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ligiosas y administran justicia en las poblaciones rurales; los mollahs, que pertenecen al sacro colegio y á la magistratura civil, y los cadis, que ejercen esa doble jurisdiccion en un grado inferior. El resto del ulema se com-, pone de una multitud de doctores bien dotados, agregados á las academias y bibliotecas, de religiosos subalternos destinados al servicio de las mezquitas, y de frailes ó dervis que viven | de limosnas.

Umbria Forum Sempronii, Spoletum, Aarium, Camerta, Ameria, Tuder, Ispellum, é torum. Arimino y Ravena fueron en su principio colonias salidas de la Umbria, cuyos habitantes tuvieron guerras mas de una vez con otros pueblos por ensanchar los límites de su territorio.

UNCION. Esta palabra canónicamente considerada significa el acto de aplicar el aceite de oliva bendito por el obispo á los catecúmenos, ULTRAMONTANO. (Derecho canónico.) Aten-á los que se bautizan, á los que se ordenan y diendo á la etimología de esta palabra, es fá-| consagran, y á los que se hallan próximos à là cil comprender su significacion: compuesta de muerte. las voces latinas ultra y mons, se usó primero para designar lo que está ultra montem (mas allá de los montes); pero despues se ha usado y continúa usándose en el lenguaje de la ciencia canónica en una acepcion menos genérica.

Y con efecto, la uncion en todos los casos referidos es una ceremonia santa que la Iglesia ha establecido para purificar á los cristianos, despojándolos de todos los vicios de la débil humanidad y haciéndolos dignos de la religion de Jesucristo.

Pero en donde mayor significacion tiene el acto de la uncion es en los últimos momentos de la vida, y entonces sc la llama Estrema-uncion, siendo uno de los siete Sacramentos instituidos por el mismo Redentor de los hombres. Este sacramento, segun el concilio de Trento en la sesion XIV, es el com

Ha sido en Francia y fuera de ella objeto de largas controversias entre los canonistas, el valor que tienen en dicha nacion la coleccion de decretales conocidas con el titulo de sextum decretalium. Unos sostienen que estas decretales no fueron alli admitidas á causa de las graves desidencias que hubo entre el papa Bonifacio VIII y el rey Felipe el llermo-plemento de toda la vida cristiana, y Jesucrisso, y otros, por el contrario, sustentan la opinion de que dichas leyes tienen en Francia la misma fuerza que las de la coleccion ó compilacion gregoriana en lo que no sea opuesto á las prerogativas del rey, á las leyes del pais y á las libertades de la iglesia galicana. Asi, pues, siendo los canonistas de las naciones que están al otro lado de los Alpes con respecto à la Francia, los que mas generalmente han defendido el valor de las decretales menciona-te das contra la libertad de los obispos franceses, se les ha designado en esta nacion con el nombre de ultramontanos.

to le instituyó con el fin de fortalecer el fin de la vida del hombre, librándole en trance tal de las astucias del demonio. Este sacramento fué obra del Salvador, segun lo declara el evangelista San Marcos; y le recomendo é intimó á los fieles el apóstol Santiago con las notables palabras: «¿Está enfermo alguno de vosotros? Haga venir los presbiteros de la Iglesia, y oren sobre él, ungiéndole con acei

