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incorpora con la manteca de cerdo ó con y trapecias se llaman cuadras ó redondas; ' cualquiera otra grasa análoga. las trapezoides cangrejas, y las triangulares Por fin, tienen uso como cateréricos algu-latinas, que son las tres denominaciones técnos zumos vegetales, como el de los higos verdes, el de la celidonia, el del limon, los polvos de sabina, de euforbia, de gengibre, etc., que los aplicamos para matar verrugas ú otras excrecencias, para fundir callosidades de los bordes de las úlceras, para destruir las fungosidades que presentan estas en su superficie, etc.; mas la accion de semejantes remedios es sumamente limitada.

nicas bajo que todas se conocen. Tambien se dicen velas de cruz las cuadras o redondas, y velas de cuchillo ó cuchilla las cangrejas y latinas; debiendo entenderse que los calificativos de cuadra y redonda que convienen á las primeras, aunque parecen repugnantes ó contradictorios, son relativos diciéndose la vela cuadra, por su figura, y redonda porque se marea y bracea por redondo.

Tambien se cuentan entre las velas de cuchillo, las llamadas en general velas de estai y los foques; aquellas son asimismo de la especie de las trapezoides y adquiere cada una el titulo de su respectivo palo ó mastelero, á escepcion de la denominada volante.

Escaróticos. Llámanse escaróticos aque- Ademas de estas clasificaciones genéricas llos medicamentos que roen con prontitud toman algunas otra denominacion particular ó nuestros tejidos, los desorganizan y destruyen, peculiar segun el modo con que, sin salir de convirtiéndolos en escara. Entendemos por es- su respectiva especie, se aparejan ó preparan cara una concha ó película inorgánica adheri- al viento, como la tarquina, la guaira ó de da á las partes vivas, resultante de la destruc-guairo, la mistica, la de abanico, la llamada cion de los vasos y demas partes sólidas que vela al tercio, etc. hau formado cuerpo continuo con los liquidos. Es tan rápida la destruccion que producen eslos medicamentos, que en el mismo momento de su aplicacion sustraen del imperio de la vitalidad a las partes con que se ponen en contacto, y todas las moléculas mortificadas ya no son mas que un cuerpo estraño, cuya separacion incita su misma presencia, juntamente con el estimulo que ha dejado en las Dar, hacer, marear, largar vela, es aupartes contiguas la accion del caustico. Y al mentar el número de las que se llevan largas, paso que los cateréricos no producen comun- y dar la vela, hacerse á la vela es levarmente desorganizacion sensible sobre la piel se de cualquier fondeadero y ponerse á navesana, no asi los escaróticos que destruyen ygar, en cuyo caso se dice igualmente ponerse mortifican indistintamente cualquiera parte con la que permanezcan en contacto. Los escaróticos à que ordinariamente se recurre son los siguientes:

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Tomando la parte por el todo se entiende por vela la nave misma.

á la vela, y aun significa lo mismo á veces el hacer vela, como lo denota la frase usual de hacer vela para tal parte.

Cantar vela: anunciar la vista de alguna embarcacion el vigía de topes ó el que la descubre primero gritando ¡vela!

Navegar á toda vela: llevar largas cuantas tiene el buque ó permite la posicion en que navega con vientos manejables.

Dice. Maril. Esp.

Las velas en su origen se han hecho de diversas formas con diferentes especies de te

Por fin, los ácidos minerales, como el sul-jidos y aun de materias, y en la antigüedad se fúrico ó aceite de vitriolo, el nítrico ó agua usaban igualmente redondas, cuadradas, larfuerte, el muriático, etc, son todos cáusti- gas y triangulares. Los egipcios las hacian de cos poderosos, y se aplican como la manteca papirus, los bretones del tiempo de César de antimonio cou una paja, hisopo, planchue- de cuero y se han hecho de telas de seda, la ó lechino empapados en tales liquidos. Si de algodon, de cáñamo, de juncos entrelazapor casualidad produjeran un efecto demasiados, etc. Tambien solian usarse velas de dido vivo, no hay mas que echar agua en abundancia sobre la parte que disolviendo mas y mas el cáustico, aniquila su fuerza.

ferentes colores; las de los piratas, por ejemplo, eran de color del agua del mar.

