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Averiguar quién diagnosticó por primera vez tal ó cual enfermedad, ó quién practicó por primera vez tal operación, así como el primero que haya empleado un medicamento es cosa tan difícil, que en algunos casos es permitido llamarla imposible! Por ejemplo: quién pudo haber sido el primero que diagnosticó el paludismo en Guatemala, si los españoles que vinieron en el descubrimiento de América ya lo conocían, muchos de ellos lo padecían, otros aquí lo adquirían y algo más; aquí encontraron á los indios como médicos muy prácticos en la curación de esta enfermedad, como lo comprueba el indio que curó á Fr. Tomás. Quién fué el primero que lo diagnosticó? Habría que ir á buscar este dato á la época inmemorable de los indios, cosa real y positivamente imposible.

Quién fué el primero que amputó, si ya nuestros indios amputaban? Ahora si tratamos de saber solamente quienes fueron los primeros que diagnosticaron, operaron, etc., desde el descubrimiento de Guatemala hasta nuestros días, el problema se facilita; pero no se resuelven todas las incógnitas.

Y

En efecto: quién es ese que me pueda decir quién fué el primero que amputó en el Reino de Guatemala? Si en pasajes antiguos encuentro que el 9 de diciembre de 1585. seis individuos amputan dos dedos de la mano derecha á Alonso de Nava, individuos que, como se deduce de la causa seguida contra ellos, no eran cirujanos ni cosa que se pareciera, siendo el cirujano condenado á servicios de galera y sus cinco prácticos ayudantes con mil ducados de multa cada uno? si estos lo hicieron por picardía y sin ser titulados, justo es creer que por lo menos lo hubiesen visto hacer por algún facultativo, aunque sea una vez, con lo cual basta para comprender que esta no fué la primera amputación. Lo mismo pasa con otras operaciones: la primera extracción de dientes que aparece en las historias es la que ordenó practicar, don Alvaro de Quiñónez Osorio, Caballero de la Orden de Santiago, Marqués de Lorenzana, en un reo de hurto; cualquiera comprende que la extracción de dientes y sus consecuencias, ya eran conocidas para que condenacer á un reo de hurto de ese modo.

Pero si faltan datos de aquellos años no podemos culpar solamente á Guatemala, era la época de guerreros en que el médico no figuraba ni se interesaba en escribir, eran verdaderos comerciantes, que trabajaban por la lucha por la existencia y no por amor á la ciencia!

Dejemos, pues, esos tiempos donde no se encuentran datos positivos y ciertos y abordemos aquellos en que existen comprobantes.

No será muy larga la jornada, ya que en el año de 1780, el ilustre Doctor don José Felipe Flores, nos da la primera sorpresa: la variolización! El Doctor Flores ponía dos vejigatorios del tamaño de un real en cada brazo, y cuando aquellos habían levantado ampolla y se los había cortado y curado, colocaba en cada fuente un torzalito de algodón empapado en una viruela bien madura que se mantenía en su lugar 24 horas. La primera persona en quien se hizo el ensayo fué una criada del Presidente Troncoso, y como dió buen resultado la operación, se sometieron otras muchas personas, no teniendo que lamentar más que la muerte de una niña de trece años á quien sobrevino una fiebre petequial. No era solo este el método que el Doctor Flores usaba, empled otros, que encontrareis detallados y descritos por él mismo, en el capitulo de epidemias, en la epidemia de viruela del año 1794. Véase pagina 180.

Más tarde el Doctor Flores ensaya las propiedades sedantes del hierro metálico aplicado á la superficie cutánea; el 6 de marzo de 1762 publicó una memoria con el título de "Esprogico when amente Tescil Bento en el Reyso de Guatemala para la oración rad of dit norville middel canero" la cual fue reimpress en Mexico, el mismo año, asi como en Madrid, Cadiz y Malaga, donde se repitieron sus experiencias. En Malaga se ensayó el remedio contra la lepra. En Génova y etres varios puntos de Italia se repitieron los ensayos, y el medicamento adquino uva eelebridad extraordinaria. Meo, to puso en practica en Paletna y publics los resultados tanto de sus propias tentativas ecmo de las que hizo Benito Letacca en el bospital de San Berthelem Francia é Inglatetta se spoderaron del espacio promulgado por nuestro

sabio compatriota, y el Diario de París de aquella época, dió noticias detalladas de las diferentes experiencias hechas con el fin de comprobar sus efectos.

No son solo estas las glorias del Doctor Flores, tiene una mayor, gloria que aun no ha brillado como debía por culpa nuestra: la invención de los manequies anatómicos en cera.

