Com se han de comportar veyentse los Com- Si's concordaban los combatents de metre lur

batents.

diferencia á coneguda, é diferien der fermar primer, si es carrec al defenedor fermar primer.

Estant en la Ciutat hont los es asignada la Plasa los Cavallers qui à combatrer tenen, majorment en la Cort del Rey ó Senyor ans de la E posat se concordasen de metre lur difejornada de la Batalla veentse la hu al altre se rencia a coneguda é diferisen qual de les parts deuen saludar ab continensa alegre é s'forsa-fermarian ó parlarian primer, en tal cars no da per mostrar que te alegria de la compavició de aquel per venir á conclusió de Batalla.

CAPITOL XVIII.

Qual orde deu tenir lo requiridor si es request de Concordia ab son adversari.

es carrec ni inconvenient algu que lo request ferme ó parle primer, protenstant que res que en tal cars per ell dit, promes, ó fermat sia, no vaja per dit, promes, ni fermant fins á taut que lo requiridor haja dit, promes ó fermat.

CAPITOL XXII.

Com tola Batalla te tres temps.

E si lo Rey ó Senyor ó per qualsevol altre persona era tractat entre ells combatents con- E perque tota Batalla á Vetransa ha tres cordia alguna ó compromis, axi fora la Batalla, temps, la hu en lo qual ha eser compareguts; ó com dins la Batalla prohibintse per lo Jutge L'altre lo dia en que es asignada la Batalla; la Batalla, lo requiridor no hi den dar loc, L'altre la hora para combatre, deu lo requiricom sia obligat á dar fi al que comensa é non' dor arribant dins lo temps en la part hont li es pot exir honradament sino fa otorgat al defe- asignada la Plasa suplicar lo Senyor que li nedor lo de que l'inculpa ó l'mata per quant asigne lo dia para la Batalla, car de stil é coste facultat, si lo Jutge que lo request haurátum es que posat siau citat per lo Jutge asigagut, sopren, de haberne altre. O'si ell n'a nantvos Jornada, que siau comparegut per á pres primer lo carrec es en culpa sua, sino la Batalla sempre lo Jutge apres que los Caval'agut tal que li dex la Batalla venir á fi. Ellers son arribat al Regne aquella per metre per so deu molt guardarse cada hu ans de, re- en orde lo camp é les coses que per a la jorquerir de Batalla á que s'obliga, car molt es nada de la Batalla son necesarias. E per la gran la obligasió en que lo requeridor se pasa. semblan asignat lo dia de la Batalla vos asigne la hora que habeu á esser en lo Camp pera combatre. Ver es que posat los Jutges moltes voltes aso practiquen, ells no poden de justicia prorogar, ni alargar la jornada de la Batamatexalla sino essent los dos Combatents compareguts é presents é per temps molt curt, car altrement es fet en gran perjuy en aquells. E per so com tal prorogació es feta á cada hu dels Combatents deu requerir é protestar al Jutge dal perjuy que li fá alargant la Batalla mes del terme asignat fentne cascú levar acte.

CAPITOL XIX.

Si lo defenedor es request de la
Concordia que deu fer é dir.

E si lo defenedor es request de la matexa Concordia, la sua resposta deu eser com el es aqui demanat á Batalla per tal qui l'ha request, é axi te donar execució á la Batalia, com de metre aquella á tota lur diferencia à conexensa ell es prest, seguintse la voluntat del qui I'te request axi de ferne conaguda com de combatre.

CAPITOL XX.

CAPITOL XXIII.

Com ans del dia de la Batalla los Combatents deuen elegir lurs Padris.

Ans de la jornada de la Batalla los Combatents deuen elegir lurs Padris so es dos Cavallers s'perimentats en fets d'Armes qui'ls aconsellen en tot lo que es necesari per la Ba

Si lo requisidor se concordaban de metre sa diferencia á conaguda, que deu fer lo de-talla. fenedor.

CAPITOL XXIV.

E si per lo Senyor Jutge ó per altres lo requiridor se concordaba de voler metre la di- Com deuen venir los Combatents á la hora

fenencia á coneguda ó en poder de algu deo lo defenedor eser concert de seguir aquel com

á ell en quant es request no li pot seguir

carrec.

del Combatre.