VELACHERO. (Marina.) Barco pequeño de VELA. (Marina.) Conjunto ó reunion por cabotage, con dos palos, el uno á proa con costura de varios pedazos de lona, loneta, co-aparejo de polacra, y el otro en el centro con tonía ó vitre, que unido á su respectiva verga palo ó estai, y desplegada al viento, da impulso á la embarcacion para navegar. Las velas son, ó cuadriláteras ó triangulares: las primeras se subdividen en cuadrilongas, trapecias simétricas y trapezoides. Las cuadrilongas

vela latina, y en la popa lleva un baticulo, que es una especie de mesana chica ó cangreja que usan los faluchos y otras embarcaciones latinas

VELACION. (Derecho canónico.) Viene esta palabra de la latina velare, (cubrir con un ve

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lo), y significa la bendicion nupcial que deben | recibir los desposados, segun las leyes de la Iglesia. Entre las ceremonias que prescribe el ritual eclesiástico para la bendicion nupcial, es una el cubrir la cabeza de la esposa y los hombros del esposo con una banda ó cinta como señal ó símbolo de la union ó vínculo del matrimonio. No se confiere en todos los tiempos del año la bendicion nupcial, pues se suspenden las velaciones desde el principio del Adviento hasta la Epifanía, y desde el dia de Ceniza hasta la octava de Pascua inclusive, porque estas épocas están destinadas por la Iglesia para la penitencia y la oracion.

La velacion no es esencial en el matrimonio, el cual puede contraerse en las épocas en que están cerradas las velaciones, y hacerse estas despues. En lo antiguo no se entregaba la novia al marido sino despues de haberse velado.

sobre los escuadrones enemigos y lanzan uno tras otro sus dardos con vigor. La novedad de esta táctica y la sorpresa fueron la causa principal del terror del enemigo. La caballería romana se precipitó sobre los capuenses y cartagineses, llenos de espanto, é hizo en ellos horrible carnicería.» Desde entonces el poder romano tuvo tambien la superioridad por su caballería, y los vélites quedaron incorpora. dos á las legiones; pero dejaron de formar parte de ellas en la época en que el dictador Mario hizo algunas reformas en la constitucion del ejército, y aun parece que fueron suprimidos, y que su servicio, el de vanguar dia y de tiradores, se encomendó á soldados mercenarios, isleños de las Baleares, cretenses ó tracios. Lo cierto es que el nombre de vélites desaparece de la historia y no vuelve á figurar en ella, aunque con nuevo brillo, hasta la formacion de la guardia imperial en Francia, despues del advenimiento de Napoleon. Por decreto de 29 de julio de 1803 se agregó un batallon de vélites á cada uno de los dos regimientos de granaderos y cazadores. En 1805 se crearon nuevos cuerpos, en

batallones de vélites de á pie, que al año siguiente formaron un regimiento. En 1807 se organizó un batallon de vélites de Florencia y otro de vélites de Turin, que se incorporó en la nueva guardia; si bien los primeros vélites quedaron en la antigua. Por lo demas, todos contribuyeron eficazmente à la celebridad de aquella guardia imperial, de inmortal memoria en los fastos del ejército.

VELLON. (Numismática. Dióse el nombre de moneda de vellon por la vez primera á la de cobre que en tiempo de los reyes Católicos se mandó labrar, despues de abolidas todas las monedas antiguas, que habian introducido suma confusion por su variedad.

