Cultura: selección de buenos autores antiguos y modernos, Volumen1

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1916
 

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Pasajes populares

Página 32 - Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu rostro y tus acciones vía que con palabras no te persuadía, que el corazón me vieses deseaba; y Amor, que mis intentos ayudaba, venció lo que imposible parecía: pues entre el llanto, que el dolor vertía, el corazón deshecho destilaba.
Página 17 - ... que ofrecía próximo al muro otro lugar vacío, En el alma avivaron la sed de lo infinito, el ansia de esa vida de la muerte para la que un instante son los siglos.. Cansado del combate en que luchando vivo, alguna vez me acuerdo con envidia de aquel rincón oscuro y escondido.
Página 42 - Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis: si con ansia sin igual solicitáis su desdén; ¿por qué queréis que obren bien, si las incitáis al mal?
Página 44 - ... mayor culpa ha tenido en una pasión errada: la que cae de rogada, o el que ruega de caído? ¿O cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga: la que peca por la paga, o el que paga por pecar? Pues ¿para qué os espantáis de la culpa que tenéis? Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis. Dejad de solicitar, y después, con más razón, acusaréis la afición de la que os fuere a rogar. Bien con muchas armas fundo que lidia vuestra arrogancia, pues en promesa e instancia...
Página 18 - En las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde aparecen también con sombreros de jipi y largos trajes de amazonas, en caballos de mejor traza, enjaezados con más coquetería, las "niñas
Página 52 - Pensar, soñar, admirar: he ahí los nombres de los sutiles visitantes de mi celda. Los antiguos los clasificaban dentro de su noble inteligencia del ocio, que ellos tenían por el más elevado empleo de una existencia verdaderamente racional, identificándolo con la libertad del pensamiento emancipado de todo innoble yugo.
Página 27 - Al que ingrato me deja, busco amante; al que amante me sigue, dejo ingrata; constante adoro a quien mi amor maltrata; maltrato a quien mi amor busca constante.
Página 22 - La heroica esposa de Pompeyo altiva, al ver su vestidura en sangre roja, con generosa cólera se enoja de sospecharlo muerto y estar viva. Rinde la vida en que el sosiego estriba de esposo y padre, y con mortal congoja la concebida sucesión arroja, y de la paz con ella a Roma priva. Si el infeliz concepto que tenía en las entrañas Julia, no abortara, la muerte de Pompeyo excusaría: ¡Oh tirana fortuna, quién pensara que con el mismo amor que la temía, con ese mismo amor se la causara!
Página 22 - ... puso sobre el pescuezo lánguido del niño ; y los dientes del triste sonaban rozando la corteza de la roca, como el cuchillo en la piedra de afilar ; y así pasó mucho tiempo, mucho tiempo; tanto, que el niño tenía abierta en la roca una cavidad no menor que el cóncavo de un cráneo ; pero roía, roía siempre, con un gemido de estertor; roía el pobre niño bajo la planta del viejo indiferente e inmutable, como la pampa de granito. Cuando el hueco llegó a ser lo hondo que se precisaba,...
Página 6 - ... siendo así que en las mujeres — y más en tan florida juventud — es tan apreciable el adorno natural del cabello...

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