Venint los Combatents à la Plasa deu venir primer lo requiridor portant cada bu so

Concluent la forma del Camp é la fi del Su-cidas. Los instrumentos usados son numero

TOROZÓN. (Medicina veterinaria.) Dolor, administrar medicamentos capaces de absoragudo en el vientre que da á las bestias, se-ber los gases, como son bebidas de agua salamejante al que en los racionales llaman cólico. da, agua de jabon, de legía de cenizas, de Procede de diferentes causas, y es por esta ra- sub-carbonato de potasa ó de sosa, y sobre tozon de varias especies. Hay torozones vento-do álcali volátil, cuyos buenos efectos para sos, de indigestion, de agua fria, de bezoar y hacer desaparecer inmediatamente la hincharojos. De cada especie vamos á tratar por se- zon, son conocidos, administrado en dósis de parado. una ó dos onzas para una res mayor, y de dos á veinte y cinco gotas desleidas en su correspondiente cantidad de agua comun para una menor. El éter en doble dósis y mezclado con agua fria, puede convenir tambien; pero el remedio mas eficaz de todos es el que aconseja Mr. Chorlot, y consiste en una cu

1.° Torozones ventosos. Las causas comunes de esta dolencia son las malas digestiones, la putrefaccion, la fermentacion de los alimentos y el calor que desprendiéndose de ellos, enrarece el aire. A estas causas puede agregarse la relajacion de las fibras de los intestinos, en cuyo caso no tienen estos bastan-charada de cloruro de potasa liquido echado te fuerza para expeler los vientos. Los sintomas, ó mejor dicho los efectos de la enfermedad, son dilatacion de vientre, dificultad en respirar, latidos en los ijares, timpanizacion en fin.

en una botella de cenizas. Este remedio, si no
produjese efecto la primera vez debe repetirse.

Otro medio hay que a veces, y en caso de
no surtir afecto aquellos, conviene emplear.
Consiste este en introducir hasta el rúmen del
animal por la boca y el exófago, ya una son la
de alambre retorcido en forma de espiral y
forrado de cuero, ya una vara larga y flexible.
Tambien se consigue hacer á los bueyes es-

Esta enfermedad, conocida tambien con los nombres de meteorizacion ó indigestion mefitica, no es otra cosa que una indigestion acompañada de hinchazon de vientre, producida por la dilatacion de los gases en el estó-pelar los gases por la boca, levantándolos la mago del animal. A ella están casi únicamente expuestos los herbívoros, y los síntomas con que se presenta son distintos segun la especie á que ellos pertenecen.

za; operacion que se práctica introduciendo
en el ijar izquierdo un punzon ó simplemente
un instrumento cualquiera punzante ó cortan-
te. Hecha en tiempo oportuno, la puncion es
el medio mas eficaz y mas seguro de atajar los
progresos del mal.

cabeza, ó metiéndoles en el tragadero un puñado de sal, á fin de escitar el movimiento de las mandibulas, y apoyando al mismo tiempo con una paleta de palo sobre la parte superior En los rumiantes suele esta enfermedad de la lengua. Este mismo efecto suele obtemanifestarse por primavera, sobre todo des-nerse con las reses lanares, apretándoles suapues de lluvias ó de abundantes rocios, y á vemente en los ijares con las manos. Y por consecuencia de haber comido cierta cantidad | último cuando la timpanizacion entra con sinde trébol ó de alfalfa en verde antes de su tomas alarmantes y hace temer sofocacion, es completa fermentacion. El centeno, las pata-indispensable, recurrir á la puncion de la pantas, los nabos, las coles y otras plantas de la misma especie pueden tambien determinar esta dolencia; pero lo hacen menos frecuentemente. Esta enfermedad, que muy amenudo aparece antes de haber acabado el animal de comer las sustancias que la ocasionan, empieza por producir hinchazon en toda el arca del cuerpo, y mas particularmente en el ijar izquierdo. A medida que aumenta esta hinchazon vese al animal alargar el cuello, respirar con trabajo, abrir los sollares y la boca, ponerse triste y cabizbajo, y quejarse. A complicarse con estos sintomas viene luego lo bajo del pulso que á veces llega á hacerse inexplorable; y por último, si desde luego no se cuida de poner remedio al mal, vese al animal atacado de él agitarse, bambolearse, caer asfixiado al suelo y morir enmedio de horribles convulsiones, arrojando por la boca y por las narices una cantidad mas o menos considerable de materias alimenticias. Veces hay en que es tal la rapidez con que se suceden estos sintomas que tres ó cuatro horas, y muy frecuentemente menos, bastan para producir la muerte.

