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católicos que obedecen á la Iglesia, á su Gefe supremo y á sus leyes, pues saben dar al César lo que es del César, pero sin negar á Dios lo que es de Dios.

COROLARIOS.

Su Santidad dice que son y serán nulas y reprobadas las cosas que contra la Igesia, su autoridad y sus leyes se han hecho en España; luego son y serán nulos los nombramientos de gobernadores, sede vacante, que se han hecho y hagan en los presentados para Obispos; nulos sus actos y los de aquellos á quienes ellos hayan autorizado. Luego son y serán nulas las ventas de los bienes del clero secular y regular, las de los conventos, alhajas, muebles, pinturas y ropas; luego son y serán nulas las modificaciones, diminuciones y supresiones de los. diezmos, primicias y derechos del clero; luego son y serán nulas las causas formadas á los Obispos legítimos, á los Canónigos y demas individuos del clero; nulos los confinamientos, espatriaciones y destierros; nulas las deposiciones y suspensiones de sus destinos y facultades. Luego son y serán nulas las causas formadas á los Canóni

gos de Oviedo y Tarazona, y á los Curas de Villatoqui

te y Sahagun, y cuantas otras hubiere por el estilo. Luego son y serán nulos los escritos del señor Ortigosa, los de la Academia de ciencias eclesiásticas de Madrid, y todos los que se han publicado y publiquen en contra de las leyes de la Iglesia y á favor de las reprobadas reformas. Luego son y serán nulos el Discurso canónico-legal, escrito en nombre del Sr. Vallejo, y los artículos que en su defensa pusieron los periódicos el Mercado, el Eco del Comercio, y en otro tiempo el Correo Nacional. Luego son y serán nulos los remitidos del Sr. La-Rica al Eco de Aragon, sus mal llamadas pastorales y cartas, y las defensas del Rector del Seminario de Zaragoza y demas de su pandilla. Luego es y se

rá nula la carta doctrinal del Sr. Diez Gonzalez, gober nador de Leon. Luego son y serán nulas las deposiciones de Curas que ha hecho el Sr. Valdés Busto y sus empeños en mandar á las monjas de Corella. Luego, en fin, los descalabros del Sr. Obispo gobernador de Ciudad-Rodrigo y otros y otros.... son y serán nulos. Si señores, todo nulo y reprobado. ¿ Insistirán en sus nulidades? Puede que sí.... Mas entonces serán separados de la comunion de la Iglesia. Vean, pues, qué se hacen.

Sin embargo hay síntomas de volver algunos á su juicio perdido y á su razon estraviada. Parece que el Sr. Vallejo ha resignado el gobierno del arzobispado; parece que los que mandan en la nacion quieren ser cuerdos y mejorar de ideas. Oh!.... digitus Dei est hic.

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IDEA EQUIVOCADA

que en nuestros dias dan los falsos políticos y sus fautores los pistoyanos de las regalias de los Principes, de su patronato Real, del derecho de proteccion, de la alta policia y concordatos con la santa Sede, en que fundan sus errores y sofisticos argumentos para inducir à la potestad suprema civil d'introducirse en las cosas eclesiásticas y esclavizar à la Iglesia.

Admiranse muchos, y no pocos se espantan de tanto como se escribe y se publica hoy en defensa de la Religion católica, de la Iglesia, de su autoridad suprema, de su gerarquia, de su gobierno y de los derechos del clero, y del ningun efecto que produce en la España tan continuado y no interrumpido trabajo. Yo bien sé que tanto se multiplicaron las apologias y las discusiones polémicas en los siglos precedentes con el fin de sostener los derechos de la Iglesia, su disciplina y su poder espiritual, cuanto se rénovaron ó repitieron las invectivas, los ataques y las diatrivas furiosas de los novadores, de católicos poco circunspectos y muchos aduladores de los Reyes, que sacrificaron su Religión por miras ambiciosas, ó por vengarse de una autoridad sagrada y divina, que enfrenaba su orgullo y contenia su libertad de dogmatizar y de criticar sus leyes santas. Pero la verdad venció al fin. Los mal afectos á la Reli

gion y á la Iglesia casi enmudecieron. Unos se rindieron ТOмо II. Ep. 5.

