El hisopo purificó las mezquitas exorcisando los mihrabs y las albercas de las abluciones. Muchas capas de cal habían ocultado y carcomido los arabescos. Las voces frenéticas de los monjes, en los coros obscuros, ahogaban en la memoria hasta el último... La gloria de Don Ramiro: una vida en tiempos de Felipe Segundo - Página 377 por Enrique Larreta - 1908 - 446 páginas Vista completa -
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