VÉLITES. Los vélites eran en la milicia romana en tiempo de la república y antes de la dictadura de Mario, tropas ligeras, irregulares al principio, y luego regulares, cuando tomaron rango en la organizacion de las legiones. Tito Livio (1. XXXVIII, cap. 21) nos los pre-tre otros, los vélites á caballo, y dos nuevos senta marchando á pocos pasos delante de las enseñas, ante signa modico intervallo vélites eunt. Llevan, nos dice, en la mano izquierda un escudo de tres pies, en la derecha dardos que lanzan desde lejos y en la cintura una espada, y si necesitan pelear cuerpo á cuerpo, pasan sus dardos á la mano izquierda y cogen la espada.». Su nombre no proviene, como han querido los etimologistas, de volites (a volando), que se traduciria por volantes, sino que se les dió porque peleaban bajo los estandartes, ante signa, sub velis ó vexilis, no bajo las águilas de las legiones. En efecto, aun cuando fueron incorporados en las legiones, se separaban de ellas para combatir sobre su frente ó sobre sus alas, como los tiradores, En efecto, desde la época en que las mopero con sus enseñas, signa ant vela. Ellos nedas españolas recibieron el nombre de moeran los que empeñaban los combates en las raptanos, morablinos, morabetinos, morbis, vanguardias por medio de escaramuzas que maravedis, segun algunos por haberlos inlos romanos llamaban velitatio. Durante la ac- troducido los Almoravides y segun otros por cion no tenian puesto fijo, unas veces á van- ser el dinero cogido á los moros en las bataguardia, otras á retaguardia, y otras tambien | llas, (de moro y botin), desde aquella época, en las filas y en línea. Una parte de los véli- decimos, fueron tantas y tan distintas las pietes se unió á los soldados de las primeras fi-zas acuñadas en España hasta los reyes Católas, y el resto se mantuvo, detrás,» nos dice su historiador Tito Livio, el cual nos mani fiesta en el lib. XXVI, cap. IV, en qué ocasion pelearon por primera vez con la caballería Los godos habian adoptado la moneda romontados á la grupa y se incorporaron á las mana, á la cual sustituyeron despues de la legiones, cuya ocasion fué el sitio de Cápua, conquista de Toledo el talento, las libras y ondefendida por el ejército de Anibal. «Se eligie-zas de oro, los sueldos, los tremesis y dineros. ron los vélites mas vigorosos y ligeros. Cada | El talento equivalia á 62 libras, la libra tenia soldado de caballería recibió á la grupa á un 12 onzas de oro y el sueldo era la sesta parte vélite y le acostumbraron á sostenerse bien y de la onza. Llamábase sextula, solidum, nuecharse á tierra á la primera señal. Cuando misma, aureo; siendo buenos los sueldos se llegan á tiro y á una órden dada, los vélites denominaban pesantes, bonos, directos y he echan pie a tierra, y convertidos repentina-chureros. Cada sueldo de oro equivalia á 24 mente en infantes de ginetes que eran, caen I de plata,

licos, que todavía no puede asegurarse si están bien deslindados y reconocidos sus valores.

madas cruzados. 3.o A cada marco de plata se mezclaron 15 de cobre y se sacar on de cada marco 250 piezas llamadas coronas. Esta diversidad de monedas conocidas y confundida s por el vulgo con el nombre de maravedis fué causa de estraordinaria confusion, aumentada por los reyes posteriores.

Habia tambien pesantes de plata, de los cuales por los años de 731 se obligó el rey moro de Murcia á pagar 2,000 al de Baeza en tributo. Segun Abulcain los 2,000 valian 60 maravedis, debiendo tenerse presente que el maravedi era entonces lo mismo que sueldo. La mitad del sueldo de oro se llamaba semissis; la tercera parte del sueldo se llamaba Don Juan 1 labró las blancas ó blancos, que tremesis, moneda de la cual se conservan al- despues se llamaron blancas viejas, equivagunos ejemplares del peso de 31 granos y lentes á 10 dineros, pero eran de tan baja ley, medio, á la ley de 23 quilates y 3 tres granos. que las cortes de Burgos y Bribiesca tuvieron El sueldo de plata tenia 24 siliquas. Cono-que fijar su valor en 6 dineros, y solo corrieciase el denario, mopeda efectiva de 18 sili-ron como de 5. quas, que valia 10 numos ó dineros de cobre. El mismo rey labró los agnus Dei, moneda Tambien vemos dado al tremesi el nombre que llevaba el cordero de San Juan en el anverde meaya de oro. so y la cifra I en el reverso. Valia un noven, y por edicto de 1391 se mandó recibir por un cornado de los viejos.