De ganado lanar se ha visto á mas de una res caer estando pastando, y morir sin que haya tenido el pastor tiempo siquiera de advertirlo.

El tratamiento para este mal consiste en

De los solipedos, el animal en quien mas particularmente se manifiesta esta enfermedad es el caballo. Son causas principales de ella la alimentacion de este cuadrúpedo con plantas leguminosas en verde, y las indigestiones producidas por las orvejas, las habas, los guisantes ó el salvado. En sus síntomas, en su marcha, y en su terminacion presenta esta enfermedad en el caballo las mismas circunstancias que en el buey. En su tratamiento tambien hay bastantes puntos de semejanza.

Para su curacion será bueno administrar bebidas estimulantes, aromáticas ó etereas, ó bien compuestas de álcali volátil ó de agua de cloruro de potasa. A estos medios que por supuesto solo pueden dar resultados cuando la enfermedad está poco desarrollada, hay que agregar las friegas y el ejercicio al paso, pcro cuando los sintomas del mal son muy intensos, conviene sustituir las bebidas mucilaginosas, las fricciones con esencia de trementina y hasta la sangría, si hay señales de inflamacion intestinal. En la especie caballar

1

Hacia atar muy corto al pesebre el animal,

rara vez produce buenos efectos la puncion. animal es cincuenta á sesenta gotas de éter; y 2.° Torozones por indigestion. De esta el medio de hacérselo tragar el siguiente. enfermedad suelen ser atacados los individuos de la especie caballar, y de ella puede inferir-llenaba un cuerno de agua pura, echaba en se que padecen cuando, despues de haber comido mucho grano, patean, se agitan y se ponen tristes, alargando de cuando en cuando la cabeza y resollando con dificultad.

una cuchara de mango largo azúcar molido, y en ella derramaba el éter que introducia prontamente en la boca del animal, lo mas adentro posible, y al mismo tiempo le echaba el agua preparada en el cuerno. Obligándole asi á que fuer-tragase cl éter, y el azúcar. Pasados algunos minutos, cuando ya habia tragado bien el éter, le soltaba, y si le parecia le hacia pasear llevándolo del diestro. Al poco rato comenzaba el animal á arrojar ventosidades ó escrementos, y volvia perfectamente bueno al establo. De comer ni de beber no se le daba en tres dias.

En tal caso no hay que sangrar al caDallo, por temor de que se le disminuyan las zas digestivas, y de esponerle á morir sofocado; al contrario, se le dará una onza de triaca desleida en medio cuartillo de vino buenò; haciéndole tragar despues en abundancia un cocimiento emoliente, y se le echarán algunas lavativas de lo mismo terminando la curacion con una lavativa purgante, compuesta de cuatro onzas de pulpa de caña fístola disuelta en el mismo cocimiento.

3. Torozones por haber bebido agua fria. Sobreviene este mal à aquellos animales que, estando en ayunas ó sudando, beben una gran cantidad de agua fria, la cual, obrando fuertemente sobre los nervios del estómago, comprime los vasos, y causa en ellos inflamacion: de aqui proceden el dolor y los torozones.

Del éter sulfúrico vitriólico obtuvo escelentes resultados el marqués de San Vicente contra los cólicos que tan frecuentes son entre la gente del campo, por las aguas crudas, impuras y selenitosas que beben y por la mala calidad de los alimentos que usan. No tenia el Esta enfermedad, que no es peligrosa, se marqués noticia de que este remedio se hubie- cura manteniendo el caballo bien caliente, y se aplicado á los animales; pero la necesidad haciéndole pasear. Si eu algunos casos no fueilustra muchas veces. A poco de morirsele de ran suficiente estos remedios, puede recurrircólico por la impericia de un albeitar, un ca-se à los que indicaremos para los torozones ballo muy bueno que tenia vinieron á avisar-rojos.

le, que en la misma disposicion se halla- 4. Torozones de bezoar. El bezoar es una especie de bola, ya esponjosa, ya petrea,

ba otro.