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en nombre del Señor, y la oracion de fé salvará al enfermo, y el Señor le dará alivio; y si estuviere en pecado, le será perdonado. En estas palabras se balla comprendi UMBRÍA. (Geografia antigua.) Los antiguos da toda la doctrina del sacramento. La matedesignaron con el nombre de Umbria una par- ria de él es el aceite; la forma es la uncion; te de Italia que por el Oriente confinaba con el ministro propio es el presbítero; el efecto la Etruria, y por el lado opuesto con la Sabinia, es la salud del alma, si está en pecado, y la estendiéndose desde las playas del Adriático del cuerpo, si le conviene. Con este motivo hasta mas allá del Apenino. Comprendia este dice sabiamente el Tridentino que la uncion territorio, segun las noticias de Estrabon, las purifica de los pecados, asi como de sus reliciudades de Ravena, Sarsina, Arimino, Sena y quias; alivia y fortalece el alma del enfermo, Camarino, Sentinum, Fanum Fortunæ, y el escitando en él una confianza grande en la monte que llamaban Gingunum La atravesa- divina misericordia; y alentado con ella sufre ban dos rios: el uno llamado Aeris, que corre con mas tolerancia las incomodidades y traentre Ancona y Sinigallia, y el otro conocido bajos de la enfermedad y resiste mas fácilcon el nombre de Metauro. Segun dicho geó- meute à las tentaciones del demonio; consigrafo, estuvieron en esta parte de la Umbría guiéndose en algunas ocasiones la salud del los antiguos límites de la Italia y de la Galia; cuerpo, cuando es conveniente á la del alma. pero despues sem udaron, considerándose unas Varios concilios provinciales ordenan á veces como linea divisoria el Aesis y otras ellos fieles que no esperen los últimos moRubicon, que está situado entre Arimino y Rá-mentos de la vida para recibir la uncion; pevena. Desde Rávena á Arimino se contaban ro la costumbre ha introducido el uso de no 300 estadios. Atravesaba la Umbría desde esta última ciudad hasta Verículum la famosa via Flaminia. Hacia el lado del Tiber se encontraban Larolum, Narnia, Carsuli, y Meouania. Contábanse ademas como poblaciones de la

acudir á este sacramento sino cuando hay grave peligro de muerte. La uncion solo debe administrarse una sola vez en cada enfermedad, por larga que sea. Antiguamente no se reiteraba este sacramento, pero habiéndole re

cibido dos veces el papa Pio II en el curso de su pontificado quedó aceptado el hecho de la reiteracion.

esperanza divina, hija de la virtud y de la muerte. El ángel de paz, bajando en tanto sobre este punto, toca con su cetro de oro en sus La uncion no se administra á los conde- fatigados ojos, y los cierra deliciosamente á nados á muerte ni á las personas que la bus-la luz. Muere, finalmente, sin oirse apenas su can voluntariamente; pero se da á todos los último suspiro; muere, y sus amigos guardan que espuestos á perder la vida no la pierden, silencio por largo tiempo alrededor de su capadecen luego lesiones mortales, y dan seña-ma, porque piensan que está dormido. Tal es les de arrepentimiento. la dulzura con que salió del mundo este crisEl sacerdote administra el sacramento pro- tiano purificado con la uncion santa. » nunciando las siguientes palabras: Per istam UNCIONES. (Medicina.) Esta palabra desigsanctam unctionem, et suam piissimam mi- na una operacion querúrgica, que consiste en sericordiam, indulgeat tibi Deus quidquid per |friccionar metódicamente y con una cantidad visum aut odoratum, gustum, tactum, audi-dada de pomada ó ungüento mercurial, una tum deliquisti: «Por esta santa uncion, y por su piadosisima misericordia, te perdone Dios todos los pecados que hayas cometido por la vista, por el olfato, por el gusto, por el tacto y por el oido.»

A los que se bautizan solo se les unge en la cabeza; á los que se ordenan solo se unge en las manos; á los que se consagran se unge en la cabeza y en las manos.

