Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Baterías tan arreo,
Que lo lleva de voleo
Con su grosura carnal.
Aunque se quiere eximir
Nuestro corazon humano,
Deseando bien vivir,

Con el bravo resistir

No se puede dar á mano.
Hay un alano mayor
Con sus fuertes presas dos,
¡Oh presas de gran vigor!
Una del humano amor,

Otra del amor de Dios.

El que se nombra cristiano, Aunque acierte en el sentir, Sin duda trabaja en vano, Hasta que llega el alano

Á

que no podeis buir.

Luego comienza á presar,
Segun la razon adiestra

Con corazon para amar,
Y en el pecho para obrar
Con que el corazon se muestra.
Todos siniestros invesa,
Reprueba toda opinion,
De sus deleites le pesa;
Luego le hace la presa
En el pecho y corazon.

Voluntad ansí prendida
Del caritativo alano

Luego le regla la vida,

No hay estorbo que la impida
Del servicio soberano.

De cualquier alteracion

Ella sosiega y asesa,
Y con amorosa union
A manos de la razon
La trae como á princesa.
Luego la razon provee
De justicia y de prudencia,
Luego de fe, con que cree,
Y esperanza, con que vee
El premio de su obediencia.
Porque más no se estremeza
querer hacer mudanza

[ocr errors]

Del amor que bien empieza,
Ásenla pieza por pieza,
Orejas, fe y esperanza.

Con estas dos le platica
Á las orejas de dentro,
Con que al alma certifica

El bien de su herencia rica,

[blocks in formation]

Porque en los bienes templanza

Y en los males fortaleza

Prosiguen su buen andanza,

Justicia brazos alcanza

Y prudencia la cabeza.

MATRACA DE JUGADORES,

compuesta de priesa, con protestacion que será enmendada antes qu'ellos.

1

H muy magnífica gente
Perdónenme mi osadía,
Que presenta este presente;
Es poco y de buena mente,

Aunque de fruta tardía.

Pero para bien hacer

Y á los males ser cobarde,
En ningun tiempo, á mi ver,
Pierde sazon el saber

Y él nunca se llama tarde.

El celo de caridad

Que Jesucristo revela

Nos da tal conformidad,

Que en cualquier adversidad
Un miembro de otro se duela.

Pues ¿por qué no nos dolremos
D'un estrago tan cruel

Contra la fe que tenemos?
¿Y por qué no escribirémos
Los males que vemos dél?
Por esto quiero planir
Por cuantos hoy en el fuego
Vec arder y consumir,
Sin quererse resistir

De la gran plaga del juego.
Bien puede llamarse plaga

Al corazon ponzoñosa
La que los bienes alaga,
Y toda la vida estraga

De virtuosa en viciosa.

La que penetra y se pega,

Y doquier que prevalece
Ansí los sentidos ciega,

Que toda salud se niega
Si por uso se envejece.

El juego de naipe y dados,
Escriben cuantos entienden,
Que aunque sean bien jugados,"
No se juegan sin pecados,
Pues las leyes los defienden.
¡Oh qué daño general!
¡Burlar que llaman pesado
Donde no puede ser al
Son salir álguien con mal,
Y ninguno sin pecado!

Pues ejercicio tan ciego Adonde siempre se halla

Invidia y desasosiego,

¿Por qué lo llamamos juego
Y no muy cruda batalla,
Donde peor que cosarios,
Á solas ó con testigos,

Hacen tiros adversarios,

No en la guerra á sus contrarios, Son en juego á sus amigos?

¿Adónde pudo hallarse

Un siniestro más sin riendas,
Los que deben ayudarse.
Trabajar por despojarse
Uno á otro sus haciendas?

El vulgo, juego lo llama,
Siendo tan fiera contienda
Que toda amistad derrama,
Daña la honra y la fama,
Y la vida y la hacienda.
¡Donde al amigo y hermano,
Y al que debo reverencia,
Y al mesmo Dios soberano,
Toda caridad profano,
Y alzo toda obediencia!

¡Donde procuro y deseo,
Por medios malos ó buenos,
Despojar á cuantos veo,
Haciendo mios arreo
Todos los bienes ajenos!

¡Donde al tiempo del perder,

Que es lo que se siente más,

« AnteriorContinuar »