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El que escribe para lucir su talento debe conformarse con la severidad de sus críticos; pero el que lo hace para cumplir con un deber, tiene derecho á la indulgencia de sus lectores y de sus jueces. (L. Bruyère.)

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1. Vista general de Guatemala, tomada del "Cerro del Carmen." 2. Nuevo Cuartel de Artillería.

3. Instituto de Indígenas. 4. Parque Central. 5. Escuela Politécnica. 6. Fortaleza de San José.

7. Teatro Colón. 8. Instituto Nacional de Varones. 9. Catedral. 10 Hipódromo.

Todo estaba suspenso, todo en calma y silencioso; todo estaba inmóvil, pacífico y vacío en la inmensidad de los cielos.. No había aún un solo hombre, ni un animal, ni pájaros, ni peces, ni cangrejos, ni madera, ni piedras, ni hoyos, ni barrancos, ni yerbas, ni bosques; sólo el cielo existía.

No se manifestaba aún la faz de la tierra; sólo estaba el mar tranquilo y el espacio de los cielos.

No había cosa que formara cuerpo, que se asiera á otra, que se balanceara ó que rosara, que hiciera oír un sonido en el cielo.

No había mas que inmovilidad y silencio en las tinieblas, en la noche. Sólo están sobre el agua, como una luz que va creciendo, el Creador, el Formador, la Serpiente cubierta de plumas, los que engendran, los que dan el sér.

Están envueltos en verde y azul, y por eso se llaman Gucumatz.

Se mandó á las aguas que se retiraran; Tierra, dijeron, y al instante se formó. Como una niebla ó una nube, se verificó su formación y se levantaron las grandes montañas sobre las aguas, como camarones. Formáronse la tierra, los montes y las llanuras; dividióse el curso de las aguas, y los arroyos se fueron á las montañas serpenteando.

Se procedió en seguida á la creación de los animales, guardianes de las selvas; los que pueblan los montes: ciervos, pájaros, leones; serpientes, víboras y cantiles, guardianes de las lianas.

Asignáronseles sus habitaciones; se les promulgó la ley de la multiplicación, y dotándolos de la facultad de producir ciertos sonidos, se les ordenó glorificar al Creador é invocar su nombre.

Visto que no acertaban sino á producir acentos inarticulados, se les condenó á ser triturados por el diente, anuuciándoles que su carne sería humillada.

Hízose, en seguida, un primer ensayo de formación del hombre, construyéndolo de barro; pero no sirvió. No tenía cohesión, movimiento ni fuerza. Era inepto, flojo, volvía la cara sólo hacia un lado; su vista era turbia y no podía ver

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