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parte mas o menos estensa de la economía ó bien á todo el cuerpo para que absorbiendo inmediatamente produzca un efecto terapéutico: este medicamento es el mercurio por lo comun en pomada. Los antiguos tenian al mercurio como sustancia muy peligrosa, por lo que no lo usaban en medicina; los árabes fueron los que primero se valieron de él para el tratamiento esterno de las enfermedades cuConcluiremos este artículo con las elocuen- | táneas y contra los insectos que nacen en la tes palabras de un escritor de este siglo al ha- | piel; temian, sin embargo, sus efectos, pues blar de la estrema-uncion. Dice asi. A la vista que únicamente ponian de una cuadragésima del sepulcro, pórtico silencioso del otro mun-á una décima parte del mismo en los ungüendo, es cuando el cristianismo manifiesta toda tos de que la hacian formar parte, mezclánsu sublimidad. La mayor parte de los cultos dose con el aceite de laurel, la sal, los prepaantiguos consagraron las cenizas de los muer-rados de plomo, el eleboro, etc., todas sustos, pero no pensaron en preparar el alma pa-tancias irritantes y que aun cuando las destira aquellas riberas desconocidas de donde nun-naban, para moderar la accion del mismo, no ca se vuelve. Llegaos ahora y vereis el mas por esto podian dejar de obrar con mucha hermoso espectáculo que puede presentar la actividad los ungüentos que resultaban. Los tierra; llegaos y vereis morir al cristiano. Es- efectos obtenidos por los médicos árabes juste no es ya el hombre del mundo, no es ya el tificaban el buen efecto confirmado tambien individuo de su pais, cesaron ya para él todas por la esperiencia de los preparados alcalinos las relaciones que tenia con la sociedad. Se y los baños sulfurosos que en el dia se usan acabó ya para él el cómputo del tiempo; ya en las enfermedades crónicas del sistema derno tiene otra fecha que la grande era de la moideo. Hácia fines del siglo XV, en 1493, eternidad. Un sacerdote sentado á su cabecera con motivo de la tan grave y rebelde epidele consuela. Este ministro santo trata con el mia que reinó en Nápoles, y en razon de la moribundo acerca de la inmortalidad del alma, analogia que tenian algunos de sus síntomas y aquella sublime escena, que la antigüedad con los de las afecciones leprosas, contra las no presentó mas que una vez en la muerte del cuales los árabes habian usado con provecho primero de los filósofos, se renueva diaria- ungüentos en que entraba dicho metal, los mente en la humilde cama del mas infimo cris- médicos se vieron conducidos á usarle en ella. tiano que va á espirar. Se acerca, en fin, el Despues de haber sido mirada la referida epiúltimo momento; y asi como un sacramento demia de Nápoles, bajo diversos puntos de abrió á este justo las puertas del mundo, asi vista, la mayor parte de los médicos la contambien las va á cerrar otro; la religion se ha sideran de naturaleza venérea, de donde procomplacido en mecerle en la cuna de la vida; cede el nombre de mal napolitano, dado á la sus hermosos cánticos y su mano maternal le sífilis; y habiéndose seguido administrando en adormecerán tambien en la cuna de la muerte. ella el mercurio que al principio solo se haLa religion misma preparó igualmente el bau- bia usado en forma de ungüento, por la anatismo de este segundo nacimiento, para el cual logia que se supuso tenia esta enfermedad no hace uso del agua, y si del aceite, emble-con la lepra; cuando ya fué tenida la misma ma de la incorruptibilidad celestial. El sacramento libertador rompe poco a poco los lazos del cristianismo, y su alma, casi separada del cuerpo, está como visible en su rostro. Ya es cucha los conciertos de los serafines; ya se halla dispuesta á volar lejos del mundo, hácia aquellas regiones á que la convida esta

por de carácter venéreo, fué colocado el mercurio á la cabeza de los antivenéreos. Mas para esto no hubo ninguna razon fundada, porque la enfermedad de Nápoles debia como todas las epidemias, irse debilitando por grados, aunque sin que para esto contribuyese en nada el mercurio; pero lo que mas ponia

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dios la curacion, y sin embargo, no se crea fuesen muchos los que se curasen, pues que á penas se curaba uno por ciento, y aun este muy a menudo volvia á recaer á los pocos dias. Administrado este tratamiento por cirujanos ignorantes, ó bien por hombres que nada entendian en medicina, le hacia mas peligroso: era bastante preocupado el público y tímidos los médicos, para dejar emprender a aquellos cuanto quisiesen; á tanto llegaban las cosas, que

