez primera en el canto IV de Childe Harold, en 1818.

Se trata de una mixtura de diversos romances, de: Paseábase el rey moro por la ciudad de Granada..., de: Moro alcaide, moro alcaide, el de la vellida barba,... y al final un trozo procedente de: En las torres del Alhambra gran vocería 1....

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JOHN GIBSON LOCKHART (1820-23)

sonaba

A John Gibson Lockhart (1794-1854), director de la reputada Quarterly Review, yerno y renombrado biógrafo de Sir Walter Scott, se debe el más eficaz impulso individual en favor de la popularización del Romancero en la Gran Bretaña.

Este escocés que por su aspecto y por su carácter parecía, en opinión de sus contemporáneos, un español 2, - y de quien

es proud, Age of Bronze, X. Sevilla en Don Juan, canto I, VIII la presenta, no obstante como:

...

a pleasant city,

Famous for oranges and women...

1. The Works of Lord Byron, Poetry, vol. IV, London, 1905, págs. 529 sigs.

2. El pintor Haydon habló de « his melancholy Spanish head » y Scott de « the Hidalgo airs ». Conf. Andrew Lang, The Life and Letters of John Gibson Lockhart, London, 1917, t. I, pág. 16.

se ha dicho, aunque no parece muy vesosímil, que tuvo intenciones de unirse a las tropas que luchaban en la Península contra Napoleón mientras estaba en la Universidad de Oxford, en Balliol College, entre otros estudios a que se dedicó, hubo de adquirir un saber suficiente del idioma castellano «< as to read with the utmost ease 2 »

por lo menos según su propio juicio, idea que no era compartida, de ningún modo, ni por George Borrow 3, ni, como se verá luego, por Alcalá-Galiano.

Fuese su familiaridad con nuestra lengua tan madura como él mismo estaba dispuesto a reconocer, o no, es el caso que dotado Lockhart de positivo espíritu poético, presentó a un público curioso y que ya venía siendo preparado con anterioridad, para apreciar las bellezas del Romancero — un manojo de versiones de singular valor artístico, aunque debe hacerse constar que tienen una tacha bien visible, a saber que el distinguido vate se tomó tales libertades con los materiales que trasladaba, que sus productos más que traducciones, constituyen verdaderas refundiciones. El mérito de los originales sobre que trabajó es muy vario y cuando los romances no son de la mejor calidad, puede decirse que se perfeccionan con su desembarazado tratamiento; pero, cuando se trata, en cambio, de composiciones más delicadas, los amaneramientos de Lockhart les hacen perder miserablemente sus puntos más sutiles y sus contornos más finos y admirables.

1. Lang, t. I, pág. 48.

2. Lang, pág. 49.

3. En una carta escrita el último día de 1829, hablando de sus proyectados Songs of Scandinavia, que iba a traducir en colaboración con Bowring, dice que estaba « terribly afraid of being forestalled in the Kiampe Viser by some of those Scotch blackguards, who affect to translate from all languages, of which they are so fully ignorant as Lockhart is of Spanish ». Conf. R. A. J. Walling, George Borrow, The Man and His Work, London, 1909, pág. 76.

Por esta razón, aunque parezca contradictorio, creo que son aceptables los elogios que, por un lado, le dedicó el Blackwood's Magazine de Mayo de 1823 y las diatribas que, por otro, le disparó Alcalá-Galiano en sus notas a la edición del Romancero de Depping.

He aquí lo que se lee en la revista escocesa susomentada : « Fine spirit-stirring strains in general, translated and transfused into our tongue with admirable felicity... Mr. Lockhart's powers tell in these specimens. He is himself a poet — a good strong vigorous poet. His language has a masculine energy, not surpassed by Byron himself and his conception is extraordinarily vivid. He seizes upon the strong points in his original; and, inspired by the feeling of their true character, he translates as if he were not translating, but pouring forth his own emotions. Indeed, many of the Ballads, which are somewhat bald in the original, become in his hands even magnificent compositions. The volume proves, that Mr. Lockhart is a master of the English language, and that he has a great power of versification; but it proves more, that he has only to take a noble subject, and apply to it his ardent and original mind, in order to produce what will entitle him to rank with the best of our living poets 1. >>

En cambio, veamos el ataque de Alcalá-Galiano, hablando de La Niña morena que yendo a la fuente..., el cual, a pesar de su violencia, si leemos la versión, parece justificado: « De este lindo romance, ha hecho el Inglés Mr. Lockhart una que él llama traducción, desfigurándole y equivocándole todo. Supónele el equivocado traductor romance morisco, siendo pastoril, y vistiéndole con mal adecuadas galas, finge que una hija de rey Moro llamada Zara sea la que se lamenta por sus zarcillos perdidos... No para aquí el desvarío; pues

1. Blackwood's, vol. XIII, March 1823, págs. 348 y 357.

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