Hubo el maravedi de oro alfonsí, que equivalía á 4 onzas de plata y duró hasta los tiempos de los reyes Católicos.

En 1157, don Fernando II mandó labrar los sueldos leoneses, mitad de los de plata.

Enrique III quiso reformar la moneda y dispuso la acuñacion de blancas y reales de plata de buena ley, con 3 maravedis de valor En 1222, San Fernando labró los sueldos estos últimos y 5 dineros con medio maravedi pepiones, 15 de los cuales valian un maravedí las primeras. Se dividió el marco de plata á la de oro. En la misma época el sueldo de oro ley de 11 dineros y 4 granos en 2250 maraalfonsi se dividia en 10 mitgales o metales.vedises llamados de plata, y se hicieron cuar. Don Alonso el Sabio en 1252 introdujo el tillos de 8 maravedises y 1/, de plata. sueldo burgalés, del cual entraban 90 en ma- Era la vez primera que aparecia esa fracravedí de oro. En 1258 comenzaron los suel-cion de 8 1/,, tipo que despues ha sido de dos llamados comunes, de los cuales entraban la moneda española durante varios siglos. 75 en maravedi de oro. Entiéndase que el maravedi de oro equivale à sueldo de oro.

Los cuartillos de don Enrique III eran de cobre y parte de plata, en la siguiente proporHubo maravedis novenes, 60 de los cuales cion: 6 onzas, 3 ochavas, 3 tomines y 2 gracomponian un maravedí ó sueldo de oro. Tam-nos de cobre con una onza, 4 ochavas, 2 tobien se conocian maravedises prietos, de los mines y 10 granos de plata fina por cada cuales entraban 18 en el sueldo de oro. Cada marco. 15 sueldos burgaleses equivalian á un maravedi blanco burgalés.

Los novenes en 1281 se dividian en 10 dineros, y cada 10 novenes valian un maravedi burgalés; cada 4 equivalian al maravedí prieto; cada 60 al de oro. Llamáronse despues moneda blanca de 10 dineros y en 1387 recibian la denominacion de moneda corriente hasta que comenzando á decaer su uso se llamaban ya viejos en 1390.

Don Juan II hizo labrar blancas y Enrique IV florines. Conocióse tambien entonces el maravedi enriqueño que no era otra cosa que el cuartillo de 8 maravedises y 1/, de plata.

En las cortes de Madrigal, por los años 1476 los reyes Católicos mandaron acuñar moneda de oro, con el nombre de águilas, coronas, castellanos y se fijó el valor del maravedi.

En 13 de junio de 1497 se dió la pragmática de Medina del Campo suprimiendo toda la moneda antigua y se mandó labrar moneda de

Los reyes posteriores á don Alonso el Sabio alteraron mucho la moneda, labrando pie-vellon. zas de talla y ley inferiores que se llamaron cornados y blancas. Don Sancho IV, en 1286, labró los coronados de cobre con un castillo y un leon; valia un dinero antiguo. En tiempo de don Fernando IV se acuñaron novenes y cornados, de los cuales 8 equivalian á un maravedi noven. Tambien los labró don Alonso XI en 1333.

Para el arreglo se debia mezclar con cada marco de cobre 7 granos de plata, á la ley de 11 dineros y 4 granos, sacando de él 192 piezas que se llamaron blancas de medio maravedi. Cada 68 de estas piezas ó sean 34 maravedises compusieron el real de plata.