en duda la virtud del mismo, era la curacion | mauaba una baba infecta que impurificaba de dicha enfermedad, que muchas veces se cuanto tocaba; estos tenian las encias hinchaobtenia con el simple uso de los sudorificos y das, los dientes cimbreando y ulceradas la lende los purgantes. Una vez considerado este gua, el paladar y la garganta: tan cruel era este metal como el mejor antivenéreo, ya no hubo modo de curar el venéreo, que muchos prefereparo en aumentar la dosis; en lugar de usar-rian la muerte al procurar por semejantes mele como los árabes mezclado con otras sustancias, de cuya mezcla no hacia mas que muy pequeña parte, llegó á constituir la base de los ungüentos antisifliticos; y asi fué como vino á prepararse el ungüento, conocido todavía actualmente con el nombre de napolitano, el cual se compone de partes iguales de enjundia y de mercurio. Desde la epidemia de Nápoles, que ocurrió mas de trescientos años atrás, no ha parado el uso de este medicamento contra la sifilis, á pesar de los mu-los enfermos no podian valerse de sus dienchos y graves accidentes que ha ocasionado, tes; como su boca no era sino una estensa úllos que por una incomprensible ceguedad has- cera y se hallaba debilitado su estómago, à ta últimos del pasado siglo, se tuvieron por pesar de conservar el apetito y hallarse atornaturales resultados de la enfermedad. Admi- mentados por una sed intolerable, no podian nistrose al principio est metal, sin regla ni resolverse á tomar ninguna bebida. Veíanse método, usáronle, sin embargo, con alguna muchos acometidos de vértigos, algunos de precaucion algunos médicos ilustrados y pru- mania y otros de temblor en las manos, en dentes, pero muchos charlatanes le prescri- los pics y en todo el cuerpo, espuestos á una bieron desmedidamente y sin discernimiento, tartamndez las mas veces incurable, muchos por lo que su uso fué mucho mas arriesgado. se morian en el medio de su tratamiento; tres Agravábanse los síntomas esenciales de la en- aldeanos que habian sido encerrados por uno fermedad, siguiéndose á esto todos los acci- de esos empiricos, en una estufa muy caliendentes que ocasiona este medicamento. El ca- te, en la que tuvieron la paciencia de permaballero Ulrich de Hutten, fué víctima de la no- necer, con la esperanza de curarse, murieron table confianza y abuso que se hacia del mer- miserablemente por la violencia del calor que curio para la curacion de la sífilis por algunos fué consumiéndolos poco a poco. Les sofocaba médicos que ignoraban el modo de usarle y á los mas la hinchazon de la garganta y suhasta sus mismas virtudes: sabido es que este cumbian otros á una dificultad de orinar; muy escritor. que sostuvo la reforma de Lutero, pocos fueron los que se curaron y aun estos sufrió en nueve años once tratamientos mer- corrieron los riesgos, los padecimientos y los curiales; y que finalmente, solo al guayaco males que acabo de indicar.» Tan funestos redebió la radical curacion de los exostosis, sultados debian conducir á los médicos á vapustulas, úlceras corrosivas, caries profundas, riar el método de administracion del mercudolores y marasmo. He aqui una relacion rio. Berenguer de Carpi, médico de Roma, sudel mismo Ulrich de Hutten que puede dar jetó el uso de las fricciones à un método uniupa idea del singular modo de usar en su forme: mas esto no fué menos arriesgado, pues tiempo el mercurio y de los efectos que pro- que tampoco dejaron de manifestarse los acducia. «Muchos médicos con un linimento cidentes producidos por dicha sustancia, de compuesto de mercurio y de varias drogas modo que este médico fué desterrado de Rohacian fricciones en las coyunturas de los ma, aunque habiendo ganado cuarenta mil brazos y piernas, en la espina dorsal y en el escudos romanos antes: verdad es que la escuello; muchos otros en las sienes y en el periencia habia ilustrado tan poco el trataombligo y hasta en todo el cuerpo; en algu-miento de la sifilis, que pasados mas de treinnos enfermos no las hacian mas que una vez al dia, en otros dos y en algunos una cada tres ó cuatro dias, por espacio de veinte, treinta ó mas dias, los tenian encerrados en una estufa, en la cual el intenso calor mantenido de coutínuo, les hacia sudar copiosamente. Yo, despues de la segunda friccion, dice Hutten, caí en suma languidez: el ungüento obraba con tanta fuerza, que el mal desde la superficie del cuerpo eu que se hallaba, fué arrojado al estómago, subió al cerebro y ocasionó tan abundante salivacion, que à no haber tenido la precaucion de suspender el remedio, me iba á quedar sin dientes. Vi algunos de los que

