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LIBRO PRIMERO

DE

CABILDOS

DE LA VILLA DE

SAN MIGUEL DE IBARRA

1606-1617

Poder que da el Presidente de la Audiencia de Quito Don Miguel de Ibarra,

a Cristóbal de Troya, para la fundación de la Villa de San Miguel de Ibarra en el Valle de Carangue

FOLIO 1

Setiembre 23 - 1606

En el nombre de Dios y de la Virgen Santísima María. Libro del Cabildo de la Villa de San Miguel de

de Ibarra

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El Licenciado Miguel de Ibarra del Consejo de Su Majestad y su Presidente en el Audiencia y Chancillería Real que reside en la Ciudad de San Francisco del Quito, Gobernador y Capitán General en el distrito della. Por cuanto por parte de los moradores del asiento y valle de Carangue y su contorno del distrito desta dicha ciudad, se me ha hecho relación que al servicio de Dios Nuestro Señor y Su Majestad, bien público, uso de sacramentos, doctrina espiritual y administración de la Real justicia y buena crianza de sus hixos, convenía mucho se poblase una villa en el dicho valle, tres cuartos de legua más abajo del pueblo de los indios, donde comenzaba la fuerza de las

estàncias y estaban los conventos de la Recoleta y San Agustín, por ser sitio muy cómodo, porque en contorno dél había muchos españoles, los más dellos casados, con mujeres e hixos y familia, y pueblos de indios, y antes de agora se había pretendido hacer la dicha población, y que se cometiese al Doctor Matías Moreno de Mera, por Cédula del Señor Marqués de Cañete, Visorrey que fué destos reinos, y no había tenido efeto, porque había pedido dos mil pesos para ello, y de un año a esta parte se había fecho nuevas diligencias con el Señor Visorrey Conde de Monterrey y estaba inclinado a ello, si no le ataxaba la muerte, y demás de que el dicho sitio era abundantísimo de comidas, leña y agua, se podía por dicho paraje abrir el camino más breve para ir a Panamá, por lo cual me suplicaron les concediese hacer la dicha población y que nombrase persona para que sin interés la hiciese por las razones referidas; y por mí visto el dicho pedimiento y otro que hicieron los caciques y principales de la dicha provincia, coadyuvando el de los dichos españoles con una Cédula del dicho Señor Visorrey Don García Hurtado de Mendoza, en que mandaba se hiciese información acerca de lo susodicho, proveí un auto por el cual mandé se hiciese información de la utilidad y bien común que de la dicha población se seguía y de las aguas, sitio y juredición que ternía y qué semillas de trigo y otras había para el sustento de la vida humana, y qué exigidos, montes y pueblos comarcanos para el servicio de los españoles, que fuesen sin perjuicio desta dicha ciudad de Quito, y si a los dichos naturales y españoles se les seguía bien y utilidad y se excusarían inconvinientes, y en qué tierras se podía hacer la dicha población, en cuya conforinidad parece se hizo la dicha información con cierto número de testestigos; y por mí visto con con los demás autos a ellos tocantes, teniendo consideración a lo suso dicho y a lo mucho que importa al servicio de Dios Nuestro Señor y al de Su Majestad y otros útiles que se siguen de que se haga y efectúe la dicha población, y que para ello conviene nombrar persona, y porque vos el Capitán Cristóbal de Troya, vecino Encomendero y Regidor desta ciudad,

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