El marco de plata se fijó en 2210 maravedises, de modo que constaba de 65 reales de plata.

En 1368, don Enrique II estableció una fábrica de moneda y labró sesenes iguales á 6 El número 34 ó sean 8 1/, para la unidad dineros; introdujo el real de plata á la ley de de moneda introducido para el cuartillo por 11 dineros, y dictó disposiciones para moneda don Enrique III, fué definitivamente adoptado de baja ley que fué de tres clases, á saber: por los reyes Católicos y desde entonces hasta 1. A cada marco de plata se ligaron 3 de co-la última reforma del sistema monetario ha bre y se sacaron 70 piezas que valian 3 ma-prevalecido, dividiéndose mas tarde el real llaravedises, 2. A cada marco de plata se liga-mado de vellon en 34 maravedises, que venian ron 7 de cobre y se labraron 120 piezas lla á ser con corta diferencia de igual valor que

En el templo de Jerusalen habia un velo de una tela preciosa, colgado de dos colum nas, que separaba el santuario ó el Santo de los Santos, donde estaba el Arca de la Alian

mente el Santo. Tambien servia para separar el arca y el altar en que se quemaban los perfumes. Este velo fué el que se rasgó de arriba abajo, cuando murió Jesucristo, circunstancia que pareció, muy notable á los padres de la Iglesia, y con lo cual dijeron que manifestaba Dios no querer habitar en aquel santuario, debiendo ser destruido no mucho despues el edificio y reemplazando al culto que habia recibido en él otro mas puro.

las blancas de los reyes Católicos llamadas desde un principio moneda de vellon, y de las cuales corren aun algunas hoy dia entre la calderilla. VELO. (Historia eclesiástica.) Pieza de ga-za, de lo demas del pavimento llamado meraza ó de otra tela ligera con que se cubre la cabeza y una parte de la cara en ciertas ceremonias religiosas. Fué costumbre muy general entre los pueblos antiguos la de cubrirse los sacrificadores la cabeza con la falda de su vestidura, mientras ejercian sus funciones, lo cual tenia por objeto evitar que sus miradas pudieran dirigirse á un lado ó á otro. Cornelio Alapide y otros escritores observaron que los sacerdotes judíos no oraban ni sacrificaban con la cabeza descubierta ni en el tabernáculo, ni en el templo, sino que se la cubrian con una tiara que al mismo tiempo era un ornamento. En los tiempos modernos; el patriarca de VENAS. (Anatomía. Las venas mandan al los nestorianos y el de Alejandría ofician con corazon la sangre que reciben de las estremila cabeza cubierta, asi como los monges de dades arteriales, y en los animales vertebra, San Antonio, los coftos, los abisinios y los si- dos que tienen un sistema linfático, el humor rios maronitas. En el Oriente, donde no es que los numerosos vasos de este sistema van costumbre descubrirse la cabeza, no es de es-á tomar de todos los puntos del organismo. trañar que lo mismo se observe en las ceremonias religiosas; pero en el Occidente, donde el descubrirse delante de una persona se tiene y ha tenido por señal de respeto, no podia admitirse parecer bien que los sacerdotes ejerciesca sus funciones, cubierta la cabeza.

VENADO. (Historia natural.) Nombre con que se designa vulgarmente el ciervo comun (cervus elaphus, de Lin.)

En los seres que carecen de este sistema las venas reciben inmediatamente de los intestinos el quilo que en ellos se forma, y se apoderan en todas las demas partes del cuerpo de los resíduos de la nutricion.

Las venas son canales análogos á las arterias, de las cuales difieren, sin embargo, bajo muchos conceptos.