ta años, se seguian todavía los mismos medios, los cuales, segun Fernelio, que vivia en esta época, inspiraban casi tanto terror como el misino mal para cuya curacion se administraban: hablando este último médico del tratamiento mercurial, reprodujo á corta diferencia, las mismas observaciones que habia hecho y prescrito en su tiempo Felix Hutten. A pesar del horroroso cuadro que trazan Hutteu y Fernelio de los accidentes ocasionados por el mercurio, no por esto dejó de continuarse su uso, porque la mayor parte de los médicos, lejos de atribuirle à él los accidentes que ocasionaba, no veian en esto, como lle

litano preparado con una tercera parte de mercurio y dos de enjundia, empezando por la planta de los pies, y cubriendo luego sucesivamente todo el cuerpo, menos la parte anterior del tronco, empleando comunmente de seis á ocho onzas del mismo ungüento. He aqui el modo con que deben practicarse las fricciones segun Guinard, «la primera, decía este médico,

vo dicho, mas que los ordinarios de la sifilis; y perseverando en confiar en las propiedades del mercurio, en vez de regularizar su uso, procuraron averiguar, empiricamente el modo de administrarlo, pues era y es imposible desconocer las grandes ventajas que este verifica en la radical curacion de las enfermedades sifiliticas. Se han establecido dos métodos, el de salivacion y el de es-ha de estenderse desde la planta de los pies tincion. Se fundaba el primero como mas antiguo en la opinion de los médicos humoristas, quienes (con razon) admitian que el virus vené reo infectaba la masa general de los humores y creian purificarlos con una abundante secrecion de saliva. Al contrario, los partidarios del segundo querian oponerse á esta secrecion moderando la accion del mercurio y procurando retenerle dentro del cuerpo, y el tiempo suficiente para aniquilar ó destruir completamente la causa específica de la enfermedad; los sudorificos y los purgantes eran los medios generalmente usados para oponerse a la salivacion, la cual los partidarios del método de estincion consideran como una evacuacion harto abundante y peligrosa, sin tener al mismo tiempo el efecto curativo del medicamento. Hacia fines del último siglo todavía usaban la mayor parte de los médicos el método de la salivacion. Astruc, enya autoridad faé de tanto peso, dice que este es el mejor medio de atacar el virus venéreo; del mismo dictámen eran F. L. Petit, Huffelland y Fabre, quien a pesar de que admite, que era necesario modificar, segun las circunstancias, el tratamiento de la sifilis, sostiene tambien la conveniencia de la salivacion en la generalidad de los casos. El uso de este metal hasta la sa-go se vuelve á continuar el tratamiento.» Si livacion es comun tambien en nuestros dias, en muchos hospitales, pero nunca con la exageracion y temeridad antiguas; los médicos alemanes son los que mas se inclinan á estas doctrinas y dicen obtener resultados satisfactorios. La salivacion en el dia se corrigen fácil y prontamente por medio de los detergentes y cateréticos.

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inclusive, hasta enatro ó cinco traveses de dedo encima del tobillo: al tercer dia se hace la otra de la misma manera en el otro pie, la otra empieza en el lugar que acabó la primera y va hasta la rodilla: la cuarta se hace en toda la estension de la otra pierna, la quinta comienza debajo de la otra rodilla y se estiende hasta medio muslo, la sesta se hace de la misma manera en el otro lado, siendo un poco mas estendidas la sétima y octava: no es fuera del caso, por poca alteracion que se note en la boca, el descansar dos dias, poniendo tambien otro par de ellos entre una y otra; ambas deben hacerse en todo el muslo hasta las inglés y debajo de las nalgas: la décima sube hasta cosa de la mitad de la espina, la un décima hasta la nuca y la duodecima y decima-tercia se hacen en los brazos.» «Si en el curso del tratamiento, dice Goulard, sobrevinicse algun accidente como la hinchazon de las glándulas de la boca ó de sus inmediaciones, úlceras en la lengua, paladar, encías; amigdalas, campanilla, etc., diarrea, calentura, ó cualquier otro sintoma de esta especie, hacemos salir á los enfermos de las salas en que se hacen las fricciones, se les muda á veces la camisa y las sábanas, se les purga, se les baña, etc., y lue

