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mitieron consignar los de Sevilla, Córdoba y Jaen. En Castilla, fuera de la rueda y en semicírculo 6 en círculo, se colocaron hasta este monarca las confirmaciones del mayordomo y alférez mayores.

En tiempo de Alfonso X se introdujeron en la rueda notables modificaciones, aumentándose su tamaño, inscribiéndola á veces en un cuadrado, poniéndose en castellano sus leyendas, colocándose en otro anillo de círculo las confirmaciones del alférez y del mayordomo, dibujándose en el área la cruz, en cuyos ángulos se acuartelaban las armas de Leon y Castilla, y ornándola ricamente con colores y con dibujos delicados.

Los sucesores de Alfonso X conservaron la rueda en la misma forma que él la usó, sin que merezcan citarse otras variantes que las que presentan el signo rodado de Juan I y el de los Reyes Católicos: aquél lleva en el área del círculo las armas de Portugal adosadas á las de Leon y Castilla; éste comprende en el escudo las armas de los distintos países que regian D. Fernando y Doña Isabel.

En tiempo de estos monarcas cesó el uso de la rueda. La forma de cuadernos en que se solian extender ya los privilegios, ni dejaba campo á la rueda ni á las largas columnas de confirmantes que á sus dos lados se escribian (1).

(1) Pueden verse ejemplos de signos rodados en la tabla que va al final de este libro, en la cual aparecen los siguientes: 1. Signo de Alfonso VIII.2. Signo de Alfonso IX.-3. Signo de Sancho IV.

En la misma lámina y bajo el epígrafe Signaturas y firmas, insertamos como ejemplos treinta y tres correspondientes á las personas que á continuacion se enumeran: 1. Cixila, obispo (912). — 2. Urraca, reina (923).-3. Oveco, obispo (923).-4. Ramiro II de Leon.

-5. Ordoño III.-6. Sancho el Mayor.-7. Jimeno, notario de Ramiro I de Aragon.-8. Ramiro I de Aragon.-9. Sancho, su hijo primogénito.-10. D. Bernardo, arzobispo de Toledo. - 1. Bernardo, obispo de Palencia (1081).-12. Alfonso VI.-13. La condesa Aldonza (1094).-14. Sancho Ramirez I.-15. Pelayo de Portugal, notario (1095).-16. Alfonso I de Aragon.-17. Pedro, notario en Sahagun (1136).-18. Giraldo, escribano de Alfonso VII.19. Juan, electo obispo de Leon (1140).-20. Andrés, escribano de Ramon Berenguer IV.-21. Alfonso VII.-22. Pedro II de Aragon.23. Fernan Pelaez, notario de Lugo (1253).-21. Salvador de Bayora, notario de Lérida (1264). —25. Juan García de Sanabria, notario apostólico (1421).-26. Alonso de la Fuente, escribano de Alcalá (1459). —27. Juan Moreno, escribano de Cazorla (1560). — 28. Sancho IV.-23. Pedro IV de Aragon.-30. D. Martin de Aragon. — 31. Doña Leonor de Alburquerque, viuda de P. Fernando I de Aragon.-32 y 33. Los Reyes Católicos.

CAPÍTULO VII

OCTAVO CARÁCTER EXTRÍNSECO DE LOS DIPLOMAS

SELLOS

1. Sellos.-2. Su antigüedad.-3. Su clasificacion. - 4. Manera de estar adheridos á los documentos. 5. Materia de los sellos.-6. Su figura.-7. Tipos.-8. Leyendas.

1. SELLOS.-Es el sello una lámina de metal, de piedra ó de madera en que se hallan grabados generalmente en hueco, algunas veces en relieve, los signos, lemas, escudos ó distintivos con que autoriza una persona ó corporacion sus documentos (1). Tambien se da el mismo nombre á cada una de las improntas que se obtienen aplicando el sello á una pasta de cera, de metal ó de otra materia cualquiera. En este sentido usaremos la voz sello en el presente capítulo.

(1)

Seello es sennal que el rey ó otro omme qualquier manda facer en metal ó en piedra para firmar sus cartas con él.- Partida 3.*, tít. 2, ley 1.")

2. ANTIGÜEDAD DE LOS SELLOS.-La costumbre de sellar los documentos con anillos signatorios era conocida en Oriente desde más de diez siglos ántes de Jesucristo. Adoptada por griegos y romanos, pasó al caer el imperio á las naciones bárbaras que se establecieron sobre sus ruinas. En Francia se conservan sellos de los reyes merovingios que dan crédito á esta afirmacion, y en España, aunque no ha llegado ejemplar alguno hasta nosotros, textos de autenticidad indudable atestiguan que fueron usados por los suevos y por los visigodos.

Hasta el siglo VIII subsistió en España el uso de los sellos. En los siguientes desapareció por completo, hasta que en el XII volvieron á emplearse aunque no en la forma de los anillos signatorios anteriormente usados.

Los sellos más antiguos de Castilla y Leon que han llegado hasta nosotros corresponden á D. Alfonso VII el emperador (1). Sin embargo, los anuncios de sello que se encuentran en documentos de los dos reinados anteriores, demuestran que D. Alfonso VI y Doña Urraca solian autorizar con sus sellos pendientes los documentos más solemnes que otorgaban.

Los sellos de Aragon más antiguos de que se tiene noticia corresponden á Ramon Berenguer IV (2), los de Navarra á D. Sancho el Fuerte y los de Portugal

(1) El sello de este monarca, de que existe un ejemplar en el Museo Arqueológico Nacional, es de cera, de gran módulo y tiene una sola impronta, en la que se halla la figura de D. Alfonso sentado en su trono, y alrededor la leyenda Adefonsus imperator Hispaniæ.

(2) Sobre estos sellos publicó una importante monografia en la revista titulada El Arte en España mi inolvidable padre y maestro D. Tomás Muñoz y Romero.

á D. Sancho II, si bien en este último reino eran usados los sellos, si no por los reyes, por los prelados, desde tiempos de D. Alfonso Enriquez.

3. CLASIFICACION DE LOS SELLOS.- Atendiendo á la calidad de las personas que los han usado, se clasifican los sellos en reales, particulares y eclesiásticos; por la manera de estar adheridos al documento en pendientes, de placa y timbres ó sellos en tinta; por su tamaño en sellos de grande, de pequeño y de mediano módulo; por su materia en aureos, argenteos, plumbeos, cereos, de lacre y de papel; y por su uso se han subdividido los sellos reales en mayestáticos ó flahons, que se imponian en los documentos de más importancia, secretos, destinados á los asuntos de índole reservada (1), y comunes que se usaban en toda clase de documentos.

4. MANERA DE ESTAR ADHERIDOS LOS SELLOS Á LOS DOCUMENTOS.-Los sellos pendientes tanto de cera como de plomo se hallaban sujetos al documento por medio de tiras de cuero, de cintas ó de hilos. En la parte inferior del documento se doblaba el pergamino para que resistiese el peso del sello, y se hacian dos ó tres agujeros en el doblez para colgarlo de ellos.

Las cintas ó hilos se usaron de varios colores, entre los cuales predominaron el rojo y el amarillo. En Aragon, desde Jaime I, se acostumbró á usar ambos colores en las cintas é hilos de los sellos como distin

(1) Se ha llamado tambien al sello secreto contrasello, siendo de advertir que esta palabra tiene ademas la acepcion de reverso de algunos sellos de cera cuya impronta, de menor tamaño, servia como de contraseña para evitar las falsificaciones.

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