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á la verdad, conociendo el engaño y el lazo que la heregia les tendiera para separarles de la unidad católica, y otros se retiraron del campo avergonzados de sus derrotas, y reprimidos por los supremos imperantes, que se gloriaban de ser hijos de la Iglesia. Mas ahora no es asi. Se escribe mucho, todo muy católico, muy santo, muy justo y digno de ser oido, leido y ejecutado para gloria de Dios y destierro de los errores dominantes que afcan y contaminan nuestro catolicismo. Sin embargo la profana novedad continua atrevida, no se arredra la impiedad, el espíritu reformador de Lutero cobra nueva vida, y el de alevosía y rebelion contra la obra augusta del hombre Dios, que es la santa Iglesia apostólica, romana, casi se halla entronizado y alargando una mano protectora que conspira á consumar en nuestra patria la ruina de la Iglesia y de la Religion verdadera. He aqui la causa de la admiracion de muchos buenos católicos y del espanto de algunos, que tímidos y acobardados por la creciente avenida de tantos errores, y por el empeño que á porfia ponen en sostenerlos y reducirlos á la práctica los mismos que por su propio in. terés y seguridad debian oponer un dique insuperable y una severidad irresistible á su inundacion y consecuencias; ya les parece que abandonó Dios su causa, y que la España, conquista privilegiada para su reino celes tial, se va como escapando de las miras amorosas de su providencia, y pasando de ser la predilecta herencia de la purísima madre Virgen del verbo humanado á ser presa triste del príncipe de las tinieblas, y padre de la mentira y de las heregias.

Yo quiero animar á esos espíritus débiles у desconfiados, quiero consolar á los que adheridos afectuosamente á la santa Iglesia, creen sin embargo que la palabra de vida eterna se esteriliza entre nosotros y se vuelve vacía á ocultarse en él seno de la suma verdad. No es asi ciertamente. Persuádanse que asi como no se mue

ve la hoja del árbol sin orden de la Providencia, asi sin su beneplácito y ordenacion no se mueven tantas plumas religiosas, no se desplegan tantos grandes talentos para combatir sin fruto alguno los errores que nos inundan. La palabra de Dios es poderosa y eficaz y jamás vuelve vacía sin que produzca el fruto para que salió de su boca ó de la de sus instrumentos en aquellos corazones á quienes se dirigió (Isaiæ. 55, v. 11). No fructifica hoy en todos, es verdad. Para esto hay muchas y diversas causas. ¿Quién duda que los escritos de los preriódicos religiosos estan haciendo un gran bien á cuantos los toman en sus manos para afirmarse en la fe, salir de dudas y perplexidades, y saberse precaver de las asechanzas y astucia de los enemigos de nuestra Religion santa? Los que con sinceridad y buena fe buscan la verdad entre la confusion de tantos errores para detestar estos y abrazarse con aquella no se consuelan con la luz de los escritos católicos, y se robustecen para resistir los asaltos de este siglo de tinieblas? Solo por la consecucion de este bien, que libra á muchas almas de los lazos de astutos enemigos, basta para que nos demos por contentos de nuestros trabajos, alabemos y glorifiquemos humildes á nuestro Dios que hace nacer su sol sobre malos y buenos, y derrama agua saludable sobre justos y pecadores. En estos, como tierra estéril, mal dispuesta y llena de aridez, se esteriliza la palabra del cielo. Ellos rehusan oirla, y si. por acaso se les presenta delante de sus ojos hinchados con su carnal ciencia se embravecen como ella, la persiguen y forcejean cuanto Dios les permite para desterrarla del mundo. Tentacion es esta que ordena la Providencia divina á probar nuestra constancia. No porque ignora la suma é infinita sabiduría cuál será nuestra fortaleza ó debilidad, sino para hacernosla conocer á nosotros mismos en los tiempos oportunos, y para que velando desconfiados de nuestra propia flaqueza, acudamos sin presuncion ni

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