bien el objeto de este método era precaver la salivacion, con todo no todas las veces se lograba y sobrevenia indudablemente siempre que se presentaban los síntomas de que habla Goulard; y como está reconocido que á veces no bastan para precaverla los medios que sc usan cuando ya esta desarrollada, sucedia necesariamente que muchos la padecian mas ó menos tiempo. Pero no pertenece á Micoineau, como se dice, el método de Montpeller, antes de él era conocido y practicado; el método por estincion, es segun Mr. Jourdan, el mas antiguo de todos pues se hallaba ya indicado, en Teodorico, Benedetti, Almenor, Hock

El método de estincion que despues tomó el nombre de Montpeller, cuyo titulo indica que fué admitido por los primeros prácticos de dicha ciudad, como lo fné efectivamente en especial por Guinard, Hagnenot y Gonlard. Dicho método de Montpeller para valernos de las espresiones de aquella época, consistia en ha-y Massa, quienes hacian tomar las fricciones cer rodar mucho tiempo el mercurio por el alternadas con los baños y los purgantes, para cuerpo, apartando de este modo todo lo que evitar, segun decia el último, que se inflamacontribuyese á espelerle demasiado pronto, sen las partes internas y se comunicase la inpor esto se ponia mucho cuidado en precaver flamacion à la boca y las encias; sin embargo, la salivacion y la diarrea, para que estas eva- los partidarios de este método habian caido en cnaciones no se opusiesen á la curacion: pre- el estremo contrario.de evitar con escesivo parábase el enfermo que habia de sufrir el tra- miedo todas las evacuaciones, que habria potamiento con muchos baños y un régimen re- dido ocasionar el mercurio, suspendiéndole frescante, pasábase despues á hacer las fric-inmediatamente que habian aparecido los sínciones, cuyo número habia de ser ordinaria- tomas mercuriales; resultando de aqui fremente de trece, que se daban en unos treinta cuentes recidivas y curaciones incompletas, ó cuarenta dias. Servianse del ungüento napo- ! que desacreditaron poco a poco este método y

tica, ó los del estado que tiene comunmente el nombre de consuncion que puede terminar en la muerte. Entonces si el enfermo habia tenido úlceras en cualquier parte de su cuerpo, sucede à menudo, que por mas que estén completamente curadas desde mucho tiempo, se destruyen sin ninguna causa esterna las cicatrices, tomando las nuevas úlceras el aspecto sórdido, ó presentando todos los caractéres de las calenturas hospitalarias.» Parece está bien averiguado que en ciertas ocasiones pequeñas dosis de mercurio producen en algunos sugetos inmediatamente la salivacion, que en otros no se observa con dosis mucho mayores. ¿Mas cómo se esplica esto? Si se supusiese que por la simpatia entre el estómago y las partes irritadas, podria con razon preguntarse, porque no la producen las demas sustancias mas irritantes, introducidas en la misma entraña: y si es cierto que los mismos efectos puede ocasio

todo cuidado, el mercurio introducido por la superficie cutánea, nos hallaremos naturalmente inclinados à creer, que dicho metal produce una irritacion específica y que es probable que en casos análogos á los citados la reaccion no se verifica sino por medio de su efecto simpático, de la sensibilidad del sistema absorbente, y sin llegar á circular el referido metal por la masa de los humores. La salivacion se mira ya desde ha mucho tiempo y con justicia, mas bien como un inconveniente que como cosa necesaria para los buenos efectos