En vista, pues, de la insuficiencia de los que se forma en los intestinos de los animaremedios ordinarios contra estas enfermeda-les, especialmente del caballo.

lor sucio y amarillento, y que en llegando á cierto tamaño no toman mas grueso, ni ruedan en los intestinos. Esta bola es mas bien un EGAGROPILO (véase esta palabra) que un bezoar. En 1778 halló Rozier una en el apéndice del intestino ciego de un caballo de doce años.

des peligrosas, resolvió probar el éter, y halló En el primer caso se halla formada de pemedio de hacer al caballo tragar una dósis pro-los, borra y otras sustancias análogas, de coporcionada. El animal, que se revolcaba y forcejaba con la mayor violencia, que estaba sudando, tenia las avivas duras é hinchadas, las orejas frias, y todos los sintomas de peor carácter, se calmó y tranquilizó en un instante, arrojó una gran cantidad de escrementos, y se salvó. Algunos meses despues, una yegua vicja de labor, atacada de un cólico que no La segunda ó la otra especie de bezoar parcreyó fuese de la misma especie, aunque te-ticipa de la naturaleza de la piedra. Se forma nia sintomas muy terribles, curó muy pronto originariamente por una piedrecita que se hacon el mismo remedio. Esto prueba la utilidad lla en los intestinos, y alrededor de la cual se del uso del éter tanto en los cólicos de indi-va pegando un sedimento semejante al tártaro gestion como en los ventosos. A la mañana siguiente volvió la yegua á su trabajo, sin la menor incomodidad.

de los dientes: esta piedrecita es el núcleo del bezoar, y á veces se forma por capas sensibles, ya concéntricas, ya excéntricas. Todo beLa reses vacunas están con mas frecuencia zoar existente en el canal intestinal, impide á espuestas á cólicos que los caballos, porque los alimentos el paso á los intestinos gruesos, pasando de un alimento seco y poco sustancio causando el torozon y la muerte del animal. so á pastos abundantes y húmedos, ó bien dán- 5. Torozones rojos. Esta enfermedad no doles con esceso trébol ó alfalfa, sus digestio- es otra cosa que la inflamacion del estómanes deben ser malas. El marqués de San Vigo y de los intestinos llevada al último grado. cente tuvo una ocasion de probar el éter en A ella está mucho mas espuesto el caballo un vaca preñada, que tenia un cólico y otra que los demas animales. El caballo que la paenfermedad; y juzgó por su prouta curacion del buen efecto de este remedio, que para los cólicos de los animales de astas, se puede usar en cualquier circunstancia.

La dósis que creyó conveniente para cada

dece está casi siempre echado con la cabeza vuelta hácia el vientre, mueve las manos, especialmente estando en pie, y escarva la tierra. Si se echa, estiende al punto las patas y las mueve; da grandes resoplidos; tiene la lengua se

ca y caliente, y el pulso frecuente y duro; está triste y abatido y rehusa todo alimento. Cuando le tocan bajo del vientre siente dolor en la conjuntiva y el esfinter del ano, hay infla macion, y es raro que no calmándose esta viva el animal arriba de veinte y cuatro horas.

ta mas que el buey, y como él se mira al vientre y escarva la tierra. Cuando el mal progresa, se queda el animal echado, se le aumenta la agitacion en el cuerpo, suspira, tiene latidos de ijares, y orina y estercola con dificultad, á menos que la sustancia sea purgante ó haya pasado á los intestinos.

Las sustancias venenosas introducidas en

Las principales causas de esta enfermedad son la avena ó la alfalfa comidas en demasia- | las primeras vias de los animales, son vegetada cantidad; los brevages espirituosos, los purgantes violentos, las aguas demasiado frias durante los calores del verano, y la mala calidad de los jugos contenidos en el estómago ó en los intestinos.