Sus paredes, generalmente delgadas y semitrasparentes, mas gruesas, sin embargo, á proporcion en las pequeñas venas que en las grandes, se deprimen cuando se las corta al través; son mucho mas estensibles que las de las arterias y su densidad es mucho mas con

En cuanto á lo general de los fieles prescribió San Pablo que los hombres orasen con la cara descubierta y que las mugeres por el contrario se cubriesen con un velo, mientras estuviesen en el templo. En Africa, en tiempo de Tertuliano, las mugeres no iban á la iglesia sino tapadas, escepto las doncellas, privilegio cou que se pretendia honrar la virginidad; pero á el cual se opusieron Tertuliano y Clemensiderable. No se hallan rodeadas como estas te de Alejandría. En Francia hay provincias donde ha sido costumbre de las mugeres casadas ir á la iglesia con un velo negro y de las doncellas llevar un velo blanco.

El velo es una señal distintiva del estado monástico en las mugeres, y la costumbre de darlo en señal de su consagracion se remonta hasta el siglo IV. Y aun hay quien sostenga que la recepcion del velo fué siempre una ceremonia de la profesion religion y que ninguna virgen era revestida de él sino en el momento de pronunciar sus votos.

En cuanto á la edad que se exigia para que las jóvenes pudiesen tomar el velo, hubo no poca variedad, segun los siglos. A principios del XII exhortaba San Rego, abad de Cluni, á sus sucesores, á que no admitiesen en la abadia de Marcigny muger alguna que no tuviese veinte años. En el reinado de Felipe el Largo es de creer que se diera el velo á las jóvenes á la edad de diez y ocho años, si se atiende á una carta que se conserva del año 1317; pero no quedaban sujetas irrevocablemente á la vida monástica, mientras no recibian la bendicion solemne, lo cual se hacia despues.

últimas de plexos nérveos, compuestos de muchisimos y apretados filetes; pero el corto número de nervios, que al parecer le pertenecen, siguen, en su mayor parte, su propia direccion. Sus vasos sanguíneos son tambien menos evidentes, si bien la inflamacion que á veces les afecta, demuestra patentemente su existencia.

Ademas la vaina celulosa que las envuelve en la mayor parte de los órganos ó de las regiones, consta apenas mas que de dos membranas distintas, una esterna y otra interna.

Su túnica esterna tiene sus fibras entrelazadas irregularmente, muy finas, sin aspecto tendinoso y forma un tejido muy compacto como el de la membrana interna. Tirando con fuerza de estas túnicas, se ve que se desarrcIla este tejido en ambas como un fieltro compuesto de largos filamentos sedosos. Mejor que en el hombre puede hacerse esta observacion con las paredes de la vena axilar del elefante. La membrana interna de las venas adhiere intimamente á la esterna.

Apenas mas que en los troncos mayores venosos, en las venas cavas de los grandes ma

míferos, y en general en todos los vasos pró-, rifica en todas las partes del cuerpo donde ximos al corazon, se ven fibras de aspecto reciben la sangre de las arterias. De ahí los musculoso, estensibles, resistentes, únicos numerosos ramúculos venosos que se reunen vestigios de una túnica media que sea fácil descubrir en las paredes de las venas.

No con igual facilidad se distinguen estas fibras en las paredes de las venas cavas de las aves, pues solo puede observárselas en las aves de colosales dimensiones. Con efecto, en el avestruz se pueden distinguir muchísimas en toda la estension de la vena cava posterior desapareciendo bruscamente delante de los riñones.

La túnica interna es muy delgada, muy estensible como la externa, lisa en su cara libre, que forma la pared interna de las venas. En su textura se notan muchísimas relaciones con la de las membranas serosas. Es la mas interesante de las túnicas, puesto que los cana- | les venosos de los huesos, los senos venosos del cerebro, etc., la presentan como todas las venas, al paso que la túnica esterna se halla reemplazada en los primeros por la dura madre; y en los huesos por el tejido propio de estas partes neuro-esquelóticas.