Si el trabajo sobre las lagartijas, de que me acabo de ocupar, dió tanto nombre al Doctor Flores y se propagó tan luego por todo el orbe de la tierra, porque no podía haber llegado la noticia del invento de los manequies con la misma ó menor rapidez. Digo esto, porque los europeos pretenden que fué Fontana quien inventó los moldes en cera. Ahora bien: cuando Flores partió para Europa, ya hacía años que había inventado sus manequis, que entonces servían para la clase de Anatomía en la Universidad de San Carlos de Borromeo, y apenas, cuando él llegó á Italia, comenzaba Fontana á trabajar los suyos, como lo comprueba una carta escrita por el mismo Doctor Flores.

Después de esto podrá creerse que Fontana haya sido el inventor de los manequies en cera.

"Los escritores que se han ocupado del hombre ilustre objeto de nuestro estudio, y que son muchos, no hablan más que de las estatuas que hizo para el estudio de la anatomía, sin entrar en detalles. Cuando el doctor don Mariano Padilla, biógrafo del Doctor Flores, las conoció ó habló de elias, (1847) ya estaban arruinadas, y, para vergüenza nuestra, arrinconadas en una de las salas del hospital de san Pedro de esta ciudad; por eso es quizá, por lo que no se tomó el trabajo de describirlas."

"Yo he tenido la fortuna de encontrar en el archivo de la Antigua Universidad un documento importantísimo que nos da con todos sus detalles la descripción de aquellas piezas, suscrito como ya lo hemos dicho dos veces, por Goicoechea y Córdova, y fechado á veintiséis de Septiembre de 1792."

"No he querido extractarlo, porque creería profanarlo. No he querido ni corregir su viciosa dicción, porque le quitaría el sabor y el tinte de la época en que se escribió. La descripción es larga, pero estoy seguro que me agradeceréis que os la dé entera."-(R. SALAZAR.)

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Este es un esqueleto de cuarenta y cinco pulgadas de alto, parado sobre un bello pedestal. El lado derecho sobre que se apoya, es de alambre, así para sostener todo el cuerpo del esqueleto, como para dar firmeza á la cera, de que están formados los huesos, imitando el color, figura, y proporciones de los que componen el cuerpo humano.

Para mayor facilidad de las demostraciones se separa la cabeza de sobre la primer vértebra, y se abre el cráneo para ver, y conocer con comodidad su interior. En la mitad del lado derecho se manifiestan los huesos desnudos de sus Egamentos, y se les han puesto los principales cordones de les nervios y de los vasos para facilitar la inteligen ia de argilogia. Los huesos recientes se ven en el lado izquierdo del esqueleto een todas las ternillas, y ligamentos: dispuestos stes de modo, que se puedan levantar las cápsulas para su mayor inteligencia y perfecta demostradín.

Este esqueleto está acompañado en dis esteologías completas disarmadas, una de linesos naturales, y otra de cote, y con todas estas plezas se tiene ann mas de lo que es pavesina, para estudar la primera parte de la Austomía

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para la perfecta inteligencia de la Miología, los músculos del lado izquierdo de la figura están dispuestos de modo que se les puede separar según el orden de la disección y como lo pide la individual situación en que se encuentran colocados. De esta suerte se pueden separar los unos, dejando pendientes los otros de sus tendones, y ponerlos á todos patentes en todo sentido.

En ella se demuestran el tamaño, figura, lugar, é inserción de los músculos de la cara, de la boca, de las quijadas, deltoides, y del cuello: aparecen los del hombro, los del brazo, y antebrazo, los del carpo y de los dedos. Se registran los motores de la extremidad inferior, los vertebrales, los del abdomen, el diafragma, y los que sirven á la respiración. En suma: no hay músculo que no se pueda ver, y examinar por menor; y cuando están todos desprendidos del cuerpo, quedan patentes los huesos con la misma naturalidad que en la disección.

Todas las arterias, venas, y nervios se observan colocados en su natural situación: los vasos, desde su salida del pecho dirigen sus troncos por entre, y por encima de los músculos, se dividen, y subdividen en ramas hasta las extremidades. Las arterias de color encarnado, las venas de azul, y los cordones de los nervios de blanco, manifestándose desde su salida del cráneo, y de la espina y acompañando á las arterias y venas respectivas. De manera que con indecible facilidad puede cualquiera, con el manejo de esta figura, entender perfectamente la angiología, y la neurología, y complementar el estudio de estas dos partes de la anatomía con la demostración del cerebro, y la del corazón, que se hace en la figura de las entrañas.

ESPLANALOGÍA.

Este es un hombre desnudo, su cutis, la frescura de su color, el vello, las venas, sus justas proporciones, y aptitud, natural lo representan con tanta propiedad, y viveza, que á las primeras vistas engaña. Para demostrar el cerebro se hace una incisión en cruz al cutis del cabello, se arremangan para abajo los cuatro ángulos, se ve la calva con porciones de los músculos.

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