dieron la preponderancia á su rival, y estaba casi olvidado cuando lo preconizó Micoineau; defendióle tambien en 1797 Hagncuot y aumentándose siempre progresivamente el número de sus partidarios, llegó á derribar á su vez el método que antes le habia eclipsado y quedó dominante esclusivamente.» Por este pasage de la obra de Jourdan podria creerse que este considera al mercurio como un medicamento que puede convenir muchas veces contra la sífilis, y que se obtendrian buenos efectos en la generalidad, si se continuase admitiéndole bastante tiempo y se temiesen menos las evacuaciones que puede producir. Pero se engañará el que esto pensare, porque el mismo autor dice positivamente en otra parte: «se ha tenido el mercurio como principal medio curativo, porque habiéndole considerado en cierta manera indispensable, no se ha hecho el debido caso de todos los demas y en segundo lugar porque sus propiedades tanto curati-nar la primera ó la segunda friccion, hecha con vas como morbíficas, no se han estudiado, pues unas veces cura y otras ocasiona enfermedades segun el modo mas o menos hábil y juicioso de administrarlo.» Cuando la escitacion ocasionada por el mercurio llega á esceder el grado de accion fisiológica propia del individuo que le usa, «pronto sobrevienen dice Jourdan, los mismos fenómenos que si se hubiese administrado en altas dosis; si los órganos digestivos se hallan muy irritables, aparece algunas veces cierta sensacion de calor y de debilidad en el estómago con pérdida del apetito, con epigastralgia, nauseas, vómitos y has-del tratamiento mercurial. Fabre solo lo erce ta cólicos y evacuaciones alvinas: otras no se observa mas que un estado febril, caracterizado por la fuerza, la plenitud y la dureza del pulso, el aumento de calor y la traspiracion cutánea, y en algunos tambien de la secrecion renal, la sed, el insomnio, la agitacion du- De dos modos se administra el mercurio rante la noche, gran susceptibilidad para todas en el tratamiento de las enfermedades sililitilas impresiones y la formacion de la costra cas; el uno que consiste en aplicarlos esteriorinflamatoria en la sangre sacada de las venas; mente, el cual constituye el método esterno ó dura algun tiempo este sacudimiento general, por absorcion, y el otro en que se adminisá veces va acompañado de congestiones san-tran al interior y se llama método interno ó guíneas en el sistema nervioso, cerebro-espi- por sugestion: del primero nos ocuparemos nal y en los órganos del pecho y el abdómen, principalmente, pues constituye el verdadero resultando la apoplegía, el temblor, las paráli-objeto de este artículo. sis, el esputo de sangre, la erupcion de los Ei mercurio del modo como lo produce la menstruos ó la aparicion de un flujo hemor- naturaleza, se conoce tambien con el nombre roidal. Si á pesar de estos accidentes se per- de azogue, y se añaden á veces á ambas desiste en la administracion del mercurio, so- nominaciones los epitetos de nativo, líquido brevienen todavía otros, siendo los mas nota-y crudo: nunca se ha usado bajo esta forma bles, la flogosis del canal alimenticio acompa- en las enfermedades venéreas, porque se creñada de tenesmo y deyecciones glutinosas y á yó que administrado asi no tendria virtud alveces sanguinolentas, de erupciones cutáneas guna contra ellas, por la sencilla razon de que y de lesiones de los tejidos fibroso y óseo; las no escitaba las glándulas salivales, lo cual paflegmasias pervierten la asimilacion y por con-recia mas probable, porque los ingleses para siguiente la nutricion: pierde la sangre parte preservarse de la gota y de los cálculos urinade su natural consistencia y el sugeto se en-rios, le usaban á principios del último siglo á flaquece ó se vuelve palido, hinchado, dismi- dósis de dos ó tres dracmas al dia, mezclado nuyendo en gran parte sus fuerzas musculares: con aceite, sin que les promoviese la salivaestallan súbitamente, para decirlo en una pala-cion ni otros accidentes. Sin embargo, ha debra, todos los síntomas de la diatesis escorbú-'mostrado Orfila que puede obrar como un ve

útil porque lo considera como medio depurativo. «Quisiera, decia, que el mercurio determinase siempre la crisis que ha de depurar la masa de la sangre, por medio de una via menos incomoda, aunque no menos elicaz.»

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