les, minerales ó animales. El reino vegetal es el que ofrece mas venenos, pero de cualquiera de ellos que sean deben obrar diferentemente en las primeras que en las segundrs vias. Se ha observado que la misma sustancia venenosa produce síntomas diferentes en cada animal, pues esperimentos hechos sobre los vegetales que se crian en los prados en que al buey, al caballo, à la oveja, á la cabra y al cerdo, se han presentado diferentes plantas, se ba observado que algunas que eran dañosas al caballo, eran provechosas al buey, á la cabra y al cerdo, que plantas que comen con ansia en primavera, las desdeñan en otoño y que la disposicion del animal hace variar su gusto: euando las vacas están criando comen las lechetreznas, y en otras ocasiones las rebusan. Los bueyes, los caballos y las ovejas desprecian las plantas acuáticas, amargas y acres, al paso que los cerdos gustan de muchas acuátiticas, las ovejas de las aromáticas, y las cabras, que son mas delicadas, de los cogollos y las flores de las plantas de los brotes del roble, del olmo y de otros muchos árboles. La cicuta mata las vacas y alimenta las cabras, el acónito no hace daño á los caballos y mata las cabras. El olor y el sabor de las plantas determina á los animales á escoger las que les son útiles y desprecian las dañosas, pero no todas las que les repugnan son capaces de in

Para moderar la inflamacion, relaxar las partes inflamadas y facilitar el paso de los medicamentos mucilaginosos á los intestinos, el primer remedio es la sangría, la cual conviene repetir cuatro ó cinco veces en el espacio de veinte y cuatro horas, teniendo siempre consideracion á la edad y al temperamento del animal, á la estacion, y á la especie de enfermedad y su gravedad. Las lavativas mucilaginosas despues de la sangría son sumamente útiles para disminuir la inflamacion. Tómense tres libras de infusion de hojas de lechuga, y disuelvanse en ella tres onzas de nitro para una lavativa, que se reproducirá cinco ó seis veces al dia. Si en los tegumentos y en la lengua hubiese ardor, se añadirá media onzą de cremor de tártaro, sin otro alimento que una corta cantidad de agua blanqueada con harina de trigo y que en disolucion tenga una onza de nitro en seis libras de agua, ó si con esto no calmase la irritacion, un cocimiento ligero de raiz de malvavisco en pequeña dosis y tibio. Los alimentos contenidos en el estómago del caballo, no pudiendo pasar por el orificio del exófago, fuerza es que pasen por el duodeno que es la porcion mas espuesta á la in-flamar sus estómagos. Entre las dañosas las flamacion. El estómago, por lo tanto, si al animal se hiciese tomar grau cantidad de fluido, se dilataria demasiado, lo cual, lejos de favorecer la espulsion de materias, aumentaria la inflamacion. Reitérense las bebidas en corta dosis, y las lavativas mucilaginosas y cuidese sobre todo de no confundir la enfermedad de que estamos tratando con el cólico ventoso, y de no administrar las bebidas aromáticas, espirituosas y purgantes que arrastrarian el animal á una muerte violentísima.

A torozones rojos ó inflamacion del estómago ó de los intestinos, dan tambien lugar las sustancias venenosas.

Luego que un buey ha fragado una sustancia venenosa, deja de comer, se agita, tiene latidos de ijares, da resoplidos, y se le hincha el vientre de un modo pronto y estraordinario. A medida que se agrava, aumenta la palpitacion del corazon, las orejas, las astas y las narices, frias al principio, adquieren muy pronto considerable calor, del ano sale a veces una sustancia mucosa y sanguinolenta, y se vuelve frecuente la orina. El caballo en este caso se agi

hay que, comidas en dosis medianas, fatigan á los animales sin causarles la muerte, y otras, en corto número, que son verdaderamente venenosas inflaman sus estómagos y les causan la muerte. A esta última clase pertenecen la jalapa, la coloquintida, el cólquico, la cebolla albarrana, el eléboro y otras muchas. Es cosa probada que estas sustancias, dadas en proporcion al tamaño y al temperamento del animal, causan casi siempre al caballo la inflamacion de estómago en el orificio del duodeno, y al buey y á la oveja en el rúmen, lo cual prueba que no siempre se deben atribuir los malos efectos de los purgantes á la demasiada sensibilidad de los intestinos del caballo ni de la panza del buey, sino á la inflamacion de la porcion duodenal del estómago del caballo ó dei rúmen del buey y de la oveja.

A un animal que coma alguna sustancia venenosa vegetal, adminístresele inmediatamente en bebida y en lavativa una gran cantidad de fluido mucilaginoso, tal como agua blanqueada, melada, cocimiento de raiz de malvavisco y leche, ó de aceite comun fresco, etc.,