Los senos cerebrales, los ázigos y la venaoftálmica se ven separadas de las arterias y constituyen por lo tanto una escepcion como las venas superficiales de los miembros, á es. ta asociacion de las arterias y de las venas principales.

en ramos mayores, y asi sucesivamente hasta que forman ramas, y luego los principales troucos cuyo número varía en las diferentes clases de animales, como el de los troncos arteriales, pero que van siempre à terminar al corazon. Son mayores y mas numerosas que las arterias, se anastomosan con mas frecuencia, forman hasta asas á la manera de los vasos linfáticos, y donde quiera redes ó plexos bastante considerables; su distribucion es mucho menos regular que la de los vasos precedentes, y menos comparable á las ramificaciones de un árbol. No aumentan con tanta regularidad como disminuyen las arterias, y asi no es raro encontrar ramos de diámetro mayor que el de dos ramas reunidas. Las venas de las visceras siguen su curso al lado de las arterias; las de los miembros se dividen en superficiales y profundas, encontrándose situadas las primeras debajo de la piel, al paso que las venas profundas se encuentran metidas á mayor profundidad al lado de las arterias princiLa túnica interna forma en muchisimas ve-pales cuya direccion siguen en la mayor parte nas varios repliegues semi-lunares fijos á las de los casos. paredes de estos por su borde convexo, teniendo vuelto bácia el corazon su borde libre. Estos repliegues sirven de válvulas aplicándo se á las paredes de las venas para dejar paso á la sangre que va al corazon, y levantándose para obstruir, en parte ó en totalidad, su canal, cuando dicho flúido toma una direccion opuesta. Las válvulas acaban por distinguir de las arterias la mayor parte de las venas. Todas las que se hallan sometidas á la presion de los músculos, presentan estos repliegues, como asi debia ser, pues de lo contrario, comprimida por estos últimos la sangre, no tendria una direccion mas determinada en un sentido que en otro, y la accion de los miembros, en vez de acelerar la circulacion, la contendrian, ó por lo menos la turbarian. Las válvulas faltan por el contrario en las venas de la mayor parte de las vísceras; en todo el sistema de la vena porta; en las venas cavas, en las de la vejiga urinaria, del útero, de los riñones, de las cápsulas supra-renales; en los senos vertebrales, en los del cerebro y en sus venas. A veces tampoco se las observa en la ázigos, pero en general tiene muy pocas lo mismo que las venas del cuello y de la cabeza. Se hallan mas aproximadas en las venas de las estremidades inferiores, y en los vasos pequeños; mas espaciadas en las grandes, por pares en estos, o lo que es mas raro, de tres en tres, y son únicas en las primeras, llegando á desaparecer enteramente en sus menores ramificaciones.

Estas no difieren sensiblemente de las de las arterias, con las cuales se comunican, en términos de que parecen continuacion suya. Tal es el único origen de las venas, que se ve

Esta descripcion muy general de las venas se refiere mas particularmente á la de los animales vertebrados, si bien con algunas restricciones. Asi es que muchos mamíferos y especialmente el caballo, tienen válvulas en el origen de los ramos de las venas mesenterica y hemorroidal, y ademas presentan tambien algunas otras en las venas del bazo. Vėselas, igualmente en los pulmones del perro y de la oveja. Tales son por lo menos los resultados de las investigaciones de Haller. Mr. Mayer encontró unas valvulitas muy pequeñas en las venas pulmonares del hombre y del buey, y Mr. Lauth en las del caballo.

La distribucion general de las ramas y de los ramos venosos es muy análoga á la de las arterias, con la diferencia de que el número de las primeras, en las estremidades, y el de las últimas en todos los órganos, es mucho mas considerable. En cuanto á sus troncos principales ya no admiten la misma comparacion con los de las arterias.

De las venas de los mamiferos, y particularmente de las venas del cuerpo. Esta primera division comprende las venas que van al seno derecho, ó á la auricula tambien del mismo lado del corazon.

Principiemos por el hombre. En él se observan los siguientes vasos:

1. Las venas del corazon, de las cuales la principal, ó la grande vena coronaria, despues

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