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se abreviada por sigla (S); siguen consignando el nombre del rey y terminan con el título rex y la enumeracion de sus Estados.

Ejemplos: Sigillum Adefonsi regis Castella et Toleti. (Alfonso VIII).— Sigillum Sancii Dei gratia regis Castellæ, Toleti, Legionis, Gallecia, Sibiliæ, Cordubæ, Murcia, Jienie et Algarbiæ. (Sancho IV).—Sigillum Martini Dei gratia regis Aragonum, Valentiæ, Majoricarum, Sardinie et Corsica, comesque Barchinonis, Rossilionis et Ceritanie. (D. Martin de Aragon).

Cuando por su extension no cabia la leyenda en el anverso, continuaba en el reverso. En caso contrario se repetia en éste.

En Aragon usóse para los sellos mayestáticos ó flakons, la leyenda Diligite justitiam qui judicatis terram et occuli vestri videant equitatem. D. Pedro IV dispuso en sus Ordinaciones que se colocase en el anverso, y el nombre y títulos del rey en el reverso.

Las leyendas de sellos de obispos, abades y particulares apénas difieren en la forma de su redaccion de las que acabamos de describir. Comienzan con la palabra sigillum ó sello y consignan el nombre y títulos á continuacion:

Ejemplos. Sigillum abbatis Sancti Johannis. Sigillum Petri Dei miseratione episcopi Lucensis. Siello de don Diego Lopez de Faro.

Á veces consignan estas leyendas lemas especiales como Soli Deo honor et gloria, In te Domino speravi.

El carácter de letra usado comunmente en los sellos fué el frances mayúsculo capital, hasta fines del siglo XIII. El aleman mayúsculo en los siglos XIV y XV. En este siglo tambien se usó la forma minúscula de la misma letra. En los siglos XVI y XVII predominó la escritura capital romana restaurada.

CAPÍTULO VIII

PRIMER CARACTER INTRINSECO DE LOS DIPLOMAS

ORTOGRAFÍA

1. La ortografia como carácter diplomático.-2. Uso de las letras. 3. Uso de los signos ortográficos.

1. LA ORTOGRAFÍA COMO CARÁCTER DIPLOMÁTIco. Una de las circunstancias en que se apoyaba el P. Germon para combatir la autenticidad de los documentos conservados en los archivos monásticos, era la barbárie de su ortografía. Nada hay más distante de la verdad que esta opinion. Precisamente las incorrecciones ortográficas son tan frecuentes en los diplomas de la Edad Media, que inducirian á sospechar de la legitimidad de una carta en cuya escritura se hubiesen observado los preceptos gramaticales.

Estas incorreciones son de dos especies. Refiérense las unas al defectuoso empleo de las letras; atañen las otras á la poca fijeza de los signos de puntuacion.

De aquéllas y éstas trataremos con la brevedad que exigen las reducidas proporciones de este libro.

2. USO DE LAS LETRAS. —La invasion de los pueblos del Norte, y la adopcion por ellos de la lengua latina, contribuyó poderosamente á modificar su ortografía. Las numerosas inscripciones y los escasos códices que nos ha legado la Monarquía visigoda, nos dan testimonio del descuido en que los amanuenses y grabadores tenian el correcto uso de las letras. San Isidoro nos da noticia de la frecuente confusion que habia de ciertas letras, como la by p, la c y g; siendo de notar que la manera como se hallan redactados los preceptos ortográficos contenidos en las Etimolo`gías del sabio prelado sevillano, demuestran que, más que de establecer principios generales que rigieran en materia ortográfica, trató de poner remedio á algunas de las incorrecciones que se habian hecho más co

munes.

Continuaron éstas en aumento en los primeros siglos de la Reconquista, siendo las incorrecciones ortográficas más frecuentes en los documentos anteriores al siglo XIII, el cambio de a por e y au; de b por p y v; de c por t; de d por t; de e por æ y œ, a, é, i; de ƒ por ph; de g por c; p por b; de s por is, es; de t por d; de u pory v; de z por c.

Al emplearse los romances para la redaccion de los documentos, la ortografía se hizo aún más insegura y variable, porque ni el uso podia invocarse como norma para escribir, ni la etimología era conocida por los notarios que empleaban el romance por ignorar el latin. Así se explica que hasta la Edad Moderna no haya comenzado á adquirir fijeza la ortografía de los diplomas.

3. USO DE LOS SIGNOS ORTOGRÁFICOS.-La puntuacion que presentan los documentos españoles más antiguos es muy varia, observándose en ellos una coma, dos ó tres puntos, dos puntos y coma, coma y punto, y signos parecidos á nuestra interrogacion á nuestra admiracion para indicar indistintamente, ya el punto, ya los dos puntos, ya el punto y coma, ya la coma.

y

Á fines del siglo XII comenzó á regularizarse el empleo de estos signos, usándose desde esta fecha hasta el XIV, casi exclusivamente, el punto solo con una coma superpuesta (:) para indicar las diferentes distinciones de la cláusula, y algunas veces como punto final los tres puntos, ó uno solo seguido de una coma ó de una c invertida (ɔ).

En los siglos siguientes cayó casi en completo desuso la puntuacion de los documentos, y ni los escritos en letra cortesana, ni los de la procesal, suelen estar puntuados.

La puntuacion moderna, tal como es conocida por nosotros, se introdujo con la escritura itálica y no se generalizó hasta fines del siglo XVII.

Los acentos son raros en los documentos de la Edad Media. Las únicas letras que suelen llevarlos son las ii duplicadas. Comenzó este uso en el siglo IX.

La interrogacion y admiracion tienen en la Edad Media figura de una O con un punto en su centro, ó son parecidas á nuestro interrogante, aunque más angulosas.

CAPÍTULO IX

SEGUNDO CARACTER INTRÍNSECO DE LOS DIPLOMAS

IDIOMA

1. Uso del latin en los documentos españoles.-2. Adopcion de los romances para la redaccion de los documentos.

1. USO DEL LATIN EN LOS DOCUMENTOS ESPAÑOLES.-Conquistada España por los romanos, adoptó la lengua de los vencedores en sus formas clásica y vulgar; pero aunque existieron escritores que manejaron aquélla con tanta elegancia como los de la misma Roma, la natural incultura de la mayor parte de los habitantes de la Península les hizo adoptar el sermo vulgaris, que por sus formas ménos sintéticas y artificiosas, era más fácil de aprender. Por otra parte, dos hechos contribuyeron á este resultado: el haberse hecho la propagacion del latin por las legiones, que desconocian el latin clásico, y el adoptarse despues por la Iglesia el idioma latino en la forma vulgar, la más á propósito para llevar á la inteligencia de las muchedumbres la doctrina redentora de Cristo.

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